jueves, agosto 12, 2021

NOTICIA 2067ª DESDE EL BAR: HAY QUE FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO


Muy pronto será muy tarde, nos dijeron los científicos en 2017 alertándonos sobre los problemas del cambio climático y nuestra necesidad de realizar cambios en nuestro comportamiento ecológico (Noticia 1753ª). En 2019 nos hablaban de una emergencia ecológica mundial (Noticia 1860ª). Luego hubo un aparente silencio a causa de la pandemia de la Covid-19 en 2020, aunque existió una mayor concienciación mundial al verse los efectos positivos sobre el mundo el parón de muchas de las actividades humanas masivas, aparte de que la gente comenzó a comprender la relación directa entre esta pandemia y el cambio climático. Ahora, en 2021, la Organización de Naciones Unidas (ONU) presenta su informe anual sobre el cambio climático. Este informe tiene tres entregas. La primera está dedicada a los efectos físicos y se elabora consultando los trabajos de cientos de científicos de todo el planeta, contrastando entre ellos sus conclusiones y teorías, encontrando qué tienen en común todos esos trabajos y, dado que se trata de cientos de informes, llegar a conclusiones en las que las conclusiones y teorías de todos estos científicos coinciden entre sí mediante esas investigaciones que cada uno ha realizado con sus equipos independientemente del resto de trabajos. En ese primer informe del informe triple sobre el cambio climático, la ONU ha dejado claro por primera vez que ya no existe duda alguna de que la acción del ser humano es responsable directa del cambio climático. Hemos aumentado la temperatura del planeta en el último siglo y pico 1'1º, pero ahora corremos el riesgo de llegar de manera ultrarrápida a un aumento del 1'5º en veinte años, lo que sería una catástrofe dramática impredecible. Los científicos ya hablan no en términos de parar, sino en términos de ir frenando esos cambios climáticos. Algunos de los cambios que hemos provocado pueden ser irreversibles, otros pueden durar mil años si lográramos no seguir incidiendo. Pero también por primera vez señalan con el dedo directamente a los políticos y los gobiernos como culpables, y les piden acciones directas claras y drásticas. Se puede leer en su propia página

La Unión Europea es la región del mundo que más esfuerzos está intentando hacer en este sentido. Así por ejemplo, ha fijado para el año 2030 el final de la fabricación de automóviles que funcionen con biocarburantes (gasolina, diésel, gas e híbridos). Informaba, por ejemplo, El País el pasado 14 de julio. Eso quiere decir que se fomentará coches de tipo eléctrico y se impondrán en la Unión Europea. Si en 2030 se dejarán de fabricar coches de biocarburante, es de esperar que el parque móvil europeo aún cuente con ellos hasta que se dé por "jubilado" al último de estos que quede en uso, que podría ocurrir veinte o treinta años después. Pensemos que la última fábrica de televisores de tubo de imagen se cerró en España en el año 2007 (se puede leer, por ejemplo en 20 bits), pero aún existen hogares con televisores de tubo de imagen, aunque ya son muy pocas. Otro tanto similar con las bombillas incandescentes, que se dejaron de fabricar en el verano de 2012 porque la Unión Europea quería bombillas que generaran mayor ahorro y fueran ecológicamente mejores al necesitar menos electricidad para iluminar eficientemente, pero incluso hoy día hay numerosos hogares y lugares que aún tienen bombillas incandescentes en uso, como artículos que acumularon en casa y aún les sirve para sustituir bombillas que se les funden. 

La aparición masiva de coches eléctricos en calles y carreteras provocará un mayor consumo de electricidad, pues estos coches habrán de cargarse eléctricamente. Así pues, imagino que se necesitará cambiar toda la red eléctrica para adaptarla a los nuevos tiempos y los altos voltajes, probablemente suban los precios de la electricidad y tal vez alguna compañía eléctrica con ayuda política considere que es más goloso volcar todos sus recursos elécricos a la carga de automóviles, que por ser mayor les dará más beneficios económicos, que dedicarlos a que alguien pueda ver la televisión en su casa. No obstante, la propia Estados Unidos ha tenido varios apagones generales en grandes ciudades en el último año a costa de que su red eléctrica se ha quedado anticuada para los tiempos actuales tan electrificados. Por ello es que el presidente Biden ha apostado por invertir una suma de dinero descomunal en infraestructuras enormes por todo Estados Unidos para mejorar, sobre todo, esa red eléctrica. Irá ocurriendo a lo largo de estos años. No nos engañemos, hay que hacer cambios drásticos, lo ha dicho la ONU, pero también ha dicho que supondrán costes altos y sacrificios. 

No ayudan tampoco los grandes incendios. Si el año pasado ardía en dimensiones gigantes California, Brasil y Australia, este año Turquía y otra vez Grecia lo hacen. Buena parte de los incendios del planeta, dicen los informes, son responsabilidad del ser humano, en torno del 80% al 90%. Pero la amenaza sobre los grandes bosques está también por las madereras y por los latifundistas que quieren cultivar cosas como soja. Detrás de todo esto está el consumo humano. No te engañes, tu ansia de tener muebles nuevos, o de querer comprar casas en sitios de playa o naturales que con estas cosas pierden su naturaleza. Tienes un problema en no reutilizar, no reducir el consumo, no reciclar lo reciclable, estás detrás de estos problemas. El querer tener lo último de lo último, el querer tener bicicletas eléctricas y no normales de pedales, o patinetes eléctricos, también es un problema. No solo porque la producción de electricidad también contamina, sino porque la creación de baterías necesita de una explotación minera que también es un problema ecológico y social. Más aún, tras la vida útil de las baterías eléctricas muchas de ellas son difícilmente reciclables o reutilizables y terminan también siendo un problema ecológico.

Mucho se ha hablado de la contaminación de los grandes ganados a costa de las flatulencias de las vacas, o de lo que supone en pastos y uso de agua para estos animales. No me termino de creer que ellos sean el principal problema. ¿Qué contaminan más, todas las vacas del mundo o todas las fábricas de coches y los coches mismos en uso del mundo? ¿Cuántas vacas hay en el mundo y cuánto suponen en gases de metano emitidos y cuántos humanos hay en el mundo y cuánto suponemos en gases de metano emitidos? Un científico en una entrevista informal en la radio decía hace unas semanas que sin negar que es verdad que la emisión de gases de metano en las flatulencias de las vacas puedan ser un problema, él a veces se pregunta porqué cuándo se dan estos datos no se dan datos complementarios comparativos, por ejemplo con la industria del automóvil y no se hace la misma insistencia contra esa industria y la petrolífera que le está indiscutiblemente asociada, así como a veces si se rasca hay empresas de la alimentación no asociadas a lo cárnico cuyo nombre aparece y rebota. 

La no creación de empleos en el mismo municipio donde vives es otro problema. Cuando una persona debe trasladarse treinta o cuarenta kilómetros de distancia, sino cien en algunos trabajos, realiza diariamente unos desplazamientos contaminantes, al margen ya de lo que en las vidas privadas puede deteriorar la pérdida de tiempo para ti y los daños que pueda provocar en términos más humanos, como por ejemplo el escaso disfrute de los hijos, o la imposibilidad de establecer vida social al no disponer de tiempo suficiente más que para trabajar, ir y venir del trabajo y preparar, si puedes, la comida para la jornada laboral del día siguiente. 

También hace pocos días otro informe, a nivel España, nos hablaba del problema de la desaparición de árboles en los municipios porque los ayuntamientos han apostado por eliminar árboles y parques con vegetación para evitar los costes de su mantenimiento (sueldos de jardineros y los recursos que estos necesiten). Eso provoca el recalentamiento de las ciudades y asociado a él el recalentamiento de las casas y los locales, por lo que deben usar más electricidad para combatir el calor veraniego. Más contaminación. En Alcalá de Henares somos grandes testigos de esto, con numerosos árboles cortados y no repuestos de las calles, parques construidos a base de asfalto, los caminos del Parque O'Donnell pasados de arena que absorbe el calor a un conglomerado a modo de asfalto (sin  ser asfalto) que crea el mismo efecto de asfixia, alcorques tapados con adoquines, una ciudad cada vez más pensada para los automóviles a base de rotondas que benefician a los coches (hacen fluir la circulación, dicen desde el ayuntamiento y sus partidos políticos), pero perjudican y mucho a peatones, bicicletas y monopatines y restan espacio a esos peatones, por más que hayan peatonalizado el centro turístico de la ciudad, Alcalá es mucho más y mucho más grande que el centro ciudad. En Sevilla hicieron un cálculo sobre la cantidad de árboles que necesitan para bajar su temperatura y rebasaban el millar con creces. 

La propia viñeta inicial que pintó Francisco Ibáñez para Mortadelo y Filemón en su historia "El bacilón" en 1983 nos mostraba ya bastantes de los problemas cotidianos de una ciudad actual en su contribución a la contaminación. Con eso os dejo por hoy, recordándoos una vez más que buena parte de las soluciones claro que pasan por políticos y por las acciones de los empresarios, pero también por ti, por tus decisiones, porque no te dejes llevar e influir por la publicidad y la propaganda para que hagas un consumo y un estilo de vida insostenible. ¿Es necesario que todo el mundo vaya de vacaciones cogiendo aviones? Es verdad que a muchos nos gustaría ver con nuestros ojos lugares lejanos, conocer otras sociedades, pero hay que pensar que por mucho que nos gustaría, quizá nuestro sacrificio de hoy esté en no dejarnos llevar por ello, o al menos no hacerlo de manera constante. No haces mal si quieres ir a Italia y vas a Italia, pero sí es un problema ambiental que sin necesidad real lo hagas de manera permanentemente constante. Los aviones son grandes contaminantes, más que las vacas, os lo aseguro. No es un gran sacrificio. Pero cada aspecto de tu vida puede ser crucial. Recordad siempre: Reducir el consumo, reutilizar lo reutilizable, reciclar lo reciclable... y no dejarse influir por si tu ropa del año pasado ya debes cambiarla, o por si tu teléfono móvil no tiene vete a saber qué cosa nueva, o si tal cosa que tienes si no es eléctrico no te hace moderno... La mayor parte de todas esas presiones sociales, aparte de desdibujarte como persona y quitarte personalidad propia, son en realidad consecuencia de propagandas y publicidades de empresas y a veces del gobierno intentando estimular el consumo de cara a la economía que más beneficia a unos pocos. En la cadena SER, en la radio, ayer hablaban sobre todo esto y un periodista reflexionaba que ahora hace falta señalar con el dedo a los más contaminantes y repartir las culpas de una manera más justa y no como ahora igualitaria para todos, porque no contamina lo mismo el que pone una radio en La India para escuchar mientras trabaja, que el dueño de una gran multinacional que tiene sus centros de producción en La India, pero vende su ropa en Europa y Estados Unidos, y además mantiene fábricas de tal o de cual en tal otro sitio. Si bien la reflexión es pertinente, y es verdad que no contamina lo mismo el dueño de la Peluquería Pepe que el dueño de Volkswagen, hay que tener en cuenta más condicionantes y no olvidar, que al margen de ello, cada uno, a su nivel, debe procurar aportar algo a la mejora en la lucha contra el cambio climático.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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