Hoy haremos una introdución breve porque el informe es largo, aunque no tanto como el de Zamiatin. Muchas veces me ha sorprendido que algunos de mis amigos, incluso con un nivel intelectual alto, desconozcan o no sepan muy bien que España tuvo una guerra con Marruecos en el comienzo del siglo XX. Es lo que tiene nuestra política educativa, no la de ahora especialmente, si no la de todo el siglo XX que la ha tapado. Es como cuando te dicen que existieron Austrias mayores y Austrias menores. ¿Por qué? Pues porque unos arruinaron el Estado con guerras que ganaron y otros lo arruinaron con guerras que perdieron. Por esa mera razón nos suena más lo que ocurrió con Felipe II que lo que ocurrió con Carlos II. Así que si alguno se hace rey, que ya tiene cojones la cosa a esta altura de la película, ya sabe que puede arruinar a su país siempre que gane las guerras. Al menos que sea como el presidente Nixon, que certificó la derrota en Vietnam pero decidió entrar en la Historia por las bravas y se metio a ladrón. Bueno, a lo que vamos. Ante las carencias educativas de algunos amigos he decidido acercar un poquito la Historia entre España y Marruecos. Además, el conocimiento no es malo, y menos si logro picaros la curiosidad para que os intereséis por el tema y lo analicéis. Un aviso para otros historiadores: esta parte de la Historia de España está semi virgen: veda abierta al archivo general de la administración e incluso del ejército. Salud y que la cerveza os acompañe leyendo esto, que como es largo dejaré varios días como primera noticia a ver al contactar la página, así ganaré tiempo de estudio del asqueroso CAP... total para que la LOE lo cambie todo en un par de meses y para que me digan que sólo debo educar a la gente en lo buenas amigas que fueron todas las civilizaciones. A mear contra el viento.
El informe: españa - marruecos y un genocidio. España y Marruecos son dos Estados, que no naciones en sí mismas, cuya Historia ha sido muy pareja ha causa de su vecindad. En los orígenes de uno suele estar a la vez el del otro. España como Estado así llamado existe sólo desde 1479. Todas las ideas de una España medieval, antigua o protohistórica son mitos interesados de la política a lo largo de los siglos, con intereses diversos como la Reconquista o la unidad (no obstante, hace unos meses un militar aludió a la España secular como motivo de unidad frente a la reforma del estatuto de Cataluña en 2005). Se podría considerar el periodo del Reino Visigótico Hispánico como un antecedente de la España actual, pero el concepto de reino unido de los visigodos no tiene nada que ver con el de Estado actual. A lo largo de la Edad Media se pensó en la península Ibérica como una unidad geográfica, como en la edad antigua, pero no había unidad política ni mucho menos social. Hubo reyes que intentaron la unidad, pero sólo como el avasallamiento de los otros reinos cristianos vecinos, no pensando en su unificación política y social, ni siquiera se lo plantearon con los reinos musulmanes, a los cuales cobraban impuestos a una determinada altura de esa época. Marruecos como Estado actual se formó en 1549. Anteriormente hubo una etapa de convivencia de tribus en continuo enfrentamiento entre sí, y previo a eso otra etapa de diversos reinos musulmanes, entre ellos los Imperios Almohade y Almorávide que tanto influyeron en los orígenes culturales y sociales de la España actual, al haber sido parte de esta territorio de estos. En un remoto origen los fenicios compartieron ciudades en ambas costas del estrecho de Gibraltar.
Aclararemos que Ceuta, Melilla y Canarias fueron conquistadas, junto a otros territorios, por España y Portugal antes de que existiese Marruecos a lo largo del siglo XIV. Ceuta acabó siendo posesión española tras disputas con Portugal. Así mismo, la mitad de la actual Sahara Occidental pertenecía en origen a la primera formación de Marruecos. Parte de la sociedad de Marruecos tuvo su origen en los exiliados de guerra musulmanes que huían de las victorias cristianas en España. No obstante, el último rey de Granada, Boabdil, fue asesinado por una tribu rifereña cuando le llevó al Rif su exilio, al ser expulsado de la península Ibérica en 1492. En los primeros siglos de existencia de ambos Estados, los siglos XVI, XVII y XVIII, las relaciones entre ambos no eran de discordia. Hubo roces en determinados momentos puntuales, pero en general hubo una política de buenas relaciones por intereses mutuos. Marruecos tiene en su rey a la cabeza religiosa, a diferencia del resto de los territorios musulmanes, lo que le creaba unos intereses que se acababan uniendo a los españoles en los tiempos en los que se combatía al Imperio Turco. La idea original de este Imperio era expandirse por el Mediterráneo y absorber todos los territorios que en el siglo VIII eran parte del Imperio Musulmán. Algo que no interesaba a ninguno de los dos Estados. Por otra parte, Inglaterra y Francia quisieron tomar posesión de la costa atlántica marroquí por intereses comerciales y militares, con lo que españoles y marroquíes tuvieron enemigos comunes. Las zonas de pesca eran otro punto de encuentro entre los dos Estados, así como su pasado cultural común en la denominada Al-Andalus. Pese a todo, a lo largo del siglo XVI, por la resolución de un conflicto entre Portugal y España ésta se quedó con la ciudad de Sidi Ifni, en el actual Sahara Occidental, que por entonces sólo era desierto con tribus nómadas. Entrados en el siglo XIX, Marruecos tuvo el interés compartido de detener a Napoleón. España debía ser el límite de su Imperio. Pero más adelante, en 1824 los liberales españoles tenían en suelo marroquí un refugio cuando fueron desalojados del poder en 1823 y represaliados.
Los problemas comenzaron cuando el colonialismo comenzó a potenciarse en suelo africano por parte de Gran Bretaña, Portugal y Francia en principio. El norte africano era ambicionado por Francia abiertamente desde 1841. Hasta el punto de que en 1844 Francia y Marruecos entraron en guerra, siendo España no beligerante (que no neutral).
Con la década de 1850 España comenzó a hacer intervenciones militares por todo el mundo, a veces ridículas, con motivo de aparentar seguir siendo una gran potencia tras la pérdida de las colonias americanas. Algo que el costó el trono a Isabel II, entre otras razones. Pese a ello, en 1880 Madrid celebró un congreso sobre Marruecos y su futuro. Las grandes potencias europeas se la querían disputar como protectorado y España era consciente de los intereses que suscitaba ese territorio como aliado propio o como protectorado propio, antes que cualquier otro gobierno europeo (pues algún país también llegó a considerar España como posible territorio a "proteger"). En 1884 se creó en España la Sociedad de Africanistas y Colonialistas. La familia real española y la marroquí estrechaban lazos familiares con bodas entre ambas casas, cosa que se repetiría alguna vez más en el futuro. Pero el conflicto auténtico llega a partir de 1898, cuando España pasa a ser de modo efectivo un Estado más a l que rapiñar por cuestiones colonialistas. EEUU nos quita los territorios de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Hawaii. España debe aparentar que es aún fuerte y la Sociedad Africanista y Colonialista lanza presiones y campañas para que el gobierno tome territorios en suelo africano, esto es: Marruecos.
A la vez que esto ocurre, el gobierno marroquí presenta serios problemas en sí y eso llama la atención a todo el mundo occidental, incluido EEUU. Hay un primer acuerdo hispano-francés sobre el gobierno y reparto de áreas de influencia sobre Marruecos en 1904. Es lo que dará comienzo a una larga guerra marroquí-española. España debía quedarse con el norte Marroquí, lo que es la zona del Rif y parte extensa del Atlas, a modo de protectorado. España se apresuró a mandar tropas allí, pese a que el interés general de la sociedad española era muy diferente y contrario. Por el contrario, las tribus del Rif eran muy celosos de su autonomía y libertad, así como de sus costumbres sociales y religiosas. Pese a que España tenía una tecnología más avanzada, mejores armas y más estrategia militar estudiada, no contaba con algo fundamental: la moral y el convencimiento de ser una guerra justa. Así, las críticas humorísticas del periódico barcelonés Cu-Cut acabaron en 1905 al asaltar y cerrar los militares su editorial. En Marruecos hay una crisis ese mismo año que preludia los orígenes de la I Guerra Mundial. Alemania disputa con Francia y EEUU intermedia en Algeciras para que se respete el acuerdo de 1904. El siguiente capítulo ocurre en 1909. Los hijos de los burgueses más adinerados se niegan a ir a la guerra, ante la sangría de militares españoles, y compran a los hijos de los más pobres para que vayan. En Barcelona estalla la revuelta contra la situación, que pronto encauza el movimiento anarquista, pues son mayoría en esa ciudad. Durante una semana, la Semana Trágica, hay disturbios y tiroteos que se resuelven con la entrada del ejército y la represión ejercida por Martínez Anido (futuro golpista con Franco). El anarquista Ferrer i Guardia es fusilado sin pruebas auténticas contra él como promotor de aquello, lo que despertó una gran oleada de protestas por toda Europa, incluidas multitudinarias manifestaciones para aquella época. Entretanto, el líder de la resistencia rifereña (la guerra es conocida ya como Guerra del Rif o de Marruecos), Abd-El-Krim, infringió a España una de sus mayores derrotas militares, el Desastre del Barranco del Lobo. Cientos de cadáveres españoles quedan abandonados en retirada y son desnudados y mutilados por los marroquíes. Francia decide cambiar sus acuerdos y aliarse con Alemania respecto a Marruecos. Tal situación se rompería dos años después cuando en 1911 surgió otra crisis previa a la I Guerra Mundial. Esta vez Alemania decidió enviar el acorazado Panther a la zona y sólo lo retiró cuando Francia le cedió los territorios que tenía en Camerún. Por ello en 1912 Francia volvió a firmar una cuerdo con España por el cual Francia se quedaba definitivamente la zona sur y este de Marruecos como zona de influencia y España podía crear el Protectorado Español de Marruecos en el norte, o sea, el Rif.
La Guerra del Rif prosiguió mientras el resto del mundo se enzarzaba en la I Guerra Mundial. Al finalizar esta en 1918 y comenzar los tratados de paz en 1919 hubo diversos acuerdos a los que no era ajena España. En principio, se prohibía el uso de las armas químicas por los efectos que habían causado en los frentes de combate e imprevistamente en las ciudades civiles de la retaguardia. Eran un arma de destrucción masiva incontrolada que, además, se la acusó de no ser un arma noble y justa para los propios combatientes. La prohibición, de carácter internacional, la recogió el Tribunal de La Haya y la Convención de Ginebra, así como la Sociedad de Naciones (SDN), antecedente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de después de la II Guerra Mundial. España se sumó a la SDN en 1920. Ese mismo año creaba en suelo marroquí el llamado Río e Oro, esto es la colonia española que hoy día es el territorio del Sahara Occidental donde se mueve el Frente Polisario. A la vez, en vista de las complicaciones de la Guerra del Rif, Millán Astray, otro militar que colaboraría más tarde con Franco en el golpe de Estado, creaba el Primer Tercio e Extranjeros del Ejército, o sea: la legión española. Allí tuvieron cabida todo combatiente español y no español que quisiera formar parte de las fuerzas de choque en África. Claro está, muchos criminales se les unió con la idea de eludir sus cuentas con la justicia de diversos lugares.
Pero el crimen mayor vino en esas fechas al respecto de las nuevas armas que se habían ensayado en los frentes de combate europeos de la Gran Guerra. España tiene el triste puesto en la Historia de ser el primer Estado en haber utilizado las armas químicas una vez prohibidas por la sociedad internacional. Esto ocurrió sobre todo después de que en 1921 el ejército español sufriera una derrota mayor que la del Barranco del Lobo, fue en Annual. Los muertos españoles fueron innumerables y la desmoralización mayor. En tal trance una serie de militares españoles decidieron adquirir y usar armas químicas sobre la población marroquí, pues esta no tenía un ejército regular, sino que eran guerrillas. Fueron acciones que podrían recordar los bombardeos estadounidenses sobre la población vietnamita en las décadas de 1960' y 1970'. Una vergüenza genocida para todo español por la que ninguno de los gobiernos desde entonces a la actualidad ha pedido perdón, pese a que Marruecos lo ha pedido más de una vez. Yo particularmente lo pido desde estás páginas en mi nombre. La excusa que se usó en aquel tiempo por algunos militares españoles era la salvaguarda de vidas españolas, excusa vil si la comparamos con la misma que EEUU y, en su momento, la URSS usaban para poder justificar el uso de armas nucleares y bombas de hidrógeno llegado un hipotético caso de conflicto bélico mundial. Otros militares españoles, entre ellos el siniestro y ultraderechista Millán Astray o el propio Franco, criticaron su uso por ser poco noble y de caballeros en la lucha entre combatientes. Términos que pusieron ellos mismos en su día y no sacados por este investigador.
Annual trajo más catástrofe para España. Con motivo de esa derrota y que los sectores de izquierda cada vez pedían más abiertamente el fin de esa guerra y el de la monarquía, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado en 1923 y se proclamó la dictadura, pese a no destituir a Alfonso XIII como rey. Mantuvo un Estado de Guerra permanente en el Estado hasta que acabase ala Guerra de Marruecos. No fue, en principio, del efecto que se esperaba en Marruecos. En 1924 España tuvo su tercera derrota con renombre, menor que la de Annual, pero importante, fue en Xauen. El 25 de Julio de 1925 Primo de Rivera se veía obligado a pedir ayuda a Francia para acabar con la situación. Francia estaba interesada en que la guerrilla rifereña no diese ejemplo a los marroquíes de su zona de influencia. Además ese país tenía armas más modernas desde el fin de la I Guerra Mundial. El 8 de Septiembre españoles y franceses desembarcaban en Alhucemas en un despliegue que se recuerde como precedente al desembarco de Normandía. Zeppelines, aviones y buques de guerra desembarcaron militares que no tuvieron resistencia al comienzo. Ellos tomaron las acciones militares más tajantes para acabar con la Guerra del Rif en 1926. Una zona de Marruecos independiente fue proclamada zona internacional neutral, entre ella Casablanca y Tánger.
En el futuro, durante los años de la República en la década de 1930', destinar a un militar español a sus territorios de Marruecos era una forma de retirarle de la vida pública y política de España. Por ese motivo se terminaron reuniendo allí diversos elementos conspirativos de extrema derecha y conservadores en general. Un error para los gobiernos republicanos, pues los legionarios eran el cuerpo militar de elite por excelencia. Al estallar la guerra civil en 1936 fue decisivo que el general Franco se alzara a favor de la extrema derecha en Canarias y que volase hacia la zona del Rif, de donde dio el salto a Andalucía. Con él viajaban legionarios y tropas regulares marroquíes. Había prometido falsamente la independencia de esa zona si ayudaban a la causa nacionalista. Azaña, presidente de la República, prometió por su parte la independencia real de esa zona y la ayuda española a que los marroquíes también tuvieran libertades democráticas si apoyaban al gobierno legítimo republicano. Los marroquíes, más conservadores y conocedores del pasado militar de Franco, se pusieron del lado de los fascistas, creyendo, además, que así podrían matar españoles cristianos en suelo español. Pocos marroquíes se pusieron de lado republicano, y los que lo hicieron también deseaban disparar a la figura del Sagrado Corazón de Cristo que tenían muchos militares nacionalistas en el pecho. La guerra civil española acababa en 1939 y los republicanos encerrados en Valencia cogían los últimos barcos hacia la Argelia Francesa, donde muchos musulmanes bereberes de la zona les tenían ganas desde las atrocidades cometidas contra musulmanes en la Guerra del Rif. Muchos españoles exiliados en esa zona acabaron construyendo el tren Transahariano y muriendo allí por las malas condiciones o tratando de huir a través del desierto. Los que no, fueron capturados por los nómadas del desierto o enviados forzosamente a combatir en la legión francesa o mandados a campos de concentración colaboracionistas o alemanes.
Al estallar la II Guerra Mundial Franco declaró la no beligerancia española. Esto quiere decir que no éramos neutrales. No beligerancia significa no estar participando de la guerra activamente pero sí simpatizar con uno de los bandos y por tanto sólo tratar comercialmente, y quizá diplomáticamente, con él. Obviamente Franco era partidario del nazismo y del fascismo. Por esta razón, respecto a Marruecos, España invadió en 1940 la zona neutral e internacional de Tánger, el 14 de Julio. Tres meses después se entrevistaban Franco y Hitler. Franco pedía demasiado a Hitler para poder entrar en la guerra, entre otras cosas el dominio total sobre Marruecos. Hitler no lo aceptó y sólo se llegó a unos acuerdos mínimos por los cuales España envío en 1941 a la División Azul a combatir a la URSS, apoyando a los NAZIS bajo la excusa de que iban a combatir a los comunistas españoles exiliados allí. En Agosto de 1942 los aliados del mundo de las democracias liberales desembarcaron en el norte africano dominado por los NAZIS y los fascistas. El presidente estadounidense Roosevelt se comunicó personalmente con Franco para pedirle que cambiase la no beligerancia por la neutralidad total a cambio de no ser atacado desde el norte africano. Franco aceptó y los aliados avanzaron hacia la conquista del territorio controlado por alemanes e italianos. Tras esta toma y el salto a Italia, los exiliados españoles comenzaron a organizarse en torno a la zona española de Marruecos. Tenían la idea de poder entrar a liberar a España con el apoyo que les prometía Gran Bretaña, algo que nunca jamás ocurrió, traicionados los españoles por este Estado, así como Francia tampoco apoyó la entrada por los Pirineos, a pesar de los muchos sacrificios que los exiliados hicieron por ellos, incluyendo la liberación de París.
La guerra mundial acabó y comenzó el proceso de la Guerra Fría y el de la descolonización. El 6 de Noviembre de 1955 Francia concedió la independencia a su zona en Marruecos. Esto se unía al proceso de independencia de tipo bélico que se daba en su colonia de Argelia. Una de las guerras más cruentas de la Historia francesa. España tomó nota de ambos sucesos. El 7 de Abril España concedía la independencia al norte de Marruecos, excepto a Canarias, Ceuta y Melilla, componentes del territorio español desde antes de la existencia de Marruecos. Tampoco se liberó a la zona del Río de Oro. Por ello, en el territorio de la ciudad de Sidi Ifni se inició una guerra en 1957 que duró hasta 1958. Evitando conflictos bélicos coloniales que complicasen el sostenimiento de la dictadura nacional católica se concedió pacíficamente la independencia a Guinea Ecuatorial en 1968. Y en 1969 España perdía la ciudad de Ifni a favor de Marruecos, cedida pacíficamente también. Estos pretendían ser gestos de buena voluntad hacia la ONU. A lo largo de este proceso el rey de Marruecos, Hassam II solicitó al Tribunal de la Haya sus derechos sobre Río de Oro, los cuales fueron negados por este tribunal internacional. Mauritania y Argelia también los declaraban infructuosamente. Portugal acababa con su dictadura y con la posesión de colonias en África en 1974. España estaba muy pendiente de aquellos sucesos. En 1975 el dictador Franco languidecía. Hassan II aprovechó la ocasión para invadir pacíficamente Río de Oro en la llamada Marcha Verde. Los militares españoles no dispararían sobre civiles, encabezados por niños, aunque entre ellos iban militares marroquíes. Además no convenía una guerra colonial en ese momento exacto. Por ello, España decidió abandonar Río de Oro, que pasó a llamarse Sahara Occidental.
España ante las peticiones de Marruecos, Mauritania y Argelia de pertenencia de aquel territorio, así como de las peticiones de la población autóctona, los polisarios, de ser independientes, optó por mediar sin resultados en varias ocasiones, remitiéndose al final a los dictámenes de la ONU al respecto. Máxime cuando en aquel desierto aparecieron yacimientos mineros y petrolíferos, mínimos pero interesantes para los pretendientes de su gobierno. El principal pretendiente actual de Sahara Occidental es Marruecos, por ello, desde 1975 el Frente Polisario y Marruecos mantienen una guerra. Marruecos considera a Sahara Occidental como una provincia díscola, mientras Sahara Occidental se considera a sí como autónoma. El prometido referéndum sobre su futuro, avalado por la ONU, ha sido continuamente entorpecido y atrasado, con lo cual nunca se ha celebrado. Argelia parece haber renunciado a su reivindicación y Mauritania también parece en vías de hacerlo. Aún con todo, Polisario y Marruecos suelen pedir continuamente a la ONU, EEUU y España como intermediadores.
Por otra parte, Marruecos desde la independencia en 1955 ha venido reclamando a España los territorios de Canarias, Ceuta y Melilla, así como diversos peñones como Velez o Perejil, caldeando de tarde en tarde el ambiente con la reclamación de la Andalucía de Al-Andalus. Las reclamaciones más serias, de todos modos, se centran en Ceuta y Melilla. El conflicto más importante entre España y Marruecos se dio en el año 2002, en Julio. Tropas marroquíes tomaron el peñón inhabitable de Perejil, o Layla según ellos. Tal peñón figura en la teoría política de ambos Estados como propio, pero en la práctica de mapas (pues no se puede poblar) no figura de nadie. El conflicto diplomático se solucionó a las bravas, cuando los militares marroquíes fueron desalojados por legionarios españoles. EEUU intercedió más tarde para que Marruecos y España mantuvieran el estatus quo, viéndose que la principal reclamación de Marruecos seguía siendo la reclamación de sus supuestos derechos sobre Sahara Occidental, Ceuta y Melilla. Otro conflicto reciente, más bien un problema común, viene con la alta tasa de inmigración indocumentada que llega a ambos países con la idea de quedarse en Europa. En 2005 los asaltos masivos a las fronteras de Ceuta y Melilla fueron constantes, hasta el punto de crear un espectáculo dantesco de vallas, colgados de ellas y disparos contra los que sólo huyen del hambre del África subsahariana. Aunque quizá sea más preocupante que los atentados de Casablanca en 2002, simpatizantes de Al Qaeda, se dirigieran contra la Casa de España en Marruecos, o que los terroristas islamistas que crearon una matanza en la red ferroviaria de Madrid en 2004 fueran mayoritariamente marroquíes. El propio gobierno de Marruecos también está preocupado por tal asunto, pues el también está amenazado. Con ello, el integrismo islámico se transforma en un enemigo común hispano marroquí al modo que lo fue el Imperio Turco en el siglo XVI y el XVII.
Otros puntos de encuentro entre Marruecos y España es el combate contra pobreza y el analfabetismo, las zonas comunes de pesca, el control del Estrecho de Gibraltar, los lazos familiares de las casas reales, el pasado común, y un interés de Marruecos de pertenecer al área de preferencia de la unión Europea, quizá con vistas a entrar en ella en un futuro lejano si entrara Turquía, y para ello España es su mejor llave, la cual está interesada, por lo menos, en que pertenezca a esa área de preferencia europea en los tratos comerciales y politicosociales.