Como parece ser que no tenemos gobierno, vamos a hablar de lo que sí tenemos: de bares. Mañana hablaremos del gobierno, que decían Tip y Coll para terminar sus chistes. Aunque ganas no faltan de hablar hasta del gobierno local, dado que el incendio del negocio de pinturas ilegal de Chiloeches el pasado día 26 de agosto nos pudiera estar contaminando las aguas del río Henares, y así vamos encontrando montones de peces muertos en Alcalá de Henares. Aunque las autoridades lo nieguen, los cadáveres están en las riberas.
A la hydra de Lerna cada vez que Hércules y su fuerza bruta le cortaba una cabeza le crecían dos. Hasta este recién terminado mes de agosto se ha vivido un año en Alcalá de Henares donde la policía ha puesto innumerables multas por razones a veces totalmente peregrinas a los bares de Alcalá que apuestan por la música, la cultura y un modelo diferente al de la tapa ideada para el turista, o sea: contra bares que dotan de vida alcalaína a los alcalaínos. Vengo desde finales de 2015 anunciando cierres de bares ahogados o sancionados por cuestiones a veces un tanto insólitas. Si bien la policía ha actuado con la normativa municipal y la ley autonómica en la mano, han buscado hasta los resquicios más absurdos para multar siempre a un determinado tipo de bar, pues otro tipo de bar ha quedado impoluto hasta la fecha. Se han visto multas a bares de apenas treinta o veinticuatro personas de aforo a los que se les exigía tener alguien que ejerza de portero, por ser un bar "especial", así (in)determinado en la ley, es el policía el que ante la imprecisión legal aplica su juicio de qué bar es especial y cuál no. ¿Será el que le mire con los ojos más golosos? ¡Ay, esos ojitos especiales, que lindos que son! Se ha visto incluso multas a un bar habitual de rock al que se le multaba alegándose que no tenía licencia para poner música ni de sonido ambiente siquiera, cosa que, sinceramente, casi ningún bar de este municipio tiene, ni de casi todos los municipios de España; ni música y televisión, ni siquiera permiso para dar palmas o tocar la guitarra, pero esas son normas y leyes que normalmente no se aplican... salvo en Alcalá, parece. Se ha visto buscar todo tipo de excusas. Va más allá de los bares. Según nos contaba la asociación Alcalá es Música en su resumen de los Conciertos de la Paloma de estas ferias, hubo un grupo de música fusión venido de Barcelona, La Señora Tomasa, que al terminar el espectáculo, por no tomar la carretera con el cansancio y poder vivir las fiestas alcalaínas un poco, decidieron dejar su furgoneta llena de los instrumentos y equipos varios en el área de vehículos restringida precisamente para la organización y artistas. Su sorpresa fue a la mañana siguiente cuando no encontraron su furgoneta y supieron que la policía municipal había llamado a la grúa para llevársela. La organización les explicó que se habían llevado el vehículo impropiamente, pero como ni policía ni servicio de depósito de vehículos entraran en razón, pagaron el depósito a precio alto para poder recuperar vehículo e instrumentos que se habían llevado de manera impropia. Se puede leer en la página de Alcalá es Música. Se han escuchado diversas teorías acerca de este auge de multas relacionadas con aquellos que promocionan la música (y otros espectáculos) en la ciudad sin ser parte de lo propuesto por el ayuntamiento, desde un desentendimiento entre la policía municipal y la Concejalía de Cultura o el tripartito (dentro de una especie de forcejeo político), a que será por quejas de vecinos con influencia; o bien que será por la denuncia secreta de algún determinado dueño de bar que se quiere quitar competencia; o también que hay un afán recaudatorio ante las deudas heredadas que tiene el ayuntamiento igual que en otros municipios donde está Podemos se han aumentado, presuntamente, otras multas por ejemplo en tráfico o contra los vendedores de música pirata; o, incluso, me llegaron a contar que hay quien sabe que hay una determinada franquicia de bares de ocio que quiere hacerse con el negocio al completo en Alcalá de Henares ante lo que calcula que serán grandes oportunidades en breve, por lo que obra en la sombra para ir eliminando a quien le estorba en busca de su espacio. Como sea, son sólo teorías, no hay nada cerciorado ni realmente cierto, del mismo modo que no hay nada realmente falso. Lo que hay con certeza son: rumores. Son rumores, son rumores, que cantaba Rafaela Carrá. A quien le interese aclararlos para no empañar imágenes, ya está tardando en hacerlo. Por lo que sea, la cosa es que para julio de este año, por estos motivos, nació la asociación Toquemos en los Bares, como conté entonces, con la idea de tratar la ley autonómica de espectáculos en los bares para poder liberar el sector, al estilo de Barcelona. Sin embargo, aunque personas del gobierno municipal dijeron apoyar esta iniciativa, ya que la culpa era por la aplicación de la ley autonómica de la Comunidad de Madrid, hubo uno de esos bares que se atrevió a poner en su red social la carta de la sanción que le ponían, la cual tuvo que retirar en poco tiempo, en la que se leía claramente que se le multaba por aplicación de una normativa municipal sobre que ponga música en su bar, normativa que pertenecía a la Concejalía de Medio Ambiente, hoy día en manos de Egido, concejal y líder actual de Somos Alcalá, y contenía sello y firma municipal (por esa razón tuvo que quitarlo de la red social, por la firma, no por el sello), con lo cual no sería la Comunidad autónoma de Madrid y su ley la que se aplicó en esa multa, no sé si en otras. Como sea, que yo sólo expongo estas cosas y no pongo más. Yo dije varias veces hablando con amigos cercanos y alguna vez por escrito que en Alcalá nunca desaparecerían los bares culturales, por muy mal que se les pongan las cosas, precisamente porque es una ciudad muy golosa dada su alta población joven y dada la enorme población que tiene, y su varias instituciones que promueven cultura. Aunque llegados hasta agosto los bares iban con la peor parte de la jugada, se le corta la cabeza a la hydra y, como ya dije a amigos y al comienzo de este párrafo, le crecieron dos, y si cortan dos crecerán cuatro, y si se mata a la hydra esta será ave fénix y renacerá. Y esto es así, aunque se lleven todas las furgonetas y coches de músicos, poetas, actores, pintores y dueños de bar al depósito municipal con la normativa en la mano, esté bien o mal leída.
Hoy presento varios bares nuevos que comienzan su andadura en septiembre, aunque algunos ya llevan unas semanas o días abiertos en Alcalá. Han abierto más de los que hoy anoto, pero los que anoto ya son bastantes, ya les llegará a otros el turno, si veo que me entusiasman. También es cierto que hablo de otros que llevan ya unos años, pero aún no había hablado de ellos. Por ejemplo diré que no entro en profundidad pero que el antiguo local de La Vaca Flaca y el Shooter ha vuelto a abrir en los últimos días de ferias, se llama La Cafetería y es en realidad una cervecería especializada, en la calle Postigo. Pudiera estar bien para los amantes de la variedad y las diversas clases de cerveza.
Del primero que voy a hablar es del London Café (nunca terminará de sonarme bien que se sea capaz de construir un nombre de local usando palabras en inglés y sintaxis inglesa, pero luego se escriba una o varias en español, sería London Coffee, pero en fin, marcas de la casa). Se encuentra en Via Complutense, nº 2, o bien Calle Eras de San Isidro nº 1-3, he encontrado la dirección de ambas maneras. Se ubica al lado de la Quinta de Cervantes, y su precioso jardín. Allí hubo otro bar que hace un par de años no estaba mal en cuanto a tranquilidad y tapas, pero se degeneró en precios y calidad. En este caso el London Café, al cual aún no he entrado, confieso, tiene pinta por su exterior de ser una franquicia o asemejarse al funcionamiento de una, al menos. Parece el típico bar de tapas ideado para la busca de estudiantes europeos que de clientes más de ese barrio, porque aunque su guardia británico en la puerta pueda ser un atractivo para los británicos, recién salidos de la Unión Europea, se encuentra en una zona de paso donde estaría por decir que sus máximos clientes serán españoles. No sé, no podría decir mucho más.
Alcafe.net no es nuevo, pero no es el más conocido de los bares. Se trata de un bar que se encuentra en el local nº 1 de la Residencia de Estudiantes del campus de Ciencias de la Universidad de Alcalá, cerca del Hospital Príncipe de Asturias. Ocupa el local que tuvo el muy movido en música, conciertos y vida estudiantil Nívola, del que os hablé en 2006. Esta cafetería no reemplaza ese ambiente, ni siquiera llega a ese ambiente. Será porque lo visité en este agosto varias veces por asuntos personales y les pillé a medio gas, pero el servicio me pareció lento y algo despistado, probablemente por ser agosto, insisto, habría que verlo a pleno rendimiento con los estudiantes ocupando sus residencias. Ahora mismo debe estar despertando del letargo, a punto de comenzar el curso. Ofrece Internet, pero tengo mis dudas de que ofrezca oferta cultural para esa zona. Ofrece servicio de comidas.
El Tempranillo tampoco es nuevo. De hecho hablé de esta vinacoteca cuando hablé del Garnacha en enero de 2015, se puede leer por aquí. Al igual que aquel, no sólo es una vinacoteca, ambos están en la Plaza de los Santos Niños, sólo que El Tempranillo está en la entrada por la calle Cardenal Cisneros, en el número 5. He ido por este sitio unas cuantas veces, aunque nunca por la noche. El lugar es ligeramente caro y hay un porcentaje de clientela vestida elegante entre lámparas de araña de cristal, pero en realidad es un lugar asequible para toda clase de personas. Su personal, liderado por Inma, es bastante abierto. Además cuentan entre sus camareros al antiguo dueño del Québec, mencionado y cerrado en el pasado. Él hacía unas patatas con vinagre y ajo que ha llevado a este bar y que son, para mí, unas de mis favoritas, soy muy patatero. Es una vinacoteca y recomiendo el lugar para tapeos de mediodía de fin de semana. No hay música y es pequeño, pero ponen guisos de tapa, otras veces embutidos, y te saben guiar en vinos. Dan comidas. Sus guisos merecen la pena, mucho.
Otro de los no nuevos, es El Gato Verde, que guarda relación con La Cartujana y con El Perro Verde, en cuyo local se ubica. Se abrió en noviembre de 2014, buscando las Navidades, a los pocos meses de cerrar el El Perro Verde, y se llama El Gato Verde, por referencia, en homenaje y porque la dueña del local, no del negocio, sigue siendo la dueña de aquel Perro Verde. En parte hablé de ello cuando cerraron el bar original. El actual Gato Verde no tiene mucho del anterior Perro Verde. Se cambió alguna cosa, aunque se mantiene parte del mobiliario, pero la clientela no es la misma en buena parte, el ambiente en absoluto es el mismo. El actual parece menos familiar, más dedicado a mantener la distancia entre servicio y clientes, no parece que haya esa preocupación e interés donde uno podía ir y hablar con confianza de tu vida y de las suyas. Los precios son caros, las tapas están bien presentadas, pero... a mí no me terminan de convencer, siempre les encuentro algo que le falla, sea el pan o la combinación de sabores. No me termina de convencer hoy día, y es una lástima que la vida cultural y la personalidad del ambiente del primero se haya diluido en el querer vender tapas de comida del segundo, sin embargo, suelo ir de vez en cuando, de tarde en tarde, por un no sé qué yo aquel que no sé qué... y por los pocos amigos que aún van. El mobiliario me sigue proporcionando un algo. Se encuentra en calle San Felipe Neri, nº 3, esquina Calle Mayor con Plaza de los Santos Niños.
La Posada del Diablo tampoco es nuevo en cuanto bar, pero sí tiene nueva dirección desde comienzos de verano, cosa que ha pasado desapercibida. Está en la avenida de Madrid, nº 2, frente a la Puerta de Madrid y la muralla. Se tiene registro de este lugar como hostelería desde el siglo XVII ó XVIII, si bien no siempre fue un negocio de esta clase. Estaba en una de las puertas de la muralla, extramuros, lo que hizo que allí se alojaran tanto personas de paso, como ganaderos, como gente que iba y venía de Madrid a Alcalá y también gente de mal vivir. Hubo rumores oscuros sobre el lugar. En su sótano, en el que con el anterior dueño se han hecho conciertos, hay una puerta tapiada que antes comunicaba con el Palacio Arzobispal y servía para sacar dinero de los impuestos para llevarlos al gobierno. En todo caso, el lugar no está mal, aunque el actual dueño se ha limitado a la venta de bebida y comida. Sus pinchos están bien elaborados. Los precios son los normales del centro de la ciudad, no altos, pero no baratos. No es un bar típico de turistas y eso dota su terraza de cierta tranquilidad.
El Flamingo Rock Bar no es nuevo, pero a finales de junio se cerró y lo anuncié a principios de julio. Cerró por vacaciones dos meses por primera vez en su extendida existencia, pero también porque Moncho, uno de los dueños, se iba y no sabemos si será para reabrir La Charcutería, probablemente sí, en algún momento. Pepe, el dueño fundacional y que siempre estuvo ahí, quería pensar cómo afrontar la nueva etapa, que según yo lo expliqué en el pasado valoro que es la VI y según Pepe es la IV. Sobre comienzos de octubre cumplirá 11 años dando rock a la ciudad y animándola culturalmente desde sus posibilidades. Volverá a abrir sus puertas el viernes día 2 al mediodía para ofrecer un vermouth a sus clientes habituales y amigos, aunque las puertas están abiertas a todos. La apertura oficial de la nueva etapa, la apertura grande, será el sábado 3 de septiembre con los horarios normales. ¿Y cómo será la VI etapa del Flamingo Rock Bar? ¿Cómo se la ha planteado Pepe? Para empezar, al final no empezará él en soledad, como se creía. La gran sorpresa para todos es, me ha dicho que puedo decirlo ya si quiero ante mi pregunta de si podía, que una de las dueñas del también cerrado en junio, El Deltoya, reabre como socia de Pepe, Mariajo, que ha animado la ciudad con rock y cultura desde su anterior bar, une fuerzas a Pepe y al Flamingo y esto promete algo que puede ser importante para reanimar a la ciudad de este estado de shock en el que entró en estos ambientes. Pepe piensa en rock, pero piensa en recuperar esos recitales que daba, buena parte de ellos fueron míos pero para el futuro piensa en más gente, quiere cineforum, quiere documentales, quiere revivir un espíritu del bar y una ciudad. Ojalá así sea. Yo lo estoy deseando. Esto puede ser grande... si los clientes y los alcalaínos le acompañamos en su propuesta de dar a Alcalá lo que muchos alcalaínos quieren de este tipo de cultura. Están en ronda de la Pescadería, nº 17.
Y es aquí en este punto en el que hemos de hablar una de las grandes apuestas por la cultura alcalaína que promueven los bares complutenses. Un recién nacido de la mano de uno de los componentes de la revista digital Walskium, Pablo Schumann, junto a Sandra Dee. "Un refugio antinuclear donde esperar sentado, con una cerveza helada, la llegada del fin del mundo", así se presentan ellos mismos como el lugar que regentarán. El nuevo local también se abrirá el sábado 3 de septiembre. Se inaugurará desde mediodía. Su nombre es una referencia a una de las armas de repetición más populares del Salvaje Oeste norteamericano del siglo XIX, clásica de las películas del Oeste: Winchester Bar. No es la primera vez que en Alcalá se homenajea a la cultura popular en el nombe de un local, en concreto en cuanto a cine del Oeste el mencionado Moncho llegó a tener un bar llamado Por un puñado de dólares, que muchos mal llamaron "Purumpum". Pero estéticamente también tiene un guiño a la ciencia ficción. Efectivamente, para quien la haya identificado, la puerta de entrada imita la puerta de la cabina de teléfonos que en realidad era una máquina Tardis que ayudaba al doctor Who a viajar a través del espacio y del tiempo. Es obra de la artista Zaida Escobar, la misma que pintó al Juez Dredd en la puerta de Alcalá Cómic. Ocupa el local que en el pasado fue el Näif, cerrado hace años y que nombré en 2006. Aquel era un lugar donde se podía leer todo tipo de prensa y beber agua de Valencia. Winchester Bar en homenaje dicen que servirán ese mismo agua de Valencia. Me gusta cuando la gente que "hereda" un lugar emblemático hace cosas por recordar en homenaje a su predecesor. Se encuentran en la histórica calle de Santa María la Rica, nº 6, detrás de lo que fue el Deltoya, y en la otra esquina de donde está La Gatera, que este año ha cumplido 33 años, siendo el segundo bar de rock más antiguo de Alcalá, después de La Panadería. Weezer, Körn, Stone Temple Pilot, Blink 182, Death Cab for Cutie, Tenacious D... el rock está prometido. Espero, deseo y ansío su rock.
Otro de los nuevos para Septiembre, aunque abrieron a principios de agosto, en las fiestas de los Santos Niños, el Mojo Jazz Club, en la calle Empecinado, nº 15. Yo creo que en inglés es Moho, pero no estoy seguro, la verdad. Los dueños son los mismos que tenían un mítico bar de conciertos que a las afueras de la ciudad hacía las delicias de todos, el Island. Se ubica donde estuvo otro de los longevos bares de Alcalá, que cerró este año. Como el nombre indica se dedican al jazz. Si te gusta la música jazz este es tu sitio. Los precios son ligeramente caros para mí, y ligeramente caros respecto a los bares de alrededor, pero es cierto que un bar de jazz es una rareza en Alcalá. Yo me sentí cómodo allí. La decoración y los tabiques son ciertamene extraños, con un toque retrofuturista entre íntimo y acogedor. No está mal.
Y cierro con otro bar nuevo, aunque un poco más de barrio. Este está abierto desde primavera. Se encuentra en ronda Fiscal, nº 50, esquina con calle Gardenia. Como su nombre indica, el Mori Sushi Bar, es un bar de comida sushi. Si te gusta lo japonés, el arroz envuelto en algas, con pescado crudo y salsas, este puede ser el lugar, otra rareza en Alcalá, salvo por el que una gran cadena ha puesto en la Plaza de Cervantes.
Y con todas estas novedades, saludos y que la cerveza os acompañe. Y a la próxima hablamos del gobierno.
3 comentarios:
Desde hoy me declaro una seguidora de tu blog y de esta lista de bares que apuntas. Me gustaría sugerir uno más, para los sushilovers. Más allá del que apuntas, que tendré que probarlo, para comer sushi y otros platos japoneses os recomiendo Ki-jote, en la parte trasera de Vía Complutense. Muy rico y el tipo que lo lleva y cocina majete y muy profesional. Si queréis conocerlo está en Facebook y esta es su web http://ki-jote.com. Gracias por el post, me facilitas el trabajo de buscar sitios nuevos que probar ;-)
Como siempre, muy interesante todo el artículo, pero me interesa especialmente eso que comentas de que en el sótano de la Posada del Diablo hay una puerta tapiada que antes comunicaba con el Palacio Arzobispal y servía para sacar dinero de los impuestos para llevarlos al gobierno.
¿Sabes de algún libro o referencia dónde se pueda ampliar esto? Muchas gracias.
A Olivia's World: gracias. Lamentablemente, al esperar agosto para escribir este post por aquello de coincidir con las aperturas, me dicen potr facebook que Mori Sushi cerró... Corta vida ha tenido si es así, apenas unos meses. Sin embargo, será un buen sustituto el que nos anotas en Vía Complutense.
A Daniel Carrillo: Supongo que en los libros especializadosd el Palacio Arzobispal. Yo no te podría dar ahora un título concreto, pero la asociación para la conservación del patrimonio o la biblioteca central te podrían guiar.
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