En 2006 el mismo amigo e historiador, Julián Vadillo, ya había contado con mi colaboración y ayuda para investigar en diversos archivos históricos sobre la persona de Mauro Bajatierra (en relación a su incriminación sin pruebas y falsa en el asesinato del presidente del gobierno Eduardo Dato), así como de diversas personas de Alcalá de Henares relacionados con sucesos de los años 1930'. La obra sobre Bajatierra aún está por publicarse cuatro años después, pero en esas fechas Julián me pidió ayuda para un proyecto más grande. Iba a ayudarle a él y al historiador, músico, poeta y radiofonista Alejandro Remeseiro, en investigar en el Archivo Obrero (en realidad Fundación Pablo Iglesias) sobre todo lo que encontrase que la prensa clandestina y exiliada pudiera haber dicho acerca de la explosión del polvorín en Alcalá de Henares en 1947. Estuve unos dos meses yendo todos los días a tiempo completo a mirar hoja por hoja todas las publicaciones de los meses de 1947 y 1948 que me interesaban. Cientos, ta vez algún mil. Fue interesante y estuvo bien. El libro y las conferencias resultante, "La Explosión del Polvorín de Alcalá de Henares (1947)" (253 páginas), de Julián Vadillo Muñoz y Alejandro Remeseiro Fernández, no se publicó hasta abril de 2009, por diversos problemas editoriales y, hay que decirlo, de política municipal de fondo, aunque ellos eran agenos a partido político alguno cuando comenzaron años antes a investigar. Lograron hacer una primera conferencia en 2008 en la sede del PCE de Alcalá de Henares, y al fin la presentación en 2009 en el Parador Nacional de la ciudad, ya que el ayuntamiento del Partido Popular no quiso apoyar una investigación que destapaba una gran injusticia de la dictadura contra cerca de noventa de sus ciudadanos, con repercusión internacional; los motivos de su falta de apoyo a tal investigación sólo los conocen ellos (también se negaron a apoyar otros eventos, como los dedicados a Azaña). El libro se agotó en menos de dos meses. Está descatalogado hoy día, aunque sé dos cosas acerca de él: una, que el autor se plantea reeditar una edición de bolsillo más barata (a la que yo me ofrezco a aportar dinero como ya le he dicho), y dos, que existe una librería que no voy a citar que guarda en su trastienda una caja entera llena de ejemplares para sacarlos a la venta por más valor del que tenía originalmente, lo que sencillamente se llama especulación, que es algo para lo que no se escribió el libro y que sólo beneficia a los dueños de ese establecimiento. En ese libro, donde he de decir que entregué mucho de mi trabajo con gran ilusión de contribuir a discernir la Historia más reciente de mi ciudad, aparezco en los agradecimientos de las notas iniciales de los autores.
Ese mismo año 2009, un mes más tarde, en mayo, aparecía en las librerías (aún a la venta) un libro de una barcelonesa diseñadora gráfica y pin-up amiga mía vía cibernética desde el comienzo de esta bitácora. Se trata de Kahlo, el personaje que desarrolla la gran Marta Castro. El libro se llama "Kahlo en el País de las Dadanoias" (ed. Norma, 150 páginas). En este libro de textos, fotografías y diseños de Kahlo se incluían comentarios de varios de sus vecinos y seguidores en la Blogosfera. Entre ellos aparecen tres citas mías de varias cosas que en su día nos comunicamos a raíz de cosas que ella escribió en sus bitácoras, así como una referencia final a mi blog en una lista de blogs que incluyó en las últimas páginas del libro por ubicación, primeras páginas por paginación.
Pero todavía el año pasado, 2009, volví a aparecer en otro libro. Fue en "Madrileños. Un álbum colectivo", del Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid. Se trata de un catálogo de fotografías antiguas e históricas entre 300 y 400 páginas. Tal catálogo abarca las imágenes de la exposición que la Fundación Canal de Isabel II montó para promocionar el Archivo Fotográfico, pionero en España. Son fotografías desde el inicio de la fotografía en el siglo XIX hasta el año 2000. Todo esto lo promocioné en la bitácora en su día para que la gente se animara a participar. Mi nombre aparece en la lista de colaboradores en la creación de ese archivo, junto al de mi madre, ya que entre los dos aportamos un poco más de veinte fotografías familiares digitalizadas. En el catálogo no aparecen imágenes de mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres o mías, pero sí nuestros nombres por haber sido lo dicho, colaboradores en la creación de este importante legado cultural para la posteridad. Esas fotos sí están en el archivo propiamente.
El libro que más recientemente me nombra es "Universidad de Alcalá de Henares: de las armas a las Letras. Edificios universitarios que tuvieron uso militar" (Universidad de Alcalá de Henares y Ministerio de Defensa, 300 páginas, noviembre de 2010). Se trata también de un catálogo fotográfico de la exposición que hoy vi inaugurar en el Colegio de Caracciolos de la Universidad de Alcalá de Henares, la cual durará hasta febrero de 2011. En ella se podrá comprar este libro. Mi nombre aparece en los agradecimientos ya que tuve la oportunidad de ayudar y asesorar a la chica que realizó la búsqueda de imágenes desde la Universidad de parte del rector, lamento no conocer su nombre, soy malo para retener nombres a menudo, me quedo más con las caras... y a veces también fallo en eso. Mi ayuda se circunscribió a indicarle los lugares y personas de dónde podría encontrar imágenes de los edificios alcalaínos que tuvieron un pasado militar. La conocí en mi trabajo en el archivo AUAH, y allí se produjeron nuestros contactos. Sin embargo, y ajeno ella también al resultado final, me consta, lo que se puede ver en esta exposición y catálogo es en parte un falseamiento de la Historia. La ciudad de Alcalá de Henares es una ciudad con un arraigado pasado no sólo de izquierdas sino tambén republicano. De hecho de los primeros cuarteles que se instalan fueron para defender la revolución de 1868 y posteriormente la I República de 1873, máxime aún con la II República de 1931, y la defensa en la guerra civil de 1936 a 1939 del gobierno legítimo y democrático frente a los golpistas que terminaron trayendo una larga dictadura de origen fascista. Aunque le indiqué de dónde podría conseguir las fotografía del periodo 1931 a 1939, el republicano, ella misma fue parada en seco por sus superiores cuando le dijeron que no querían mostrar ninguna imagen de ese periodo... cuando es un periodo que cuenta con escenas como una revista de tropas en la Plaza de Cervantes realizada por Manuel Azaña, presidente de la II República y alcalaíno, o bien el uso por milicianos, por brigadas internacionales, por la NKVD, y por las tropas regulares republicanas de estos edificios. Pero incluso si no querían tocar el periodo de la guerra civil por problemático, aunque fueron los generales Miaja, Rojo, Lister, Rovira, Mera, Durruti o "Campesino" los que defendieron el gobierno legítimo y democrático, hay que recordar que antes de la guerra, desde 1931, varios de los militares que sí salen durante la dictadura fueron parte del ejército republicano, aunque acabaran dando ese golpe de Estado fallido que desembocó en guerra. Los años 1931 a 1939 no existen en esta exposición de Historia. Como en la famosa serie de dibujos animados donde una familia va de vacaciones a Berlín y en un cartel se ocultan las fechas del NAZISMO, aquí se puede contestar lo mismo que les contestan a ellos: "de 1931 a 1939 no pasó nada, nada en absoluto, estábamos todos de vacaciones". Qué gran error falsear así la Historia. De hecho sí hay una única foto de 1939, tomada en los primeros días después de la guerra, derrotada la República, unos aviones junker NAZIS aterrizando en el desaparecido aeródromo militar de Alcalá de Henares, donde hoy está el Campus de Ciencias de la Universidad. Quien no conozca la Historia de la ciudad una de dos, o se dará cuenta de que faltan nueve años de Historia, o no se dará cuenta y simplemente se irá creyendo todo lo contrario a lo que realmente ocurrió. Lo triste en esto es que en el libro parece que se indica que los máximes responsables de esta exposición son gente del Partido Socialista Obrero Español. Pésimo. Cuando yo asesoré tengo la conciencia tranquila de haber asesorado sobre imágenes de todas las épocas, sin descartar ninguna, y digo y subrayo ninguna, me gusten o no me gusten determinados gobiernos de este Estado. Pero no estaba ni remotamente cerca de mis manos el resultado final de lo que se quería mostrar. No fui el único en darse cuenta, una mujer mayor con la que coincidí en una conferencia acerca de Miguel Hernández semanas antes decía, casi en un lamento, lo triste que le resultaba que siempre que se hacía algo en la ciudad de la Historia del ejército se enfocaba eliminando toda referencia al pasado republicano y democrático que ella misma conoció. Y no es para menos. Porque eso, a mi juicio, debería ser superado. No hay que renunciar a la Historia, pero menos a levantar la cabeza en las etapas democráticas para poder mostrar TODA la Historia. Y el Ejército debería ser el primer interesado en mostrar que como tal también apoyó la democracia (al menos aquella parte militar que lo hizo, y sin mostrar vergüenza en que lo hizo hombro con hombro con las milicias, pues ellos defendían lo legal y lo democrático), sobre todo como muestra de que hoy lo hace.
La Ministra de Defensa, Carme Chacón, no compareció, aunque sí otras personalidades como, creo, el Secretario de Estado Mayor de Defensa, otros políticos (no el alcalde), y varios militares de alto rango a los que yo mismo indiqué como entrar en el edificio y de los que, por las medallas y tratos que recibieron, tengo la sensación que sólo deben recibir órdenes del Rey, máxima autoridad militar de España. Sin embargo, me gustó más encontrarme allí con la chica con la que hice mi aportación, con aquella mujer mayor, con dos amistades antiguas mías (que trabajaban allí) y con Emilio Sola, el catedrático ya citado. La exposición está bien en cuanto se ven los estragos de la Guerra Civil y el tiempo en varios edificios históricos aún en los 1970'. También por las imágenes del siglo XIX y todas aquellas previas a 1931. Las fotos de la dictadura son muy similares a las de los años 1980', mostrando una Alcalá de Henares que yo recuerdo de mi niñez en los primeros años de la actual Monarquía Parlamentaria, con su comandancia militar franqueada por dos viejos cañones en el Colegio de Trinitarios. También hay un vídeo bien curioso, donde se llega a ver el último día del ejército de caballería con sus caballos, pues les traerían motocicletas. O la foto con la Torre de Control del Ejército Paracaidista, donde en un primer momento se instaló en los últimos 1970' la primera oficina del rectorado de la Universidad.
Quizá por hoy ya he hecho un exceso de autobombo, me sonrojo por ello. Pero también ha habido reflexión de esta reciente exposición. Por hoy no os canso más. Saludos y que la cerveza os acompañe.