Veo animales en las vitrinas de los bares.
Me pongo a la sombra del árbol del alcorque.
Doy de comer a los gorriones que se confunden con el asfalto.
Me quedo sin empleo y recuerdo
que soy humano,
que no soy de donde,
que no hay de lo que me salve.
(Por Daniel L.-Serrano, "Canichu")
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