Las ferias y fiestas de Alcalá de Henares han sido una de las fiestas locales más caras de la Comunidad Autónoma de Madrid de este año, según la prensa han costado un millón de euros. Y sin embargo este año son anódinas, les faltan atracciones en el recinto ferial, mal repartidas por barrios, con la música de las peñas y el horario nocturno de las mismas cercenado, sin artistas para todos los gustos en realidad, pues a los amantes del rock y cualquiera de sus vertientes y orígenes, por ejemplo, se nos ha dado a Rosendo (a precio caro, a sabiendas que otros municipios de la región lo han ofertado más de una vez en sus programas de otros años gratis) y grupos locales (que no está mal que estén y es una buena iniciativa), dejándonos apeteciendo ver más rock, blues y estilos hermanos más variado, incluso dentro de los estilos de rock o de jazz o de blues (no hay ofertas de jazz o blues este año, por otra parte), tampoco veo por las calles estos grupos de jazz, teatro o cine mudo que otros años deambulaban y se paraban donde deseaban para ofrecer su espectáculo, tampoco hay demasiados vendedores ambulantes y los que hay ofrecen todos la misma mercancia, y no sigo porque no quiero analizar realmente estas fiestas del millón de euros (que no sé dónde se han ido, ya que ni siquiera se ha publicado en la prensa local los presupuestos, aunque no estaría mal que algún año lo hicieran para, junto a las ganancias obtenidas, ver si es justificable tales gastos, sobre todo cuando hay barrios con falta de infraestructura o con ésta deteriorada, o con una ciudad que necesita con urgencia programas sociales y laborales con ideas nuevas, a mi juicio). Y a todo esto, la gran guinda, la violencia en fiestas, que parece ser que este año es más virulenta que otras veces y que llegó a salir en la prensa nacional de ayer (ver EL PAIS del Lunes 27 de Agosto de 2007), y de la que parece ser ningún año hay un programa eficaz para evitarla, venga de donde venga esa violencia, de grupos, de afinidades o de los que no saben beber y beben. La autocrítica no es mala, es por ella por la cual se suele avanzar. Tambán hay aciertos, claro que sí, y la pirotecnia de las ferias nunca suele defraudar a nadie, y espero que este año sea así, del mismo modo que para los que sean amantes de la canción ligera popular habrá sido un gran acierto contratar la actuación de Bisbal, o también el hecho de tener un programa que no ha desatendido las diversiones posibles de los niños y la tercera edad (aunque el resto de grupos de edad quizá sí se vean desatendidos en actos festivos en algunas ocasiones de estos diez días festivos). A mí me gusta mi ciudad. Me gusta Alcalá de Henares, es una historia de amor que tengo con mi ciudad de nacimiento, de mi familia. Y creo que la autocrítica seria se debiera imponer este año cuando el día 3 de septiembre se empiece a recoger todos los vestigios de los actos festivos. Las fiestas de Torrejón de Ardoz costaron 600.000 euros y creo que su programa estaba mejor organizado. Si nosotros realmente podemos gastar un millón de euros en esto, sobre todo a sabiendas que como ciudad que vive del turismo nos interesa invertir en las fiestas para atraer gente a la ciudad en estos diez días, pues ¿por qué no podemos intentar ver los fallos, comparar con otros lugares, e intentar superar lo que no gustó para que todos disfrutemos por igual, o al menos intentarlo?
Un saludo y que la cerveza os acompañe, ahí os dejo la cuarta entrega sobre la ruta de la seda y ya sólo quedará una más.
Un saludo y que la cerveza os acompañe, ahí os dejo la cuarta entrega sobre la ruta de la seda y ya sólo quedará una más.
EL INFORME DE LA RUTA DE LA SEDA ANTES DE LA EDAD MEDIA (4)
5. RELIGIÓN.
La transmisión de la religión no funcionó en sentido China a India, sino al revés. El confucionismo y el taoísmo no atravesaron, en cuanto adeptos, sus fronteras de origen. Tampoco la religión politeísta clásica grecorromana logró pasar las fronteras entre India y China. Pese a que sus objetos de arte o sus cerámicas, que sí lograron mediante el comercio pasar esas fronteras, tenían algunas representaciones religiosas. Del arte trataremos luego. Por ahora sólo apuntaremos a que estos objetos tenían representaciones simbólicas que probablemente atrajeron la curiosidad de aquellas personas que tuvieron contacto con ellos. Pero los objetos por sí solos no dicen nada, de otro modo, ¿cuántas cosas no habríamos sabido ya de muchas civilizaciones pasadas a través de representaciones que ahora se han quedado mudas? Las personas que los transportaban probablemente eran preguntadas acerca de las representaciones, a la par que ellos mismos de forma inconsciente llevarían todo un mundo y unas formas religiosas o filosóficas. Pero la transmisión se facilitaba aún más cuando aparecían símbolos compartidos por varias culturas, símbolos que surgieron independientemente, pero que eran iguales o similares en una u otra parte del planeta. El ejemplo más claro está en la representación del árbol. Aparece desde Roma a China. El árbol es una clara representación de fertilidad y renacer todos los años con sus frutos, que además alimentan a otros seres. Pero también era una conexión con el mundo de los dioses ya que se eleva hasta el cielo y extiende a ellos sus ramas. En India los Shamanes se subían a ellos para hablar con los dioses. Pero también en el mundo oriental funciona a la inversa y es un vehículo de comunicación de los hombres con los dioses, de ahí la importancia de los bosques en la India de los brahmanes. Además muchas culturas eran conscientes de que sus raíces conectaban el mundo de los muertos (enterrados), con el de los dioses. Se suman otros simbolismos como el de ser un elemento de fuerza con su tronco, o de fertilidad (el tronco es un falo y la copa la matriz), esto sobre todo en China y en India. Del ombligo de Visnú nace un árbol coyas ramas son el universo, y China tiene un árbol cuyas nueve ramificaciones es también el universo. Visto todo esto no es raro pensar en que modos pudo transmitirse las religiones.
Antes de la transmisión del budismo indio a China ocurrió la transmisión de la astrología y la astronomía desde Oriente Medio. Desde el siglo II a.C., siglo de la apertura de la ruta de la seda como tal, junto con los mercaderes mesopotámicos comenzaron a viajar una serie de astrólogos y astrónomos que pretendían relacionar los acontecimientos humanos y naturales con los movimientos de los astros. Fue tratado como ciencia y no como religión, aunque en realidad no se trataba más que de una especie de fe y no de hechos empíricos. Sin embargo tuvieron tanto éxito que sus predicciones llegaron a pasar las fronteras entre India y China, llegando en este último país a presumir los mismos emperadores de saber interpretar los astros. El dato más relevante son unas memorias históricas de Seu Ma Tsien sobre astrología. Se ha comprobado que se trata de una copia de las tablillas asirias sobre tal tema. Estos astrólogos ayudaron a los chinos a crear un calendario lunisolar exacto.
Claro que estos viajeros de Oriente Medio, ya fueran asirios, partos o persas, transmitieron a oriente una religión que sí se puede llamar así. Se trataba del culto a Mitra. Mitra era un dios de los tratados y el comercio y pasó al panteón indio, por razones obvias. Mitra era el Espíritu del Bien que luchaba con el Mal, además era un dios solar y en torno a él había un culto a la luz. Era un dios muy popular, y aunque pertenecía al mazdeísmo fácilmente prendió en otras religiones, no sólo la india. Al ser un dios solar quien accedía a la luz espiritual accedía a Mitra. Estas creencias fueron derivadas de las originales creencias, pero llegaron también a India. Lo que provocó la transformación del budismo original y la consiguiente exportación del budismo hacia China y otros lugares orientales. No hay que olvidar que Buda era el Gautama Iluminado.
Antes de pasar a analizar las transformaciones del budismo comentaremos la posibilidad de un encuentro entre Buda y Lao Tse. Esta posibilidad fue propagada como cierta por seguidores taoístas. Lao Tse desapareció de la vida pública china sin dejar más rastro de él que el libro que le dio a un guardián chino en la frontera, el Tao-Tse Ching. Según estos propagandistas habría ido a conocer a Buda para convertirle a su filosofía taoísta. Es una posibilidad totalmente ficticia, a mi juicio. Dado que en el siglo IV a.C. no existirían unas posibilidades de difusión religiosa, o de cualquier otro tipo, tan amplias como posteriormente. Por lo que se me hace difícil creer que Lao Tse tuviera tal interés en conocer a Buda, o mínimamente de saber de su existencia contemporánea. Sí que es cierto que el taoísmo, muy posteriormente, se mezclará con el budismo, dando origen al budismo Ch’an o Zen, de cierto éxito en China y Japón. Lo básico para alcanzar el estado de libertad y bienestar del nirvana vendría dado por las cosas cotidianas. Por lo que esta desviación predica que la iluminación viene del interior de las cosas y simplemente hay que dejarlas ocurrir, sin intervenir, prácticamente. Un ejemplo sería una de las frases de su predicación: “si una montaña crece hacia abajo, déjala estar”. Lo interesante para el presente trabajo es saber que el budismo, proveniente de India, y el taoísmo, proveniente de China, llegaron ha mezclarse y a establecerse en China y Japón. Lo que implica el trasiego de ideas religiosas India-China.
Buda había vivido entre el 560 y el 480 a.C., aproximadamente, en la región india de Magadha, en el valle del Ganges. Había roto con la tradición de la organización por castas. Intentó huir de la enfermedad, el dolor y la muerte, llegando a la conclusión de que viviendo se sufría, después se moría y se renacía, por lo que se volvía al sufrimiento. Por ello renunció a la idea de reencarnación en otra vida. Alcanzaría el nirvana si renunciaba a todo deseo y pasión, y si renunciaba a su ser. Esta especie de ascetismo fue el primer budismo, que fue bautizado posteriormente como Pequeño Vehículo. Ya en vida sus seguidores se seguían planteando ideas de otra vida más allá de la terrena, mostrando algunos su desacuerdo con el propio Buda. Tanto es así que a su muerte uno de sus seguidores dijo: “Ahora que el Gran Asceta ha desaparecido, podremos conducirnos como mejor nos plazca”. El problema estaba en que el mejor seguidor de Buda, Ananda, no supo interpretar cuales eran las reglas de la doctrina que, según Buda mismo, se podían infligir en caso de que las normas fueran un gran aprieto para el individuo. De este modo, ya a la muerte de Buda surgieron varias desviaciones de la doctrina, todas garantizaban ser la verdadera doctrina a seguir. Aunque algunas estaban tan alejadas de los primeros preceptos que resultaban totalmente opuestas. Estas desviaciones fueron surgiendo poco a poco y se fueron dispersando por India y otras zonas. Los concilios budistas tampoco terminaban de unir las ideas y solían ser nidos de nuevas desviaciones. Fu Hian había contado setenta y seis sectas budistas por su viaje a India en el siglo V d.C.. Muchas de ellas derivadas de los textos sagrados, que eran interpretados de muy diversas maneras. En realidad Buda no había escrito nada, pero fueron sus discípulos tras su muerte quienes se reunieron para escribir sus preceptos y doctrinas. Solo que estos textos sagrados fueron aumentando con el tiempo.
Una primera expansión budista es dentro del territorio indio, hacia la isla de Ceilán. La figura de Buda se divinizó y se dijo que antes de nacer había ido volando en un elefante blanco hasta el vientre de su madre, lo que le relacionaba directamente con la mitología india anterior. Se empezó a pensar que existían Budas cada cinco mil años y este era el último Buda que había existido sobre la tierra, por lo que, aunque también había que venerarle puesto que los Budas eran seres eternos que existían en todo tiempo, habría que adorar más al Buda que estaba por venir. Este sería el Buda Maitreya, mientras que el que acababa de estar en el mundo humano sería el Buda Amitaba (Esplendor Infinito). Maitreya venía de la palabra que designaba al dios Mitra que antes hemos mencionado. Pero la transformación que haría en el budismo sería aún un poquito más tarde, de momento se tenía estas ideas, quizá relacionadas por la idea de la iluminación divina. Cuentan las fuentes antiguas que el Buda Amitaba viajó personalmente a Ceilán, cuando como mucho llegó hasta Benarés. En realidad es muy probable que Ceilán fuera introducida en el budismo por medio del Reino Maurya, con el hijo del Rey Asoka. Asoka había adquirido la corona de Maurya en el 270 a.C.. Como hemos dicho antes el Reino Maurya ocupaba casi toda India. Su epicentro estaba precisamente en los lugares por donde había pasado Buda. Asoka, tras muchas guerras, se transformó al budismo renunciando a toda violencia. El budismo fue la religión oficial y se expandió fácilmente por India. Teniendo en cuenta la estabilidad del reino y su prosperidad, ya en estas épocas pudo llegar a otros sitios. Se levantaron numerosos templos y monumentos en lugares sagrados, iniciándose entonces rutas de peregrinos budistas. En la expansión de la religión no sólo será definitiva la ruta de la seda en el futuro, sino también el establecimiento de monasterios budistas a lo largo de ella. De momento, el Imperio Maurya desapareció en el 174 a.C., volviendo a ser reino centrado en Magadha. Un brahman había asesinado al último heredero maurya e impuso el brahmanismo. Mientras la historia se desarrollaba como hemos contado más atrás, en India poco a poco iba volviendo a ganar terreno la religión hindú. Sin embargo el budismo comenzó a exportarse hacia China con lentitud. En esta fase comenzó el arte grecobúdico, es también cuando empezó la transformación del budismo influenciado por el mazdaísmo. Anteriormente, en la primera fase, era imposible representar a Buda. Pero ahora estaría totalmente divinizado y cabe pensar en representarle. La ruta de la seda exportaría esas imágenes y, como hemos dicho al principio de este apartado eso facilitaría la conexión religiosa India-China. Es el comienzo del Gran Vehículo, el cual fue la adaptación del budismo por parte del Imperio Kushan desde comienzos de la era cristiana. Kanishka facilitaría aún más las cosas al hacerse él mismo budista.
El Gran Vehículo hablaba del Buda Maitreya. El nirvana debía alcanzarse ahora con ejercicios más espirituales. Y si uno mismo no podía lograrlo, podía recurrir al bodisatva, quien se preocuparía por la iluminación de todos los seres. El interés por ser iluminado redunda en la idea del influjo del mazdeísmo dentro del budismo. Bactriana, Sogdiana, Tíbet, Mongolia, China, Japón, Java o Camboya, fueron afectados por estas nuevas concepciones.
La ruta terrestre influyó al noreste de India, la marítima, que pasaba por Ceilán, influyó por las islas de Indonesia hasta llegar a la China más oriental. Así China e India tuvieron un contacto de exportación religiosa. Pero cada zona aportó una variación al budismo.
En Java, Siam y Camboya se transformó en religión oficial y se mezcló con la religión o los mitos que ya existían. Los tártaros y los mongoles mezclaron budismo y magia. Los tibetanos acumularon riquezas y se dedicaron a la vida monástica, hasta que en el siglo XV vino la revolución budista del Dalai-Lama y el Panchen-Lama (ambos fuera de las pretensiones de este trabajo).
La primera conexión del budismo indio con el pueblo chino está registrada en el siglo II a.C.. Una misión India fue enviada a China con reliquias y escrituras. En el 62 d.C. fueron los chinos quienes mandaron una embajada a India interesándose por las escrituras budistas. Poco a poco montones de libros budistas indios fueron copiados y traducidos por chinos, y también poco a poco la ruta de la seda se fue llenando de monasterios budistas. Se fue transformando paulatinamente en ruta de peregrinación, como hemos expuesto en el apartado anterior. Quizá fue esto lo que permitió que, tras la caída del comercio por los grandes imperios, la comunicación India-China siguiera abierta. A partir del siglo IV los viajes parecen constantes desde China a India por motivación religiosa.
El budismo fue un gran instrumento de liberación en el alma de los chinos. Les permitía vivir sin ataduras con sus antepasados o con espíritus superiores. Recogerse en un monasterio budista les daba la ventaja de poder vivir para ellos y dedicarse a la meditación. Los iniciados chinos se comprometían a no matar, no robar, guardar castidad, no mentir, y no beber alcohol.
Que los viajes chinos a India por religión se hicieran comunes desde el siglo IV tampoco parece difícil de creer, si se tiene en cuenta que por un tiempo desplazó al confucionismo y se transformó en religión oficial del estado en aquellas épocas. Los libros de Confucio incluso fueron buscados para ser quemados. En estas épocas China exportó el budismo a Corea y Japón.
Así pues, no hay que subestimar la importancia religiosa que India tuvo sobre China, aún en épocas en las que el Indostán había regresado mayoritariamente al hinduismo.
La transmisión de la religión no funcionó en sentido China a India, sino al revés. El confucionismo y el taoísmo no atravesaron, en cuanto adeptos, sus fronteras de origen. Tampoco la religión politeísta clásica grecorromana logró pasar las fronteras entre India y China. Pese a que sus objetos de arte o sus cerámicas, que sí lograron mediante el comercio pasar esas fronteras, tenían algunas representaciones religiosas. Del arte trataremos luego. Por ahora sólo apuntaremos a que estos objetos tenían representaciones simbólicas que probablemente atrajeron la curiosidad de aquellas personas que tuvieron contacto con ellos. Pero los objetos por sí solos no dicen nada, de otro modo, ¿cuántas cosas no habríamos sabido ya de muchas civilizaciones pasadas a través de representaciones que ahora se han quedado mudas? Las personas que los transportaban probablemente eran preguntadas acerca de las representaciones, a la par que ellos mismos de forma inconsciente llevarían todo un mundo y unas formas religiosas o filosóficas. Pero la transmisión se facilitaba aún más cuando aparecían símbolos compartidos por varias culturas, símbolos que surgieron independientemente, pero que eran iguales o similares en una u otra parte del planeta. El ejemplo más claro está en la representación del árbol. Aparece desde Roma a China. El árbol es una clara representación de fertilidad y renacer todos los años con sus frutos, que además alimentan a otros seres. Pero también era una conexión con el mundo de los dioses ya que se eleva hasta el cielo y extiende a ellos sus ramas. En India los Shamanes se subían a ellos para hablar con los dioses. Pero también en el mundo oriental funciona a la inversa y es un vehículo de comunicación de los hombres con los dioses, de ahí la importancia de los bosques en la India de los brahmanes. Además muchas culturas eran conscientes de que sus raíces conectaban el mundo de los muertos (enterrados), con el de los dioses. Se suman otros simbolismos como el de ser un elemento de fuerza con su tronco, o de fertilidad (el tronco es un falo y la copa la matriz), esto sobre todo en China y en India. Del ombligo de Visnú nace un árbol coyas ramas son el universo, y China tiene un árbol cuyas nueve ramificaciones es también el universo. Visto todo esto no es raro pensar en que modos pudo transmitirse las religiones.
Antes de la transmisión del budismo indio a China ocurrió la transmisión de la astrología y la astronomía desde Oriente Medio. Desde el siglo II a.C., siglo de la apertura de la ruta de la seda como tal, junto con los mercaderes mesopotámicos comenzaron a viajar una serie de astrólogos y astrónomos que pretendían relacionar los acontecimientos humanos y naturales con los movimientos de los astros. Fue tratado como ciencia y no como religión, aunque en realidad no se trataba más que de una especie de fe y no de hechos empíricos. Sin embargo tuvieron tanto éxito que sus predicciones llegaron a pasar las fronteras entre India y China, llegando en este último país a presumir los mismos emperadores de saber interpretar los astros. El dato más relevante son unas memorias históricas de Seu Ma Tsien sobre astrología. Se ha comprobado que se trata de una copia de las tablillas asirias sobre tal tema. Estos astrólogos ayudaron a los chinos a crear un calendario lunisolar exacto.
Claro que estos viajeros de Oriente Medio, ya fueran asirios, partos o persas, transmitieron a oriente una religión que sí se puede llamar así. Se trataba del culto a Mitra. Mitra era un dios de los tratados y el comercio y pasó al panteón indio, por razones obvias. Mitra era el Espíritu del Bien que luchaba con el Mal, además era un dios solar y en torno a él había un culto a la luz. Era un dios muy popular, y aunque pertenecía al mazdeísmo fácilmente prendió en otras religiones, no sólo la india. Al ser un dios solar quien accedía a la luz espiritual accedía a Mitra. Estas creencias fueron derivadas de las originales creencias, pero llegaron también a India. Lo que provocó la transformación del budismo original y la consiguiente exportación del budismo hacia China y otros lugares orientales. No hay que olvidar que Buda era el Gautama Iluminado.
Antes de pasar a analizar las transformaciones del budismo comentaremos la posibilidad de un encuentro entre Buda y Lao Tse. Esta posibilidad fue propagada como cierta por seguidores taoístas. Lao Tse desapareció de la vida pública china sin dejar más rastro de él que el libro que le dio a un guardián chino en la frontera, el Tao-Tse Ching. Según estos propagandistas habría ido a conocer a Buda para convertirle a su filosofía taoísta. Es una posibilidad totalmente ficticia, a mi juicio. Dado que en el siglo IV a.C. no existirían unas posibilidades de difusión religiosa, o de cualquier otro tipo, tan amplias como posteriormente. Por lo que se me hace difícil creer que Lao Tse tuviera tal interés en conocer a Buda, o mínimamente de saber de su existencia contemporánea. Sí que es cierto que el taoísmo, muy posteriormente, se mezclará con el budismo, dando origen al budismo Ch’an o Zen, de cierto éxito en China y Japón. Lo básico para alcanzar el estado de libertad y bienestar del nirvana vendría dado por las cosas cotidianas. Por lo que esta desviación predica que la iluminación viene del interior de las cosas y simplemente hay que dejarlas ocurrir, sin intervenir, prácticamente. Un ejemplo sería una de las frases de su predicación: “si una montaña crece hacia abajo, déjala estar”. Lo interesante para el presente trabajo es saber que el budismo, proveniente de India, y el taoísmo, proveniente de China, llegaron ha mezclarse y a establecerse en China y Japón. Lo que implica el trasiego de ideas religiosas India-China.
Buda había vivido entre el 560 y el 480 a.C., aproximadamente, en la región india de Magadha, en el valle del Ganges. Había roto con la tradición de la organización por castas. Intentó huir de la enfermedad, el dolor y la muerte, llegando a la conclusión de que viviendo se sufría, después se moría y se renacía, por lo que se volvía al sufrimiento. Por ello renunció a la idea de reencarnación en otra vida. Alcanzaría el nirvana si renunciaba a todo deseo y pasión, y si renunciaba a su ser. Esta especie de ascetismo fue el primer budismo, que fue bautizado posteriormente como Pequeño Vehículo. Ya en vida sus seguidores se seguían planteando ideas de otra vida más allá de la terrena, mostrando algunos su desacuerdo con el propio Buda. Tanto es así que a su muerte uno de sus seguidores dijo: “Ahora que el Gran Asceta ha desaparecido, podremos conducirnos como mejor nos plazca”. El problema estaba en que el mejor seguidor de Buda, Ananda, no supo interpretar cuales eran las reglas de la doctrina que, según Buda mismo, se podían infligir en caso de que las normas fueran un gran aprieto para el individuo. De este modo, ya a la muerte de Buda surgieron varias desviaciones de la doctrina, todas garantizaban ser la verdadera doctrina a seguir. Aunque algunas estaban tan alejadas de los primeros preceptos que resultaban totalmente opuestas. Estas desviaciones fueron surgiendo poco a poco y se fueron dispersando por India y otras zonas. Los concilios budistas tampoco terminaban de unir las ideas y solían ser nidos de nuevas desviaciones. Fu Hian había contado setenta y seis sectas budistas por su viaje a India en el siglo V d.C.. Muchas de ellas derivadas de los textos sagrados, que eran interpretados de muy diversas maneras. En realidad Buda no había escrito nada, pero fueron sus discípulos tras su muerte quienes se reunieron para escribir sus preceptos y doctrinas. Solo que estos textos sagrados fueron aumentando con el tiempo.
Una primera expansión budista es dentro del territorio indio, hacia la isla de Ceilán. La figura de Buda se divinizó y se dijo que antes de nacer había ido volando en un elefante blanco hasta el vientre de su madre, lo que le relacionaba directamente con la mitología india anterior. Se empezó a pensar que existían Budas cada cinco mil años y este era el último Buda que había existido sobre la tierra, por lo que, aunque también había que venerarle puesto que los Budas eran seres eternos que existían en todo tiempo, habría que adorar más al Buda que estaba por venir. Este sería el Buda Maitreya, mientras que el que acababa de estar en el mundo humano sería el Buda Amitaba (Esplendor Infinito). Maitreya venía de la palabra que designaba al dios Mitra que antes hemos mencionado. Pero la transformación que haría en el budismo sería aún un poquito más tarde, de momento se tenía estas ideas, quizá relacionadas por la idea de la iluminación divina. Cuentan las fuentes antiguas que el Buda Amitaba viajó personalmente a Ceilán, cuando como mucho llegó hasta Benarés. En realidad es muy probable que Ceilán fuera introducida en el budismo por medio del Reino Maurya, con el hijo del Rey Asoka. Asoka había adquirido la corona de Maurya en el 270 a.C.. Como hemos dicho antes el Reino Maurya ocupaba casi toda India. Su epicentro estaba precisamente en los lugares por donde había pasado Buda. Asoka, tras muchas guerras, se transformó al budismo renunciando a toda violencia. El budismo fue la religión oficial y se expandió fácilmente por India. Teniendo en cuenta la estabilidad del reino y su prosperidad, ya en estas épocas pudo llegar a otros sitios. Se levantaron numerosos templos y monumentos en lugares sagrados, iniciándose entonces rutas de peregrinos budistas. En la expansión de la religión no sólo será definitiva la ruta de la seda en el futuro, sino también el establecimiento de monasterios budistas a lo largo de ella. De momento, el Imperio Maurya desapareció en el 174 a.C., volviendo a ser reino centrado en Magadha. Un brahman había asesinado al último heredero maurya e impuso el brahmanismo. Mientras la historia se desarrollaba como hemos contado más atrás, en India poco a poco iba volviendo a ganar terreno la religión hindú. Sin embargo el budismo comenzó a exportarse hacia China con lentitud. En esta fase comenzó el arte grecobúdico, es también cuando empezó la transformación del budismo influenciado por el mazdaísmo. Anteriormente, en la primera fase, era imposible representar a Buda. Pero ahora estaría totalmente divinizado y cabe pensar en representarle. La ruta de la seda exportaría esas imágenes y, como hemos dicho al principio de este apartado eso facilitaría la conexión religiosa India-China. Es el comienzo del Gran Vehículo, el cual fue la adaptación del budismo por parte del Imperio Kushan desde comienzos de la era cristiana. Kanishka facilitaría aún más las cosas al hacerse él mismo budista.
El Gran Vehículo hablaba del Buda Maitreya. El nirvana debía alcanzarse ahora con ejercicios más espirituales. Y si uno mismo no podía lograrlo, podía recurrir al bodisatva, quien se preocuparía por la iluminación de todos los seres. El interés por ser iluminado redunda en la idea del influjo del mazdeísmo dentro del budismo. Bactriana, Sogdiana, Tíbet, Mongolia, China, Japón, Java o Camboya, fueron afectados por estas nuevas concepciones.
La ruta terrestre influyó al noreste de India, la marítima, que pasaba por Ceilán, influyó por las islas de Indonesia hasta llegar a la China más oriental. Así China e India tuvieron un contacto de exportación religiosa. Pero cada zona aportó una variación al budismo.
En Java, Siam y Camboya se transformó en religión oficial y se mezcló con la religión o los mitos que ya existían. Los tártaros y los mongoles mezclaron budismo y magia. Los tibetanos acumularon riquezas y se dedicaron a la vida monástica, hasta que en el siglo XV vino la revolución budista del Dalai-Lama y el Panchen-Lama (ambos fuera de las pretensiones de este trabajo).
La primera conexión del budismo indio con el pueblo chino está registrada en el siglo II a.C.. Una misión India fue enviada a China con reliquias y escrituras. En el 62 d.C. fueron los chinos quienes mandaron una embajada a India interesándose por las escrituras budistas. Poco a poco montones de libros budistas indios fueron copiados y traducidos por chinos, y también poco a poco la ruta de la seda se fue llenando de monasterios budistas. Se fue transformando paulatinamente en ruta de peregrinación, como hemos expuesto en el apartado anterior. Quizá fue esto lo que permitió que, tras la caída del comercio por los grandes imperios, la comunicación India-China siguiera abierta. A partir del siglo IV los viajes parecen constantes desde China a India por motivación religiosa.
El budismo fue un gran instrumento de liberación en el alma de los chinos. Les permitía vivir sin ataduras con sus antepasados o con espíritus superiores. Recogerse en un monasterio budista les daba la ventaja de poder vivir para ellos y dedicarse a la meditación. Los iniciados chinos se comprometían a no matar, no robar, guardar castidad, no mentir, y no beber alcohol.
Que los viajes chinos a India por religión se hicieran comunes desde el siglo IV tampoco parece difícil de creer, si se tiene en cuenta que por un tiempo desplazó al confucionismo y se transformó en religión oficial del estado en aquellas épocas. Los libros de Confucio incluso fueron buscados para ser quemados. En estas épocas China exportó el budismo a Corea y Japón.
Así pues, no hay que subestimar la importancia religiosa que India tuvo sobre China, aún en épocas en las que el Indostán había regresado mayoritariamente al hinduismo.
4 comentarios:
La estatua moderna que aparece en el acompañamiento fotográfico de este post (que fue cogido de los recursos de imágenes de google), es una representación de Shiva, uno de los Dioses del Trimurti del hinduísmo. No hay que olvidar que si trato del budismo en este apartado es porque es el principal ejemplo del influjo en la difusión de ideas y creencias que tuvo la ruta de la seda. Buda antes de ser Buda era el príncipe Shidarta, el cual quería ser un asceta más del hinduísmo, al no contentarle algunos preceptos de esta religión (que era la suya de nacimiento) y al ver la corrupción existente en algunas personas respecto a los comportamientos que requería la concepción de su casta, comenzó a crear una filosofía de vida nueva que acabó transformándose en religión. A Buda se le consideró Dios tras su muerte, años después. Por ello el budismo es mucha filosofía, puesto que nació como tal, una filosofía con influjo religioso, y ese influjo es el que le transformó en religión aparte y diferenciada del hinduísmo, del mismo modo que los seguidores de Buda fueron los que creen que este accedió a esas ideas por ser un Dios... encarnado en hombre y por tanto con la necesidad de acceder a las ideas puras, al nirvana, al Todo, más allá del cuerpo material. En cierto modo recuerda las ideas de la filosofía platónica griega, en Europa.
Estoy siguiéndote, pero espero al último capítulo para imprimirlo y leerlo con tranquilidad y todo seguido. Salud.
Excelente dossier el que te estas currando sobre este tema. Me esta gustando mucho.
Por cierto ¿todo bien después del sábado?
Te llamaré para quedar pero en un momento tranquilo porque la noche alcalaina, entre borrachos y nazis, me hizo perderme.
Enhorabuena por los trabajos
PD: Tengo ya copia del artículo que ha salido en el Diario de Cádiz sobre la explosión de Alcalá. Cuando te vea te paso una coipia y un ejemplar de Germinal que tengo para tí en casa.
PCBCARP: bueno, espero que encuentres algo que te interese o te sea útil, la verdad es que dude si colgar este trabajo sobre la ruta de la seda, o bien uno que tengo sobre Goya axaminado por mí desde sus grados de solidaridad e identificación con la clase trabajadora que tuvo a través de los cuadros que pintó. Un saludo y que la cerveza te acompañe.
CAROLUS: gracias. Anoto las referencias para poder echarlas un vistazo, yo de paso te cito un libro de Emilio Sola que es de los pocos que existen sobre el tema siguiente en España, quizá el único, "Las relaciones hispano japonesas en el siglo XVI y XVII", si no es ese el título ya te lo corregiré si te interesa conseguirlo. Trata de los contactos que inició diplomáticamente Felipe II con los Tokugawa, tema poco conocido en nuestra Historia y libros de texto, pero Historia al fin y al cabo. Un saludo.
MAURICIO: Esperaré la lectura de tal artículo y del ejemplar de Germinal. El sábado a nosotros no nos pasó nada. Cuando ocurrió lo publicado en EL PAIS nosotros ya estábamos fuera. Nos vemos, un saludo.
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