Hace tiempo empecé una serie con los libros que he leído a lo largo de mi vida. Cosa que he podido hacer gracias a registrarlos en mis diarios personales desde que lo escribo a partir de 1989 y gracias a los libros de mi casa, que era los que leía anteriormente a esa fecha, más algún recuerdo personal. Comencé con una primera tanda de la serie con todos los libros que leí en mi infancia y preadolescencia, entre 1979 y 1993 (Noticia 1532ª, Noticia 1533ª y Noticia 1534ª), tiempo después abordé la adolescencia, 1994 y 1998 (Noticia 1680ª, Noticia 1681ª, Noticia 1682ª, Noticia 1683ª y Noticia 1684ª), y la última vez que continué la serie llegué a la juventud, años universitarios, entre 1999 y 2006 (Noticia 1789ª, Noticia 1790ª, Noticia 1791ª, Noticia 1792ª, Noticia 1793ª, Noticia 1795ª, Noticia 1796ª y Noticia 1797ª). Sólo he escrito sobre los libros que leía completos, no incluía los que leí capítulos parciales, enciclopedias, revistas, periódicos, algunos cómic de grapa coleccionables, etcétera. Creo que este año voy a añadir una nueva etapa, esta vez muy brevemente: la que finiquita mi veintena de años, entre 2007 y 2008, si bien hubo unos pocos meses en 2009 que aún tenía 29 años.
Sea como sea sobre los libros que he leído, y no sólo las entradas referentes a estas series, se puede leer comentarios y análisis en la etiqueta: Libros que leí, así como también en mi proyecto Las notas de los cíclopes libreros.
Los años 2007 y 2008 además son los años del primer aviso fuerte de que venía una crisis económica fuerte, en el final del verano de 2007, y el estallido de la crisis mundial (la Gran Crisis comienzan a llamarla algunos autores) en el final del verano de 2008. Yo había dado por acabado mis años universitarios como estudiante en 2006, aunque realizaba y realizo investigaciones de Historia para amistades, colaboraciones y para mí mismo, pisando varios archivos. Había trabajado en el taller de tornos de mi padre, dado clases particulares de Historia y Filosofía, realizado la prestación social sustitutoria (la objeción de conciencia en lugar del servicio militar) asistiendo a disminuidos psíquicos, había repartido propaganda, sido actor de figuración, había sido chico de la limpieza en un gimnasio y profesor en prácticas del CAP en un instituto de secundaria, pero ahora atravesaba una especial etapa de desempleo ampliamente larga. Entre medias yo seguía escribiendo poesía y prosa, y sacando adelante algunas revistas con varios amigos.
2007: 28 años
Son 17 libros (4 de ellos son novelas gráficas, 2 de ellas incluso sagas)
A lo largo de este año trabajé como mozo de un salón de actividades recreativas, con tragaperras y ruletas francesas. Un trabajo en el que sufrí un despido improcedente y, mediante sindicato, fui a conciliación laboral. Gané. También ejercí de camarero y de pinchadiscos en varios bares de Alcalá de Henares, llegando a ejercer de encargado por mucho tiempo en uno de ellos. Estas dos últimas funciones se prolongarían en diversas ocasiones a lo largo de los años siguientes. Además, este fue el año en el que murieron mis dos abuelas. Estos son los libros que leí en 2007:
Cuentos (1982, Ignacio Aldecoa): Comenté que estaba leyéndolo en el comienzo del año 2007 cuando escribí de ello en la Noticia 204ª. Es una colección de cuentos
(relatos) que tratan de describir con crítica social o con humor de
ironía costumbrista la vida en España en los años de las dos primeras décadas de la posguerra (1940
- 1950). Me lo regaló la papelera de mi barrio a través de mi madre porque no lo lograba
vender y lo tenía en la tienda desde hacia cuatro años. A su vez cuando
lo acabé yo se lo regalé a Alejandrina,
una mujer de una cincuentena de años, feminista y militante de Izquierda Unida, ya fallecida, con la que tenía una cierta amistad. Se fue a vivir a Galicia unos años después de esto, fue allí donde falleció. El libro era de editorial Cátedra, que lo reeditó más moderno en 2006. Se trataba de una recopilación que había hecho la esposa y viuda de Ignacio Aldecoa, muerto en 1969. Con este libro comprendí la potencia de los cuentos escritos para adultos y que, además, eran más realistas que fantásticos. Recuerdo leyéndolo en mi cama.
Antiguo Testamento (siglos VIII a.C. al I d.C., Varios autores): También comenté que estaba leyéndolo en el comienzo del año 2007 cuando escribí de ello en la Noticia 204ª. Su lectura venía ya comenzada de 2006, como escribí en Noticia 1797ª. Aunque ya he dicho en otras ocasiones que ya había leído estos textos con anterioridad. Ahora lo leía del tirón, todo seguido. Ya expliqué mis razones. Curiosidad, Literatura, Historia, hago mezcla de creencias religiosas aunque no
someto mi vida a ellas, etcétera. Pensemos por otro lado que La Biblia en realidad se puede contar como un
libro, como dos si se cuenta como Antiguo y Nuevo Testamento, o que en
total son setenta y tres libros, de los cuales cuarenta y seis son del Antiguo Testamento y
veintisiete del Nuevo Testamento. Fue una lectura que me ocupó una parte del 2006 y otra buena parte de los meses de 2007. Era una edición fácil de manejar de mi madre editada en los años 1980, a mediados. No es que ella lo usara mucho. Lo teníamos en el salón de casa. Era algo usual, común, que todas las familias, o casi todas (practicantes o no), tuvieran una Biblia en casa hasta entrada la década de los 1990. Luego no ya no entiendo que fuese algo tan obvio o evidente o usual. La lectura de este libro contenía algunos pasajes poéticos, otros más doctrinarios. Contenía una visión de tratar de explicar el mundo de los tiempos remotos de la antigüedad por parte de una de sus civilizaciones, pero a la vez repetía y adaptaba mitos de otras religiones previas de esas mismas zonas donde surgió. Sea como sea, algunas partes se hacían arduas de leer. Fue curiosidad pero también fue un ejercicio de disciplina el acabarlo. Por llevar me lo llevé de lectura hasta al Café Continental, lectura que dejó algunas caras extrañadas de algunos conocidos en ese lugar.
Nuevo Testamento (siglos I a II d.C., Varios autores): Para poder acabar La Biblia es evidente que tenía que leer también del tirón el Nuevo Testamento. Cambié de ejemplar. Ahora tenía para mi lectura uno editado en 1978, con los comentarios y explicaciones del Concilio Vaticano II. Era el que mi madre me compró (no sé de dónde lo sacó) para las clases de religión en el colegio (en la Enseñanza General Básica di religión, en el Bachillerato di Ética). También había sido muy consultado por mí, y lo sigue siendo. Ahora, desde que ella murió, el año pasado, me ha dado por comprar una Biblia con los dos Testamentos para poderla tener completa, ya que el Antiguo Testamento no lo tenía en este ejemplar de 1978. Compré una en la Librería Diógenes el año pasado, en Semana Santa, además, supongo que fue cosa del ambiente. Lo editada Ediciones Populares, pero su traducción me chirriaba un poco y tampoco me convencía mucho sus notas introductorias, era una edición de los años 2000, me parecían unas notas con tono conservador, más que la del Nuevo Testamento de 1978. A través de mi formación como historiador yo ya tenía contacto con las numerosas variantes y cambios de significado por culpa de las traducciones especialmente en los libros de la antigüedad, y especialmente en los libros religiosos, tan delicados y pendientes también del cambio de los tiempos y de la necesidad de adaptar el lenguaje, hasta el punto que a veces no se dice exactamente lo mismo. Se pierde o cambia significado. No me disgustaba del todo, pero no me convencía del todo. Por ello me compré un segundo ejemplar en verano, en la librería Domiduca, de segunda mano de las mismas Ediciones Paulinas que el ejemplar de 1978 que yo tenía, de hecho es de 1979, si no recuerdo mal, el año en el que nací. E aquí la importancia de las traducciones.
Trafalgar (1873, Benito Pérez Galdós): Fue el libro que destaqué de mis lecturas de aquel 2007 cuando escribí de ello en esta bitácora en la Noticia 387ª. También me lo regaló la papelera de mi barrio por medio de mi madre. Esa papelería ya no existe. Este es el primer libro de los cuarenta y seis que componen la saga Episodios
Nacionales. Aunque había leído cosas sueltas de Galdós aún no había
leído ningún libro suyo. Me pareció un narrador excepcional. Es indudable que la
prosa de Galdós le convierte en el mejor narrador del siglo XIX español en novela. Trafalgar muestra muy
perfectamente nuestro espíritu español de improvisadores y de sociedad llena de
“Quijotes” alejados de la cruda
realidad en la que vivimos. Alguno de los pasajes de este libro me inspiró uno de los pasajes de mi novela Balada triste de una dama. De hecho, Galdós ha inspirado a numerosos escritores posteriores a él, como Pérez-Reverte, por ejemplo. Trabajando ocasionalmente como ayuda en la librería Domiduca este año pasado he podido comprobar además que hay mucha gente interesadísima aún en sus títulos y en tenerlo, además, en buenas ediciones y encuadernaciones.
El Guía (1975, Frederyck Forsyth): Este era un pequeño librito de espionaje y aviación. Lo compré de segunda mano y lo regalé a un amigo que le gustaban estos temas. No es el libro por excelencia de Forsyth, pero es una novelita que cumple con su pretensión. Una lectura rápida.
Habilidades de gestión para la secretaria eficaz. Organización, planificación, habilidades y protocolo (2002, María Claudia Londoño): No sé porqué sigo guardando este libro en mi casa. En mi búsqueda de empleo hice varios cursos para desempleados tanto de parte del ayuntamiento como por parte de la Cámara de Comercio. Cursé para peón de servicios de mantenimiento, jardinería y albañilería, cursé contabilidad y también este otro de secretariado de dirección. Me dieron el libro en el curso. Era el único hombre que eligió este curso y el anterior. Tanto mis compañeras como mis enseñantes dijeron que era un pionero entre los hombres. Este de secretariado me interesó, era una materia bien curiosa aunque como se puede leer en el título, incluso las personas especializadas en este tema veían en la profesión de secretariado una profesión femenina, aunque a lo largo de la Historia han existido secretarios varones igualmente. Lo de la secretaria femenina aparece más bien con las empresas privadas a partir del siglo XIX y sobre todo del XX. Quizá este es otro escollo del sexismo a terminar, no ya sólo que se vea a la mujer como secretaria dentro del mundo laboral, si no que se vea al hombre mal si desea ser secretario. Y digo bien, llegué a realizar algunas entrevistas de trabajo cuando acabé el curso. Nunca me cogieron en ningún trabajo de secretariado y las preguntas y los comentarios de los que entrevistaban siempre eran los mismos, unos más delicados y otros más desagradables, no les cuadraba que un hombre fuera secretario y, en algún caso, parecía insinuarse dudas sobre que yo fuese heterosexual, lo que aparte de una barbaridad es parte del machismo de esta sociedad, que sí, que también afecta a los hombres.
Constitución de la República Española (1931, Varios autores): La conocía a fondo a través de la Licenciatura de Historia y de mi campo de investigaciones y gustos, pues nunca dejé la Historia. Pero ahora me la compré en la Librería Diógenes. Me la leí del tirón para completar mejor los conocimientos de los años 1930 y para poder comparar mejor con la Constitución de 1978. Posteriormente la he consultado varias veces y la he usado y citado en algunas investigaciones de Historia y ensayos. Yo ya había leído Constituciones anteriormente, como ya dije en su día. Esta era muy breve y sencilla, e incluso para preparar las oposiciones a archivero entre 2016 y 2017 me ha sido útil, pues hay cuestiones que nos vienen de este texto con el rebote de 1978. Además, no hay nada como leer los textos que muchos dicen citar por conocer, y luego, al leer, descubres con una sonrisilla que a menudo las personas no han leído eras cosas que citan diciendo que conocen.
Sensibilización medioambiental (2006, Varios autores): Era un librito editado por el ayuntamiento de Alcalá de Henares, un pequeño manual sobre el medioambiente y sus problemas ecológicos. Trataba de instruir para realizar pequeños aportes a nivel ciudadano e intentar corregir los problemas ecológicos que nosotros mismos contribuimos a que existan. A mí estos temas me interesan. Además, cabía la posibilidad de conseguir un trabajo sobre medio ambiente, ya que me mandaron un aviso de la oficina de empleo, pero yo acababa de obtener un contrato con el salón de juego citado anteriormente. Yo ni me imaginaba que pudiera lograr un empleo medioambiental, pues estaba licenciado en Historia, pero saber mejor cómo poder aportar mi grano de arena para ayudar al medioambiente sí me interesaba. Leí el librito.
Diario de Guerra (1940-1942) (2006, George Orwell): Me lo compré en Librerías Bertrand, que es la actual Casa del Libro en Alcalá Magna. Luego he sabido que se han editado otros diarios de George Orwell, pero esos no los he tenido en mi mano. Yo ya había leído varios libros de Orwell, como indiqué en seriales anteriores. Con este libro me acerqué más al pensamiento íntimo de Orwell. Tenía sus aciertos y sus evidentes deshaciertos, como creer que Gandhi era un agente nazi de Hitler para desestabilizar Reino Unido en plena Segunda Guerra Mundial. Quizá desarrolló una cierta paranoia aguda desde su pase por la Guerra Civil Española. Sí que es cierto que en estos diarios también tiene reflexiones muy acertadas. Pinta además un Londres bombardeado en el que él ejercía dentro de los cuerpos que daban la alarma de bombardeo a la población. Un libro necesario como testimonio de la guerra en Londres y como testimonio del pensamiento de Orwell y su compromiso social al servicio de la sociedad y de la libertad, siempre alerta ante todos los peligros autoritarios, vinieran de donde vinieran.
Sabotaje olímpico (1993, Manuel Vázquez Montalbán): La citada Alejandrina me regaló un grupo de libros de su casa de la Calle Mayor y entre ellos había varios de Manuel Vázquez Montalbán. Novelas negras del agente Pepe Carvalho, que a modo anecdótico anoto que este año 2019 volverá a la vida con su autor ya muerto, pues superando permisos y derechos de autor y edición resucitará al detective Carlos Zanón. Aún tengo pendiente de lectura varios de estos libros que me dio Alejandrina. Esta fue la primera novela que leí de Vázquez Montalbán. Casi parecía un libro específico de recetas de cocina de Pepe Carvalho, cuando acabé lo introduje en un buzón de correos de alguien de mi barrio a quien no conocía. Me pareció un regalo sorpresa ideal. Me dio por ahí. Como sea, trataba de un presunto sabotaje en las Olimpiadas de Barcelona de 1992. Tenía un claro sentido del humor sarcástico que criticaba todo el panorama de corrupción y despilfarro de esa etapa del gobierno de Felipe González (PSOE). Quizá no fue mi mejor acercamiento a este personaje y a este autor, pero me creó curiosidad para coger otro de los volúmenes.
Los pájaros de Bangkok (1983, Manuel Vázquez Montalbán): Mucho mejor acercamiento al autor y al personaje que con el anterior libro... y aún tengo pendientes los otros que me regaló de esta serie. Me pareció un prosista muy dinámico. El detective estaba construido perfectamente a la española. Te podías identificar con él sin ningún problema. Tú podías ser él. No me extraña el éxito de estas novelas. Además tenía evidente calidad literaria. ¿Quién me iba a decir a mí que años después iba a trabajar en dos años consecutivos los fondos de archivo de la Agencia Literaria de Carmen Balcells y por tanto iba a manejar correspondencia, documentos y las obras manuscritas originales de Vázquez Montalbán? De alguna manera me siento cercano a este autor. Me siento agradecido a Alejandrina por este regalo.
Alcalá de Henares 1939: depuración y represión al funcionariado municipal (2006, Julián Vadillo): Fue un regalo de mi colega y amigo, Vadillo. Se trata en realidad de sus separatas de las Actas del X Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Son unas pocas páginas, pero con sustancia. En 2006, cuando las editó, aún no había mucho editado en Alcalá de Henares sobre los efectos de la represión franquista en la ciudad. Ahora hay algo más, pero no demasiado. Me sirvió para mi investigación sobre la depuración de los maestros de Alcalá de Henares. Los historiadores tenemos pendiente aún escribir la Historia actual de la ciudad.
Y ¿Madrid? ¿Qué hace Madrid? movimiento revolucionario y acción colectiva (1933-1936) (2004, Sandra Souto Kustrin): Fue una recomendación de Julián Vadillo. Lo compré en la Librería Diógenes. Es una tesis doctoral perfecta y altamente profesional. Contiene un gran trabajo detrás de sí. Trata de la Huelga Revolucionaria de octubre de 1934 en la provincia de Madrid, un asunto poco conocido y que, en conversación de bar más o menos reciente, un señor me llegó a negar que hubiera ocurrido. Ocurrió, ya lo creo que ocurrió. Sandra Kustrin rastreó los archivos del Estado y los de los partidos y sindicatos, así como hemerotecas, y realizó rastreos de memoria oral. Reconstruye con precisión los antes, el durante y los después de aquella huelga y hasta el estallido de la guerra civil. Aquí también se puede encontrar rastros de la Historia de Alcalá de Henares. Ayuda muy bien a comprender los puntos de vista y los porqués y cómos de todos los grupos sociales que participaron, de su evolución, de sus posturas, de sus causas y de sus consecuencias. Un libro al que he regresado varias veces y que también ha servido para algunas de mis propias investigaciones. Es un imprescindible de la Historia actual y, si fuera más difundido, probablemente ayudaría a comprender mejor varias de las cuestiones políticas de nuestros días, aunque parezca mentira. Hay cosas que están ahí. La reacción de las derechas tras su victoria electoral de 1933, la reagrupación de las izquierdas, la represión de 1934... Aquí hay muchas más respuestas precisas de las que hoy día ofrecen muchos nombres mediáticos que pretenden hacer creer que los sucesos de 1934 fueron cosa de independentistas catalanes y comunistas asturianos... cuando, empezando por ahí, la huelga de 1934 no la preparó siquiera el Partido Comunista. Muy interesante libro, aunque con un lenguaje muy estrictamente profesionalizado.
Orquidea Negra (1988, Neil Gaiman): Me lo prestó mi buena amiga Esther Claudio, con quien participaría de su primer congreso de conferencias sobre novelas gráficas y cómic, que se celebró en Alcalá de Henares. Fue ella quien me volvió a atraer al mundo del cómic desde una perspectiva más actual y más adulta, desde aquellas lecturas mías ya comentadas, que habían quedado un poco atrás. Ya me había dejado otros cómic anteriormente, como se dijo, pero esta vez este cómic me presentaba a un Batman muy distinto. Ni siquiera sabía que el cómic era de Batman. Era una mujer que sufría un experimento que la estaba transformando mental y físicamente. Parecía un cómic experimental. Para mí era muy innovador. Las viñetas eran como acuarelas y no se disponían sobre la página de la forma tradicional a la que yo estaba acostumbrado. De pronto todo empezó a entrar en otra dimensión cuando descubrí según avanzaba la historia que aquella era una nueva historia sobre el comienzo del personaje de Hiedra Venenosa, aquella malvada era víctima. Y Batman aparecía fugaz y oscuro, no como personaje principal, ni siquiera tenía un papel protagonista. La protagonista era ella. Ella como víctima, pero ella también como ese personaje que será en el futuro enemiga de Batman, un Batman que aquí se muestra más amenazador que garantía del bien. Toda una vuelta de tuerca fascinante, y que, además, dota a la mujer de un protagonismo no tan potente en ese mundo de Gotham como hasta ese momento.
Sandman (1988-1996, Neil Gaiman, Steven T. Seagle): En realidad Esther Claudio me dejó este cómic como primer cómic de Neil Gaiman para que yo lo leyera como tal. Era en realidad el comienzo de Sandman, me falta leer el resto. Además me lo prestó en inglés para que lo practicara y lo aprendiera mejor. Fue impactante. Un dibujo oscuro y un tanto gótico. Diálogos para adultos, no tanto para público juvenil. Evoluciona de un planteamiento de terror a la fantasía. Morfeo se siente desafiante al resto de seres fantásticos que prueban la imaginación de los humanos en sus sueños. En su mundo introspectivo tiene una serie de problemas que refleja. Pasa una mala racha y eso hace evolucionar al cómic. Muy buen cómic. Una de las palabras en inglés que aprendí y más se me ha pegado de este cómic es "path".
Es un pájaro... (2006, Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen): Otro de los cómic que me dejó Esther Claudio fue esta novela gráfica quizá ahora mismo no muy recordada por el gran público. A ella le interesaba personalmente mucho esta historia. El personaje de Superman ha servido a lo largo del tiempo para crear innumerables metáforas y símiles, críticas y bromas en obras que no son exactamente de él. Este es el caso en el que un dibujante recibe un contrato para dibujar a Superman. Es la gran oportunidad de su vida, pero a la vez se ve afectado por la corea de Huntington, una enfermedad neurodegenerativa y hereditararia. En este contexto se desarrolla una historia reflexiva acerca de la fragilidad humana y a la vez de su fortaleza. Superman aparece y se reflexiona sobre él como personaje y como reflejo acertado, desacertado, manipulador o no de la sociedad. El cómic es un cómic que a veces se disipa en lo onírico, en el escapismo del pensamiento del personaje protagonista. Predominan los tonos claros y los básicos. En cierto modo, a través de esta historia se explicaba a los lectores la existencia de una enfermedad poco conocida. El cómic pasaba a una fase más allá y más claramente como producto para el adulto, un adulto necesitado de cuentos y narraciones visuales para afrontar realidades que no conoce o no ha querido conocer.
Predicador (1995-2000, Garth Ennis y Steve Dillon): Fue el cómic que destaqué de mis lecturas de aquel 2007 cuando escribí de ello en esta bitácora en la Noticia 387ª. Es un cómic que compone una novela gráfica elaborada a lo largo de una saga. Todos los libros que componen Predicador
se pueden encontrar en la colección Vértigo, de Norma Editorial, desde
el inicio de la historia hasta su final. Aunque yo he sido un gran
consumidor de cómic en mi juventud, por razones económicas familiares (y
su ausencia en las bibliotecas públicas), hube de abandonarlos a
mediados de los 1990’. Me perdí gran parte de su renovación e incluso de
la invasión manga. Desde más o menos 2003 ó 2004 estaba
reencontrándome con el mundo del cómic llevándome muy gratas sorpresas
con la evolución que hubo, y en 2007 fue sin duda el del gran
reencuentro con el cómic, en novelas gráficas. Quizá dos de mis mejores
proveedores de títulos fueron el Chico Gris y Danaclaudio, Esther Claudio. Fue ella también quien me dio a leer Predicador,
que es la obra de uno de los mejores guionistas que renovaron el
panorama del noveno arte occidental en los años 1990, Ennis, padre también
de Hellbrazer, y del que no hay que perderse la historia paralela a Predicador que escribió sobre El Santo de los Asesinos.
La historia narra cómo un predicador estadounidense de la América
profunda, el cual tiene un pasado de delincuencia y fanatismo familiar,
es poseído por el hijo de un ángel y una diabla. Adquiere así unos
poderes que son iguales a los de Dios si pudiera descubrir el modo de
subir al Cielo. Los ángeles custodios se enteran de lo sucedido y
piensan que hay que eliminarle por el peligro que supone, mientras, Dios
ha abandonado su trono para ocultarse en La Tierra, donde el predicador
no pueda encontrarle. A todo esto una organización secreta de humanos
intenta preparar el Apocalipsis y busca al predicador para usar sus
poderes a favor de sus intenciones. El predicador no puede controlar sus
poderes a menudo provocando numerosas muertes. Esto le cabrea e inicia
un viaje para pedirle explicaciones a Dios y vengarse de las injusticias
del mundo. En esto está cuando sus poderes le hacen reencontrarse con
su antigua novia, el fanatismo de su familia, las peleas de bar, la
delincuencia y hasta con un vampiro que es uno de los mejores personajes
de la historia, a excepción clara del Santo de los Asesinos, que es “el
ángel de la Muerte” enviado por los ángeles para eliminar al
predicador. Un viejo pistolero inmortal que es imparable… y sí, en el
cómic también sale John Wayne. Así explicado esta novela gráfica parece
una tontería, pero su guión, aunque a veces peca de muchas ideas
rechazables o criticables por parecer (y digo parecer, no que sean)
xenófobas, machistas o patriotista desde el sur norteamericano, es un
guión muy potente y que engancha por sus innovaciones y giros. Le hicieron recientemente serie de televisión. Me lo leí entero, tanto esta historia como sus historias paralelas. Compré los integrales que le faltaban a Esther y se los regalé, yo me compré las historias de El Santo de los Asesinos. Es uno de los mejores cómic que he leído, su guión es el mayor de sus soportes y de sus bazas. Un imprescindible para el cómic actual y para la contracultura. Además, critica a la América profunda, pero también a la América santurrona. De verdad que merece la pena, y puede hacérsele múltiples lecturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario