viernes, agosto 05, 2011

NOTICIA 967ª DESDE EL BAR: SAINT-EXUPÉRY ESTÁ SIN MORIR

"Pido disculpas a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor (...). Dedicado a León Werth, cuando era niño". Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry, más conocido como Antoine de Sain-Exupéry, noble francés, piloto de aviones y escritor.

Nació justo con el comienzo del siglo XX, en 1900, y su vida se interrumpió prematuramente en 1944, con la Segunda Guerra Mundial. Se había dedicado a pilotar aviones de correo en diversos países, entre ellos Argentina, llegando a sufrir un accidente aéreo en África en 1935. También ejercía de cronista para periódicos franceses, pero con la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) había entrado en el ejército pilotando aviones de exploración. Su amor era volar, pero también lo era la libertad, la sencillez de las almas humanas, y escribir. Fue escribiendo como se le ocurrió una pequeña novelita de carácter en principio de cuento infantil que se llamó "El Principito". Fue en 1942, y aquel era su sexto libro.


"El Principito", como los dos libros sobre Alicia que escribió Lewis Carroll, ocultaban en el fondo una compleja trama adulta reinterpretable múltiples e inagotables veces. Básicamente, un joven (en realidad viejo) niño rubio llega volando desde otro planeta a un desierto donde un piloto se ha estrellado con su avión y necesita buscar ayuda para sobrevivir. Lo que no deja de ser una especie de autorreferencia a su vida, o de recuerdo, de su propio accidente africano en 1935. El libro se acompañaba de dibujos hechos por el propio Saint-Exupéry, que en algún caso ayudaban a comprender el texto, ya que, como El Duque de Rivas en "Don Álvaro o la Fuerza del Sino", o bien las obras citadas de Carroll, el texto rompía sus esquemas al no seguir una sola forma de creación artística. Era un libro integrado en las vanguardias del comienzo del siglo XX, por lo que, además, cada capítulo era un poema en prosa, como "Platero y Yo", de Juan Ramón Jiménez, y una introspección psicológica que a modo de ficción en parte parece que nos habla de la propia vida del autor, una autobiografía. Hay quien dice, yo lo interpreté así también, que se trata de las alucinaciones y el repaso mental de toda la vida propia, de un piloto de avión que se está muriendo en el desierto tras un accidente, y el niño es él mismo cuando era más inocente, menos adulto.

La cuestión es que un 31 de julio de 1944 Saint-Exupéry desapareció dentro de su avión de reconocimiento en una misión rutinaria de la guerra mundial. Al no encontrar nunca ni su avión ni sus restos se le dio por desaparecido por mucho tiempo hasta que finalmente se reconoció que debió morir y caer al mar. Nunca se supo cómo fue aquello, sólo se daba por hecho. Surgieron las hipótesis acerca de que su avión fue detectado, atacado y alcanzado por aviones alemanes, sin saberse nunca muy bien quién fue el autor de su muerte, como si acaso el autor no fuese la propia guerra y sus lógicas. Hubo diversas hipótesis, en todo caso, también las de accidente. Sea como sea, el creador de cómics Hugo Pratt se acercó a ese tema y dibujó una novela gráfica acerca de la muerte de Saint-Exupéry en 1994, cincuenta años después de la muerte del escritor y un año antes de morir el propio Pratt, cuando su técnica era muy esquemática, simple y directa, que buscaba que el lector se quedara con el concepto de lo que quería expresar y contar, y no mucho más, aunque sus lineas y sombras siempre dejaran libertad al lector para imaginar más allá de lo que Pratt dibujaba de modo directo.

Estoy preparando mi comunicado en el "Primer Congreso de Conferencias Internacional de Cómics y Novelas Gráficas 2011. Sitios de innovación visual y textual. Alcalá de Henares, Madrid. Del 10 al 12 de Noviembre de 2011" ("First International Conference on Comics and Graphics Novels 2011. Sites of Visual and Textual Innovation. Alcalá de Henares, Madrid. November 10th-12th 2011"), que se celebrará en Alcalá de Henares en Noviembre, y del que ya tengo fecha para mi intervención. Y quizá sea porque ya hablé aquí de ello con Astérix y Obélix, o quizá más profundamente con el Capitán Trueno y la propia Historia de España que este año cumplía 1.300 años de la llegada musulmana, que ha perfilado nuestra cultura y forma de ser en parte, o bien porque ya dije que yo iba a tratar de Corto Maltés, de Hugo Pratt, y la Historia, de lo que ya adelanté varios análisis del personaje y la Historia en las Noticias 85, 856ª, 857ª y de la 901ª a la 903ª, que estas semanas que he estado leyendo cosas de y sobre Hugo Pratt, me he parado a repasar esta novela gráfica suya sobre Saint-Exupéry, en la que aparece en una viñeta el propio Corto Maltés bailando de fondo un tango en un salón argentino.

Los dibujos esquemáticos del último Pratt parecen encajar perfectamente con los dibujos sencillos y esquemáticos que Saint-Exupéry hizo de su Principito, como el de arriba o el de la portada de la edición de la editorial Nueva Palabra, que viene a ser el dibujo que tienen todas las ediciones de una innumerable cantidad de editoriales que editaron "El Principito" a lo largo del mundo. Lo cierto es que la obra llama mucho la atención, la de Saint-Exupéry como la de Pratt, aunque esta novela gráfica no sea la más representativa de él... y aún así la puso prólogo el escritor Umberto Eco. Y lo cierto es también que la misteriosa muerte del escritor francés fue acogida por Pratt desde la poesía y el recuerdo de Saint-Exupéry hecho personaje de cómic de su propia vida a causa de la falta de oxígeno en la cabina de su avión. En cierto modo Pratt vuelve a contar "El Principito" pero usando de los delirios y no de un niño del espacio exterior. Pratt puso por nombre a los alemanes que derribaron el avión de Saint-Exupéry: Heichelle y Hogel, ante el desconocimiento de quién pudo ser. Mas en marzo de 2008 la prensa internacional publicó que un anciano alemán de 86 años, declaró con gran precisión y detalle, y aportó documentación, que él derribó el avión y mató al escritor francés volando cerca de Toulon, sin saber que era Saint-Exupéry quien pilotaba allí dentro. Sólo cumplía su misión de soldado de aviación de la Luftwaffe. Su nombre era Horst Rippert, por entonces con 20 años y posteriormente un periodista al que le gustaba la lectura de "El Principito".

La muerte. La muerte dibujada por Pratt a lo largo del cómic de muy diversas formas poéticas, directas, indirectas o insinuadas, pero siempre como en un cuento, como Saint-Exupéry según algunas interpretaciones de su libro. Pero Pratt también usa es imagen para denunciar la guerra, incluso para denunciar a los que inician las guerras. Al igual que hace en otras novelas gráficas, Pratt recurre a iconografías del siglo XX, ya del cine o de otro sitio, para trasladarlo a sus viñetas y usarlo como una referencia renovada en su mensaje. Así ocurría en los ejemplos gráficos de las citadas Noticias 855ª y 856ª, pero también aquí, donde representa a un Saint-Exupéry avanzando entre el humo y la niebla de la guerra civil española (1936-1939), donde estuvo presente como corresponsal periodístico, con un juego de sombras muy determinado y determinante en los recuerdos del Saint-Exupéry personaje que alucina por la falta de oxígeno.


Es una imagen fantasmagórica que recuerda a otro personaje de un cartel de guerra republicano español que advierte contra el fascismo contra el que combaten. Es un personaje de la muerte también de rasgos esquemáticos y sencillos que lanzan un concepto a la mente de quien lo visualiza, rápido y directo. Como Pratt en esas épocas. Un cartel, por otra parte, que posiblemente el autor de novelas gráficas consultó, ya que no ocultaba en esos días que estaba ideando una última novela de Corto Maltés en la guerra civil española. Idea que nunca llegó a pintar más allá de unas acuarelas y un breve comentario de uno de los personajes de "Los escorpiones del Desierto" acerca de que sabía que estaba allí, en las Brigadas Internacionales", el héroe y antihéroe Corto Maltés. No obstante, Hugo Pratt, que ya había mencionado en la novela de Corto Maltés "La Juventud", e insinuado en "Tango", ya había hecho desfilar por la vida de este marino a anarcosindicalistas españoles, entre ellos el vital para el desarrollo de la guerra civil García Oliver, que fue Ministro de Justicia. En el acercamiento que hace a los últimos momentos de Saint-Exupéry ya hace una primera incursión en viñetas a personajes históricos de la guerra civil española, y es que Saint-Exupéry, en su paso por España, conoció al anarquista Buenaventura Durruti.

La novela gráfica de Pratt sobre Saint-Exupéry, se llama "Saint-Exupéry, el último vuelo", editada por Norma Editorial. Allí se van mezclando las sombras y las luces en medio de un cómic cargado de poesía para explicar la historia de un hombre que vivió como hombre, escribió prosa como poesía, y murió dejando la vida terrena para dar lugar a otra en la poesía. Es como si "El Principito" lo hubiera escrito a sabiendas de ese traslado de dimensión en el final de sus días.

P.D. 1: Como siempre, si se pulsa sobre las imágenes, se amplian.

P.D. 2:
Fotografía de la colección Martínez Fructuoso. Dibujos de Hugo Pratt, salvo donde aparece sólo el Principito, que son de Saint-Exupéry. Cartel de propaganda bélica, autor anónimo, gobierno de la II República Española.

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