sábado, mayo 08, 2010

NOTICIA 779ª DESDE EL BAR: REFLEXIONES PEDAGÓGICAS (2)

Segunda entrega de aquella memoria que escribí en 2006. Mientras tanto, me voy preparando para ir esta noche a la Sala Heineken de Madrid, hay concierto de Doctor Deseo y tengo entrada. Que la cerveza os acompañe.
Reflexiones pedagógicas (2)
3. PROGRAMACIÓN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA.

3.1. Objetivos de las unidades:
- I: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
- II: La emancipación de la América Española.

Las unidades didácticas que desarrollé por cuenta propia en el aula bajo supervisión del tutor fueron dos: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, y La emancipación de la América Española. Ambas pertenecen al tema nueve del programa, la crisis del Antiguo Régimen. Dado que mi especialización en la licenciatura de Historia, así como en los cursos doctorales, era acerca del siglo XX, pretendía poder explicar unidades más avanzadas en el tiempo, pero se decidió que interviniese en las clases a esta altura del siglo XIX por poder cuadrar bien otros compromisos adquiridos por mi tutor previamente a comienzos de curso con sus alumnos.

Objetivos básicos:

- Hacer que el alumnado sepa reconocer hechos históricos en su tiempo y espacio.
- Lograr que sepan reconocer los procesos históricos que llevaron a las consecuencias de las unidades didácticas a explicar.
- Hacerles entender que los hechos pasados de mis unidades están en relación con el presente.
- Hacerles valorar valores de tolerancia y democracia.
- Lograr que alcancen su propia mentalidad al respecto.

Antes de dar clase, durante las horas de observación en prácticas, así como durante el estudio teórico del CAP, e incluso previo a todo eso, tenía claro que mi principal objetivo era conseguir personas que fueran capaces de usar su raciocinio al margen de estereotipos, prejuicios y discursos de personas ajenas a sí mismos. Quería seres pensantes de modo activo, independientemente de que las ideas propias que elaborasen fueran compartidas por mí o no. Quería, de este modo, dar a mis alumnos unas bases de pensamiento sólidas que les hiciese hablar con propiedad y pensar valientemente sus propias convicciones y creencias. En definitiva poner en firme la simiente de personas conscientes de sus potencialidades como personas y no personas pasivas a ideas o comentarios ajenos a sí mismas que como madero en el río se dejasen llevar.

Tengo el concepto de que la Historia es muy útil no sólo para conocerse y para inspirar grandes valores de interrelación cultural o social, si no que además ayuda a engrandecer a una persona a medida que le crea unos esquemas mentales muy abiertos a conocer multitud de ideas, hechos, procesos, experiencias, ejemplos y hasta culturas. El conocimiento del pasado también es el conocimiento de uno mismo, como resultado del paso de los milenios a través de nuestros antepasados. Pues si en principio existían apenas unos cientos de seres previos a ser seres humanos, hoy todos los millones de habitantes del planeta somos sus herederos, y por tanto nada humano nos es extraño a nosotros mismos. La Historia bien explicada puede formarnos como personas y puede ayudar a comprendernos los unos a los otros. De esa comprensión pueden nacer grandes cosas, aunque también hay que recordar que las fronteras son delgadas y del Paraíso al Infierno hay sólo un suelo de hielo quebradizo. Mi objetivo, repito, no era otro que formar personas.

Las quince horas de docencia que me brindaba el CAP no iban a hacer posibles mis intenciones, o al menos así lo creo. Eran pocas horas para una tarea tan grande. Y ni siquiera era yo un profesor con las mismas capacidades que su profesor titular como para que me prestasen la atención debida. De eso era consciente. La tarea de formarse como personas a de ser una tarea personal para todas las personas. No acaba a lo largo de toda la vida. Por ello había que estimularles la curiosidad para que conocieran por sí mismos, sin necesidad de que nadie les califique. Ellos son su mejor calificación posible. Francisco de Goya, el pintor español exiliado en Francia en sus últimos años de vida, realmente viejo para su época, ciego y necesitado de bastón y otras ayudas, seguía pintando mal que podía y llegó a escribir: "continúo aprendiendo". Ese es el objetivo a lograr. Mi propio padre, en el lecho de muerte me dijo: "al fin te he entendido, ahora sé que llevabas razón", había aprendido que lo importante en este mundo era ser persona y disfrutarlo, y no tanto ser máquina manejada por empresarios, impuestos, deudas o el Estado.

3.2. Principios de procedimiento.

Decidí optar como principios de procedimiento en principio unos que no distasen mucho de los establecidos por mi tutor, con la finalidad de que unas actitudes totalmente nuevas no fueran un impedimento para que entendieran los mensajes que les estaba lanzando. Así pues opté por usar el verbo, principalmente, dándole importancia a los conceptos, tal como le había visto proceder a mi tutor. Y dentro de ese esquema simple, metí lo que debieron ser innovaciones para ellos. El lenguaje usado, aunque con cierto decoro que luego explicaré, era más informal, incluso usando el lenguaje de los bares de los que, no dudo, ellos también usan, guste o no. Permitía bromas y las hacía. Elaboré mapas más correctos que los de su libro de texto, y les elaboré también un esquema del que ya hablaremos más adelante. Lo importante era captar su atención para despertarles la curiosidad. Por eso recurrí a anécdotas reales de la Historia que quitan un poco de seriedad mortuoria a la Historia, e incluso expliqué los puntos de vista no españoles en el caso de la emancipación americana con la doble finalidad de dársela a conocer y, a la vez, picarles en su amor propio aprendido a través de tantos temas donde España es siempre el epicentro y sólo ella parece valer el oro de Potosí. Funcionó. No sé en qué medida, pero funcionó al menos en la parte de la emancipación americana.

Al mismo tiempo no podía dejar colgados los temas transversales que afectaban más directamente a las aulas. Las chicas solían hacer referencias a la discriminación de la mujer en 1812 y un subsahariano parecía como cohibido cuando se explicaba el tema americano. Para ellas y para él lancé diversas frases a lo largo de mi práctica docente para que observen y sigan conociendo que al final la Historia les da o les debe dar la razón, pese a que el pasado fue como fue y no haya quien lo cambie. Que la Historia la hacen ellos, nosotros, todos y cada uno de los individuos. Que no hay voces únicas que la forman y el resto que sólo la leen. Que toda voz es Historia, pues esta la forma la sociedad y a la sociedad los individuos. En concreto, el subsahariano pareció estar más atento cuando, especialmente pensando en él, hablé del protagonismo de la raza negra (dicho aquí sin ser peyorativo) en la emancipación americana. Pues ni siquiera empecé por la primera proclamación de independencia de un lugar americano español, si no por la segunda independencia americana, interrelacionada con Iberoamérica, la de la Haití francesa, cuyos líderes fueron los esclavos negros alzados en armas con ideas políticas sacadas de sus amos ilustrados.

3.3. Detección de ideas previas.

Ahora bien, ¿con qué contaba en principio? ¿Qué ideas previas tenían? No pude realizar ninguna prueba previa para tal pronóstico. Me hube de contentar con lo que observé en las clases previas a mis quince horas de docencia. El alumnado apenas preguntaba. Al menos en el aula de Letras casi no había preguntas. En Ciencias sí las había más, pero muchas veces no se ceñían estrictamente a la Historia, y sí más dirigidas hacia las posibilidades del examen de Selectividad. La nota calificativa era su obsesión. No había duda. Pero también en general pude ver que tenían ciertos problemas de conceptos. Todo lo tenían en la mente como un batiburrillo. Todo mezclado como hormigón en hormigonera en mitad de una obra de construcción. Era obvio que si no se quedaban bien con los hechos históricos, al menos había que lograr que se quedasen con los procesos históricos generales y con conceptos muy claros, pues son conceptos válidos incluso hoy. Nación, Estado, diputado, parlamentario, Cortes, Parlamento, rey, presidente, reino, república, sufragio universal, sufragio censitario, y otros conceptos que aparecían revueltos en sus planteamientos, como también cómo se forman Cortes o cómo funcionan o funcionaron o podrían funcionar determinadas instituciones. El nuevo objetivo añadido en importancia al principal que me marqué fue darles el conocimiento claro de esos conceptos explicándoselo con palabras sencillas y cercanas a ellos. Después de todo, ¿cómo lograr que tuvieran sus propias ideas si no conocían los conceptos? En la teoría del CAP se dice que uno de los principales motivos de fracaso o falta de atención es que los alumnos no entienden las palabras o modos en los que se les habla. Bien, había que darle forma mental en sus cabezas a aquello que no habían terminado de comprender.

3.4. Estrategia de motivación inicial.

La estrategia de motivación inicial que usé queda bien expuesta con lo dicho en los principios de procedimiento. Humor, palabras sencillas próximas a ellos y anécdotas. Pero es cierto que dije que usé un lenguaje con cierto decoro. Este decoro no era otra cosa que llamarles de usted. ¿Por qué? ¿Acaso esa expresión no puede detentar ser un símbolo de autoridad que influya en su educación? Es posible, pero al alternarlo con un lenguaje cercano al suyo y con modos de amistad y broma no creo que tuviese ese efecto, o, de tenerlo, no en un alto grado. La razón no era otra que, debo confesarlo, cierto miedo a todos los rumores y noticias acerca de la violencia en las aulas. Normalmente asistía con mi abrigo y jerseys habituales, pero el primer día de clase docente por mí uno de los chicos de la primera fila, que normalmente no suelen ser los conflictivos, se levantó y expulsó una ventosidad, vamos una flatulencia (vulgarmente: un pedo) que resonó bien fuerte. Mi tutor me había concedido el poder extraordinario de expulsar e intervenir en la calificación definitiva de la asignatura de cualquier alumno indisciplinado, pero yo no quería hacer tal cosa, porque no creo que eso funcione para nada. Me tomé la cosa con humor y le pedí que desconectase su teléfono móvil o sus pedos. La clase se rió y él quedó sonrojado, pero no volvió a repetirlo y después hubo buen humor entre ambos. Le pregunté al orientador del centro cómo debía comportarme ante tales alumnos, pero me dijo lo mismo que me diría cualquiera de mis amigos en una fiesta particular: "pasa de ellos". Como quiera que no me parecía solución, opté por ponerme chaqueta, camisas informales (nada de corbata) y llamarles de usted, para guardar cierto decoro pese a tener un tono amistoso y humorístico con ellos. Ningún alumno volvió a darme problemas, aunque no sé si mi táctica realmente influyó en ello. Me había visto solo ante el problema y en soledad lo tuve que encarar como pude.

3.5. Contenidos.

Los contenidos a los que me ceñí se refirieron a:

A) Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.

- Diferencias entre diversas tendencias políticas dentro de España.
- Circunstancias históricas de 1812.
- Circunstancias geográficas de Cádiz.
- Funcionamiento del gobierno de regencia a la espera del regreso de Fernando VII y funcionamiento de las Cortes reunidas en Cádiz.
- Composición de las Cortes en Cádiz.
- La Constitución de 1812 y su significado.
- Regreso de Fernando VII y sus consecuencias para las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
- Nacimiento de "las dos Españas".
- Influencias actuales de todo este proceso.

B) La emancipación de la América Española:

- Circunstancias geográficas de América y sus áreas de dominio político.
- Composición de la sociedad americana.
- El peso de la Iglesia rebelde de los jesuitas.
- Las quejas americanas por impuestos, restricciones de comercio y el manejo de la administración.
- La influencia de la independencia de EEUU, de la venta de territorios españoles a este Estado de Estados, de la independencia de Haití y de la revolución francesa.
- Los sucesos de Venezuela con Miranda y Simón Bolívar.
- La importancia y la influencia de la guerra de Independencia Española a lo largo de su proceso y de las Cortes de Cádiz. En dos fases: 1º - 1808 a 1812, y 2º - 1812 a 1814.
- El giro de acontecimientos con el regreso de militares sudamericanos a América y con el de Fernando VII al trono español.
- Las personas de Simón Bolívar, San Martín, Hidalgo y Morelos.
- La influencia del golpe de Riego de 1820.
- La independencia definitiva de América española.
- Los indios como grandes perdedores de todo y la burguesía criolla como auténtica beneficiaria de la independencia.
- De modo fugaz: el final de Cuba y Puerto Rico españoles en 1898.
- Derivaciones de todo el proceso.
- Influencia en la actualidad.
- Americanos y españoles hermanados de por vida.

No les di estos enunciados de los contenidos a los alumnos. Más o menos tenían los más básicos en su libro de texto. Estos contenidos los usé yo para impartirles las unidades citadas. Sobre todo me explayé en la emancipación americana por considerarlo una unidad que podía serles muy útil de cara al conocimiento que les abra a otras realidades que, hoy por hoy, están muy al día en España gracias a una profusa inmigración latinoamericana a nuestro Estado. Fui yo quien decidió incluir más materia acerca de los indios, dado que el libro de texto no les mencionaba. Como si no existiesen o no tuvieran importancia, pese al protagonismo que tuvieron (máxime en México con Morelos e Hidalgo) o que en buena parte muchos latinoamericanos muestran en sus rasgos mezcla con ellos (lo que en absoluto es malo, tampoco bueno, sólo es un hecho que está ahí y que se le puede considerar positivo o simplemente no ignorarlo, depende del que juzgue).

En busca de un aprendizaje útil más o menos supe de ellos que no entendían muy bien el funcionamiento de la democracia. Por lo que las Cortes de Cádiz era un tema vital para explicar sus ejes y exponer las diferencias ideológicas principales que les mueven. En cuanto a América, el desconocimiento era total y profundo. Se partía de cero... bueno, casi de cero, pues conocían básicamente algo de alguna película y alguna noticia vaga del telediario. Supongo que mi labor ha sentado las primeras piedras para construir en ellos el principio del conocimiento de la democracia y de Latinoamérica. Lo cual no es poco. Si acerté o fracasé en mis objetivos al exponer estos contenidos no lo sé. Pues mi objetivo era formar personas, y creo que hasta dentro de algunos años, cuando estén intelectualmente más maduros, no podría conocer los resultados. Tal vez nunca llegue a conocerlos, pese a saber que intenté contribuir a ellos.

Traté de llegar hasta ellos como ya expuse en el subapartado anterior. Buen humor, palabras sencillas próximas a ellos, mapas dibujados a tiza en la pizarra para poder darles movilidad a base de borrones y nuevas líneas de acuerdo a los sucesos históricos... Y supongo que mi mayor contribución debió ser la exposición de la emancipación de América desde el punto de vista de los sudamericanos, como ya dije, con la doble finalidad de darles a conocer una visión no española y, a la vez, picarles en su amor propio aprendido a España como epicentro de todo para que ellos mismos, en su interior, intenten contestarme y refutarme. Aunque me hubiese gustado que lo exteriorizasen y poder haber avanzado el tema hablándolo entre todos. Eso sí que hubiera sido lograr una educación de aprendizaje activo. Pero eran muy callados. Incluso cuando hablaba de la emancipación desde los sucesos de España metía pullas contra Fernando VII y su gobierno, pues sabía que muchos de ellos tenían mitificada la Guerra de Independencia a favor del rey Borbón (a causa de su libro de texto de centro derecha). Pero ni así logré que ninguno abriera la boca para exponer ideas propias al respecto. Eso sí, de vez en cuando oía rumores. Y más o menos todos atendían, eso también es cierto. Se les veía interesados en lo que contaba. Algunos ponían cara de disgusto ante lo que oían y otros cara de que las injusticias no se debían tolerar aunque fuesen gentes de España quien las cometiese. Parecía aquello el Parlamento actual, sólo que no me insultaban ni me aplaudían, no me interrumpían simplemente, y era ese precisamente el efecto que buscaba en ellos. Por el mero motivo de que esperaba tener clases activas donde avanzar el tema hablando todos y observando como ellos se esforzaban por atinar con los razonamientos históricos más idóneos para sus tesis a defender. Quizá fallé solamente yo. O quizá falló que la televisión y otros medios les hayan vuelto dóciles y pasivos para no querer participar en aquello que no les interesa de modo pleno. No lo sé. No tengo respuesta. Deberé seguir actuando sobre ello y desarrollando mis técnicas. Quizá no les conocía lo suficiente para darles en su punto flaco.

De todos modos, creo que al menos sí logré dejarles claras algunas cosas esenciales. Sobre todo en cuestión de conceptos y términos. Básicos.

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