La descripción de 26 cajas: 529 expedientes del corregimiento de Alcalá de Henares, un promedio de cinco mil a diez mil folios del siglo XVIII y XIX que nunca había visto nadie de 300 a 100 años antes (y de los que algunos no los volverán a ver por su mal estado), ese es mi paso más reciente por el Archivo General de la Administración (AGA), y mi aportación para la Historia de Alcalá de Henares para todos los ciudadanos y las generaciones futuras. A base de adaptar mi lectura a la paleografía, he tenido en mis manos documentos de los antepasados de Manuel Azaña, como los textos notariales del trabajo como escribano de su bisabuelo Nicolás Azaña, o también el testamento de uno de los Briones (uno de los primeros impresores de "El Quijote" de Miguel de Cervantes), o los documentos que subrogaban la Universidad en los 1790', o aquellos donde se investigaba secretamente a revolucionarios franceses en la ciudad... y la innumerable documentación de gente anónima con asuntos de toda clase, estupro, robo, testamento, abintestatos, alquileres impagados, ingresos de monjas en conventos, asesinato, injurias, escándalo público, contratos con compañías teatrales, la llegada de las tropas napoleónicas a España...
He tratado además en el Archivo Central de la Universidad de Alcalá de Henares (AUAH), a modo administrativo intermedio, un total de 1.996 expedientes de la Universidad, algunos de alumnos, otros de becarios, otros de investigadores, de personal administrativo, de profesores, premios a la innovación y otros asuntos. Aquí han habido recepciones, digitalizaciones, expurgos, identificaciones, clasificaciones, inventariados, intercalados documentales, realización de informes de incidencias y detección de las mismas, instalaciones documentales, y otras numerosas cuestiones que, por otra parte, me han llevado a clasificar y archivar expedientes de viejas amistades mías, se ha dado el caso así, y a tener en mis manos incluso el de la famosa presentadora televisiva Pilar Rubio... y mi propio expediente. Han sido en este archivo entre 200 y 300 cajas documentales de gente aún viva y cuya gestión de sus expedientes es ayudarles en su vida futura o presente. Además asesoré en fotografías históricas a una exposición que se inaugurará mañana en el Colegio de Caracciolos de la Universidad de Alcalá de Henares, sobre el uso militar de varios edificios que hoy día son facultades. Se me menciona en los agradecimientos, iré a la inauguración.
Mañana se acaba mi contrato de trabajo con el Taller de Empleo de Archivos y Gestión Documental con Aplicación de las Nuevas Tecnologías, impartido por el Centro Internacional de Estudios Históricos Cisneros de la Universidad de Alcalá de Henares, financiado por el Fondo Social Europeo y apoyado por el Instituto Nacional de Empleo. Ha pasado un año. Nevaba el primer día de trabajo, allá en diciembre de 2009, y nieva el día de la despedida, hoy, 29 de noviembre de 2010. Dejé de trabajar materialmente el pasado viernes. Hoy en el Palacio de Laredo hemos recibido una despedida formal y una entrega de certificados oficiales de manos de María Dolores Cabañas González, directora del proyecto y concejala de Cultura de Alcalá de Henares, y de Carmen Caballero Klink, directora del taller y creo que en breve de algún proyecto del Ministerio de Cultura. Mañana será el último día de contrato, pero nos lo han dado libre, como de vacaciones, el miércoles los 24 archiveros volvemos a las filas del desempleo. Nuestras jefas han dicho que han hecho todo lo posible para encontrarnos convenios con empresas para que nos contraten, pero me permito la duda seria después de que diez minutos antes de la ceremonia de despedida me llamara por teléfono una empresa de trabajo temporal que trabaja con la Universidad de Alcalá de Henares para catalogar libros de la Universidad durante un mes, el de diciembre (por cierto, por más dinero y derechos laborales que lo que pagaba y daba el taller). No me han contratado aún, si no que me han pasado el contrato a fase de selección, ya se verá en estos días si me contratan. Pero si una empresa de trabajo temporal trabaja para la Universidad en esto de archivos y bibliotecas, se me hace raro que el taller no tenga en sus manos ese proyecto antes para ofrecerlo a los 24 despedidos. ¿Cómo no se han enterado de esta necesidad de catalogadores de la Universidad siendo el taller parte de la Universidad? No lo sé. Pero aquí está el dato. A mí si me contratan me vale, sea el que sea, mejor de manera lo más digna posible.
En cuanto a mi paso por el AGA me ha gustado mucho por toda la documentación histórica que he podido manejar, la de Historia de Alcalá de Henares que he podido aprender de la que ya sabía y la de historias humanas que han pasado por mis manos. También por lo que he podido aprender de los archivos. Creo, sin embargo, que podía haber contribuido más si mis compañeras (uso el femenino en neutro, pues ellas eran mayoría) hubieran contado un poco más conmigo. Cierto es que tuve una diferencia con el único compañero que tenía, de la cual digo que no fui yo quien se enfadó ese día, como se mantuvo, si no que me enfadé con él a posteriori cuando en solitario me apartó y sin que nadie le oyera me faltó al respeto. Desde entonces me aparté voluntariamente de mi grupo de trabajo en cuestiones de tomar el café juntos, pero no retiré saludos como se dijo a las compañeras, bien es cierto que los primeros días hablaba en exceso bajo, inaudible, culpa total mía, me doy cuenta de ello. Quien me conoce de verdad, y digo de verdad, sabe que me apasiono con las cosas que me interesan, y sabe también que no me enfado porque alguien no piense lo que yo pienso, bien saben que soy tolerante y comprensivo hasta límites altos, sirva de recuerdo aquel chico que me atropelló en la calle, para quien conozca esa historia de mi vida. Lo que sí me enfada es la doble cara. Y me enfadé con la doble cara del que me faltó al respeto que es el mismo que, ahora que estuve como marginado en mi trabajo, he podido observar que dice unas cosas diferentes a otras según con quien habla, no me enfadé con la diferencia de pareceres que tuvimos. Es absurdo enfadarse con quien no piensa como tú porque no piense como tú.
Lamento en este asunto la distancia que tomaron las compañeras del AGA conmigo, especialmente de dos compañeras con las que me he llevado muy bien. Pese a mi mutismo inicial tras aquel suceso, y mi mantenimiento de no acudir a los cafés, nunca dejé de apreciarlas y de tender la mano. Pero cuando la mano parece estar en un cepo continuo, uno se cansa. Colmó el vaso una mala contestación sin venir a cuento de una compañera cuando le preguntaba una duda. Me apenó irme del AGA por la documentación y, en cuanto a las compañeras, sólo por aquellas dos compañeras que mencioné, a las que sigo apreciando y de las que creo que hay muchas cosas que recuperar... aunque en relaciones humanas las cosas no son unilaterales, son de todas las partes. Pero no lo lamento en cuanto a aquellas personas que me han dado unos meses de trabajo llenos de silencio forzado que han supuesto la peor experiencia humana laboral que hasta la fecha he vivido, la cual creo que tiene parte de aquellas visitas al médico que he tenido últimamente, a la vez que ha sido la más bonita y mejor experiencia laboral en cuanto al trabajo con la Historia. Así que aquí estamos, entre un trabajo maravilloso e ideal en cuanto a mis capacidades y gustos por la Historia, así como mi encargada, y en cuanto a dos compañeras con las que me llevé bien hasta que tomaron la postura que desearon tomar, pero fatal en cuanto al ambiente creado por quien no se me escapa que lo ha creado.
Y en cuanto a mi paso por el AUAH, este sí, ha sido una de las mejores experiencias humanas y laborales en el mundo del trabajo. La gente de allí, teniendo ideas muy diferentes entre nosotros, algunas personas sólo, nunca hemos tenido ningún problema ni conflicto. Llenos de buen humor ha habido un gran ambiente de trabajo muy productivo y sano. Muy colaborador. Muy de equipo de trabajo, pues no es lo mismo trabajar con alguien en un mismo sitio, que trabajar con alguien. Las dos becarias, Raquel e Isabel, creo que son las personas que hacen posible el funcionamiento del archivo. Raquel en concreto tendrá un gran futuro en los archivos españoles, lo intuyo, siempre que no tuerza su senda, siempre que no la tuerza sin querer torcerla voluntariamente me refiero. Santiago Bernabé Gutiérrez, director del AUAH, es una de las personas más competentes y vitalistas que he conocido. Un jefe que no se le caen los anillos si tiene que trabajar contigo hombro con hombro como si no fuera tu jefe. Iñaki y Diego, los dos funcionarios, son gente abierta y disponible, llenos de ideas. Use, es una mujer activa. Y Pilar, compañera mía del taller, ha sido entrañable. Y en las horas del café, otras compañeras destinadas en el Archivo Municipal de Alcalá de Henares, han dado oportunidad a crear un ambiente donde uno quería ir al trabajo por el trabajo y por la gente. Porque una sonrisa o un sentirse bien vale más que mil sueldos juntos de un día a día continuo de horas obligadas de convivencia.
Me devolvieron el buen humor que, aunque me gustaba mi trabajo documental en el AGA, había sido forzado a acallar. Otra cosa que me gusta del paso por el AUAH es que al haber combinado un archivo histórico con uno administrativo intermedio he aprendido mucho más de lo que esperaba. Y sobre todo, he podido realizar un servicio a los ciudadanos que, al margen de la Historia, ayuda y ayudará en sus vidas presentes y actuales.
Archivos como investigador, archivos como archivero. Ahora volveré como investigador, aunque estoy buscando trabajo como archivero, pues me ha gustado esta experiencia laboral y quisiera forjar mi futuro en esta profesión.
Hoy hubo un par de cervezas con el resto de las 24 archiveras (uso el plural en femenino pues ellas eran mayoría). Y me quedo, particularmente, con la despedida que nos dio el equipo del AUAH. Santiago cerró el archivo en la media hora del café para despedirnos invitándonos a uno y regalándonos una taza de la Universidad. En esa taza, el sábado, tras realizar yo una guía turística e histórica gratuíta por Alcalá de Henares a un grupo de senderistas que me lo pidió junto a unas amistades, me tomé una cerveza de trigo a su buena salud. Con la foto de esa taza con esa cerveza me despido por hoy. Ahí dejo esa imagen del regalo de los compañeros de trabajo en el Archivo de la Universidad de Alcalá de Henares. A las becarias, funcionarios y el director con cariño.
Que la cerveza os acompañe.
Después de leer este post me gustaría resumir que has tenido un año de lo más variado e interesante. Ahora comienza la siguiente etapa de tu vida. Mucha suerte y seguiremos en contacto...MJ
ResponderEliminarSeguiremos en contacto. Soy amigo de mis amigos. Gracias por tantos buenos cafés.
ResponderEliminarMucha suerte en el apasionante y duro mundo de los Archivos¡¡¡¡ :)
ResponderEliminarGracias. A ver si me contratan.
ResponderEliminarMe parece un muy buen balance, Dani. Como siempre una crónica exhaustiva no sólo de los hechos sino de cómo los vives.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo de tus amigos...
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ResponderEliminarJoder el tiempo que hacía qu eno me pasaba por aquí, ni había visto que habías cambiado el look del blog. Bienvenido al paro, majete.
ResponderEliminarLENA: Pues muchas gracias, Lena. Aunque supongo que cabría decir una frase más y es que el trabajo se demuestra trabajando y no poniendo sonrisas. Y eso tarde o temprano se notará. Un saludaco... ¿Iré el 2011 a Barcelona? ¿Quién sabe?
ResponderEliminarDOCTOR SPAWLDING: Bueno, soy un exveterano desempleado, no me voy a encontrar nada que no conozca ya. Un saludo.
Estoy de acuerdo, el mejor trabajo no es sólo en el que se hagan las cosas más importantes sino al que vayas con ganas de ir, por la gente y por el ambiente también.Y además se me ocurre algo leyendo esto...¿mi nombre estará en alguno de esos expedientes también?
ResponderEliminarCon total seguridad tu nombre estará en algún expediente de algún archivo.
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