Ya llegó el final del informe nicaragüense sobre la revolución sandinista. En próximos días podremos dedicarnos a otra cosa, más breve. En realidad, para los que han leído el resto, pues se darán cuenta de que ya estaba todo el proceso cerrado. Pues sí. Ahora el quinto va sobre la mentalidad de los revolucionarios sandinistas y la de los contrarrevolucionarios. Quizá el más interesante, pero el más largo de toda la serie.
Entre tanto llamaré ratas de cloaca a los banqueros de mi caja de ahorro. Han comenzado a hacer efectivo la carta que me mandaron en diciembre acerca de que me cobrarían un euro por mes por tener menos de 1000 euros en mi cuenta de ahorros. Si le sumamos otras comisiones como el uso de cajero automático, mantenimiento de cuenta, mantenimiento de tarjeta y estornudos en la sucursal, pues a mi entender hacen honor a una de las tres raíces de la banca actual: usureros, cambistas y prestamistas. Como a mí no me cambian moneda ni me prestan dinero... bueno pues ya se sabe lo que queda. La caja en cuestión es Caja Madrid... que encima financia al Real Madrid, claro es que si no no les llega para pagarles los millones de euros a sus jugadores. Aunque por otra parte... si por tener menos de 1000 euros al mes en mi cuenta me cobran... COÑO estoy pagando todos los putos regalos de mierda (tipo vajillas, relojes y demás) que esta puñetera caja de ahorros le hace a todos los que tienen miles de euros en sus cuentas y que en el pasado eran millones de pesetas... o sea, a los que no lo necesitan. A mi madre le han dado muchos de esos regalos en Navidad, pero, joder, se los estoy pagando yo... mientras yo tengo que mendigar un puto calendario que con frecuencia está agotado. Serán HIJOS DE LA GRAN CHINGADA. Putas ratas.
EL INFORME REVOLUCIÓN SANDINISTA (5 y último): ¿QUÉ ES EL SANDINISMO Y QUÉ ES LA CONTRA?
El Frente Sandinista de Liberación Nacional cogió la ideología de Sandino en los años de 1920. Sandino se vio próximo al liberalismo de su época. El FSLN tuvo apoyo de la Cuba comunista, sin embargo los comunistas de Nicaragua eran opositores a la opción sandinista por considerar que traicionaban a los intereses de la clase proletaria. La opción de Sandino, reproducida por el FSLN, en realidad no se basa en una acción guerrillera de carácter partidista. Se trata de la propuesta de unión de todos los nicaragüenses en una opción nacionalista contraria al sometimiento de Nicaragua a segundos o terceros países, en este caso EEUU. Es independiente la opción política o religiosa del nicaragüense sandinista siempre y cuando este nicaragüense actúe en beneficio de una Nicaragua libre y propia de sí misma. En el ejército de Sandino llegaron a existir participantes conservadores, entre ellos uno de sus generales. Aparte de guerrilleros de origen no nicaragüense que deseaban combatir la dominación de EEUU sobre los latinoamericanos. Sandino acentúa que su lucha es contra la dominación estadounidense y no contra los estadounidenses, como asegurará más tarde el FSLN. En una primera época de la guerra de la década de 1920 Sandino no atacó ni perjudicó a norteamericanos que no estuvieran ejerciendo algún tipo de control o de intento de control sobre Nicaragua. De hecho, es corriente ver como él mismo se identifica con George Washington, y no sólo con Simón Bolívar, en su acción liberadora. No obstante, entre 1928 y 1929, comenzó a atacar a norteamericanos en suelo de Nicaragua, pero esto era en tanto reflexionó que las actitudes de estos solían ser de apoyo a las acciones de su gobierno en tal lugar, aunque este sólo fuera en opiniones particulares y no en actos físicos. Lo que consideró perjudicial para Nicaragua.
La cuestión racial también está presente. Admira a los estadounidenses en algunas cosas, pero los trata despectivamente en cuanto sus actitudes de arrogancia frente a toda Iberoamérica. De hecho, constantemente cita la expresión de "nosotros los indohispanos", reafirmando un carácter racial de mezcla entre indios americanos (mezcla con indios que gozan muy escasos norteamericanos) y de hispanos de España, suponemos que también pensaría en Portugal en el caso de Brasil.
Sandino no es ateo, ni marxista. El FSLN tampoco, pese a que algunas de sus políticas en el gobierno, en el periodo 1980 - 1984, hayan sido identificadas con el marxismo leninismo. Sandino escribe varias veces en sus innumerables cartas invocaciones a Dios o bien pasajes de la Biblia. El texto más significativo en este sentido es el "manifiesto Luz y Verdad", escrito por él el 15 de febrero de 1931. Ahí reinterpreta el Apocalipsis bíblico a favor de que este consiste en el triunfo de la justicia sobre los gobiernos que cometen injusticias con los desfavorecidos. Todo imbuido en el amor de Dios. También es significativo que su esposa lo era por boda católica, y no por boda civil o emparejamiento. El FSLN tiene miembros ateos, pero también católicos y evangelistas. Pero baste remitirnos en este caso en lo anteriormente expuesto acerca del papel del bajo clero y del alto clero en el sandinismo de la segunda mitad del siglo, en el que había hasta salesianos en el gobierno sandinista. Aunque probablemente esta división en las posturas del bajo y el alto clero ya estarían desde el principio. El clero de base, en los textos de Sandino, parece ubicarse a favor de los desfavorecidos, o sea al lado de los sandinistas de Sandino, los cuales hacían algunos repartos de tierra donde podían, Mientras que el arzobispo de Managua en los años de 1920 llega a bendecir las armas estadounidenses contra Sandino. Es muy posible que la alta jerarquía recelase de los sandinistas por cuanto habían visto que hacían los movimientos revolucionarios al llegar al poder: la laicidad del Estado (México llegó a romper con la Iglesia a principios del siglo XX, igual que lo hizo Portugal, o lo que había ocurrido en la URSS).
Los que componían el movimiento sandinista tampoco respondían a una clase social determinada. En las décadas de 1960' y 1970' se constató que existía una mayoría burguesa en la población, por cuanto predominaban las personas con su propia empresa o negocio. Sin embargo, estas empresas o negocios eran en realidad pequeños puestos de venta de algún tipo de producto, o cualquier tipo de servicio, que rentaba tan sólo para subsistir aquel que lo tenía y si acaso su familia, teniendo que completar la economía familiar con el trabajo de otro miembro de la misma familia, o bien trabajando en otras cosas añadidas, como puedan ser trabajos estacionales en el campo. Nicaragua era inminentemente agrícola y rural. En principio los componentes del FSLN eran universitarios. Los obreros eran pocos y no estaban cualificados en sus trabajos, o lo estaban en un nivel muy bajo y retrasado respecto al resto del mundo. Había muchos propietarios de tierras, pero eran pequeños terrenitos para completar las dietas alimenticias justas de una familia. En conclusión, el FSLN se compuso de estudiantes, propietarios y empresarios, aparte de obreros y trabajadores del campo propiamente dichos, pero que en su mayoría vivían en condiciones de pobreza propias del lenguaje marxista de proletariado. Aparte, al FSLN, tras el asesinato de Chamorro, se le unieron diversas personas de la alta burguesía, aparte de la casi totalidad de las gentes del campo. Por tanto tampoco se puede decir que la revolución del FSLN lo sea por cambiar un orden social, pues su lucha no era de clases por mucho que los que vivían en pobreza eran mayoritarios en el FSLN desde, posiblemente, 1974. El FSLN buscó la unificación nacional de los nicaragüenses para combatir al somozismo y al imperialismo estadounidense en su territorio, eso conllevaba conjugar y actuar por todos los nicaragüenses, independientemente de su clase social. El éxito del FSLN para que desde 1977 - 1978 se le unieran gran cantidad de burgueses, propiamente dichos, se debe a un creciente empobrecimiento de Nicaragua. Los cercanos a los círculos somozistas y EEUU se hacían cada vez más ricos y los pobres más pobres, desapareciendo las clases que se pudieran llamar medias. Por lo que era más fácil que un burgués pasara a niveles de vida proletarios o de pobreza a que prosperara, sino tenía relación con los círculos de poder. El asesinato de Chamorro, su líder político, les hizo pensar que no sólo sus intereses estaban en peligro si no también sus vidas. De ahí a que gran parte simpatizara con el FSLN en un principio, o le dejaran hacer sin protestar, distó muy poco. El FSLN tenía que combinar los intereses de estos y de los campesinos y empobrecidos de Nicaragua. Por ello no realizó grandes reformas de reparto de tierras ni de redistribución de la riqueza. Así como se sujetó al sistema democrático de tipo liberal, llegando incluso a renunciar a sus aspiraciones de cambio social intentando pactos entre patronal y sindicatos (unificados en uno, menos los disidentes) y constituyéndose como un partido político más del juego democrático y no como partido de clase con la consigna de lucha de clases.
Combinó el marxismo leninismo con el sandinismo liberal, llegando a la originalidad de la economía mixta y las cooperativas. Pero no convirtió el orden social de modo genuinamente revolucionario. Su revolución, en todo caso, se puede considerar tal en lo que respecta a su restauración de un orden democrático perdido desde hacía décadas, una no subordinación a EEUU, la creación de la economía mixta (practicada por la socialdemocracia europea de lo público y lo privado, como hizo el gobierno del Partido Socialista Obrero Español durante el gobierno de Felipe González entre 1982 y 1996, o el alemán en la misma década), una efectiva campaña de alfabetización y una mejora del sistema sanitario, gracias esto último a la ayuda de médicos cubanos enviados por la dictadura comunista de Fidel Castro.
En otras palabras, no tiene realmente más apariencia de revolución que la instauración de una democracia liberal, inclinada hacia la izquierda política aunque no del todo, siempre, eso sí, intentando garantizar la plena soberanía de los nicaragüenses sobre Nicaragua e imitando modelos europeos. No obstante, algunas multinacionales estadounidenses siguen operando en Nicaragua bajo condición de no intentar controlar o intervenir en los asuntos propios de los nicaragüenses.
¿Serían los contrarrevolucionarios, enemigos del sandinismo, de una sola ideología determinada? En la primera mitad del siglo XX aquellos que se oponen a Sandino son los grandes terratenientes cuyos intereses les unía y ataba a los intereses de EEUU y la United Fruit Company, así como otras. Pero además existe la resistencia del alto clero, por los miedos ya expuestos acerca de que se creara un Estado laico, los propios EEUU, y la clase dirigente de Nicaragua. Esta clase dirigente no es adscrita a un partido político determinado. Si en un principio la lucha es contra el conservador Adolfo Díaz, después la lucha pasa a ser contra el liberal Moncada. La lucha en general siempre es contra el sometimiento a EEUU. Por ello, lo que se podría llamar contrarrevolución no es homogénea, se adscriben diversos grupos en torno a defender sus intereses particulares con la protección de EEUU. Las posturas conservadoras y liberales en cuanto la Iglesia, por ejemplo, no pueden ser iguales, sin embargo ambos luchan en su momento de gobierno contra Sandino, y a ambos les apoya, y ellos apoyan, a la Iglesia en cuanto esta es un aliado en una lucha común. Del mismo modo ocurre con las empresas norteamericanas y los grandes terratenientes. Estos tendrían sus simpatías políticas y sus predilecciones e ideas y convicciones, sin embargo se mantienen unidos en la lucha común. Es EEUU el nexo de unión, ya que este aliado, con sus propios intereses, es el que sostiene a esta contrarrevolución principalmente, pero no les cohesiona una determinada ideología o unas determinadas creencias.
En cuanto a la segunda mitad del siglo XX, los contrarrevolucionarios, si por ello se entiende a los opositores al FSLN, también se hayan divididos, y estos ni siquiera tienen el eje vertebrador para todos que supone EEUU. Los grandes terratenientes siguen en la oposición contrarrevolucionaria, máxime cuando estos son en su mayoría de la familia Somoza o amigos personales de estos. Por tanto, tenemos en un principio a los somozistas, que, también en principio, gozan de la simpatía del gobierno de EEUU hasta la presidencia norteamericana de Carter entre 1976 y 1980. EEUU tiene allí intereses financieros y empresariales, aparte de unos puntos geoestratégicos que defender frente a la URSS en América durante la Guerra Fría. Los somozistas gozan del dinero y ayudas de EEUU por cuanto estos ven en la dictadura una garantía para sus intereses y propósitos. Derrumbada la dictadura en 1979 los somozistas serán los restos de la Guardia Nacional reagrupada en los países vecinos en forma guerrillera (la Contra). Estos reciben ayuda de la dictadura de extrema derecha de los generales de Argentina. Está claro que sus intereses se vuelcan a un orden altamente conservador y militarista de dictadura personal. La alta jerarquía eclesiástica, igual que cuando Sandino, se declara también contrarrevolucionaria, temiendo que el FSLN sea netamente comunista. Pero de igual modo al pasado, también, el bajo clero, el de base, apoya a los revolucionarios. No obstante, el FSLN no depuso a ningún cargo eclesiástico ni eliminó o alteró sus relaciones con el catolicismo. Es más, llegó a ofrecerse y preparó el viaje del Papa Juan Pablo II al país en 1984. A la Contra y a la alta jerarquía de la Iglesia se les unen los grandes empresarios de Nicaragua, que tras una aceptación inicial de la revolución parte de ellos se colocan en la oposición política al desear un Estado liberal y de sistema capitalista no intervencionista, ya que el sistema mixto de la economía, las cooperativas y las expropiaciones a los que descapitalizaban sus empresas, no les convencía para mantener sus propios intereses de aumento de beneficios económicos propios. Por ello se opusieron más cuando vieron llegar las ayudas de Cuba y de la URSS. Esta oposición formó un partido político, pero también formó dos centrales patronales, una de las cuales se ubicó fuera de Nicaragua y pasó dinero a la Contra, de modo más o menos encubierto. Por ello vemos como estos empresarios, de corte conservador, se dividen entre una contrarrevolución que opta por el reformismo y la oposición de diálogo, y otra contrarrevolución que encubiertamente apoya al alzamiento armado de la Contra. La Iglesia, en sus más altas instancias, apoyaría a las dos formas de contrarrevolución al lanzar mensajes en contra del FSLN, los cuales animaban a los conservadores. Pero no sólo existen estos grupos dentro de la contrarrevolución. Al llegar a la presidencia de EEUU los republicanos (Ronald Reagan en 1980 - 1988, y George Bush padre en 1988 - 1992) estos apoyan a la Contra y la sostienen económica y armamentísticamente, en defensa de sus necesidades geoestratégicas y de sus intereses económicos (Nicaragua era uno de los países latinoamericanos de mayor inversión de EEUU durante la época del somozismo). Reaparece así como eje vertebrador, otra vez, de los grupos contrarrevolucionarios. Sobre todo con los que optaron por la guerrilla, pero, diplomáticamente, apoyando también a la oposición política que optó por el diálogo.
Sin embargo también existen otros grupos contrarrevolucionarios que no venían del pensamiento conservador, ni empresarial, ni católico. Por un lado existiría la oposición guerrillera de un antiguo sandinista del FSLN, Edén Pastora. Este consideraría que el FSLN, al pactar con los empresarios y tomar medidas no estrictamente marxistas leninistas de revolución del proletariado y lucha de clases, se había vuelto contra los intereses de Nicaragua. Pastora evolucionó sus ideas colocándose en un punto extraño entre la derecha y la izquierda que, sin embargo, le mantuvo en lucha contra los sandinistas del FSLN y en desacuerdo con la Contra. Por otra parte, los comunistas de Nicaragua, principalmente de filiación trotskista, también se opusieron al FSLN, aunque no cogieron las armas. Tampoco optaron por el diálogo. Su acción se dirigió hacia el aumento de su propaganda y los manifiestos, sobre todo dirigido a obtener apoyos de otros grupos análogos al suyo en el resto del mundo, especialmente de Latinoamérica. Llegaron a controlar uno de los sindicatos nicaragüenses opuestos al gobierno y no integrados en la reagrupación de sindicatos que los sandinistas acometieron en uno sólo en los primeros años de 1980. Más que contrarrevolución ellos se definían como la auténtica revolución, pues el FSLN habría traicionado los intereses de la clase proletaria. Aunque ya hemos dicho que la llamada revolución sandinista no era tanto de lucha de clases, sino de tipo nacional y democratizante desde perspectivas de izquierda y con cabida para todos los grupos. Eso era una revolución auténtica tras tantas décadas de gobiernos títeres de EEUU y de dictaduras conservadoras personalistas. Pero esa clase de revolución no fue bien entendida por los trotskistas, que preferían una revolución marxista, por ello criticaron los actos del FSLN.
En cuanto a si serían los opositores al FSLN sólo grupos pronorteamericanos, creo que ya está muy claro que no. Si bien en las décadas de 1920 - 1930 sí era así, en la segunda mitad del siglo XX ya se ha visto que no todos los opositores aceptaban la ayuda de EEUU, caso de los comunistas trotskistas. Es de creer, tal y como han evolucionado los acontecimientos políticos actuales de Nicaragua, que los opositores por la vía del diálogo y la reforma, seguidores de Violeta Chamorro, también creyeron en la plena soberanía de Nicaragua, por más que ellos también vieran la necesidad y ventajas de tener relaciones fluidas con EEUU, en igualdad de condiciones a como pueda tenerlas cualquier Estado europeo o bien los grandes de Latinoamérica: México, Brasil, Chile y Argentina.
1 comentario:
Eres un experto en Historia contemporánea. Yo dejé la carrera para currar pero me gusta la Historia.
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