Hace unos días un par de jóvenes veinteañeros, hoy día detenidos por orden de un juez, se les ocurrió llevar a una fiesta clandestina en los términos municipales de Getafe, en Madrid Comunidad, semillas de una planta alucinógena mezcladas en una especie de brebaje . La cuestión es que esa planta alucinógena, el estramonio, es también venenosa. Como resultado de ello murieron un par de personas y los medios de comunicación tienen su noticia de verano de tonos sensacionalistas. Se han puesto las manos a la cabeza y de repente alertan de todo tipo de plantas peligrosas, dando lugar a una psicosis colectiva, que intuyo que no existe más que en mentes de algunos periodistas, de algunos políticos y de algunas personas que se escandalizan fácilmente por todo. Sea como sea empiezan a tomar medidas un tanto absurdas. Así por ejemplo, el alcalde de Getafe, Juan Soler, del conservador Partido Popular, decidió iniciar una cruzada contra el estramonio y arrancar todas las plantas que ha encontrado en los campos del municipio que gobierna, informan que lleva unos trescientos ejemplares. No contento con ello ha enviado una carta al resto de alcaldes de la Comunidad de Madrid para que le imiten. Mira tú por donde que uno de esos alcaldes es el de Alcalá de Henares, Bartolomé González, también del Partido Popular, que para ende es también el Presidente de la Federación de Municipios de Madrid. Como tal, Bartolomé González, está tan encantado y de acuerdo con la iniciativa de Soler que ha decidido mandar una carta a todos los ediles para informarles y animarles a imitarle. Todo ello se puede leer bien en el diario EL PAÍS. También se podrá leer la locura que supone esa actitud de arrancar el estramonio, pues como indica Javier Grijalbo, autor del libro Flora y Fauna de Madrid, nunca se podrán encontrar los miles de ejemplares de toda la Comunidad Autónoma, aparte de que hay millones de semillas bajo tierra y el año que viene volverían a crecer, entre otras razones.
Este tipo de decisiones es todo una locura, a mi me recuerda a la retirada de patos de los parques cuando se creía que había una gripe aviar pandémica, y se llegaron a matar a miles de patos, para luego resultar que al año se reconoció que algunas empresas farmacéuticas habían exagerado una gripe para vender más fármacos, previo soborno a algunas autoridades de la Organización Mundial de la Salud. Iguales casos para vacas y cerdos. O, más estrambótico, cuando el expresidente de Estados Unidos de América George W. Bush pensaba que lo mejor para que no existan incendios forestales era talar los bosques enteros. Hay grados de sin razón y estupidez humana que no tienen precio. Como indica Grijalbo el estramonio tiene numerosas plantas asociadas a la misma familia, y existen más plantas alucinógenas, aparte ya de otras venenosas como la cicuta o hasta el comestible perejil, que en grandes cantidades es letal por venenoso para el ser humano. Claro que tratamos con un presidente de la Federación de Municipios de Madrid que ha sido acusado por el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense, dentro de las páginas del semanario Puerta de Madrid, de amenazar por intereses económicos dos nuevos yacimientos arqueológicos en la ciudad de la que es alcalde, Alcalá de Henares. Se trataría de excavaciones con restos romanos en la zona de La Esgaravita y de la Villa Romana de El Val, excavaciones y yacimientos que han sido ocultados hasta la publicación de la noticia este pasado viernes. En fin, que un alcalde que se las da de gobernar una ciudad cultural y que penda sobre él tal acusación, demuestra que su decisión de apoyar en este otro asunto del estramonio a Juan Soler podría haber sido falto de toda información necesaria y juicio propio.
Sería más efectivo campañas de verdad de concienciación de lucha contra la drogodependencia, o cuando menos (ante el afán experimentador de todo adolescente) enseñar sobre los peligros de usar plantas para consumir sin conocer sus propiedades y efectos. Si no fuera así, si en este otoño muriera alguien por comer unas setas venenosas que recogió de El Encín, por ejemplo, para degustar un arroz con setas, no por drogadicción, sino por gusto culinario, ya veo a Soler y a Bartolomé González haciendo campaña para que se arranquen todas las setas de los campos y montes de la Comunidad de Madrid... un despropósito descomunal... Por cierto que eso de arrancar y erradicar especies vegetales (y animales cuando les ha tocado a los animales) es altamente peligroso en un ecosistema. Sus consecuencias podrían ser males mayores que el de la estupidez de dos adolescentes que no saben de botánica y se arriesgan a haber podido matar a las personas de toda una fiesta entera, sólo porque han sabido el único dato de las cualidades alucinógenas del estramonio. La desaparición de una especie puede suponer un cambio tan brutal en las cadenas de la vida que se arrepentirían con mucho de la dichosa iniciativa de Soler, y las cartas de González.
Pero la medida de Soler es una medida que podría ser acogida postivamente bien por una serie de padres preocupados por sus hijos... quizá los mismos que debieran preocuparse más de los comportamientos de sus hijos que de la erradicación del estramonio. Una medida popular muy a tiempo para las cercanias de las elecciones generales del próximo 20 de noviembre.
Aunque el estramonio sea una planta de carácter invasor y asociada a las malas hierbas, sus entornos son los que le corresponden. Tampoco por esa razón se debiera erradicar a toda la especie. En ese sentido se podría actuar también contra el ailanto, que tanto abunda en San Lorenzo del Escorial, por ejemplo, o el taray, que abunda en la ribera del río Henares. En todo caso, en ese sentido habría que controlarlo, pero no erradicarlo, eso sí: controlarlo en la medida de lo posible. Más peligroso es esa planta de árboles eucaliptos que se han realizado en algunos lugares, son famosos los de Galicia, pero también en la Comunidad de Madrid algún alcalde se ha lanzado a poner alguno. Si alguien pasea por el bosque de El Encín puede ver unos cuantos. Eso sí que es un error, pues esta especie arbórea absorbe todas las propiedades del suelo en unos años y lo arruina. Tampoco es para eliminar su especie, pero sí para no reforestar con ella, por muy rápido que crezca o mucha madera que dé. Hay cuestiones donde el dinero o los réditos electorales en busca de una falseada política medio ambiental no debieran tener cabida. Los ciudadanos debiéramos exigirlo cada vez más alto. Hasta que nos hagan caso. Repitámoslo cada vez que lo veamos.
Este asunto, aunque se esté tratando desde la perspectiva de la salud pública, el interés general, y la seguridad ciudadana, realmente está falseado en sus términos por todo lo anteriormente dicho. Desde luego es también un asunto de alta importancia ecológica dado que se ha planteado (y puesto en práctica, o intentado de momento, en Getafe) la erradicación de toda una especie vegetal. Una de las tareas de un alcalde a mi entender no sólo es gobernar para los ciudadanos, sino también preservar en todo lo posible el medio ambiente, lo cual también está en interés de todos los ciudadanos. Los términos municipales no sólo abarcan como zonas verdes los muy pequeños y testimoniales parques públicos, que por cierto desde hace unos años se ha puesto la horrenda moda entre los arquitectos de hacerlos de adoquín y asfalto, transformándolos a mi percepción en un lugar indeseable donde descansar. Sus zonas verdes también son sus montes y montañas, los que tengan, sus bosques y ríos, los que tengan, sus valles y animales salvajes, etcétera. Esto es la vida, les diría, y el sostenimiento de un ecosistema equilibrado es vital en ella en todos los niveles y aspectos planteables. Si alguien comete una torpeza y se encuentra con una planta venenosa, o una seta venenosa, o un animal peligroso, y su vida desaperece, la cuestión no es eliminar a los componentes de toda la especie del causante, pues eso es tanto como suicidarnos nosotros mismos aparte de una gran injusticia, sino dar más y más y más educación y conocimiento. Los medios de comunicación, la industria del entretenimiento, los medios disponibles para lo lúdico y para la pedagogía, ya en manos de las autoridades municipales, nacionales o privadas, deberían plantearse no una única dirección del entretenimiento para el beneficio económico, sino regresar a esos productos de hace unas décadas donde se buscaba el entretenimiento que pasaba por la formación del que lo recibía sea en televisión, libro, cine y otras medios, sin renunciar a su propósito de que puedan rendir beneficios quien los produce, para que pueda vivir de ello y continuar así su labor. Es necesario encauzar y enmendar lo populista sin reflexión profunda, por la concienciación y la reflexión personal ante el encontronazo con qué se debe hacer y que no se debe hacer cuando los sucesos se dan sin haberlos querido recibir, y sin embargo sin más remedio que recibirlos a la fuerza. Hace falta más sentido común, menos oportunismo.
Que la cerveza os acompañe.
Este tipo de decisiones es todo una locura, a mi me recuerda a la retirada de patos de los parques cuando se creía que había una gripe aviar pandémica, y se llegaron a matar a miles de patos, para luego resultar que al año se reconoció que algunas empresas farmacéuticas habían exagerado una gripe para vender más fármacos, previo soborno a algunas autoridades de la Organización Mundial de la Salud. Iguales casos para vacas y cerdos. O, más estrambótico, cuando el expresidente de Estados Unidos de América George W. Bush pensaba que lo mejor para que no existan incendios forestales era talar los bosques enteros. Hay grados de sin razón y estupidez humana que no tienen precio. Como indica Grijalbo el estramonio tiene numerosas plantas asociadas a la misma familia, y existen más plantas alucinógenas, aparte ya de otras venenosas como la cicuta o hasta el comestible perejil, que en grandes cantidades es letal por venenoso para el ser humano. Claro que tratamos con un presidente de la Federación de Municipios de Madrid que ha sido acusado por el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense, dentro de las páginas del semanario Puerta de Madrid, de amenazar por intereses económicos dos nuevos yacimientos arqueológicos en la ciudad de la que es alcalde, Alcalá de Henares. Se trataría de excavaciones con restos romanos en la zona de La Esgaravita y de la Villa Romana de El Val, excavaciones y yacimientos que han sido ocultados hasta la publicación de la noticia este pasado viernes. En fin, que un alcalde que se las da de gobernar una ciudad cultural y que penda sobre él tal acusación, demuestra que su decisión de apoyar en este otro asunto del estramonio a Juan Soler podría haber sido falto de toda información necesaria y juicio propio.
Sería más efectivo campañas de verdad de concienciación de lucha contra la drogodependencia, o cuando menos (ante el afán experimentador de todo adolescente) enseñar sobre los peligros de usar plantas para consumir sin conocer sus propiedades y efectos. Si no fuera así, si en este otoño muriera alguien por comer unas setas venenosas que recogió de El Encín, por ejemplo, para degustar un arroz con setas, no por drogadicción, sino por gusto culinario, ya veo a Soler y a Bartolomé González haciendo campaña para que se arranquen todas las setas de los campos y montes de la Comunidad de Madrid... un despropósito descomunal... Por cierto que eso de arrancar y erradicar especies vegetales (y animales cuando les ha tocado a los animales) es altamente peligroso en un ecosistema. Sus consecuencias podrían ser males mayores que el de la estupidez de dos adolescentes que no saben de botánica y se arriesgan a haber podido matar a las personas de toda una fiesta entera, sólo porque han sabido el único dato de las cualidades alucinógenas del estramonio. La desaparición de una especie puede suponer un cambio tan brutal en las cadenas de la vida que se arrepentirían con mucho de la dichosa iniciativa de Soler, y las cartas de González.
Pero la medida de Soler es una medida que podría ser acogida postivamente bien por una serie de padres preocupados por sus hijos... quizá los mismos que debieran preocuparse más de los comportamientos de sus hijos que de la erradicación del estramonio. Una medida popular muy a tiempo para las cercanias de las elecciones generales del próximo 20 de noviembre.
Aunque el estramonio sea una planta de carácter invasor y asociada a las malas hierbas, sus entornos son los que le corresponden. Tampoco por esa razón se debiera erradicar a toda la especie. En ese sentido se podría actuar también contra el ailanto, que tanto abunda en San Lorenzo del Escorial, por ejemplo, o el taray, que abunda en la ribera del río Henares. En todo caso, en ese sentido habría que controlarlo, pero no erradicarlo, eso sí: controlarlo en la medida de lo posible. Más peligroso es esa planta de árboles eucaliptos que se han realizado en algunos lugares, son famosos los de Galicia, pero también en la Comunidad de Madrid algún alcalde se ha lanzado a poner alguno. Si alguien pasea por el bosque de El Encín puede ver unos cuantos. Eso sí que es un error, pues esta especie arbórea absorbe todas las propiedades del suelo en unos años y lo arruina. Tampoco es para eliminar su especie, pero sí para no reforestar con ella, por muy rápido que crezca o mucha madera que dé. Hay cuestiones donde el dinero o los réditos electorales en busca de una falseada política medio ambiental no debieran tener cabida. Los ciudadanos debiéramos exigirlo cada vez más alto. Hasta que nos hagan caso. Repitámoslo cada vez que lo veamos.
Este asunto, aunque se esté tratando desde la perspectiva de la salud pública, el interés general, y la seguridad ciudadana, realmente está falseado en sus términos por todo lo anteriormente dicho. Desde luego es también un asunto de alta importancia ecológica dado que se ha planteado (y puesto en práctica, o intentado de momento, en Getafe) la erradicación de toda una especie vegetal. Una de las tareas de un alcalde a mi entender no sólo es gobernar para los ciudadanos, sino también preservar en todo lo posible el medio ambiente, lo cual también está en interés de todos los ciudadanos. Los términos municipales no sólo abarcan como zonas verdes los muy pequeños y testimoniales parques públicos, que por cierto desde hace unos años se ha puesto la horrenda moda entre los arquitectos de hacerlos de adoquín y asfalto, transformándolos a mi percepción en un lugar indeseable donde descansar. Sus zonas verdes también son sus montes y montañas, los que tengan, sus bosques y ríos, los que tengan, sus valles y animales salvajes, etcétera. Esto es la vida, les diría, y el sostenimiento de un ecosistema equilibrado es vital en ella en todos los niveles y aspectos planteables. Si alguien comete una torpeza y se encuentra con una planta venenosa, o una seta venenosa, o un animal peligroso, y su vida desaperece, la cuestión no es eliminar a los componentes de toda la especie del causante, pues eso es tanto como suicidarnos nosotros mismos aparte de una gran injusticia, sino dar más y más y más educación y conocimiento. Los medios de comunicación, la industria del entretenimiento, los medios disponibles para lo lúdico y para la pedagogía, ya en manos de las autoridades municipales, nacionales o privadas, deberían plantearse no una única dirección del entretenimiento para el beneficio económico, sino regresar a esos productos de hace unas décadas donde se buscaba el entretenimiento que pasaba por la formación del que lo recibía sea en televisión, libro, cine y otras medios, sin renunciar a su propósito de que puedan rendir beneficios quien los produce, para que pueda vivir de ello y continuar así su labor. Es necesario encauzar y enmendar lo populista sin reflexión profunda, por la concienciación y la reflexión personal ante el encontronazo con qué se debe hacer y que no se debe hacer cuando los sucesos se dan sin haberlos querido recibir, y sin embargo sin más remedio que recibirlos a la fuerza. Hace falta más sentido común, menos oportunismo.
Que la cerveza os acompañe.
Creo recordar que Mao también llevó a cabo una campaña para matar gorriones porque estos se comían parte de las cosechas de arroz. Con el cruel resultado de que los mosquitos mataron a miles de chinos... aprender divierte, pero algunos no aprenden.
ResponderEliminaralgunos no aprenden nunca... qué barbaridades.
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