Cerca de un año después de que se disolvieran las Cortes de la 10ª legislatura para convocar las elecciones generales que se celebraron el 20 de diciembre de 2015, volvemos a tener gobierno en activo, y no en funciones. No se trata de la 11ª legislatura, aquella fracasó como se sabe en la primera mitad de este 2016, con un Rajoy, líder del conservador Partido Popular (PP), con el mayor número de los votos en las urnas, aunque insuficientes, que no se atrevió a presentarse, por lo que se presentó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), segunda fuerza política en las urnas, con un Pedro Sánchez al frente que se empeñaba en ir en alianza con Ciudadanos (conservadores, tanto o más que el PP) y con Podemos, cuyas ideas sociales de izquierdas les impedía e impide ir con Ciudadanos, ya que sus programas políticos y sociales serían incompatibles. Podemos se negó. La investidura de Pedro Sánchez con el PSOE no salió adelante y las elecciones se volvieron a repetir en junio, porque no logró nadie llegar a acuerdos para investir a nadie. La legislatura 11ª fue la más corta e infructuosa de toda la monarquía parlamentaria actual. Sin embargo, de ella el PSOE se ha quedado con el soniquete de que si hoy no gobiernan es porque Pablo Iglesias, líder de Podemos, le dijo "no" a Pedro Sánchez, y callan en público que aquel ofrecimiento era un ofrecimiento que sabían estéril y llamado al fracaso, ya que les era muy sabido que Ciudadanos eran el principal escollo para cualquier política de izquierdas que se quisiera hacer con Podemos. Es un dato que el propio PSOE ha reconocido varias veces, aunque eso sólo lo haya hecho a puerta cerrada, no en público, y nosotros lo sabemos gracias a los audios grabados sin permiso que algunos de ellos mismos filtran de sus reuniones. Las elecciones de junio de 2016 dieron paso a la 12ª legislatura, que a punto ha estado de llevarnos de nuevo a las urnas el día de Navidad de este mismo año, pero que a falta de unos pocos días de agotarse los plazos ha dado por resultado la segunda investidura de Rajoy, tras presentarse a otra fallida en agosto. Esta es, pues, la tercera legislatura que nos gobierna Rajoy, a pesar de que en la 11ª lo haya hecho en funciones.
En esta 12ª legislatura Podemos e Izquierda Unida están unidos en Unidos Podemos, son la tercera fuerza política y se presentan ahora mismo como la fuerza de izquierdas más creíble en el parlamento después de que el PSOE haya pasado su mes de octubre con un golpe conspirativo en su dirección del partido nacional para destituir a Pedro Sánchez, evitar que los militantes de base voten sobre el futuro inmediato del partido, encumbrar de manera visible pero sin reconocerlo con la voz a Susana Díaz y los andaluces de Sevilla, con ayuda del viejo Felipe González, y subir al gobierno al PP de Rajoy con la abstención en la investidura, previo ataque a Podemos como si fueran culpables de los actos del PSOE. El PSOE ahora mismo anda dividido y dirigido por una gestora que debiera convocar un congreso que les dé un secretario general estable, pero este congreso no lo convocan, probablemente tratando de ganar tiempo en favor de Susana Díaz y lo que popularmente ya se llama "los susanistas", o bien, también, el ala derecha o conservadora del PSOE. Pedro Sánchez sale en la televisión estos días diciendo que cuando se presentó con Ciudadanos y evitó a Podemos fue porque le forzaron la dirección periodística del grupo PRISA, tan afín al PSOE, grupos económicos fuertes y muchos de su partido que ahora mismo están en la gestora. Sea como sea, y a pesar de los ataques que reciben estos días desde el PSOE, Podemos llevaba razón en todo lo que dijo en su día en el Congreso de la nación y fuera de él de porqué no se formó un gobierno de izquierdas.
Nada de lo ocurrido desde 2011 ha sido muy normal, de eso ya hablé cuando hice el anterior análisis político en la Noticia 1639ª. Y no, no es que Pedro Sánchez pensara hacer realmente una política de izquierdas. Lo que hizo él mismo en el partido y lo que apuntaba que quería hacer en el intento de investidura de antes de junio apuntaba más bien a llevar al PSOE a unos postulados conservadores, como ya analicé en la Noticia 1617ª. Y no sigo citando otros muchos análisis que hice y siguen actuales estos días, todos se pueden rastrear desde esas elecciones de diciembre de 2015 en adelante. Todos son actuales con el día de hoy, a juzgar por todo lo ocurrido. Pedro Sánchez sólo hizo una cosa que le acercaba a la izquierda, querer que los militantes voten frente a aquellos que han forzado al PSOE a seguir una dirección sin consulta alguna a esas mismas bases y apoyar a quienes dijeron que nunca apoyarían: al PP de Rajoy. No cumplieron su promesa de "no es no".
Nada de lo ocurrido desde 2011 ha sido muy normal, de eso ya hablé cuando hice el anterior análisis político en la Noticia 1639ª. Y no, no es que Pedro Sánchez pensara hacer realmente una política de izquierdas. Lo que hizo él mismo en el partido y lo que apuntaba que quería hacer en el intento de investidura de antes de junio apuntaba más bien a llevar al PSOE a unos postulados conservadores, como ya analicé en la Noticia 1617ª. Y no sigo citando otros muchos análisis que hice y siguen actuales estos días, todos se pueden rastrear desde esas elecciones de diciembre de 2015 en adelante. Todos son actuales con el día de hoy, a juzgar por todo lo ocurrido. Pedro Sánchez sólo hizo una cosa que le acercaba a la izquierda, querer que los militantes voten frente a aquellos que han forzado al PSOE a seguir una dirección sin consulta alguna a esas mismas bases y apoyar a quienes dijeron que nunca apoyarían: al PP de Rajoy. No cumplieron su promesa de "no es no".
Ahora mismo en el PSOE tienen más credibilidad algunos nombres personales y el Partido Socialista de Cataluña, los que dirigen la cúpula nacional en estos momentos están más bien desacreditados. Les será imposible aparecer como coherentes socialdemócratas cuando han negado la voz a sus militantes y cuando han apoyado mediante la abstención un gobierno con un gran número de casos de corrupción entre sus miembros y que sobre todo son los que más recortes sociales, laborales y económicos han realizado. No se podrán disolver las Cortes antes de un año a partir de mañana, pero hemos de recordar que ya el PSOE en la 11ª legislatura pidió a Compromis y a Podemos una carta en blanco para que le invistieran y votaran sus políticas y presupuestos por dos años, antes de someterse a una sesión de confianza. Si uno repasa hemeroteca verá que tras junio de 2016 el PP también llegó a pedir en una ocasión un apoyo de dos años a aquellos que podían ser útiles en la investidura de Rajoy. Aunque ahora PSOE dice que no apoyará sus presupuestos del Estado, todo apunta a que gracias a Ciudadanos, grupos políticos de uno o dos diputados y al mismo PSOE se creará ese apoyo de al menos dos años a modo raro de la gran coalición de PP-PSOE que tanto se rumoreaba desde 2014, sólo que PSOE no quiera decirlo abiertamente. Sólo los hechos lo desdicirían, y esos hechos implicarían que el PSOE impida en el futuro más inmediato, desde mañana, las políticas del PP, y no tiene pinta. Hay más motivo para la desconfianza que para la confianza en lo que puedan hacer, desde un punto de vista de izquierdas y obrero. Como mucho se ha visto que el PP, por su propia voluntad y como gesto, ha paralizado las reválidas de la reforma educativa del antiguo ministro Wert, que recordaban al franquismo, pero más que un gesto se trata en realidad de una realidad asumida: Rajoy necesitaba la abstención del PSOE para ser presidente y en su día ningún partido político, salvo el PP, votó a favor de la reforma educativa de Wert, era una ley educativa que iba a estar señalada para su modificación, incluso a petición de la alianza con Ciudadanos que tuvo Rajoy en agosto.
Rajoy no es una persona que haya creado muchos cambios en sus gobiernos, ni que suelte el gobierno con facilidad. Tratará de permanecer los cuatro años, pero en todo caso, probablemente, de algún modo sabe que tiene garantizado no sólo 2017 gracias a la Constitución, que impide disolver las Cortes antes de un año una vez formadas tras una investidura, probablemente sabe que 2018 lo tiene tambén garantizado dado el panorama que se da en la izquierda española, especialmente en el PSOE. O hay otro golpe de timón en ese PSOE que ahora, esta vez, devuelva a la militancia hacerse con la dirección de por dónde debe ir la cúpula, o puede que el PSOE sufra un final en su protagonismo principal largo e inevitable similar al de UCD o el PCE. Puede que realmente esté llegando la hora de Unidos Podemos.
Los nuevos ministros del gobierno de Rajoy han sido nominados hoy, y jurarán su cargo mañana ante el rey Felipe VI. Ahora tendremos trece personas con ministerios a su cargo. En esas personas no hay gente joven ni gente con ideas renovadoras en el PP, de hecho hay caras que salieron a la palestra a defender la imagen del PP ante casos muy sonados de corrupción. Son caras, en muchos casos, protagonistas de los recortes económicos y sociales que han degenerado las condiciones de vida de la gente de este país, como por ejemplo los ministros de Hacienda y de Economía, o la ministra de Empleo, que vuelven a ser los que eran, convencido el presidente que lo han hecho muy bien, aunque su legislación favoreció en extremo y casi en exclusiva a los grandes empresarios, Montoro, De Guindos y Fáima Báñez. Mientras, Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta, ha sido más que reforzada, incluso dándole el control sobre nuestra central de inteligencia, el CNI, que debiera estar al cargo de Defensa y no de la vicepresidenta (¿qué lógica persigue que los espías los dirija la vicepresidenta y no Defensa y ni siquiera Interior?). De hecho, el Ministro del Interior ahora es Zoido, un hombre con carrera judicial con un fuerte pasado en Sevilla, lo que podría ser un guiño precisamente a ese PSOE que apunta al control de tal partido y con sede y epicentro en Sevilla, con Susana Díaz. Por otro lado, en Exteriores se ha colocado a Dastis, cuya trayectoria es la de la diplomacia en países de la Unión Europea y con organismos de la Unión Europea, por lo que ya no tenemos al frente a alguien especializado en Oriente Próximo y el mundo islámico. A Rajoy ahora le interesa Europa y todo lo que se avecina en la misma en lo económico, en la gestión del la ida de Reino Unido y la crisis de los refugiados. Y en Defensa se ha colocado a María Dolores de Cospedal, que junto a Sáenz de Santamaría, a pesar de que no se llevan muy bien, son el ala dura y más cercana a Rajoy. Ella viene de Castilla-La Mancha, como otros nuevos miembros del gobierno, y es allí donde antes de 2011 se ensayaron algunas de las políticas conservadoras más desgarradoras socialmente antes de que se llevaran a efecto en el resto de España. Para Seguridad Social, Asuntos Sociales e Igualdad, asuntos todos ellos en los que se generaron muchas de las quejas de Cataluña que alimentaron el nacionalismo seccesionista en personas que no se plantearon el nacionalismo así hasta ese momento, se ha puesto a una catalana: Dolors Montserrat, la cual es totalmente contraria al nacionalismo catalán. Al menos se eliminó a Fernández Díaz de Interior, acusado de espionaje a políticos catalanes. Era un político con unos modos que recordaban el franquismo. En fin, no sigo analizando ni dando más nombres. La lista de ministros ya se puede leer en muchos sitios completa. Me valen estos nombres para señalar que lo que se ha creado es un gobierno que no es precisamente dialogante en una legislatura en la que el PP no tiene mayoría absoluta. Es un gobierno muy anclado en el conservadurismo y las lineas de recortes sociales que se han venido realizando, y además es una ejecutiva claramente planteada para mantener la unidad de España desde un punto de vista centralista, sea por vía del diálogo (monólogo) u otra. No me parece el gobierno más indicado para esta 12ª legislatura, con el Parlamento más plural en lo político de los que hemos tenido. No es el más indicado salvo si lo que se quiere es molestar a los partidos que han permitido la investidura, molestar con la idea de poder ir a unas elecciones a finales de 2017 que aupen al PP con más votos, como ha venido ocurriendo hasta ahora.
Para completar el asunto, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Mato, ya ha demostrado en varias ocasiones no saber hacer valer su autoridad ante las algarabias de los diputados y diputadas, y cuando ha de resolver algo conflictivo, hacerlo siempre a favor de los intereses ideológicos del PP. Le falta autoridad y neutralidad.
Lo único realmente innovador que encuentro es la aparición por primera vez de un Ministerio de Agenda Digital, unido a los de Energía y Turismo, y que lo llevará Álvaro Nadal. No se me olvida que la primea vez que se le dió un gran impulso a Internet en España fue con el gobierno de José María Aznar (PP), 1996-2004, y que de ahí siguió imparable, ya que aunque con Felipe González había Internet, este gobierno del PSOE no lo tuvo entre sus máximas preferencias. Será cuando menos curioso ver a qué se dedica el primer ministerio dedicado a lo digital de nuestra Historia. De momento se llama de Agenda Digital, por lo que presupongo que hay un plan para España en cuanto a las nuevas tecnologías. Ya veremos de qué se trata.
Como sea, no ha habido regeneración política en el PP con los ministros elegidos. Las líneas que parece que se van a seguir, a juzgar por nombres y trayectorias, parecen una continuación de las políticas de 2011-2015. Rajoy se enrocó en la derecha, si usamos una expresión del ajedrez, sólo que lo ha hecho justo cuando tiene uno de los gobiernos más débiles habidos desde la Transición, después de haber tenido el que fue el más fuerte de ellos.
Personalmente creo, sigo creyendo, que hay que reforzar los sindicatos y reforzar las reclamaciones laborales. Ahora más que nunca. Hace unas semanas un grupo de estudiantes universitarios evitaron una conferencia de Felipe González en la Universidad Autónoma, a pesar de que se han dicho numerosas cosas sobre ellos, yo escuché en Radio Nacional en directo las reclamaciones de los estudiantes. A pesar de que los medios de comunicación luego sólo destacaron lo relacionado con sus referencias al GAL o a ETA, ellos hablaron de la precarización de sueldos y empleos desde Felipe González, de la desindustrialización que realizó este de España a partir de los años 1980 y otros tantos asuntos laborales siempe a la contra del trabajador e iniciado con sus políticas. Aunque los periodistas y políticos quieran remarcar una y otra vez cortinas de humo de terrorismo o dictadura, la realidad más cruda es que la gente, sobre todo los jóvenes, se acuerdan de quién es quién en la situación laboral que vivimos y de dónde viene.
Personalmente creo, sigo creyendo, que hay que reforzar los sindicatos y reforzar las reclamaciones laborales. Ahora más que nunca. Hace unas semanas un grupo de estudiantes universitarios evitaron una conferencia de Felipe González en la Universidad Autónoma, a pesar de que se han dicho numerosas cosas sobre ellos, yo escuché en Radio Nacional en directo las reclamaciones de los estudiantes. A pesar de que los medios de comunicación luego sólo destacaron lo relacionado con sus referencias al GAL o a ETA, ellos hablaron de la precarización de sueldos y empleos desde Felipe González, de la desindustrialización que realizó este de España a partir de los años 1980 y otros tantos asuntos laborales siempe a la contra del trabajador e iniciado con sus políticas. Aunque los periodistas y políticos quieran remarcar una y otra vez cortinas de humo de terrorismo o dictadura, la realidad más cruda es que la gente, sobre todo los jóvenes, se acuerdan de quién es quién en la situación laboral que vivimos y de dónde viene.
¡Ah!, ¿que por qué he tardado tanto en comentar la situación política desde el nombramiento de Rajoy? Pues es que como Rajoy decía que urgía un gobierno en España o ésta se derrumbaría y, una vez elegido, él ha tardado una semana en nombrar a sus ministros, he supuesto que esta velocidad mía era tan ultrasónica como la suya. Saludos y que la cerveza os acompañe.
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