Acabo de participar de la manifestación por la salud pública en Alcalá de Henares (Noticia 1855ª), que fue muy concurrida, quizá trescientas personas (cuatrocientas si somos generosos) aunque lamentablemente sin presencia de los convocantes de la del pasado 4 de febrero, alcalde, concejales y sus partidos y sindicatos (demostrando así desunión y más interés por mostrar su sigla que por mantener un compromiso de lucha social) y debo comentar algo también de suma importancia local. El pasado jueves 21 de febrero se ha producido uno más de esos grandes cambios que afectan a toda la ciudadanía de Alcalá de Henares y transcienden en la Historia municipal, se revierta o no. Con este cambio van ya muchos de los cambios importantes que se han dado con el actual gobierno municipal, como la peatonalización del centro de la ciudad, su cambio urbanístico, la indeseable tala de árboles urbanos o la ingente creación de rotondas como si no hubiera mañana. Os hablo, sin duda, de la remodelación total de los servicios de transporte público en autobús en la ciudad.
Antes de nada será mejor mostraros el nuevo mapa de autobuses, para eso lo mejor es que lo veáis vosotros mismos de manera oficial de la mano del Consorcio de Transportes de Madrid, que lo actualizó con un día de retraso. Lo podéis ver por aquí. También os comento que ya que pasáis por la página del Consorcio de Transportes de Madrid, podéis presentar quejas y sugerencias sobre este nuevo trazado de rutas, al cual yo ya he llamado desaguisado en algunas conversaciones. Ahora bien, la página del Consorcio está diseñada de tal modo que realmente no puedes quejarte ni sugerir sobre el conjunto de todos los cambios realizados, pues su cuestionario sólo acepta quejas o sugerencias de líneas concretas o de paradas concretas. O sea: te dejan quejarte de tal modo que no tienes opción para quejarte. De ese modo, ante la ausencia de quejas, interpretarán Consorcio y ayuntamiento que todo se ha hecho excelentemente. Como sea, esa posibilidad la tenéis por aquí.
La cuestión es que durante muchos años el crecimiento de la ciudad en dimensiones y en ciudadanos requería de una revisión y remodelación del servicio público de autobuses. Estos cambios estaban paralizados, no se podían realizar ya que las relaciones entre Consorcio de Transportes de Madrid y ayuntamiento de Alcalá de Henares estaban enquistadas a causa de una muy elevada suma de millones de dinero que se le debía al Consorcio, deuda acumulada durante los gobiernos municipales del Partido Popular (PP). A final de diciembre de 2012 se hizo una primera y pequeña reforma. Gobernaba el PP aún, con Javier Bello. Había realizado encuestas a los ciudadanos a través de medios privados, como el desaparecido Diario de Alcalá, la idea era saber cómo remodelarían las líneas. Lo que ocurrió por entonces es que los que contestaron, contestaron como si los autobuses fueran taxis y no autobuses. Hubo muy pequeños cambios en unas pocas líneas, pero dos de los más destacados fue la eliminación de los tramos de las líneas 1 y 6 en la calle Núñez de Guzmán y su desvío de la calle Alfonso de Alcalá a la avenida Nuestra Señora de Belén, siendo además que la línea 1 iba directamente al centro comercial El Corte Inglés, porque la gente quería eso, sin parar en la estación de tren La Garena más que durante las dos primeras horas del día. Primaba así el interés privado ante el interés público. Además aquellos que quisieron y declararon querer eso, dijeron que es que los autobuses daban mucha vuelta. Claro, si lo que quieres es ir al Corte Inglés, para ti cualquier calle que no vaya directa allí es dar vuelta. Para los numerosos vecinos que vivían en esa zona o a los ancianos que iban al Centro Social María Zambrano les fastidiaron al quitarles (recortarles) servicios, por tanto: en recortar en lo público. Todo eso lo conté en su mismo día con los detalles y reflexiones del momento en la Noticia 1174ª. No primó el interés de los que vivíamos en el barrio o usaban de sus servicios, sino el interés del resto de alcalaínos que querían ir directos a El Corte Inglés.
De todos modos, como dije por entonces, ya habían pasado varios años antes en los que la gente hablaba de esas cosas. Desde que ocurrió el 15M en 2011, un año antes de aquellos cambios, que creo que también afectaron a la línea 7 en aquellos días, algunas asambleas de barrio ya habían planteado soluciones alternativas, de las cuáles algunas fueron hasta comentadas en prensa local. Se habló de soterrar las vías de tren que dividen la ciudad, crear un tranvía circular y, quizá lo más necesario hoy día y quizá jamás explorado: crear un ticket de viaje cuya compra implique el uso de todos los medios de transporte públicos de la ciudad cuantas veces se quiera a lo largo de un día entero, tal como ocurre ya, y como ocurría entonces, en muchas ciudades españoles y europeas. La combinación de líneas para ir de un sitio a otro hubiera sido y sería aún hoy menos gravosa si al menos no se encareciera teniendo que pagar tantos transbordos. Favorecería el transporte público, ayudaría a disminuir el privado y ayudaría a limpiar el aire, a lo medioambiental.
Como sea, en 2015 accedió al gobierno municipal el tripartito encabezado por el PSOE con apoyo de Somos Alcalá (donde está Podemos) e Izquierda Unida, que perdió esa posición cuando su concejala fue expulsada de la formación pero ella no entregó su acta de concejala. Lo primero que encontraron fue la imposibilidad de realizar cambios en las líneas de transporte por la enorme deuda acumulada con el Consorcio. Aún con todo, en 2017 realizaron encuestas en las líneas de autobús preguntando a los usuarios cómo mejorarían las líneas. Una vez más la gente contestó con el tópico "da muchas vueltas" sin reflexionar si esas "vueltas" eran por algo útil o no a los vecinos de esos lugares, tal como pasó en 2012. Irresponsabilidad total a la hora de contestar e irresponsabilidad total a la hora de tomarlo en serio sin tener en cuenta todas las variables de los porqués de esas respuestas... y de quiénes estaban respondiendo. No era lo mismo el viajero de las siete de la mañana que el de las doce del mediodía o el de las once de la noche. No hubo encuestadores en todas las franjas horarias ni se tomó en cuenta un muestreo realmente variado de quienes respondieron. A determinada hora se lanzaba a unas chicas jóvenes a encuestar, por lo que el tipo de viajero que contestaba solía ser el mismo. O sea: respondió con tópicos desde un mismo tipo de interés de los posibles en el uso del servicio urbano. Ahora bien, no todo era algo erróneo. Obviamente el ciudadano siempre sabe cuál es su necesidad, el centro de especialidades médicas y el hospital le quedaba mal a casi todo el mundo para ir, casi todos se veían obligados a usar dos autobuses de ida y dos de vuelta, lo que suponía un gasto de tiempo y un gasto de dinero alto (5'20 €, muchísimo más que si te fueras a Madrid capital o a Guadalajara). A menudo el transporte era lento, fallaban las frecuencias y faltaba cubrir horarios nocturnos. Algunos barrios periféricos estaban mal comunicados entre sí. A finales de 2016 comenzaron a construir una rotonda entre la calle de Núñez de Guzmán y la calle de Alfonso de Alcalá para acceder al Paseo del Juncal que va a Complutum, justo en el epicentro de los cambios vitales de los autobuses 1 y 6 en 2012. A ningún vecino se nos escapó que, teniendo en cuenta las auténticas necesidades del barrio, esto se hacía sólo para los turistas. Efectivamente, a comienzos de 2018 comenzó a circular un tren turístico que viene del centro a Complutum sin parar ni dejar bajar a nadie. Esta barriada no parece interesar más que para satisfacer a los que no son de ella. Como sea, eso está para leer en la Noticia 1678ª.
Como sea, el tripartito siguió sondeando a los ciudadanos, intentándolo esta vez a través de las asociaciones de vecinos y en asambleas en las Juntas de Distrito, cuya afluencia era porcentualmente muy baja teniendo en cuenta los 200.000 a 210.000 habitantes censados de la ciudad. De hecho las asociaciones de vecinos hace muchos años que quizá debieran replantearse su papel. Nadie elije a quienes allí van, pero los que van hablan en nombre de miles de vecinos y su voz ha cobrado mucho peso estos últimos años. No todo el mundo puede o no todo el mundo quiere participar de las asociaciones de vecinos, por la razón que sea, todas son legítimas, pues los representantes en este sistema se eligen ya en urnas y nadie está obligado a estar en asociaciones de vecinos, pero sí tiene absolutamente todo el mundo el derecho a ser escuchado. Hay que reconocer que el sistema de asociaciones de vecinos está algo anticuado, que hay que modernizarlo y que la consulta a ellos no puede ser el único y exclusivo termómetro de los intereses y deseos de unas barriadas completas. Quizá hay que acercar las preguntas a las casas de los ciudadanos, y no pedir a los ciudadanos que vayan a tal o cual sitio que, seamos sinceros, si acudieran de verdad no tendrían aforo para acogerles. En las barriadas de Distrito II pueden vivir unas 62.000 a 67.000 personas, su asociación de vecinos puede contar con unos asiduos en torno a cien personas, tal vez, siendo generosos. Esto no es una crítica negativa a las asociaciones de vecinos, sino una crítica constructiva, aportar una nueva perspectiva para comprender que hoy por hoy hay que encontrar más medios y cauces para conocer los intereses reales de todos los vecinos. No olvidemos tampoco que en los grupos sociales voluntarios, como las asociaciones, suelen quedar al final tan sólo aquellas personas más o menos afines, por lo que quedarían excluidas las voces de aquellos que por falta de afinidad prefieren no hacer acto de presencia, y su voz no es menos voz por no ser afín. Como sea, este es otro debate, centrémonos. De 2017 a 2019 el tripartito seguía sondeando a los ciudadanos, explorando vías para realizar reformas y realizando un ahorro de dinero de tal calibre que logramos pagar varios millones de las deudas contraídas, lo que permitió cambios en la recogida de basuras y en el transporte público. A esto sumemos el dinero que ha dado la Unión Europea para invertir en mejoras en la ciudad. Con el asunto económico resuelto, se procedió a trazar las posibilidades de los cambios en el transporte, aunque lamentablemente ha faltado información a los ciudadanos de su resultado final incluso a fecha de hoy, tres días después de la puesta en marcha, en el que mucha gente aún no sabe qué autobús va a donde.
Los medios de comunicación locales han mostrado testimonios de gente descontenta y de gente satisfecha. Sinceramente, yo comenté en su día en Facebook que tal día (el 21) comenzaban las nuevas rutas de autobús y lo que ocurrió fue que hubo una gran cantidad de comentarios enfadados en contra de ellas. En mi barrio estos días lo único que escucho son... críticas enfadadas y negativas.
La cuestión es que el ayuntamiento dice haber logrado realizar la remodelación de las líneas de autobús sin haber gastado más dinero del que normalmente se gasta. ¿Cómo es posible esto? La principal reivindicación alcalaína era que se creara una línea circular. Al fin se ha creado. Pero se ha creado mal. La explicación probablemente está justamente en ese no gastar más dinero del que normalmente se gasta. ¿Cómo se puede crear una nueva línea de autobús sin gastar más dinero? Para crear una línea de autobús necesitas aumentar la flota de autobuses, costear su mantenimiento, contratar más conductores, mantener sus sueldos, crear paradas nuevas... La única manera de lograr crear una nueva línea circular sin gastar dinero es tal como ha ocurrido: eliminando algunas líneas de autobús, eliminando tramos de otras líneas, integrando varias líneas ya existentes en la línea circular, usando los autobuses y conductores de las líneas suprimidas en la línea creada, y por supuesto: eliminando paradas que obviamente no se pueden mantener, y alterando la ordenación de todas las líneas ya existentes. O en otras palabras: sin llamarlo por su nombre lo que se ha hecho es lo que se llama recortes en el servicio público. Porque no ha aumentado el servicio de este, sino que ha cambiado su distribución, renombrado sus líneas y eliminado tramos y paradas, y puesto que lo que se ha hecho no es crear, sino variar y eliminar, lo que se ha hecho es eliminar servicio, pero esto queda más o menos encubierto al crearse la circular, parece que se ha creado servicio, pero se ha eliminado servicio. Al cambiar todas las rutas es más difícil percibirlo en su conjunto, pero es lo que ha ocurrido. Verlo claro requiere de largo rato de observación ante el plano en papel y de reflexión, y luego si se quiere ir a experimentarlo en vivo.
Obviamente, tan cerca de las elecciones municipales, los acólitos del tripartito que han hecho esto no querrán reconocer que se ha obrado mal. Obviamente los argumentos que han usado para defenderse estos días es que los que se quejan es porque es algo nuevo y no están acostumbrados, que quien no se ha informado es porque no ha querido (no han querido reconocer que ha faltado información a tiempo y previa) y que se ha hecho una circular, que era una vieja reclamación ciudadana. ¡Claro que era una reclamación ciudadana antigua! Pero lo que se pedía era una línea circular, ¡no que se cambiara todas las líneas de autobús y se quitaran servicios! ¡Nadie pidió lo que se ha hecho! Se pedía una circular, punto, nada más. Y sí, eso hubiera requerido gastar más dinero para lograrla. Si no se podía hacer, hubiera sido mejor llegar a un pacto con la oposición para ahorrar a largo plazo gobierne quien gobierne tras las próximas elecciones y lograr esa circular entonces, cuando hubiera dinero. Mientras tanto se podían haber explorado otras medidas, como la del ticket único al día.
Pongamos por caso casos reales. Un amigo personal que vive cerca de la calle Demetrio Dúcar trabaja cerca de Cuadernillos. Se levanta madrugando mucho para llegar. Tomaba el autobús 5, más o menos cercano gracias a esas "vueltas" de los que las nombraban usando del tópico sin reflexionar que tenían un porqué. Ahora el 5 no va allí. Para llegar allí debe tomar la circular, que es la línea 1A y 1B, ambas líneas han sido totalmente alejadas de su barrio, debe caminar bastante para llegar a una de las paradas y luego tiene que recorrer un tramo prolongado hasta la extremidad al haber creado la circular integrando tramos de antiguas lineas. Ahora tiene que ir a su trabajo, de sueldo bajo, con un nuevo inconveniente: ahora además debe desgastarse en cansancio extra sólo en buscar el transporte para llegar. Pensemos otro caso real, se ha calculado que una vuelta completa del circular tarda 90 minutos (probablemente será más), o sea, que si quieres ir desde El Juncal al cine de Cuadernillos, o al Hospital, tardas 45 minutos teóricos, si no hay atasco, supongo, la realidad es que probablemente tardes 60 minutos ese hipotético tramo, porque no olvidemos que esta ciudad es propensa a crear atascos gracias a las innumerables celebraciones culturales. Renta más tomar el tren de cercanías en determinados barrios para hacer ese tramo, pero la mayoría de barrios no pueden.
Otro caso real que me contaban, el barrio del Campo del Ángel queda totalmente aislado de tener conexión con buena parte del distrito centro y con la parte sur de la ciudad. Como si la gente no tuviera más interés para usar el transporte público que ir a los centros médicos o a otros lugares públicos, y no por ejemplo para visitar a un familiar, a un amigo o para simplemente ir a otro barrio por lo que sea. En el caso que he contado se trataba de personas mayores del Campo del Ángel con familia en Reyes Católicos. A esto he de añadir que yo, en Nuestra Señora de Belén, me ha pasado lo mismo con una amistad que iba a venir a mi casa y lo anuló porque desde el norte del distrito Centro ya no hay conexión. Pero volviendo al caso anterior, resulta que me decían que para llegar a la casa de sus familiares en Reyes Católicos, esos ancianos debían bajarse ahora en Nuestra Señora de Belén o en la calle San Vidal, que sobre el papel parecen cerca, pero, como me contaban, ¡no lo están! Es así. Yo he nacido en este conjunto de barrios y vivo aquí de siempre: es verdad. En el papel parecen cerca, pero están lejos. Están pidiendo a la gente que camine bastante, y entre esa gente: a la gente mayor que le cuesta caminar. Han aislado barrios. Y no son los únicos perjudicados. Han creado desigualdades.
El distrito centro sólo tiene acceso si te bajas en la calle Colegios para estar, más o menos, en Plaza de Cervantes, si acaso quedan las paradas de la calle San Julian, pero todo lo demás se ha perdido. Hay otro acceso, que es la línea 5, que para por la vía Complutense, pero resulta que, volvemos a poner el ejemplo real de mi propia experiencia, ahora mismo para coger la línea 5 debo ir andando desde Nuestra Señora de Belén hasta calle Núñez de Guzmán más o menos a media altura, y sobre el papel parece cerca... ¡pero no lo está ni de broma! Y yo al menos aún soy joven, pero la gente mayor o con problemas para caminar, ¿cómo se las apañarán? ¿O dejarán de ir al centro? Parece una invitación a que te gastes una pasta en taxis o en que te vayas en transporte privado. Y del mismo modo que varios barrios se han aislado del centro y de otros barrios y distritos, a los del centro les han hecho lo mismo pero a la inversa. Y no nos confundamos, cito mi caso o casos particulares de otras personas que me los han contado por una cuestión de dejar patente que se han aislado y discriminado varios barrios. Cito los que conozco, pero ha ocurrido en bastantes más.
Volvamos otra vez al caso de los barrios cercanos de Reyes Católicos, de quince paradas que había uniendo barrios y distritos, me dicen, ahora sólo quedan siete... y recordemos que ya habían quitado tres en 2012. En Campo del Ángel les ha pasado lo mismo, y en otros barrios directamente les han dejado una sola parada.
Hay barrios a los que no les han alterado prácticamente nada, en esos barrios, que suele ser donde más preguntan los encuestadores, los vecinos están contentos. ¿Cómo no? No les afecta demasiado en sus intereses más directos, quizá sí en su relación con otros barrios.
Y luego tenemos otro caso, si consideramos que la vía del tren traza una divisoria norte-sur, tenemos que ahora mismo la única línea de autobús que llega al Corte Inglés es la 11, que cubre el norte, la parte sur no tiene acceso en autobús. La circular (1A-1B), que tiene el antiguo recorrido de la línea 1, ha eliminado su ida a ese centro comercial, ahora sí va todo el día a la estación de tren La Garena, a pesar de que sigue cometiendo el error de no usar la calle Fernando Fernán Gómez. Está bien que ahora sí cubra ir a la estación de tren, pero está mal que hayan quitado a todo el sur poder ir al Corte Inglés en autobús. Y otra vez: parar en la rotonda previa a la estación de La Garena parece cerca de El Corte Inglés, en papel... en la vida real es un paseo especialmente para la gente mayor, que es la que más iba en autobús a ese centro comercial... y sé de lo que hablo. Yo no conduzco, no tengo coche, uso el transporte público y camino, esta línea la conozco bien.
Creo que se han creado injusticias y aislamientos de barrios y ciudadanos. Se han creado desigualdades. Si no se revierte y perdura al final, obviamente, nos "acostumbraremos", no nos quedará otra, pero eso no quiere decir que nos guste. Para mi gusto y entender, el capítulo transporte público en Alcalá está ahora ciertamente más deteriorado y queda abierto a que se encuentren soluciones reales.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
Me comentan por Facebook otro caso real: una chica de Espartales dice que para ella está bien, porque ahora la línea 10 baja recta al centro y la circular les conecta con otros barrios. A lo que yo le contesto que eso está bien, el problema es que se ha hecho aislando a otros barrios de su acceso a otros barrios y puntos de la ciudad. Tenían que haber hecho esa mejora y a la vez no deteriorar lo que si estaba bien. Pensemos que ahora esa ida en línea recta por el centro y hacia el norte la teníamos otros barrios, y ahora no.
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