Ya estamos cerca de otro 1º de Mayo. En esta ocasión hemos llegado con 6.202.700 parados, que en porcentaje de la población total activa es el 27'16%, o sea: hay más de un cuarto de la población activa española oficialmente desempleada. De entre todos ellos hay 1.906.100 familias con todos los miembros en el paro. 3.500.000 son personas que llevan más de un año sin trabajo. 2.898.000 de los parados son mujeres. Y la población activa que más paro sufre es la juvenil (el 57% de los jóvenes con edad de trabajar están en el paro), de entre esta población hay un 25% que son menores de 25 años. En esta juventud yo mismo podría incluirme, o ya no, ya no sé muy bien qué entiende la estadística por juventud, yo tengo 34 años, los cumplí el pasado día 21 de abril. Pero si esta juventud no ha estallado del todo aún, en buena parte se debe a que se ha recurrido o bien a no irse de casa de sus padres, o bien han regresado a la misma, o reciben ayudas económicas de sus familiares o amigos, o bien aún se han podido acoger a alguna beca, como es mi caso (aunque terminará a finales de junio). Esas becas, por otra parte, son una práctica abusiva, ya que no se busca tanto enseñar a quien se acoge a ella y ser una parte formativa del aprendizaje de la persona, sino que ahora son en su mayoría un sustitutivo de los trabajadores contratados, en lo que posiblemente es un fraude de ley no denunciado (sobre todo porque es el propio gobierno quien recurre a él). En los últimos años he podido ver con mis propios ojos diversos lugares donde becarios, alumnos-trabajadores de talleres de empleo y estudiantes en prácticas universitarias o de formación profesional, son más que las personas contratadas, tanto en lugares privados como públicos. Y también que las tareas encomendadas a estos becarios son las de un trabajador profesional, y no una práctica sesgada del oficio tutelada por profesionales. Peor aún es cuando en cierta visita oficial escuché vanagloriarse a cierto directivo de que su trabajo lo sacan adelante un 90% de becarios, claro está que lo dijo alabando el trabajo de los becarios, pero quizá sería más efectivo si siempre que pueda le repitiera a la administración que no quisiera más becarios que los necesarios y el resto que sean los trabajadores que deben ser, y si el trabajo no sale adelante, que no salga, que sea como ese célebre romano que siempre terminaba sus discursos diciendo "por lo demás, Cartago debe ser destruida", hasta que le hicieron caso. Hay que tener en cuenta que los becarios se forman para trabajar, pero si el trabajo para el que nos formamos lo bloquea una mayoría becaria, entonces se forma gente para que o se vaya del país o para que vaya al desempleo sectorial y tenga que reciclarse partiendo de cero en otra profesión cuando ya tenga una edad considerable como para no ser aceptado en otra profesión, más que nada porque le falta el bagaje adquirido en esos años en los que lo adquirió para otra cosa como becario. Deben existir becarios, sí, sería hipócrita si dijera que no, pero a la vez debe no abusarse del trabajo becario y deben crearse los puestos de trabajo que ahora mismo ha colapsado el abuso del uso de esta mano de obra tan barata y tan sin muchos derechos laborales, porque, encima, ni siquiera se nos reconoce como trabajadores. En otras palabras, el alumno tarde o temprano debe tener la opción de ser reconocido persona formada y apta. Y dicho esto, como siempre, remarco que además no es lo mismo la posición de un trabajador que la de un contratador, y mucho menos si el contratador es de la gran empresa o del gobierno. Y como hay mucha gente sin ingresos y viendolas venir, o con muy pocos ingresos y viéndolas venir, es totalmente comprensible, necesaria y justa, la decisión que cada trabajador tome de acuerdo a sus agobios para poder ganarse la vida. Eso sí, sin abandonar nunca la solidaridad obrera. Tema complejo y delicado que abre esta entrada a un debate de gran embergadura y dificultad. Pero que de momento lo dejo aquí.
Hace poco recibíamos la noticia de que habían aumentado las cotizaciones, yo dije que es un espejismo. A partir de febrero comenzaron a cobrarnos a la población becaria que lo solicitó la cotización retroactiva de becas tenidas antes de diciembre de 2011. Es un porcentaje alto que, para mayor mal, no sirve para un subsidio de desempleo, sólo sirve para una hipotética y futura jubilación. Como sea, al ver el enorme aumento de desempleados y recibir la noticia de ese aumento de cotizaciones, es obvio que hay un desfase, un espejismo. Quizá no debido sólo a esto que comento, sino a otras muchas más cosas y factores, pero espejismo a fin de cuentas.
Se ha destruido sólo entre enero, febrero y marzo de este 2013 un total de 322.300 empleos. La gran mayoría del sector servicios, y más concretamente de la administración pública. Esto sólo ha sido posible gracias a la reforma laboral que hizo el gobierno del Partido Popular de Rajoy en 2012, que reforzaba y endurecía la que hizo el gobierno del Partido Socialista Obrero Español de Zapatero en 2010. Todas ellas contestadas con tres huelgas generales, aún más con numerosas otras huelgas, manifestaciones, asambleas populares, Movimiento 15-M, ocupaciones de casas y espacios, creación de prensa libre, sindicatos, etcétera, que han hecho de España uno de los países más reivindicativos de Europa Occidental en estos años. De hecho tenemos una conflictividad social que actualmente ya ha rebasado la que existía en las calles españolas en plena Transición política entre 1976 y 1978, cuando España era el tercer país occidental más conflictivo socialmente. Es falso por tanto decir que nadie hace nada. Se hace mucho, pero se ignora por parte del gobierno, se calla por parte de los grandes medios de comunicación, o bien se distorsiona o se ningunea. Si para una parte de la sociedad española que ocurra algo es que estalle la violencia, pueden estar seguros que de seguir así tarde o temprano no es una posibilidad descartable. Bien contentos debieran estar todos los responsables políticos y económicos de que la sociedad esté respondiendo tan pacíficamente incluso cuando la policía carga con violencia inusitada contra los manifestantes o cuando se manipulan las noticias y las informaciones para criminalizar a la gente que protesta en defensa de sus derechos.
Es innegable las imágenes de gente buscando comida por contenedores de basura, o, como se publicaba hoy, quienes van a pedir comida a los bares. Y los augurios económicos para España cada vez son peores. Ahora se retrasa la salida de la crisis para 2016, y Rajoy, que no piensa cambiar de ministros ni de una política tan fracasada como la suya, pide paciencia, como si hasta ahora no hubiéramos tenido una paciencia absoluta, casi estoica.
Los organismos internacionales económicos y los de la Unión Europea comienzan a cuestionar seriamente que hubieran tomado las decisiones acertadas al pedir austeridad, pero la canciller alemana, Merkel, sigue con su "erre que erre" con su dogmatismo político. Obviamente Alemania salió tres veces así de crisis económicas en el siglo XX, la de la I Guerra Mundial, la de la II Guerra Mundial y la de la reunificación tras la Guerra Fría. Austeridad, contención, sacrificio de sus logros sociales... pero Europa no es Alemania, y lo que es más importante que parece haber olvidado: no es dominio de Alemania. Y así ocurre, que cada vez hay más encuestas europeas donde crece una sensación de rechazo a Alemania y a los alemanes, sobre todo en el sur, y Francia incluida en ese sur. Eso puede ser un problema grave. Cuando en la Historia se ha dado uniones de Estados para crear un Estado ha sido gracias a fomentar la idea de unidad, de beneficio, de identidad, pero no se puede construir una Unión Europea a golpe de forzarnos y someternos. Quienes sometieron a los pueblos terminaron violentamente desunidos, quienes unificaron con la cultura, perduraron en el tiempo. Y Europa ahora mismo se está viendo sometida por los mercados, que curiosamente parecen tener voz alemana.
La casuistica española por otra parte hace que haya un interés por desviar nuestro objetivo por un falso objetivo. Nuestro objetivo es la justicia social, la igualdad de derechos, y un Estado social al servicio de los ciudadanos, y no de los mercados. Y en ese sentido mucha gente se siente republicana, ven en la monarquía actual todo lo contrario. Pero resulta que ahora muchos que nunca hubieran apostado por una república, o al menos no de modo abierto, se manifiestan por las calles como si fueran los más republicanos de todos. Eso pasó el pasado 14 de abril, y por ello mismo, por primera vez, yo no lo reseñé en esta bitácora, aunque le rendí un pequeño homenaje. No puede ser que la militancia de base del PSOE se manifieste por una República, mientras sus líderes hablan de la necesidad de la monarquía. No puede ser que se den espectáculos como el de Alcalá de Henares donde partidos que han ido a conmemorar el 14 de abril de repente se vean rechazados de la compañía de aquellos otros que con su ausencia parecen querer hacer una declaración de intenciones al aparecer, a la vez, en el mismo tipo de conmemoración pero en otro escenario. Ocurre a derecha y a izquierda. Están tomando posiciones. La Casa Real está tocada seriamente con todos los escándalos económicos y no económicos que ha vivido desde el año pasado. Es probable que más de un político y empresario no vean con malos ojos, aunque sí encubiertamente, que puedan caer como cabezas de turco si todo se les tuerce al final, porque así podrían decir que no era nada culpa de ellos y acogerse a una III República. ¿Acaso la II República no tuvo entre sus primeros políticos que la proclamaron a gente como el católico Niceto Alcalá-Zamora, no tuvo a Miguel Maura, hermano del expresidente de gobierno con Alfonso XIII, don Antonio Maura, no tuvo a Sánchez Guerra, expresidente de gobierno con Alfonso XIII, o bien al héroe de la aviación Ramón Franco, hermano de Francisco Franco? Si la III República no viene proclamada por el pueblo como él quiera, sino por partidos políticos que están tomando posiciones de manera soterrada, se dará entonces el patético cambio de un Rey por un Presidente, y no se dará una República donde no sólo se cambie su forma de gobierno sino toda su constitución como sociedad y los preceptos sobre los que se asiente. De ese modo tendríamos una república burguesa y capitalista a ultranza del mismo modo que tenemos ahora una monarquía parlamentaria gobernada por un ultracapitalismo que está finiquitando los logros sociales alcanzados en la Transición política. Mucha gente se sentiría desilusionada, en realidad porque creerían que todas las repúblicas serán iguales, engañándose a sí mismos e ignorantes de una cultura política y social diferentes. Atacarían entonces a la República como atacan a la monarquía y de ahí vendrán males mayores. Falta cultura democrática y social, pero también sobra estos maquiavelismos de partidos posicionándose en un por si acaso que, por otra parte, difícilmente parece que se vaya a dar en realidad. En otro momento, tal vez, al proclamarse Felipe VI como rey, pero en estos momentos precisamente esa proclamación es la única que suavizaría a muchas personas en su posición contraria a la monarquía, al menos por un tiempo. En estos momentos es precisamente Juan Carlos I, quien garantizaba la monarquía muerto Franco al aunar a derecha e izquierda con la Transición, es precisamente él quien hace peligrar su propia institución.
Como sea pronto será el 1º de Mayo, y es una buena ocasión para retomar la tradición de la fecha para reivindicar los trabajadores nuestros derechos, sobre todo en estos tiempos que corren de 6.202.700 parados. Todos los sectores de la población sufren la situación, pero es precisamente los treintañeros como yo quienes tienen las peores cifras. No se nos da una oportunidad laboral ahora, por eso muchos se van de España, y se calcula que cuando se salga de la crisis estaremos o cerca o habremos alcanzado la edad de cuarenta años, por lo que entonces no nos querrán contratar por tener una edad muy avanzada. hay por tanto que reivindicar ahora. Si es preciso obligar a los empresarios a realizar contrataciones, que se haga. ¿Impopular? Claro, para ellos sí, pero la sociedad en general ya ha recibido demasiadas medidas impopulares, que empiecen a asumir eso, y a pagar mayores impuestos. ¿Que se irán las empresas de España? No lo creo. Las ciudades no se quedarán sin supermercados, ni los concesionarios sin coches, ni las telefónicas abandonarán sin más un mercado de más de cuarenta millones de habitantes, ni los bancos abandonarán nuestros ahorros. Etcétera. Se quejarán, sí, pero se quedarán. Por otra parte, recupero un texto que escribí en diciembre de 2010 sacado de la propia Constitución Española de 1978, vigente:
"Artículo 33:
3.- Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos si no por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto a las leyes.
(...)
"Artículo 41:
Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.
(...)
"Artículo 128:
1.- Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad será subordinada al interés general.
2.- Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general."
3.- Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos si no por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto a las leyes.
(...)
"Artículo 41:
Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.
(...)
"Artículo 128:
1.- Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad será subordinada al interés general.
2.- Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general."
Ese artículo 128.2 quizá hace tiempo que debiera haber sido aplicado en determinado momento de la situación actual. Pero, ¿cómo lo van a hacer si muchos de los afiliados del partido que nos gobierna son a la vez los grandes empresarios de la CEOE? Es pedirle peras al olmo, a pesar de que sea la propia Constitución a la que se juró fidelidad al tomar cargos quien lo dice. Del artículo 33 ya ni se acuerdan, que se lo digan a los afectados por las hipotecas.
Al 1º de Mayo hay que ir por dignidad y por defensa. A título individual. Por reflexión propia y porque se crea en ello.
Saludos y que la cerveza os acompañe.