Madrid despertaba del sueño de la noche de la dictadura, aunque aquella mañana su despertador fue un estruendo demoledor de dos kilos y medio de explosivo GOMA-2. El número 8 de la calle Libertad quedaba pulverizado, quedándose intacto tan sólo una habitación de aquel local. El bar “La Vakería” había dejado de existir materialmente el 8 de Junio de 1976.
Aquel bar-taberna era a la vez un local que servía como lanzadera de un circuito de poetas, hippies, músicos, publicaciones y recitales, no exento de nombres muy conocidos del mundo de la cultura popular. Un local reconocido en la calle y la prensa del momento como de una gran actividad contracultural, lleno de hippies e intelectuales con ideas de izquierda. En la antesala de La Movida madrileña participaría de ella años más tarde. Pero al principio le esperaba la represión.
Sus impulsores fueron un grupo de jóvenes que vivían en el ambiente madrileño de aquel tardofranquismo y habían llegado a conocer el de las islas baleares de su época, llena de los hippies europeos que se acercaban al Mediterráneo. Al frente de ellos, y como titular de la propiedad alquilada de “La Vakería”, estaba Emilio Sola. Este hombre era por entonces un joven de unos 29 años cuando abrió este proyecto contracultural en 1975 con unos amigos. Pronto el local se transformó en una referencia del mundo cultural al margen de la cultura oficial de aquellos días en los que agonizaba el dictador. De ese modo se vieron caras muy conocidas en “La Vakería”, sobre todo caras que se harían conocer en la siguiente mitad de los 1970’, durante La Movida. El local fue motivo de aparecer diversas veces en la prensa por motivos culturales. ABC, Arriba, Blanco y Negro, Guía del Ocio, Informaciones, Pueblo… Todos solían atar siempre la coletilla de lugar de referencia de la cultura hippy, la poesía postmoderna, la contracultura, publicaciones que hoy día llamaríamos fanzines…
Quizá todo eso provocó que recibieran diversas amenazas por grupos de extrema derecha que no se llegaron a materializar, aunque forzaron al cierre del local el 20 de Noviembre de aquel 1975 durante una semana, a causa de la muerte de Franco, ya que los propios dueños del proyecto preveían que se podría crear una gran fiesta que provocase serios problemas con unos organismos de seguridad aún ligados a la dictadura.
Sola, que se había transformado en un poeta con publicaciones diversas ya, las primeras, como “La Isla”, y que se había transformado en profesor universitario de Historia Moderna especializado en África y Tercer Mundo (publicó su tesis sobre las relaciones hispano-japonesas en el siglo XVII), intercaló su actividad al frente de La Vakería con viajes al Magreb. Aunque nunca abandonó tales actividades.
La Vakería se acercó al movimiento libertario (anarquista) y en sus paredes colgaron carteles sobre la libertad para el Sahara Occidental, el pueblo palestino y la cara de Bakunin. Así estaba el panorama cultural que representaban claramente definido en el mundo político social cuando aquel 8 de Junio de 1976 una bomba de gran magnitud acabó con el local. Nadie reclamó la explosión en los días inmediatamente posteriores, aunque se corrían rumores de la autoría de cierto grupo de ultraderecha e incluso los nombres de los promotores del atentado. La prensa más decididamente decantada ya por la democracia, era ya el periodo llamado Transición, apoyaron de muy diversas formas a La Vakería. Con el tiempo se confirmó que la bomba la puso el grupo terrorista de ultraderecha Los Guerrilleros de Cristo Rey.
Hubo dudas sobre reabrir La Vakería, la reconstrucción era muy costosa ya que suponía reconstruir todo el local, sin embargo se hizo y reabrió en Octubre de ese 1976. La nueva etapa del local ya no contaba con Emilio Sola, el cual se embarcaba en otros proyectos en Turquía y Argelia, a la par que seguía su actividad docente universitaria y su creación literaria. La Vakería entró en una nueva etapa contracultural, la de La Movida madrileña, donde hubo, no hay que negarlo, locales con nombres más conocidos, como el Kwai, pero que seguía conservando su importancia, ya que La Vakería no sólo era una taberna, era un proyecto cultural en sí. Sola nunca se desligó del todo de ese lugar, he incluso participó de sus iniciativas por medio, por ejemplo, de un proyecto editorial contracultural llamado “La Banda de Moebius”, cuyo nombre lo coge del matemático. Aún más, regresó a la dirección del local entre 1989 a 1991.
Sola ha publicado desde entonces libros literarios como “Los Hijos del Agobio” o “La Novela Secreta”, a la par que libros históricos, como por ejemplo “Un Mediterráneo de Piratas: corsarios, renegados y cautivos”. Así mismo pertenece o colabora con direcciones editoriales de revistas de investigación de diversas universidades del mundo, ha realizado numerosos artículos de Historia, es catedrático especializado en la Historia en tiempos de Cervantes, es creador o impulsor de diversos proyectos culturales, como el Archivo de la Frontera.
Este es mi pequeño homenaje a este profesor, de nombre curiosamente similar a Emile Zola. Yo, pese a estar especializado en Historia Contemporánea y Actual, le tuve enseñándome en los cursos intermedios de la carrera universitaria, en la Universidad de Alcalá de Henares. Fue impulsor de los actos literarios de la Fiesta de la Palabra de la Facultad de Filosofía y Letras, durante los cuáles se mostró siempre dispuesto a avalarme y lanzarme a mí mismo a leer mis poemas en actos públicos. Cosa que hice al margen de mi proyecto particular, con el Chico Gris, “La Botella Vacía”, aunque promocionándola en aquellos días.
Quizá en estos días en los que en mi vida particular me siento un poco como personaje de tercera fila, con este reconocimiento a Sola reivindico también a alguien que creyó en mí, y reivindicándole me reivindico. Tal vez tenga muchas carencias en mi vida a las que no hallo solución, pero sé quien soy, para bien o para mal.
Que la cerveza os acompañe... y el libro en pdf que publicó Emilio Sola sobre sus diarios durante la etapa 1975 - 1976 en el proyecto La Vakería.
Aquel bar-taberna era a la vez un local que servía como lanzadera de un circuito de poetas, hippies, músicos, publicaciones y recitales, no exento de nombres muy conocidos del mundo de la cultura popular. Un local reconocido en la calle y la prensa del momento como de una gran actividad contracultural, lleno de hippies e intelectuales con ideas de izquierda. En la antesala de La Movida madrileña participaría de ella años más tarde. Pero al principio le esperaba la represión.
Sus impulsores fueron un grupo de jóvenes que vivían en el ambiente madrileño de aquel tardofranquismo y habían llegado a conocer el de las islas baleares de su época, llena de los hippies europeos que se acercaban al Mediterráneo. Al frente de ellos, y como titular de la propiedad alquilada de “La Vakería”, estaba Emilio Sola. Este hombre era por entonces un joven de unos 29 años cuando abrió este proyecto contracultural en 1975 con unos amigos. Pronto el local se transformó en una referencia del mundo cultural al margen de la cultura oficial de aquellos días en los que agonizaba el dictador. De ese modo se vieron caras muy conocidas en “La Vakería”, sobre todo caras que se harían conocer en la siguiente mitad de los 1970’, durante La Movida. El local fue motivo de aparecer diversas veces en la prensa por motivos culturales. ABC, Arriba, Blanco y Negro, Guía del Ocio, Informaciones, Pueblo… Todos solían atar siempre la coletilla de lugar de referencia de la cultura hippy, la poesía postmoderna, la contracultura, publicaciones que hoy día llamaríamos fanzines…
Quizá todo eso provocó que recibieran diversas amenazas por grupos de extrema derecha que no se llegaron a materializar, aunque forzaron al cierre del local el 20 de Noviembre de aquel 1975 durante una semana, a causa de la muerte de Franco, ya que los propios dueños del proyecto preveían que se podría crear una gran fiesta que provocase serios problemas con unos organismos de seguridad aún ligados a la dictadura.
Sola, que se había transformado en un poeta con publicaciones diversas ya, las primeras, como “La Isla”, y que se había transformado en profesor universitario de Historia Moderna especializado en África y Tercer Mundo (publicó su tesis sobre las relaciones hispano-japonesas en el siglo XVII), intercaló su actividad al frente de La Vakería con viajes al Magreb. Aunque nunca abandonó tales actividades.
La Vakería se acercó al movimiento libertario (anarquista) y en sus paredes colgaron carteles sobre la libertad para el Sahara Occidental, el pueblo palestino y la cara de Bakunin. Así estaba el panorama cultural que representaban claramente definido en el mundo político social cuando aquel 8 de Junio de 1976 una bomba de gran magnitud acabó con el local. Nadie reclamó la explosión en los días inmediatamente posteriores, aunque se corrían rumores de la autoría de cierto grupo de ultraderecha e incluso los nombres de los promotores del atentado. La prensa más decididamente decantada ya por la democracia, era ya el periodo llamado Transición, apoyaron de muy diversas formas a La Vakería. Con el tiempo se confirmó que la bomba la puso el grupo terrorista de ultraderecha Los Guerrilleros de Cristo Rey.
Hubo dudas sobre reabrir La Vakería, la reconstrucción era muy costosa ya que suponía reconstruir todo el local, sin embargo se hizo y reabrió en Octubre de ese 1976. La nueva etapa del local ya no contaba con Emilio Sola, el cual se embarcaba en otros proyectos en Turquía y Argelia, a la par que seguía su actividad docente universitaria y su creación literaria. La Vakería entró en una nueva etapa contracultural, la de La Movida madrileña, donde hubo, no hay que negarlo, locales con nombres más conocidos, como el Kwai, pero que seguía conservando su importancia, ya que La Vakería no sólo era una taberna, era un proyecto cultural en sí. Sola nunca se desligó del todo de ese lugar, he incluso participó de sus iniciativas por medio, por ejemplo, de un proyecto editorial contracultural llamado “La Banda de Moebius”, cuyo nombre lo coge del matemático. Aún más, regresó a la dirección del local entre 1989 a 1991.
Sola ha publicado desde entonces libros literarios como “Los Hijos del Agobio” o “La Novela Secreta”, a la par que libros históricos, como por ejemplo “Un Mediterráneo de Piratas: corsarios, renegados y cautivos”. Así mismo pertenece o colabora con direcciones editoriales de revistas de investigación de diversas universidades del mundo, ha realizado numerosos artículos de Historia, es catedrático especializado en la Historia en tiempos de Cervantes, es creador o impulsor de diversos proyectos culturales, como el Archivo de la Frontera.
Este es mi pequeño homenaje a este profesor, de nombre curiosamente similar a Emile Zola. Yo, pese a estar especializado en Historia Contemporánea y Actual, le tuve enseñándome en los cursos intermedios de la carrera universitaria, en la Universidad de Alcalá de Henares. Fue impulsor de los actos literarios de la Fiesta de la Palabra de la Facultad de Filosofía y Letras, durante los cuáles se mostró siempre dispuesto a avalarme y lanzarme a mí mismo a leer mis poemas en actos públicos. Cosa que hice al margen de mi proyecto particular, con el Chico Gris, “La Botella Vacía”, aunque promocionándola en aquellos días.
Quizá en estos días en los que en mi vida particular me siento un poco como personaje de tercera fila, con este reconocimiento a Sola reivindico también a alguien que creyó en mí, y reivindicándole me reivindico. Tal vez tenga muchas carencias en mi vida a las que no hallo solución, pero sé quien soy, para bien o para mal.
Que la cerveza os acompañe... y el libro en pdf que publicó Emilio Sola sobre sus diarios durante la etapa 1975 - 1976 en el proyecto La Vakería.
7 comentarios:
¿Lo de la "Banda de Moebius" no será más por la banda que inventó el matemático Moebius:
http://www.sitographics.com/conceptos/notas/moebius.html
que por el dibujante?
eres un tocapelotas chico gris, siempre poniendo la puntilla a todo
desde el cariño y respeto :P
Felices Fiestas y hasta el 2008!
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¿Qué los de derechas eran terroristas? No me puedo cree lo que dices, amigo canichu.
EL CHICO GRIS: conociendo a Sola juzgué que era el dibujante, pero tras tu investigación en google que me hablaste pudiera ser el matemático.
TXUSTINE: el buen dato nunca es malo... aunque la reiteración... que no, en serio, el buen dato nunca es malo. Un saludote.
LOREDANA: felices fiestas y feliz 2008!!!!!!! (con cerveza)
EL SITUACIONISTA: jeje, pues sí, pues sí, había unos cuantos grupos terroristas de la derecha en aquellos años. Un saludo.
Felices fiestas y barra libre de comics de Moebius para todos!!!
Me he quedado pensando a cuál de mis profesores le rendiría homenaje, y, curiosamente, se me han venido primero a la cabeza aquellos a los que no homenajería jamás....
Un beso, Espía.
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