¿Y qué decir sobre la primera posibilidad de obtener un trabajo en dos meses donde no han habido llamadas en ese sentido y ver cómo poco más o menos uno siente que le han tomado el pelo? Lo mejor es relatar cómo fue el encuentro. Yo sabía que era una empresa de educación y que me iban a hacer un examen, como dije, para un puesto de profesor. Pero no sabía si me querían para profesor de apoyo en una academia, para profesor particular, o para profesor de un instituto de secundaria que, lo vi en su web, planeaban abrir en Madrid capital. En todo caso sí sé que era para dar clases a estudiantes de educación secundaria. Gente a la que ya di clase cuando realicé las pruebas del título CAP allá en 2006, como a lo largo de aquel año ya fui comentando. Ellos me habían avisado de tal prueba sólo con un día exacto de antelación.
Pues bien, recordado esto, diré que nada más entrar le dije a la recepcionista que venía a realizar una prueba y me mandó al interior de aquel sitio, a una sala acristalada donde ya había gente joven realizando exámenes para ser profesores de Química, Física, Matemáticas, Filosofía, etcétera. Pero también había una cola de tres personas delante mía recibiendo papeles. Cuando llegó mi turno iba a preguntar por todas aquellas cosas que uno debiera saber. Porque, por ejemplo, si es para ser profesor una hora al día en Madrid capital por 6 euros la hora, directamente les digo que no, ya que el viaje supone 9 euros y saldría perdiendo cada día 3 euros. Son cosas tan tontas, pero tan importantes cómo esa. Aparte de que quería saber para qué clase de profesorado me habían llamado... en otras palabras, no sólo hacerles un examen para mostrarles qué ofrezco yo, sino también saber qué ofrecían ellos. Es más, esperaba que me preguntaran por mis ideas pedagógicas, o cómo me planteo la educación o demás cosas, tipo metodología, que debieran conocer si les interesa de verdad la educación. Que son cosas, que por otra parte, ya dejé por escrito por aquí en un extenso informe que redacté a modo de memoria para el CAP, os lo transcribí el año pasado, 2010, en las Noticias 778ª, 779ª, 780ª, 781ª y 782ª. A quien le interese la educación y la pedagogia, mis ideas al respecto están ampliamente recogidas en esas entradas que son mis reflexiones a través de la experiencia que obtuve en el aula en 2006 en las prácticas como profesor de Historia para estudiantes de bachillerato a punto de hacer el examen de acceso a la Universidad. Pues no me hicieron ninguna de esas preguntas... es más a una chica que iba detrás de mí intentó formularlas en un intento más persistente que el mío, y toda respuesta que obtuvo repetidas veces es que no podía (el que daba los exámenes) hablar nada, que ella sólo tenía que hacer un examen.
Pues con esta mala entrada, me preguntaron mi nombre, buscaron mi curriculum que ellos habían imprimido del buscador de empleo infojobs, me dieron a elegir una serie de materias de examen y a continuación me dieron una hoja con cincuenta preguntas tipo test. De ese tipo de prueba hablamos un poco más abajo, de momento digo que las preguntas que realizaban más que de Historia eran en su mayoría de anécdotas de Historia o bien de cosas tan puntuales y especializadas que no son materia de estudio ni en las Universidades... En serio, en mi paso universitario por la carrera de Historia jamás me han hecho preguntas como las que me ha hecho esta empresa que se supone que busca profesores para estudiantes adolescentes de educación secundaria. Eran cosas que las conoce más bien historiadores muy especializados en una materia durante muchos años de su vida. Por ejemplo, una pregunta era: "¿quién firmó los pactos sinalagmáticos?" ¿Cómo te quedas ante eso? Pues eso mismo pensé yo, querido lector. Bueno, esos pactos los conocía a través de mis charlas con mi amigo e historiador Julián Vadillo, son una cuestión entre republicanos y carlistas, aunque ellos querían el nombre de las personas que los acordaron. Otra de estas preguntas era quién tendió la linea Estrella... Sin palabras. Pero es que además también contenían errores, entre las opciones de generales que se negaron rendir Zaragoza a Napoleón figuraba Palfox... por el amor de Dios, es Palafox. Podréis decir que era un error de escritura, sí, no lo niego, el examen estaba lleno de faltas, así que no lo niego. Pero la cosa es que entre las opciones del año en el que cayó el Califato de Córdoba y surgieron los Reinos de Taifas no figuraba el año correcto, y se supone que en todo el test entre las opciones que te daban estaba la respuesta correcta. Pues bien, lo más cercano que tenían era 1029... pero es que el califato cayó entre 1031-1032... y quién no quiera creerme que coja cualquier libro de Historia o Enciclopedia, que verá quién lleva razón. Claro, que tampoco esperaba mucho de un test cuya una de sus preguntas era qué opinaba el historiador Artola de un determinado asunto, ¿y qué pasaría si yo le pregunto qué opina Herrerín? Y es que, por muy famoso y conocido que es Artola, no tengo porqué estar al tanto de sus opiniones más concretas, pese a que algún colega de carrera me diga un "pues deberías", a lo que yo replicaré que ¿qué opina Herrerín?.
Yo no digo que yo sea el que más sepa de Historia, que no lo creo, hay gente que sabe muchísimo, pero es que en este examen me dio la sensación de que en algún momento me iban a preguntar cuándo se fumó su primer cigarrillo Felipe González o de qué equipo de fútbol era Adolfo Suárez. Tremendo, de verdad. Porque además eso, ¿para qué sirve? La Historia es una ciencia humanística, no una recopilación de datos para un juego de preguntas de ver quien sabe la respuesta más desconocida. La Historia es interpretación y análisis de múltiples factores, sean hechos, datos, memorias, percepciones y recuerdos personales, literatura, otras ciencias, etcétera. Para formar a una persona la Historia debe servir para que esa persona pueda reunir sus propios criterios, que conozca el pasado para que sepa ver y apreciar de dónde vienen las cosas y situaciones, que sepa discernir la posible evolución de los acontecimientos, de los pasados, de los presentes y de los futuros. Ya sean de los que afectan a todos los individuos o de los de su propia vida particular si, adquirido ese conocer, esa forma de conocer siempre tendente al aprendizaje, lo aplica a poder entenderse a sí mismo y sus circunstancias. Yo tuve muchos profesores catedráticos de Historia que a lo largo de la carrera coincidían en que los datos (datillos los llamaban) se te quedaban en la cabeza porque a lo largo de la vida los manejabas mucho, pero que en realidad no era necesario memorizarlos porque para eso ya tienes tus libros de consulta, artículos y demás. Años, fechas, nombres muy concretos y rebuscados... es que, aunque a un historiador se le quede por uso continuo, no es necesario memorizarlo... y este examen tendía a que un profesor de Historia debía ser una computadora de datos.
No es eso, la Historia no es el dato por el dato. Ni formar personas es eso tampoco. Pero esto me lleva a pensar que ellos consideran que la memorización de datos en el profesor pueda garantizar la memorización de datos en el alumno, que ya he dicho que la Historia es análisis, conocimiento, sí, pero análisis propio de las circunstancias (obviamente quien tiene más datos y conocimientos de X circunstancia hará interpretaciones más acertadas, pero no hace falta memorizar todo, no conozco historiador que memorice todo, ni siquiera aquellos que recuerdan hasta minucias muy sorprendentes). ¿Y qué me lleva a pensar esto? Pues me lleva a pensar en un sistema educativo basado en la nota matemática del 0 al 10, en el suspenso y el aprobado, y en unos alumnos alienados y presionados en esa idea, y unos padres preocupados en pensar que la educación es obtener una evaluación numérica, y una universidad basada en ese mismo evaluar para entrar en ella, y en unas empresas que se fijan a la hora de trabajar en las notas altas... ¿Y dónde queda el conocimiento? ¿Dónde queda? Que me digan qué espacio le han dejado. Ninguno, sólo el de la iniciativa, comprensión y aptitudes del alumno y del profesor. ¿Cuántas personas, yo incluído en cuestiones de química durante mi bachillerato, no hemos memorizado una serie de datos uno o dos días antes de un examen, en mi caso la tabla periódica de elementos, lo hemos aprobado con buena nota por nuestra memoria y posteriormente lo hemos olvidado? Y quién no lo haya hecho, como dijo el de la Biblia, que lance la primera piedra. ¿Es eso conocimiento? ¿Es eso educación? ¿Es eso pedagógico? ¿Qué clase de personas queremos formar? ¿Qué clase de sociedad estamos formando? La de la apariencia, la de tener títulos por tener títulos y pedirlos por pedirlos... ¿Y dónde queda el conocimiento, la valía, la persona? Sí, he preguntado la persona, porque quien es educado como persona se desenvolverá en la vida como tal en todos los niveles, quien es educado para memorizar y obtener un premio numérico en su nota, y en todo se forme así, es lo mismo que el perro de Pavlov que aprendió por asociación que hacer tal cosa bien le valía acceder a la comida. Puede ser una exageración, pero no está lejana a la verdad. Memoriza esto y aprobarás, haz esto así, vistete asá, y comportate tal, y te daré trabajo, hasta ascenderás.
La nota numérica no es el todo en la educación, no debiera serlo, porque siéndolo sólo perpetúa la memorización y no la educación, la mecanización de la persona y no su humanización. Y todas las pruebas encaminadas a perpetuar el premio a la memorización por la memorización (sin devaluar con lo que digo el valor de la memoria, no se me malinterprete) son pruebas encaminadas a mecanizar a la persona. A crear una sociedad de no pensantes. Aunque quizá el gobierno actual ha creído que los jóvenes españoles llevan pensando mucho desde el 15 de mayo de este 2011. Cuántos recortes en educación pública, pero este es otro tema, o quizá no lo es demasiado.
Tengo la sensación de que para lo único de lo que me ha servido lo de ayer es para perder 9 euros. La subida de precios en los transportes públicos de la Comunidad de Madrid, de la mano de la presidenta Esperanza Aguirre (Partido Popular) supone 3 euros de ida y otros 3 de vuelta en autobús de Alcalá de Henares a Madrid, más 1'50 de billete de Metro para moverse por Madrid, y otros 1'50 para volver a la estación de autobús. Total: 9 euros gastados para buscar trabajo alquien que está desempleado, sin subsidio de desempleo, sin ayudas económicas, y que lleva recibiendo ayudas de su madre, que es pensionista, desde hace un mes y medio... Pero eso sí, luego si se montan unas jornadas para juventudes católicas que quieren ver al Papa mientras por las noches es un secreto a voces que se han emborrachado y follado en las calles, mientras por el día cantaban y rezaban, la misma presidenta madrileña les hace descuentos en ese mismo transporte público. España, andas mal y poco te queda para andar a gatas... de hambre.
Pero no gasté sólo esos 9 euros en ese viaje, gasté otros 1'50 euros para acercarme al centro de Madrid e ir a la Casa del Libro... para echar una solicitud de trabajo... Vender libros allí es algo que ya intenté de adolescente, y dentro de lo que hay en estos días, ¿por qué no? Como dijo el sindicalista Marcelino Camacho al morir: "Cuando uno se cae, se levanta y sigue caminando".
Que la cerveza os acompañe.
Pues bien, recordado esto, diré que nada más entrar le dije a la recepcionista que venía a realizar una prueba y me mandó al interior de aquel sitio, a una sala acristalada donde ya había gente joven realizando exámenes para ser profesores de Química, Física, Matemáticas, Filosofía, etcétera. Pero también había una cola de tres personas delante mía recibiendo papeles. Cuando llegó mi turno iba a preguntar por todas aquellas cosas que uno debiera saber. Porque, por ejemplo, si es para ser profesor una hora al día en Madrid capital por 6 euros la hora, directamente les digo que no, ya que el viaje supone 9 euros y saldría perdiendo cada día 3 euros. Son cosas tan tontas, pero tan importantes cómo esa. Aparte de que quería saber para qué clase de profesorado me habían llamado... en otras palabras, no sólo hacerles un examen para mostrarles qué ofrezco yo, sino también saber qué ofrecían ellos. Es más, esperaba que me preguntaran por mis ideas pedagógicas, o cómo me planteo la educación o demás cosas, tipo metodología, que debieran conocer si les interesa de verdad la educación. Que son cosas, que por otra parte, ya dejé por escrito por aquí en un extenso informe que redacté a modo de memoria para el CAP, os lo transcribí el año pasado, 2010, en las Noticias 778ª, 779ª, 780ª, 781ª y 782ª. A quien le interese la educación y la pedagogia, mis ideas al respecto están ampliamente recogidas en esas entradas que son mis reflexiones a través de la experiencia que obtuve en el aula en 2006 en las prácticas como profesor de Historia para estudiantes de bachillerato a punto de hacer el examen de acceso a la Universidad. Pues no me hicieron ninguna de esas preguntas... es más a una chica que iba detrás de mí intentó formularlas en un intento más persistente que el mío, y toda respuesta que obtuvo repetidas veces es que no podía (el que daba los exámenes) hablar nada, que ella sólo tenía que hacer un examen.
Pues con esta mala entrada, me preguntaron mi nombre, buscaron mi curriculum que ellos habían imprimido del buscador de empleo infojobs, me dieron a elegir una serie de materias de examen y a continuación me dieron una hoja con cincuenta preguntas tipo test. De ese tipo de prueba hablamos un poco más abajo, de momento digo que las preguntas que realizaban más que de Historia eran en su mayoría de anécdotas de Historia o bien de cosas tan puntuales y especializadas que no son materia de estudio ni en las Universidades... En serio, en mi paso universitario por la carrera de Historia jamás me han hecho preguntas como las que me ha hecho esta empresa que se supone que busca profesores para estudiantes adolescentes de educación secundaria. Eran cosas que las conoce más bien historiadores muy especializados en una materia durante muchos años de su vida. Por ejemplo, una pregunta era: "¿quién firmó los pactos sinalagmáticos?" ¿Cómo te quedas ante eso? Pues eso mismo pensé yo, querido lector. Bueno, esos pactos los conocía a través de mis charlas con mi amigo e historiador Julián Vadillo, son una cuestión entre republicanos y carlistas, aunque ellos querían el nombre de las personas que los acordaron. Otra de estas preguntas era quién tendió la linea Estrella... Sin palabras. Pero es que además también contenían errores, entre las opciones de generales que se negaron rendir Zaragoza a Napoleón figuraba Palfox... por el amor de Dios, es Palafox. Podréis decir que era un error de escritura, sí, no lo niego, el examen estaba lleno de faltas, así que no lo niego. Pero la cosa es que entre las opciones del año en el que cayó el Califato de Córdoba y surgieron los Reinos de Taifas no figuraba el año correcto, y se supone que en todo el test entre las opciones que te daban estaba la respuesta correcta. Pues bien, lo más cercano que tenían era 1029... pero es que el califato cayó entre 1031-1032... y quién no quiera creerme que coja cualquier libro de Historia o Enciclopedia, que verá quién lleva razón. Claro, que tampoco esperaba mucho de un test cuya una de sus preguntas era qué opinaba el historiador Artola de un determinado asunto, ¿y qué pasaría si yo le pregunto qué opina Herrerín? Y es que, por muy famoso y conocido que es Artola, no tengo porqué estar al tanto de sus opiniones más concretas, pese a que algún colega de carrera me diga un "pues deberías", a lo que yo replicaré que ¿qué opina Herrerín?.
Yo no digo que yo sea el que más sepa de Historia, que no lo creo, hay gente que sabe muchísimo, pero es que en este examen me dio la sensación de que en algún momento me iban a preguntar cuándo se fumó su primer cigarrillo Felipe González o de qué equipo de fútbol era Adolfo Suárez. Tremendo, de verdad. Porque además eso, ¿para qué sirve? La Historia es una ciencia humanística, no una recopilación de datos para un juego de preguntas de ver quien sabe la respuesta más desconocida. La Historia es interpretación y análisis de múltiples factores, sean hechos, datos, memorias, percepciones y recuerdos personales, literatura, otras ciencias, etcétera. Para formar a una persona la Historia debe servir para que esa persona pueda reunir sus propios criterios, que conozca el pasado para que sepa ver y apreciar de dónde vienen las cosas y situaciones, que sepa discernir la posible evolución de los acontecimientos, de los pasados, de los presentes y de los futuros. Ya sean de los que afectan a todos los individuos o de los de su propia vida particular si, adquirido ese conocer, esa forma de conocer siempre tendente al aprendizaje, lo aplica a poder entenderse a sí mismo y sus circunstancias. Yo tuve muchos profesores catedráticos de Historia que a lo largo de la carrera coincidían en que los datos (datillos los llamaban) se te quedaban en la cabeza porque a lo largo de la vida los manejabas mucho, pero que en realidad no era necesario memorizarlos porque para eso ya tienes tus libros de consulta, artículos y demás. Años, fechas, nombres muy concretos y rebuscados... es que, aunque a un historiador se le quede por uso continuo, no es necesario memorizarlo... y este examen tendía a que un profesor de Historia debía ser una computadora de datos.
No es eso, la Historia no es el dato por el dato. Ni formar personas es eso tampoco. Pero esto me lleva a pensar que ellos consideran que la memorización de datos en el profesor pueda garantizar la memorización de datos en el alumno, que ya he dicho que la Historia es análisis, conocimiento, sí, pero análisis propio de las circunstancias (obviamente quien tiene más datos y conocimientos de X circunstancia hará interpretaciones más acertadas, pero no hace falta memorizar todo, no conozco historiador que memorice todo, ni siquiera aquellos que recuerdan hasta minucias muy sorprendentes). ¿Y qué me lleva a pensar esto? Pues me lleva a pensar en un sistema educativo basado en la nota matemática del 0 al 10, en el suspenso y el aprobado, y en unos alumnos alienados y presionados en esa idea, y unos padres preocupados en pensar que la educación es obtener una evaluación numérica, y una universidad basada en ese mismo evaluar para entrar en ella, y en unas empresas que se fijan a la hora de trabajar en las notas altas... ¿Y dónde queda el conocimiento? ¿Dónde queda? Que me digan qué espacio le han dejado. Ninguno, sólo el de la iniciativa, comprensión y aptitudes del alumno y del profesor. ¿Cuántas personas, yo incluído en cuestiones de química durante mi bachillerato, no hemos memorizado una serie de datos uno o dos días antes de un examen, en mi caso la tabla periódica de elementos, lo hemos aprobado con buena nota por nuestra memoria y posteriormente lo hemos olvidado? Y quién no lo haya hecho, como dijo el de la Biblia, que lance la primera piedra. ¿Es eso conocimiento? ¿Es eso educación? ¿Es eso pedagógico? ¿Qué clase de personas queremos formar? ¿Qué clase de sociedad estamos formando? La de la apariencia, la de tener títulos por tener títulos y pedirlos por pedirlos... ¿Y dónde queda el conocimiento, la valía, la persona? Sí, he preguntado la persona, porque quien es educado como persona se desenvolverá en la vida como tal en todos los niveles, quien es educado para memorizar y obtener un premio numérico en su nota, y en todo se forme así, es lo mismo que el perro de Pavlov que aprendió por asociación que hacer tal cosa bien le valía acceder a la comida. Puede ser una exageración, pero no está lejana a la verdad. Memoriza esto y aprobarás, haz esto así, vistete asá, y comportate tal, y te daré trabajo, hasta ascenderás.
La nota numérica no es el todo en la educación, no debiera serlo, porque siéndolo sólo perpetúa la memorización y no la educación, la mecanización de la persona y no su humanización. Y todas las pruebas encaminadas a perpetuar el premio a la memorización por la memorización (sin devaluar con lo que digo el valor de la memoria, no se me malinterprete) son pruebas encaminadas a mecanizar a la persona. A crear una sociedad de no pensantes. Aunque quizá el gobierno actual ha creído que los jóvenes españoles llevan pensando mucho desde el 15 de mayo de este 2011. Cuántos recortes en educación pública, pero este es otro tema, o quizá no lo es demasiado.
Tengo la sensación de que para lo único de lo que me ha servido lo de ayer es para perder 9 euros. La subida de precios en los transportes públicos de la Comunidad de Madrid, de la mano de la presidenta Esperanza Aguirre (Partido Popular) supone 3 euros de ida y otros 3 de vuelta en autobús de Alcalá de Henares a Madrid, más 1'50 de billete de Metro para moverse por Madrid, y otros 1'50 para volver a la estación de autobús. Total: 9 euros gastados para buscar trabajo alquien que está desempleado, sin subsidio de desempleo, sin ayudas económicas, y que lleva recibiendo ayudas de su madre, que es pensionista, desde hace un mes y medio... Pero eso sí, luego si se montan unas jornadas para juventudes católicas que quieren ver al Papa mientras por las noches es un secreto a voces que se han emborrachado y follado en las calles, mientras por el día cantaban y rezaban, la misma presidenta madrileña les hace descuentos en ese mismo transporte público. España, andas mal y poco te queda para andar a gatas... de hambre.
Pero no gasté sólo esos 9 euros en ese viaje, gasté otros 1'50 euros para acercarme al centro de Madrid e ir a la Casa del Libro... para echar una solicitud de trabajo... Vender libros allí es algo que ya intenté de adolescente, y dentro de lo que hay en estos días, ¿por qué no? Como dijo el sindicalista Marcelino Camacho al morir: "Cuando uno se cae, se levanta y sigue caminando".
Que la cerveza os acompañe.
vaya tela, yo he pasado por tomaduras de pelo similares y sienta realmente mal, pq no valoran tu tiempo... se piensan q por estar desempleado estas disponible para gastarte 9 euros en nada... en fin, que mucha suerte con lo de la casa del libro, que el que la sigue la consigue.. y aqui te cuento q yo lo mi consegui, mi trabajo, aunque a 2000 km de casa, pero bueno a veces todo no puede ser al menos al mismo tiempo.
ResponderEliminarGracias, sí, si uno lo intenta como puede. Y sí, en estos tiempos hay empresas que parece que pensaran que con un deempleado se puede hacer cualquier cosa. Un saludo.
ResponderEliminarYo también he pasado por alguna de esas hace algún tiempo. Es mas, de hecho creo que las oposiciones a profesor de Secundaria, aun siento mas elaboradas y por muy duras que saen, son otra tomadura de pelo, porque no es mejor profesor el que mas datos se ha aprendido de memoria...
ResponderEliminarEn fin...en fin...
en mi caso era una empresa privada, pero sí, como si fuera oposicion publica... no miden la vocacion, miden la gilipollicion... que le vamos a hacer...
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