Hoy es un día en el que los periódicos españoles anuncian casi como de pasada, casi sin detenerse, como si ni fuera nada, los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Uruguay. El presidente José Mújica, de 79 años de edad, dejará de ser presidente y dará paso a uno nuevo. Pero no sabemos quién será. El resultado ha sido muy ajustado e irán a una segunda vuelta el 30 de noviembre, pudiera ser Tabaré Vázquez, del Frente Amplio y sucesor político de Mújica, o bien Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, de centroderecha. Lo cierto es que José Mújica ha sido un presidente incómodo para los medios de comunicación europeos, tan alineados con las políticas neoliberales de la Unión Europea, en manos de los grandes empresarios, los banqueros y los políticos de derechas. José Mújica tiene un pasado de guerrillero de izquierdas, pero no ha gobernado con revanchas políticas, eso ya despista a sus adversarios, que no se pueden acoger a acusarle de nada. Rechazó su sueldo presidencial, que lo dona a proyectos sociales, e hizo que las leyes de Uruguay comenzaran a hacerse de acuerdo a las recomendaciones de los sindicatos, y no de la de los banqueros y grandes empresarios. Eso sí molesta a la derecha de todo el planeta. Pero siempre lo hizo con buenos modos, sin recurrir a la violencia, y eso también molesta a sus adversarios porque sigue dejándoles sin argumentos en contra sobre sus modos de hacer las cosas. Es cierto que no logró ganarle la batalla al analfabetismo, que es muy alto, y que en estos cinco años de gobierno, pues en Uruguay la presidencia dura cinco años, han aumentado los robos comunes, aunque han disminuido los asesinatos, pero la vida de los trabajadores ha mejorado mucho con respecto a lo que antes había. En España lo general es que si a alguien le preguntan por Uruguay lo mucho que te sepa decir es que es el país que está debajo de Paraguay, sin embargo, José Mújica es muy conocido y muy bien valorado por todos los que se sienten de izquierda, de una nueva izquierda que está naciendo y de la izquierda de siempre que pervive en quien aún cree en ella con sinceridad. No obstante, por ejemplo, el eurodiputado y líder de Podemos Pablo Iglesias está ahora mismo de viaje por Uruguay invitado por José Mújica para enseñarle cómo es posible y viable hacer políticas de izquierda desde la presidencia de gobierno sin corromper las ideas en las que se cree.
¿Cómo llegó Uruguay, uno de los países más pobres de América, a llegar a ser un país de referencia de la nueva izquierda? Veamos su Historia.
Uruguay fue un territorio entre la selva y las zonas fértiles donde vivían los indios ye, los cuáles se mezclaron con los charrúas. También vivían allí los guaraníes. Eran pueblos que vivían en etapas paliolíticas y que se habían aculturado de otros pueblos indígenas del norte, de Brásil. La llegada de los españoles se produjo en la segunda mitad del siglo XVI, a pesar de que el primer asentamiento en el Río de la Plata se había producido en 1527. Pronto este territorio fue un territorio de frontera entre españoles y portugueses. De hecho sirvió como zona de incursiones de unos y otros, enfrentamientos, refugio de proscritos, zona de misioneros jesuítas, etcétera. En el siglo XVII, en 1680, los portugueses hicieron una ocupación ilegal del territorio desde la perspectiva de los acuerdos internacionales de la época. Los españoles no recuperaron el lugar hasta la mitad del siglo XVIII.
Uruguay era la Banda Oriental del Río de la Plata, perteneciente a la administración establecida en Buenos Aires, pero con la indepencia de España se denominó Provincias Unidas del Sur, de Argentina, al incluir también otros territorios. Si bien la capital se proclamó en 1810 leal a los españoles, el resto del territorio fue independentista. Así comenzó la Guerra de Independencia con la Revolución de Mayo de 1810. Su principal general fue Artigas. Esta guerra duró de 1810 a 1820. Combatieron por la nacionalidad, por la independencia, pero a la vez Artigas inició una revolución agraria para redistribuir las tierras. Se intentó que los desposeídos tuvieran ahora tierras con las que vivir. Se acababa así con los privilegios de los que hasta ahora eran las clases dominantes, la nobleza y el clero.
En 1810 las Provincias Unidas del Sur contaban con una gran cantidad de tribus de indios nómadas, aunque en general estos Estados tenían poca población. Cosa que porcentualmente sigue siendo así incluso en el siglo XXI. Introdujeron ganado para mejorar su economía, y esto fue otro factor de luchas internas entre los latifundistas y los nuevos pequeños y medianos terratenientes. Con la Revolución de Mayo de 1810 en Buenos Aires se creó un plan de operaciones militares y de reformas que debían expandirse a los comerciantes, los sacerdotes, los alcaldes, los comandantes y los grandes propietarios, y después debía alcanzar a todos los demás hombres libres, a los desertores, a los vagos y a los ociosos. Con el llamado Grito de Arencio destacó el citado Artigas a partir de 1811. Compuso su ejército de hombres libres y de indios. Luchaban con táctica de guerrilla, y no en enfrentamientos directos. Era un año convulso, pues Brasil aprovechó para invadir el territorio, siendo así que los enemigos con intereses diferentes se multiplicaron. Ellos, los artiguistas, luchaban por su nacionalidad y por la revolución agraria, como he dicho, pero al estar Montevideo en manos de los leales a España, firmó un armisticio con las tropas de Buenos Aires. Entonces Artigas se dirigió al noroeste, entre los ríos Uruguay y Entrevías. Prácticaron la táctica de arrasar todas las tierras por las que pasaban. Con él iban el 50% de la población de las Provincias Unidas. Regresó en 1812, después de que José de Sanmartín avanzara con sus tropas hacia el norte. El sucesor de Sanmartín, Alvear, era un declarado antiartiguista, no le gustaba su revolución social. Asíque ahora Artigas fue perseguido por los españoles y por las tropas de Alvear, quien ocupó Montevideo infringiendo represiones muy duras y crueles a los españoles y a los criollos de allí. Fue por culpa de estas represiones de Alvear que entre los propios españoles y los criollos se levantara una oleada de simpatías hacia Artigas y que ejercieran de quinta columna de sus tropas que dejaron muy fácil que este entrara en Montevideo en 1815. Tenían como ideal político la independencia y la autonomía de las provincias, la República, la separación de poderes, las autonomías provinciales, la constitución de un Estado federal, la libertad civil y religiosa, el derecho a mantener armas los ciudadanos y la erradicación del despotismo militar.
Se creó una Liga Federal entre todos los pueblos ubicados entre el río Paraguay y el Paraná que económicamente y administrativamente beneficiara a Montevideo y a Colonia en detrimento de Buenos Aires.
De 1811 a 1815 la guerra contra los españoles, contra los brasileños y contra los del resto de provincias de Argentina había paralizado los trabajos del campo. En 1815 Artigas creó leyes agrarias nuevas por las cuales se benefició a los pequeños y medianos propietarios, pero principalmente a los desheredados tales como negros, indios, zambos y otros conjuntos étnicos. Para lograr esto hubo de hacer expropiaciones de tierra a todos sus enemigos políticos, especialmente a los leales a Alvear. Los terratenientes, obviamente, se resistieron con amenazas, distorsiones del uso de las leyes y luchas abiertas. Pero era un hecho que la productividad aumentó al haber aumentado el número de propietarios y el número de las haciendas. Hubo ocupaciones de tierra y desalojos. Fue un periodo complejo. Además las oligarquias porteñas de Buenos Aires chocaban con las nuevas oligarquías de estas provincias. El conflicto fue tan grande que se recurrió a pedir ayuda a Brasil. Estos respondieron mandando una ayuda que acabó siendo una invasión nueva. En 1816 todas estas provincias tenían enajenado todo su poder administrativo. Asíque entre 1816 y 1820 se abrió una nueva etapa de guerras y luchas, ahora contra los porteños de Buenos Aires, también contra los portugueses, contra otras provincias vecinas y contra oligarcas y terratenientes propios. La mitad de la población murió o bien emigró y Artigas sólo obtuvo el apoyo de los indios, con quienes huyó hacia el interior del río Paraguay. Allí murió deprimido. Buena parte de su obra revolucionaria se había producido dando tierras de cultivo a pueblos nómadas que no sentían apego por el sedentarismo, así que sus frutos revolucionarios comenzaban a tener muy graves consecuencias. Mientras las innumerables guerras a la vez iba devastando el lugar, toda su obra se caía, a pesar de que paradójicamente todos sus ideales perduraban en la ideología de los desposeídos y de los pequeños y medianos propietarios que se mantuvieron.
El resto del siglo XIX Uruguay vivirá innumerables guerras y luchas violentas por la posesión de las tierras. En la década de 1830 incluso realizaron una matanza de indios charrúas. Fue en esa década que lograron su objetivo político de ser una República independiente al ganar en sus guerras contra argentinos y contra brasileños. Pero dejar de ser las Provincias Orientales de Argentina no iba a ser fácil, los partidarios del federalismo iban a provocar nuevos enfrentamientos. En 1843 Reino Unido ayudó económica y materialmente a hacer de Montevideo una capital y el segundo puerto más importante del Río de la Plata, en competencia directa con Buenos Aires. Se abría así una etapa de correspondencia y deudas con los ingleses que se podría calificar de neocolonialismo, el cual usaron los ingleses para su conveniencia, aunque bien es cierto que gracias a él y su dinero se desarrolló y se pudo llevar a cabo el proyecto político del nuevo Estado. Pero este hecho hizo estallar la Guerra Grande que desde 1843 a 1851 va a movilizar los primeros años de vida de los uruguayos. Será una guerra entre dos conceptos políticos enfrentados: el de los liberales contra el de los conservadores. Intervino en esta guerra el presidente argentino Rosas, que era partidario de una federación combinada con ideales latifundistas, conservadores. Después de esta guerra Uruguay vivió una rápida recuperación hasta que asesinaron a su nuevo presidente, Berros, en 1864. Tal asesinato provocó una nueva guerra a tres bandas: Uruguay, Argentina y Brasil. Combatieron entre sí hasta 1869. El dictador Flores que salió resultante de todos estos procesos también fue asesinado y hubo nuevos enfrentamientos armados entre caudillos hasta que en 1875 se impuso otro dictador: Latorre.
Con tantos años seguidos de guerras, el campo había sido desalojado y ocupado varias veces. Los propietarios iban despareciendo a favor de unos pocos. Aumentó el número de peones del campo y de asalariados, se creó un nuevo tipo de pobreza muy fuerte mientras los campos eran alambrados con alambres de espinas metálicas. La preocupación por mantener la propiedad de las tierras hizo que se desatendiese su cultivo, que disminuyeran los alimentos, que aumentarán los precios, que creciera el hambre y la enfermedad... La mortalidad creció exponencialmente, especialmente entre los indios cuyo pasado era artiguista. El ganado también disminuyó, la deuda con Reino Unido aumentó, la inestabilidad social fue enorme, el desempleo también creció en cifras que no conocían aún y se comenzó a crear un nuevo tipo de poblamiento: los "pueblos de ratas", que eran los pueblos nacidos de la acumulación de chabolas en los caminos.
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