lunes, abril 04, 2022

NOTICIA 2126ª DESDE EL BAR: LA REINVENCIÓN POR FRANK MILLER

 

No hace mucho un amigo me regaló el primer tomo que publicó la editorial Panini en 2008 sobre Frank Miller y su reinvención del superhéroe de la editorial Marvel Daredevil. En este primer tomo aparecía Miller solo como ilustrador, siendo el guionista Klaus Janson, se dejaba para el segundo tomo, que no tengo, los siguientes números que ya sí ilustraba y guionizaba solo Frank Miller. Ya me he leído el tomo regalado, que recoge las revistas bimensuales del héroe llamado el hombre sin miedo, el diablo rojo, que se publicaron en Estados Unidos entre 1979 y 1980. 

Daredevil no siempre vistió de rojo, en origen, con Stan Lee, Everett y Kirby cuando lo crearon en 1964, combinaba su traje en dos colores, rojo y amarillo, y así aparece aún a veces cuando se recuerda sus aventuras pasadas. La cuestión es que Daredevil era un personaje que era más héroe que superhéroe, a pesar de que sus sentidos se habían agudizado cuando perdió la vista por un accidente de tráfico con material radiactivo. Las aventuras de Daredevil se habían adaptado a estas circunstancias, por lo que la mayor parte de su galería de villanos eran también personas normales, tipo mafiosos y criminales habituales, aunque con el tiempo introdujeron villanos también en traje de disfraz y supervillanos, así como aventuras cruzadas con otros superhéroes de Marvel. Sus historias se volvían un tanto inverosímiles y aburridas, de modo que el personaje, que había tenido que escalar de historias secundarias de otras revistas de Marvel hasta lograr su propio título de manera quincenal, fue perdiendo lectores y con ellos protagonismo que intentaron salvar haciéndole aparecer en otras historias de otros personajes. 

Sabemos por Roy Thomas, también creador de cómics, que para la década de 1970 Marvel estaba perdiendo interés a pasos agigantados y que incluso estuvo al borde del concurso de acreedores, la bancarrota, cuando un joven y desconocido director de cine, George Lucas, les propuso entre 1975-1976 crear un cómic de una película que iban a rodar para ayudar a su promoción. La película era Star Wars y al final fue ella la que ayudó a tener ventas a Marvel y no al revés cuando se estrenó en 1977. A partir de ahí, entre 1977 y 1978, los cómic de esta película salvaron económicamente a Marvel y se pudieron plantear reorganizar todas sus series, como estaba haciendo su competidora DC. En este punto estamos que su personaje más flojo era Daredevil y le tenían tan en fase terminal que lo habían relegado a un cómic bimensual, como paso previo a su cancelación definitiva. 

En estos momentos nos encontramos con un joven ilustrador de veintipocos años llamado Frank Miller, que aún no era famoso, pero que llamaba poderosamente la atención porque no se limitaba a imitar con el dibujo lo ya creado, sino que le daba un toque personal más artístico y no solo maquinal. Sus trabajos previos eran varias portadas de diversas historias donde quisieron probarle y algunas historias breves. Le permitieron adaptar a cómic la serie de televisión La Dimensión Desconocida y en 1979 le dejaron dibujar una historia de Spiderman publicada a lo largo de dos revistas. Precisamente Daredevil compartía apariciones esporádicas en las historias de Spiderman por vivir ambos en New York. Había sido reinventado en su traje y en guiones, aunque no paraba de tener demasiados embrollos amorosos. Miller, que no leía ni le atraía Daredevil cuando era más joven, se vio altamente atraído por las posibilidades de ese héroe que estaba en fase terminal. Le pidió a Jim Shooter que le dejara ilustrar la serie y este aceptó después de que los guionistas habituales, McKenzie y Micheline, no pusieran reparos a su entrada al considerar que ya no había nada más que perder. Miller comenzó a ilustrar a Daredevil revitalizando con sus ideas su reinvención, sobre todo cuando logró compenetrarse muy bien con el guionista Klaus Janson. Así comenzó la fama de Miller y una carrera llamada a revolucionar el Noveno Arte, sobre todo cuando después de siete números le dejaron ser coguionista en los dos siguientes y, definitivamente, ilustrador y guionista, introduciendo a Elektra en el número 168.

Daredevil comenzó a recuperar el público perdido, aunque todas las innovaciones las percibían los lectores más inclinados a lo artístico, mientras que el resto de lectores revalorizaron el giro del guión más realista y más violentamente crudo, que reflejaba la llamada Cocina del Infierno de los barrios bajos de New York, logrando que mucha gente de clase trabajadora se identificara en el cómic a través de los problemas de los suburbios de las grandes ciudades, cosa que le diferenciaba de las aventuras espaciales o de las grandes mansiones y rascacielos de otros superhéroes. Le unía en cierto modo al personaje de Spiderman, con el que no cortaba lazos. Esto no impedía que a veces aparecieran otros superhéroes de Marvel.

Personalmente he de confesar que Daredevil nunca había sido un personaje que en mi juventud me llamara especialmente la atención. Siempre le vi como un personaje de historias secundarias en Spiderman publicado por la editorial Forum en España. Un personaje además que me era poco llamativo. Tan poco llamativo que incluso a fecha de hoy, en 2022, aún no he visto la película que rodó sobre el personaje Mark Steven Johnson en 2003. 

Sí que es cierto que en el otoño de 2011 asistí a una conferencia sobre el Daredevil de Frank Miller, dada por Marcos Martín Rivero, de la que hablé e hice un resumen en la Noticia 1011ª. La tesis de aquella conferencia era la reinvención de Daredevil siguiendo las pautas de los héroes clásicos de la mitología grecorromana. Algo de todo eso hay. Ahora bien, Martín Rivero partía entonces de la base de que Daredevil de Marvel era el Superman de DC. Tras leer estos primeros cómic ilustrados por Miller considero que si bien es acertado lo que dice de los héroes clásicos respecto a los modernos, lo cierto es que Daredevil no es en absoluto Superman, es más bien el Batman de DC. Tiene muchos más puntos en común. Aunque Martín Rivero probablemente se refería a que a pesar de las diferencias de poder de ambos, compartían una base común de héroe de la mitología.

Daredevil parte de una tragedia familiar donde su madre muere siendo él joven y le cría su padre siendo un boxeador que debe aceptar tratos con la mafia del boxeo. Su padre será asesinado en un callejón por un asesino a sueldo tras negarse a aceptar el amañamiento de uno de los combates que realiza, ya que su hijo está presente. A partir de aquí, al margen de los productos radiactivos que dejan ciego al héroe y agudizan sus sentidos, Daredevil, un abogado adinerado en su vida normal, adquiere un afán de venganza que le llevan a desarrollarse aún más atléticamente con la finalidad de vengarse y acabar con el crimen de los bajos fondos. Para ello usa la nocturnidad y un traje de diablo para infundir miedo. Los paralelismos con Batman son más que evidentes. Cuenta además con amistades que conocen sus dos personalidades y con aliadas ocasionales en su lucha contra el crimen, como la Viuda Negra e incluso una antiheroína con la que hay amor-odio, Elektra, a modo del papel que juega Catwoman. Incluso la mayor parte de los enemigos son personajes sin superpoderes, como los de Batman. Más aún, como cita Miller, sus esfuerzos físicos están a la altura de cualquier humano muy trabajado atléticamente, Miller se negó a ponerle en ese sentido en saltos imposibles como los de Spiderman, dotando a Daredevil de un realismo muy épico. Daredevil y Batman comparten hasta portadas paralelas. En el caso de Daredevil, la de él sujetando a su padre asesinado, en el caso de Batman, él de niño entre los cuerpos asesinados de sus padres en un callejón. Ambas portadas las creó Miller.

Efectivamente, tras su labor en Daredevil, DC reaccionó rápido y les arrebató Miller a Marvel. Le contrataron para reinventar Batman y le dieron unos cuantos títulos más, mientras el propio Miller tenía libertad relativa para seguir con Daredevil y Elektra, e incluso atreverse con un cómic llamado Ronin y otros proyectos muy afamados. Entre Daredevil y las historias que creó para Batman desde 1981, El regreso del Caballero Oscuro y Batman: Año 1, revolucionó todo lo que ya había, revolución a la que se sumaron otros míticos como Alan Moore. Hay en estas historias mayor realismo y un acercamiento convulso y violento al más puro estilo negro y sin las cortapisas de una censura que había capado muchas de las historias desde la década de 1950.

El propio Miller explica verse influenciado por el expresionismo, especialmente por el cinematográfico de Fritz Lang, a la hora de crear los cómics que le lanzaron a la fama en Marvel y DC. Daredevil en manos de Miller no duda tampoco en tener una violencia desbocada, hasta provocar un infarto letal en uno de sus enemigos. La composición de página seguía una estética de ángulos rectos en vertical para imitar los innumerables rascacielos de New York, a veces roto por viñetas en horizontal propias de los barrios bajos. Todo ello, dice Miller, para resaltar las curvas de las piruetas, fuerza y golpes de Daredevil y otros personajes. El blanco y negro se sucede para remarcar emociones y sensaciones de los personajes y de las historias, del mismo modo que el rojo de Daredevil se vuelve más intenso cuando las escenas han de expresar ira, o bien las caras se vuelven oscuras en los momentos más tensos. Cada línea tenía que expresar una sensación que transmitir al lector. Todo altamente meditado, como confiesan Miller y Janson en entrevista en 1981. Deseaban darle un toque artístico más allá de lo industrial que se había transformado el personaje. 

Miller admiraba a Neal Adams, que había introducido el realismo en DC, pero cuyo estilo era muy elegante, de trazos finos y detallando todas las viñetas. Él continuó con el realismo y con el detalle de los escenarios y personajes, aunque no optó por la claridad de líneas, sino por entenderse con los entintadores para que cada línea fuera trazada para lanzar ideas emocionales, como tensión, relajación, amor, meditación o lo que tocase. No se documentaba para retratar New York tal cual era, aunque recorría las calles de los barrios del personaje una y otra vez para empaparse de una sensación y eso es lo que trataba de transmitir en las historietas a través de detalles y tonalidades de color, así como con contrapicados y figurantes y coches, de tal modo que la gran mayoría de sus escenarios no existen, pero se aproximan tanto a lo que sí existe y su ambiente que han habido lectores que han  asegurado identificar tal o cual lugar, no existiendo en realidad. Expresionismo puro.

Lo cierto es que he revalorizado un poco más al personaje a través de esas historias que me regalaron, no exentas tampoco de toques psicodélicos muy acertados. Sigue habiendo otros personajes Marvel que me llaman más la atención, pero es evidente que el resurgir de Daredevil, como también ocurrió con la Patrulla X en aquellos mismos años, se debe sin duda al trato adulto a las historias y a los personajes, y a una mayor violencia que les acerca más a sentimientos humanos, alejándose de la perfección total de Superman. Son superhéroes que en su humanidad también tienen imperfecciones, y tal vez esto fue lo que hizo que desde la década de 1980 Marvel comenzara a tomar relativa ventaja a DC en líneas generales.

José Torralba Avellí apunta además que Daredevil reinventado necesitaba también de la reinvención de un villano a su altura, este será Bulleye, un Daredevil a la inversa, puesto al servicio del crimen y enemistado de Daredevil de manera letal aunque entre ellos saben que el uno necesita de la existencia del otro. Son antagonismos a la medida de los antagonistas de la Grecia clásica. 

Os dejo en este saboreo del cómic reinventado por Miller con la sucesión de viñetas donde un periodista descubre la personalidad secreta de Daredevil y se lo hace saber. Puro expresionismo y evidente influencia del cine negro de Fritz Lang que el propio Miller decía reflejar en estas primeras historias. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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