La cosa es que entre las numerosas historias que yo desconocía, la que más me llamó la atención fue El viejo Logan, una hipótesis de qué sucedió con Lobezno en un mundo alternativo cuando envejeció. Personalmente creía que tenía que ver con la película, pero no es así, aunque pudiera haber animado a crear esta historia. Fue creada entre 2008 y 2009 por Mark Millar y Steve McNiven. Yo creía que era una historia única, pero al acbar de leerla he visto que tuvo cierto éxito y ha dado pie a la continuidad de esta línea argumental en otras obras posteriores.
Quise acercarme a este superhéroe tratado en la actualidad. Me he llevado una grata sorpresa con este cómic. Lo leí al fin hace un mes y medio. Lobezno tiene una familia y vive retirado en medio del desierto norteamericano como granjero. Se niega a utilizar sus poderes. Es un futuro alternativo donde los supervillanos han ganado una batalla final a los superhéroes y ahora gobiernan ellos. El lugar donde él vive está gobernado por la familia de La Masa (Hulk), el cual, parece ser, cambió de bando. Con este planteamiento inicial surge el problema de una deuda de dinero de Lobezno, que renuncia a ese nombre y usa el suyo de Logan, a la familia de La Masa. No es un mal planteamiento, pues en el origen de Lobezno en la década de 1960 la primera persona con la que se enfrentó fue con La Masa en una historia de la Patrulla X. Lo que se plantea es una historia propia de las historias de frontera del lejano Oeste norteamericano del siglo XIX, solo que en el futuro y con estos elementos de superhéroes envejecidos. Lobezno se transforma así en una réplica del personaje de William Munny en la película Sin perdón (Clint Eastwood, 1992). Recordemos que aquel era un pistolero a sueldo que había alcanzado una edad avanzada renunciando a ejercer más de asesino, hasta que sus circunstancias económicas le obligan a aceptar un último encargo. Pues más o menos este cómic es como una especie de revisión de esa historia, de homenaje a ese relato.
Como se puede ver en la portada, aparecerá también Ojo de Halcón, ciego. Será este quien ofrezca ese último encargo a Lobezno.
El guión es un guión muy adulto y hasta la fecha es lo más violento que yo he leído de Lobezno en toda mi vida. Es una lectura para adultos. Tiene además un fondo que hasta cierto punto toca de lleno diversas cuestiones de la vida actual en torno al comportamiento de las sociedades, la guerra sucia, la corrupción y una deriva hacia lo autoritario que siendo intuido en esta obra de 2008 y 2009, parece acertar dento de la lógica de las historias de superhéroes con esa realidad estadounidense que llevó al gobierno de Donald Trump entre 2017 y 2021. Además se adereza con elementos que siempre están girando en los argumentos clásicos de Patrulla X, como son el final de la democracia y la resistencia para defenderla, el choque entre mutantes y humanos, y ese carácter psicopático de Lobezno que en más de una historia de la década de 1980 hacen decir más de una vez a alguno de sus compañeros que le tienen miedo porque parece caminar en la fina frontera entre el bien y el mal.
También la ilustración me ha parecido muy detallista y hasta barroca, y el colorido también ayuda a resaltar lo volento. Parece como si también aquellas imágenes de la década de 1980 hubieran sido dadas una vuelta de tuerca para presentarnos todo ello con ojos, repito, adultos. Este relato sería el equivalente de lo que fue La espada Salvaje de Conan a la serie Conan el bárbaro, más juvenil. Si hay que ponerle un pero yo lo pondría en ese afán de la editorial Marvel por hacer siempre continuos guiños a la aparición de otros personajes suyos, aunque hacia el final del libro cobra un sentido épico, dentro de la épica del más puro Western.
Me ha resultado interesante. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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