
El pasado 19 de junio asistí a la Librería Diógenes para ver la presentación del libro La DGS. El palacio del terror franquista (2025), de Pablo Alcántara, historiador y archivero. Le acompañaban en el acto el doctor en Historia Julián Vadillo, que escribió el prólogo, y Manuel Ibáñez, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares. el autor, previo a este libro, ya publicó su tesis doctoral dedicada a la Policía Político Social de la dictadura de Franco. es por ello uno de los historiadores de nueva generación que, aunque parezca extraño, innova al entrar en profundidad y desde los archivos en los cuerpos directamente represores de la pasada dictadura. A pesar de que el libro llevaba ya un recorrido amplio en sus investigaciones, ha coincidido desde lo casual con la polémica que hay sobre la antigua Casa de Correos de Madrid, actual sede del gobierno autónomo de Madrid, donde se ubicó la Dirección General de Seguridad, DGS, donde la policía político social llevaba a los detenidos por motivos políticos, y donde se produjeron torturas, en algunos casos con resultado de muerte. Tal polémica viene por la negación de la actual corporación municipal de Madrid para ubicar allí una placa de memoria de aquellos represaliados.
La presentación duró cerca de una hora y media. En el turno de intervenciones Manuel Ibáñez lanzó la idea de la necesidad de hablar públicamente, ya que el avance de la extrema derecha puede que esté haciendo que mucha gente decida dejar de hablar de política o de sus opiniones sobre algunos temas incluso en sus propias redes sociales. Y es ahí, dice, donde el relato lo copa discursos extremos que a menudo manipulan los hechos históricos.
El autor se centró en pormenorizar algunos de los casos que trata, así como la trayectoria del edificio desde el siglo XVIII. Puso énfasis en las diversas causas por la se podía ingresar en la DGS, así como los métodos empleados con los detenidos y quienes eran las personas que terminaban trabajando en este lugar, que llegó a recibir un mote que lo equiparaba con un campo de concentración alemán. No obstante, el autor nos narra como desde la documentación de archivos, hay constancia que el propio Himler, en su visita a España en los años 1940, dio medios para formar a la policía política de Franco.
Creo que poco a poco debo ir reintegrándome a acudir a presentaciones y otros eventos. ha sido mucho tiempo de desconexión. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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