Estaba en mi casa leyendo en mi salón un libro de Javier Tusell sobre la democracia de la Monarquía Parlamentaria actual de Juan Carlos I cuando llegué a los capítulos dedicados a la cultura española en estos años desde 1975 a la actualidad. En realidad estoy bastante en desacuerdo con muchas de las cosas que Tusell escribió en este libro, en general me parece que es un autor que se dejó llevar por el partidismo socialdemócrata cuando lo estaba escribiendo. Parece que el PSOE lo hiciera todo y además todo correctamente, que los problemas de todo lo malo que haya podido ocurrir en estos años siempre es por culpa de los demás. Pero no voy a entrar en eso en este post. Lo cierto es que me ha llamado la atención los capítulos de la cultura. Más que nada porque su análisis de la cultura española parece un análisis de mercado más que de cultura, y eso que Tusell aparte de historiador fue director general de Bellas Artes en los años 1980'. Por lo demás Tusell me parece en general un autor de referencia para la Historia actual, pese a que murió en 2005, por cierto que está enterrado en Alcalá de Henares, mi ciudad. Su obra por otra parte no debe ser cogida como única y definitiva, creo que cada vez hay más historiadores, sobre todo de mi generación, que reclaman una revisión de la Transición y las épocas posteriores, porque es necesario para tener una visión más realista y menos al servicio de una propaganda histórica al servicio de lo que en aquellos días fue útil para estabilizar unas ideas y un régimen nuevo.
El asunto de que la cultura no es vender, no debería ser vender-comprar, la traté ya hace poco con motivo de la pérdida de la capitalidad cultural de Alcalá de Henares para 2016, fue en la
Noticia 837ª. Sobre la evolución del cine en España también traté hace poco, en la
Noticia 833ª. Y sobre la música rock y popular y su repercusión en la sociedad española traté en la
Noticia 76ª y en la
Noticia 77ª. Anoto esto para no tener que volver a ahondar en ello, los interesados en esos campos pueden entrar por los enlaces que os acabo de hacer y leer sobre ello.
La cultura española vivía una Edad de Plata durante algo más de su primer tercio del siglo XX. La guerra civil de 1936 a 1939 fue un revulsivo para ella por los exilios, encarcelamientos, ejecuciones, muertes a causa de los acontecimientos o por edad, la anulación de leyes e iniciativas educativas y las censuras ejercidas por el bando vencedor de los golpistas de Franco. Durante la dictadura de 1939 a 1975 se puede hablar de una intelectualidad española exiliada, a la que incluso se le unió en los 1950' y 1960' varios intelectuales que apoyaron a Franco en sus primeros años pero que se transformaron en disidentes de la dictadura, desde posturas conservadoras, y de una intelectualidad que no se exilió ya por simpatías con el régimen, ya disintiendo con él. Sea como sea, a partir de los 1950' la intelectualidad española, los artistas, algún ministro y poco a poco la sociedad, adquirió un paulatino cambio cultural que dejaba llano el camino para una mentalidad democrática que en el tardofranquismo de 1970 a 1975 hizo mucha mella en el gobierno. De ahí parte la cultura del periodo actual, un punto de partida entre los afines a la dictadura, ya pocos dentro de la alta intelectualidad, y el activismo político contra ella, más o menos soterrado o más o menos evidente en otros casos.
A lo largo de 1976 hubo cierto dejar hacer, pese a que exisitieron represiones policiales. A lo largo de 1977 casi todo era permitido. Con la Constitución de 1978 las cosas debían ir a la normalidad, aunque aparecían casos como el de las Vulpes, en 1981, comentado en la Noticia 77ª, o el de la portada de humor de El Jueves en 2007, se puede leer en la
Noticia 303ª.
Tusell mismo dice como de 16 universidades en 1975, se pasó a las 60 universidades actuales, aunque no cita como algunas de ellas, como la de Alcalá de Henares, empezó a plantearse su creación por primera vez no con la Monarquía Parlamentaria sino con la dictadura durante 1975. No obstante aunque la población universitaria se multiplicó por mucho, ese crecimiento venía ya de los años 1960'. Pero es cierto que es la democracia quien lo multiplica de golpe, gracias a las ley de educación general básica obligatoria (EGB, que también era producto de la dictadura, pero desarrollada por la democracia) y a la gran cantidad de becas que concedió el gobierno del PSOE de Felipe González, cuya administración, hasta la fecha, es la única que ha realizado grandes e importantes inversiones en educación aún no superadas por otros presidentes.
Pero la cultura tampoco es sólo la Universidad o el colegio, aunque ayudan estos a crear una sociedad del conocimiento como no se ha conocido antes en España, y la mejor preparada culturalmente de toda Europa actualmente, aunque lamentablemente no se vea recompensado con oportunidades en el mercado laboral con puestos de trabajo o salarios dignos. La cultura también es por ejemplo la literatura, que tantas mentalidades ayuda a abrir, aunque sea mientras la entretiene. Lo lamentable en Tusell es que esto lo mide en cuanto al número de socios compradores de libros del Círculo de Lectores, o de las ventas de libros. España es uno de los países que más libros produce al año, y dónde más libros se venden, sin embargo no es el país donde los ciudadanos reconozcan leer demasiados libros. Son dos datos reales y contradictorios, pero existentes. Por lo que las cifras de ventas de libros que aporta Tusell son realmente dudosas en relación a sus efectos reales en la sociedad. Tampoco cuenta con qué tipo de libros se venden, y esto realmente no es algo que no se deba tener en cuenta, pues podría dar muchas de las claves de porqué se producen tanto y se venden tantos, pero no se corresponde con porcentajes altos de hábitos lectores en los españoles. Así por ejemplo, según las grandes editoriales los libros de guía de viaje son de los que más éxito de venta tienen hoy día en nuestro país, aparte de los "mejores ventas". También ha aumentado la prensa y sus ventas, pero Tusell no cuenta que la prensa más vendida son revistas de asuntos amorosos de la vida de los famosos y diarios deportivos. Desprecia en su libro las librerías tradicionales, diciendo que no importa tanto que estén en crisis, porque las grandes superficies venden muchos libros. Pero las grandes superficies normalmente venden los "mejores ventas", que suelen ser libros, habitualmente, de escaso valor literario y a menudo anacrónicos o lleno de todo tipo de errores. Eso hace que inmensidad de libros de toda clase, y que no cuentan con grandes campañas de promoción o incluso con película propia, queden excluidos. Aún peor, cuenta los éxitos de la literatura según las cifras de ventas de los libros de un autor determinado, en este caso usó a Pérez-Reverte, como si su caso concreto fuera el caso general de toda la literatura española.
Del noveno arte, que es el cómic, ni habla, aunque sí trata del mundo del arte de la pintura, la escultura y la arquitectura, las cuales fueron las artes que más fácil lo tuvieron durante la dictadura para desligarse de ella, ya que las nuevas tendencias no eran comprendidas a menudo por los censores y dejaban pasar practicamente casi todas las obras que se les presentaban, aunque recelaban de las vanguardias. Sin embargo Tusell no habla de hacia dónde va ese arte, de si la sociedad lo comprende o le gusta, de si realmente influyen en la gente o si es compartido... lo trata en relación a términos económicos del tipo: tantas personas fueron a tal exposición, y lo cuenta como éxito, sin más. Tampoco entra en otro tipo de cuestiones, como que se empezase a cobrar entrada en muchos de nuestros museos a partir de 1986, o lo poco que gustaron ampliaciones como las del Museo de Prado, o las polémicas existentes en determinadas ayudas gubernamentales a determinados artistas, o al arte en general.
Sobre el cine se remite a las taquillas y la venta de entradas o bien a las películas con un galardón Oscar de Hollywood, sin querer ahondar porqué en los 1980', por ejemplo, se redujo la producción de cine español incluso por debajo de las que se producían durante la dictadura. O porqué pese a lo exitoso de los títulos que cita, la gran mayoría del cine español no atrae al público, pues aunque es verdad que no existe el nivel de promoción que tienen los norteamericanos, lo cierto es que las temáticas de cine español no han atráido a la gente a pagar los elevados costes de un cine hasta hace relativamente poco (desde mediados los 1990' diría yo), y eso sólo se ha logrado con una generación de guionistas, productores y directores con ideas más atractivas para el espectador. Pero el cine tampoco se debería medir sólo en esos términos, pues el arte del cine, a menudo, no asocia calidad-arte-taquilla. Pero del cine ya hablé, como dijimos.
En cuanto a la música pasa lo mismo. Ya hablé de ella, también como dije, y podéis leer de ella en sus Noticias correspondientes. Pero es sorprendente como Tusell habla con menosprecio sobre la música popular en cualquiera de sus formatos (rock y derivados, cantautores y demás), e incluso dice de La Movida que era un movimiento sin importancia ni ideas... cuando La Movida regeneró la cultura española y las costumbres sociales. Sus efectos fueron tremendos y tuvo repercusión mundial. Es obvio que Tusell no estaba familiarizado, ni quería estarlo, con la cultura popular, que llegó a contar incluso con apoyo político por parte de Tierno Galván, alcalde de Madrid en la Transición, y profesor de Universidad en los 1950' protagonizó un capítulo cultural de disensión contra la dictadura. La Movida alcanzó todos los níveles de arte y todos los sociales, incluso entró en el debate político del Parlamento con las Vulpes, como dije.
La música como cultura para Tusell parece residir tan sólo en la música clásica, la ópera, la zarzuela... Es una visión muy corta y limitada. Muy miope. Por lo menos eso sobreentiendo del libro que estoy leyendo de él. Habla de la gran inversión en la Orquesta Nacional de España, la proliferación de orquestas sinfónicas, y el aumento de 2 auditorios en 1975 a una gran inmensidad de ellos por toda España unidos a teatros (el teatro, por otra parte, es el único donde reconoce que sufre una grave crisis). Pero hay que tener en cuenta que buena parte de los músicos de muchas orquestas, y no es broma, son extranjeros de la Unión Europea, y no tanto españoles. En los 1990' se registraba que el 70% de los músicos de orquestas españolas no eran españoles.
Esta actitud contra la cultura popular se vuelve a repetir en Tusell cuando debe referirse a la nueva cultura que está revolucionando pacíficamente a la sociedad actual, la cultura de los medios de comunicación, especialmente Internet, donde todo el mundo puede expresarse libremente con escritos, fotos, dibujos, pinturas, videos, películas, música, audios diversos... Para Tusell esto es algo baladí, sin importancia alguna, como si no tuviera repercusión. Es más o menos el discurso que antes de ayer Lara, editor de Planeta, dio en la entrega de los Premios Planeta. En él habló de la necesidad de crear medidas y leyes para proteger los derechos de autor de los escritores de libros en Internet, citando de paso que lo que los internautas creaban lo creaban porque querían en Internet crearlo... Pues como los escritores, lo que crean lo crean porque quieren. Y es tan necesario que las creaciones de unos estén tan protegidas como las de otros, y no lo digo en un sentido económico si no en uno donde nadie pueda apropiarse de la obra de nadie para usarla con ánimo de lucro, o le suplante la personalidad, o le cite con palabras o ideas que nunca dijo el autor, sea este cibernauta o escritor. Porque de la escritura, pese a lo qe dijo Lara en un sentido contrario, no vive casi nadie. Viven muy pocos escritores, los afamados, que no son muchos en relación con todo el mundo que escribe, que hoy día con Internet es prácticamente casi todo el mundo.
Y por supuesto hay que citar la labor del gobierno en la cultura actual. Ya hemos dicho que Felipe González fue el gran artífice por extender la educación a todos los españoles aportando una gran cantidad de ayudas, becas, oportunidades para ascender en los estudios, construcción de colegios y universidades, y elaboración de una legislación educativa que ya venía dada desde la dictadura y que habían fomentado también los gobiernos de Suárez y de Calvo Sotelo. La extensión de la televisión (en los 1980' fue especialmente didáctica incluso en sus series y películas) y unos mejores medios de vida permitieron acceder a cuestiones culturales que previamente hubiera sido imposible a las clases trabajadoras. La Movida igualmente, protegida por Tierno Galván, ayudó a abrir muchas mentes sobre todo en lo que significaba libertad de expresión, pues aunque Tusell es contrario a las tendencias anarquistas y/o anárquicas de muchas personas famosas o no de este movimiento cultural , fueron sus actitudes y sus obras las que abrieron el camino a nuevas mentalidades. También el apoyo del gobierno a la construcción de determinados edificios de carácter cultural fue esencial para extender una nueva sociedad.
Y por supuesto también, la Monarquiía propiamente estaba y está interesada en el fomento y el mantenimiento de esta España que hoy día es la más preparada y culta de toda nuestra Historia. Juan Carlos I valoró la lección que le dio su padre Juan de Borbón acerca de que su abuelo, Alfonso XIII contó con la enemistad de toda la intelectualidad importante para que se proclamara la II República, así como que el propio Franco también tenía en su contra a la misma. Quizá por ello una de las características de este reinado es el apoyo a la cultura del que siempre ha hecho gala. La cosntrucción de Universidades, teatros, liceos, auditorios, museos, archivos, fundaciones... llevan su patrocinio. Pero quizá es más evidente aún en los hechos de la creación del Premio Cervantes, que es el equivalente del Nobel de Literatura en lengua castellana, el Instituto Cervantes y la propia Universidad de Alcalá de Henares en Alcalá de Henares, velando todos por el idioma español en el mundo y avalando nuestras letras y obras. La creación de los Premios Príncipe de Asturias. El patrocinio del Museo del Prado. La creación y fomento de los Paradores Nacionales con Calvo Sotelo. La creación del Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofia, avalado por la propia reina. La apertura de los Reales Sitios al público. La recuperación y apertura al público del Real Jardín Botánico de Madrid. Las medallas a las Artes. La creación de los Premios Goya de Cine. Y el apoyo a la creación del Museo Guggenheim en Bilbao, el asentamiento del Museo Thyssen en Madrid u otras iniciativas de este estilo. El reinado de Juan Carlos I se ha transformado en uno de los reinados que más han apostado por ganar el apoyo de la intelectualidad y por la cultura accesible a toda la sociedad (alcanzable por todos es un término diferente, pese a que casi todos podamos llegar a ese alcance). En este sentido a menudo varios analistas republicanos llegan a coincidir que Juan Carlos I en cierto modo quiere, en cuanto a la cultura y la intelectualidad, asemejarse al apoyo decidido que le dio la II República entre 1931 y 1939. Legitimarse y justificarse a sí mismo por medio de ella.
Así pues, la cultura no es meramente mercado. Creo que Tusell no estuvo acertado al medirlo en ese término, aunque deja la puerta entreabierta a pensarla en otros términos. La cultura es algo que debería ser una forma de vida, en la sociedad. Algo asumido. Podemos alcanzarlo, siempre que no lo perdamos acosados por la educación privada en los colegios, o la tendencia a que los estudios superiores sean accesibles sólo a los que tienen más dinero. Por no hablar de la baja en calidad de la televisión actual (principal educador social). Quizá las nuevas tecnologías de Internet tienen la palabra actual, más democratizadora aún, siempre que no caigamos en el peligro de creer que cultura es igual al todo es válido para pasar por encima de todos. En el diálogo está la mayor potenciación de la expansión de la cultura en la sociedad. Y cuanto más sepan los interlocutores y más sean capaces de reflexionar por sí mismos, más posibilidades tendrán esos diálogos. Eso se logra con la educación para todos, la expansión de la lectura, de la escritura, del cine, de la televisión, de la música, de concocer obras de arte de todo tipo... y de saber reflexionar por uno mismo, insisto, cosa que se suele lograr, insisto también, con el diálogo con otros, compartiendo con otros. y por supuesto siendo activos nosotros mismos, no sólo receptores pasivos de las ideas de otros o las creaciones de otros. Todos tenemos algo que aportar, por mero que sea. Todo es cuestión de nuestras actitudes ante la vida.
Saludos y que la cerveza os acompañe.