jueves, febrero 23, 2023

NOTICIA 2204ª DESDE EL BAR: SEGUIMOS QUERIENDO LA PAZ

En la madrugada del 23 de febrero al 24, siendo ya plenamente día 24 de febrero de 2022, la Federación Rusa hizo lo que la gran mayoría creíamos que no haría porque sería tanto como tentar una posible nueva guerra mundial, invadió Ucrania. Cuando yo me levanté de madrugada aquel día para ir a trabajar, en aquel momento tenía trabajo, puse el telediario matutino para desayunar en mi casa. Vi unas imágenes de carros blindados avanzando, no le presté en principio gran atención mientras preparaba té. Fue al sentarme cuando ya descubrí que se trataba de la invasión rusa, con discurso incluido de Putin justificándola. 

Participé e incluso organicé recitales de poesía por la paz en Madrid y en Alcalá de Henares. Hoy, seguimos esperando la paz.

Dijeron que sería una guerra relámpago, cosa que no era cierta. Los periodistas, una vez más confundían los términos. Creían que las relámpago eran tan solo las guerras que acaban muy rápido por las acciones realizadas. No es tanto así. La guerra relámpago fue un invento alemán de la Segunda Guerra Mundial por el cual los nazis lanzaban detrás de las líneas enemigas montones de comandos especiales, incluso material bélico pesado, para crear todo tipo de problemas e impedir que pudieran acudir adecuadamente a la defensa cuando sus tanques en bloque junto a la infantería pasaran la frontera, de esa manera conquistaron en poco tiempo varios países, incluido Francia. Este no era el caso, lo que se veía en la televisión y se vio en el resto de semanas sucesivas era más bien una guerra de columnas, un concepto de guerra propio del siglo XIX, donde una columna militar avanza hacia las ciudades y objetivos a tomar. Este tipo de guerra también se vio durante la guerra civil española, pero sin ir tan lejos en el tiempo, lo usó también Estados Unidos de América en Irak en la guerra de 1990-1991 y en la de 2003-2011. El problema para los rusos fue encontrarse lo que a los franceses les pasó en España en la Guerra de Independencia de 1808-1814, una defensa nacionalista del país por los propios habitantes, no solo por el ejército, y el estancamiento de las columnas militares primero por el embarramiento (ya que el año fue cálido y habían comenzado los barros) y, sorprendentemente para todo el mundo, la falta de combustible y de avituallamiento de todo tipo, incluida la comida de la tropa. 

Que la guerra evolucionara así provocó dos cosas. Primero que la comunidad internacional reaccionara tal como Putin no esperaba: la OTAN se reforzó, incluso se amplió en países tradicionalmente neutrales en el norte europeo, que países reticentes a aportar más dinero y recursos militares a la OTAN de repente aprobaran hacerlo, que la Unión Europea y la ONU, junto a Estados Unidos, aprobaran algo innovador en las guerras: el bloqueo económico y las sanciones a una gran potencia como herramienta para intentar forzar el final del conflicto, a la vez que se les envió armamento, alguno de ello muy innovador, como aquel (el javelin) que actuando como artillería pesada era manejable por la infantería e incluso en pequeños grupos. Por el otro lado lo que provocó es que las tropas rusas, atrapadas por sus propios errores en el norte, incapaces de tomar Kiev, y sin que su aviación hiciera avanzar la situación, se dedicaran a la práctica del terror con los civiles cometiendo todo tipo de atrocidades y reteniendo a la gente en sus casas. Al final los rusos se retiraron del frente norte para centrarse en el este y el sur.

La comunidad internacional se iba dando cuenta que el comienzo de la guerra en 2014 (como guerra civil en Ucrania), en Crimea, tuvo las claves de lo que estaba ocurriendo y que fue un error permitir que Rusia se apropiara Crimea, ahora bien, en 2014 Rusia era un aliado militar importante en la guerra contra el ISIS en Siria. Los ucranianos recuperaron de manera rápida buena parte del este y comenzaron a centrarse en recuperar el sur, incluida Crimea. Sin embargo, tras un otoño durante el que lograron muchos logros, en el invierno los frentes se han estancado. Los rusos se han atrincherado y los ucranianos, al no tener medios y tener cada vez menos munición, se han atrincherado también. Hace semanas que la guerra se ha transformado en una guerra de desgaste, como en la Primera Guerra Mundial, donde se avanza un kilómetro, luego se pierde, luego se avanza, y así mientras se van acabando los recursos de unos y otros. De ahí que los ucranianos pidan tanques para asaltar los atrincheramientos, y que los rusos estén concentrando tropas en las fronteras, no se sabe bien si van a entrar en Ucrania en algún momento. Ahora bien, ayer el líder del grupo mercenario Wagner, que lucha junto a las tropas rusas, se quejó a Putin sobre la falta de municiones, por lo que hemos de creer que también los rusos están escasos de munición. Lo reafirmaría quizá el aviso estadounidense de que puede que los chinos pudieran dar munición a los rusos. El siguiente paso de la guerra se verá posiblemente en marzo.

Posiblemente los ucranianos estén interesados en alcanzar el Mar Negro para romper el territorio ruso en dos e imposibilitar sus comunicaciones, lo que posiblemente les pondría en situación de tomar lo que queda del este y después Crimea. Y posiblemente los rusos estén preparando pasar esta guerra a una prioridad total, concentrando un gran ataque con mayor número de recursos de todo tipo, lo que barrería a los ucranianos. El tiempo apremia, porque el que lance el primer ataque que rompa la guerra de desgaste es el que tendrá ventaja, de ahí el gran debate sobre los tanques y cuando. 

Sin embargo hay algo que es lógico, tal como señaló Sarkozy, presidente de Francia, la guerra acabará y Putin seguirá gobernando Rusia, y si no lo hace él, Rusia seguirá ahí, por lo que conviene comenzar a intentar abrir la posibilidad del diálogo y empezar a destensar. Difícilmente los rusos van a querer verse como derrotados. No lo hicieron los alemanes tras la Primera Guerra Mundial y no lo hicieron los irakíes tras la Guerra del Golfo Pérsico. Pensemos también que las sanciones a los alemanes en 1918 dieron más problemas a Europa que tranquilidad y paz, de ahí la Segunda Guerra Mundial, y por ello tras el final de aquella otra guerra en 1945 las condiciones de paz para Alemania, derrotada, no buscó su humillación (la división del país se produjo por la Guerra Fría, no por las condiciones de paz). De hecho se le ofreció a Alemania una alianza europea amistosa que dio con el tiempo la Unión Europea. 

Hoy por hoy no se ha destensado nada, aparentemente estamos lejos del diálogo, pero creo que no lo estamos tanto. Rusia es declarada enemiga, pero a la vez varios países europeos le están comprando gas, incluida España, sabemos que las visitas de dignatarios a Kiev se hacen mediante contactos secretos con los rusos, como ha sido el caso del reciente viaje del presidente de Estados Unidos, han sido los propios estadounidenses los que han hablado de esos contactos. Una mínima puerta puede estar abierta. Lo que sí es importante es darse cuenta de que urge acabar con la guerra y hacerlo de una manera que no alimente más enemistad que nos lleve a vete a saber qué camino oscuro en el futuro. 

Seguimos queriendo la paz.

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