Hoy he estado paseando por mi barrio. Aún se conservan portales de vecinos con la estética de los años 1970 en el que se construyeron, salvo alguna puerta que por su mucho uso ha tenido que ser renovada en algún momento de los años 1980 ó 1990, o la inclusión de los porteros automáticos cuando, en aquellos 1980, la gente creía que eso era lo más seguro para que no entrara cualquiera en el portal, una cuestión de seguridad que en bastantes casos es cuestionable, pero que por entonces era indiscutible para los vecinos que lo ponían, su dinero se gastaban y eso hacía que se justificasen sin plantearse que podrían no estar tan acertados en sus decisiones. Como sea, estuve pensando en aquellos lugares donde antes había grandes espacios de arena que fueron ideados para tener vegetación y que la dejadez del ayuntamiento hizo que jamás la hubiera. Desde 2009 están cubiertos de plaquetas, son parte de las aceras. Los numerosos árboles talados, el kiosko de prensa que ya no existe, los puestos de helados que ya no se ponen en verano... Fui a mandar una carta por correo ordinario, sí, yo sigo mandando cartas en papel. El buzón permanece, afortunadamente, y la cabina de teléfono, aunque el gobierno amenaza con la eliminación de estas cabinas públicas de teléfono. El barrio era bonito, lo hubiera sido más si lo hubiera mantenido el gobierno municipal y si algunas familias y personas concretas no hubieran deteriorado tanto lo que aquí había, y no sólo por acciones incívicas, algunos de los cívicos insistieron demasiado en la eliminación de parques, bancos o árboles porque les molestaban los ruidos de las personas que se sentaban allí por las noches de verano, y no penséis en jovencitos, eran matrimonios adultos, algunos ancianos.
El mundo cambia. Mi carta esta vez no era un asunto personal a un amigo o a una amiga, mandé una carta de presentación y un curriculum a un colegio por si les interesase contratarme de profesor. Dudo que me contesten. Hace ya años que no es habitual que te contesten cuando pides trabajo. Se ahorran hasta las contestaciones. Pienso que muchas de las cosas que me han interesado para trabajar también están en retirada. El periodismo está en retirada, el profesorado está en retirada, los archivos y las bibliotecas están en retirada, los historiadores estamos en retirada, las tiendas de música, las librerías, todo ello está en retirada, los cines, todo. Me quedé mirando el espacio vacío y amplio donde en otra época estuvo el kiosko de prensa que ya no existe, y enfrente una churrería que tampoco existe ya. Por mi mente pasó la idea de si yo y mi generación treinteañera no seremos exactamente como mi barrio, algo atrapado.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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