jueves, octubre 14, 2010

NOTICIA 841ª DESDE EL BAR: RECORDANDO A LA FRANCESA

Cuando en 2006 una francesa desconocida se sentó a mi lado para comer conmigo, no pude menos que eruptar. Lo conté en la Noticia 93ª.

No he sido un hombre que pueda decir que haya tenido alguna vez una pareja, nunca he tenido ningún tipo de pareja. Eso no es lo mismo que decir que sea un santo o un monje, porque no es lo mismo una pareja sentimental que una pareja de una noche, aunque la noche se repitiera en el pasado con esa persona esporádicamente. He tenido varias noches con varias personas, no muchas noches, he de reconocerlo también. Y todo esto no quiere decir que nunca hubiera querido tener una pareja. He amado y no he sido amado, en ello estriba que nunca tuviese una pareja sentimental. Y cuando no he amado he deseado muchas noches con muchas chicas, pero no soy una persona que sepa conquistar a las mujeres, al menos no a aquellas que en la mentalidad general de la sociedad no se consideren extrañas o, dicho cariñosamente, locas. Aunque por otra parte es el tipo de chica loca, que no es lo mismo que descerebrada, la que a mí me va. Las pocas historias que reuno en mi haber son historias de calidad, y varias de esas historias levantarían las envidias de algunos, pues aunque uno es callado con estos temas no quiere decir que sea en los mismos alguien que se conforme con algo anodino.

No soy una persona que resulte atractivo a las mujeres como pareja sentimental o pasional, en todos los sentidos en los que alguien pueda resultar atractivo a una mujer. Sí aparezco ante sus ojos e ideas como un amigo o bien como alguien "interesante" o "raro", un "raro que da tranquilidad cuando se te conoce", como han dicho algunas. Pero en general pocas se han acercado a mí para conocerme más allá del amigo, el interesante o el raro. Pocas, para mi gusto y el de cualquiera, y además excesivamente esporádicas, para mi disgusto. Tanto es así que los pocos piropos, o incluso caricias cariñosas (que no amorosas) que me han dedicado las recuerdo con cariño.

Reflexiono todo esto a costa de recordar hoy aquel suceso con la francesa. ¿Y por qué? Desde hace un mes un amigo personal me ha llegado a decir por dos veces que determinadas chicas son "demasiado para mí", que "apunto muy alto para mis posibilidades", aunque en realidad no estoy apuntando a ningún sitio, a ninguno, a nadie, pese a que no me cree cuando se lo he dicho. Hace un día otro amigo me dijo algo parecido. La verdad es que pienso que si llevaran razón no han terminado de acabar sus pensamientos, pues si son mis amigos he de suponer que entonces deberán proseguir que si un determinado tipo de chica es demasiado para mí, quizá sea porque a la inversa yo tampoco sea alcanzable para ellas. Porque, por ejemplo, podríamos haber conversado aquella francesa y yo durante aquella comida si ella hubiera comprendido que el nerviosismo es algo natural, no algo censurable. Son maneras de ser, querer conocer a la persona o al personaje... Depende del momento que quieras conocer a uno u otro, también es verdad, pero ahí está el juego.

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