Como cada año, el número de libros que leí el año recién acabado y los dos libros que destaco más la novela gráfica que destaco.
2018: 39 años.
Leí 30 libros, de los cuales cinco eran
novelas gráficas (al menos uno de los títulos de estos libros eran en
realidad 2 tomos).
En la primera mitad de año estuve leyendo todavía (una y otra vez) los tres tomos Temario de estudio de oposiciones a archivero (2016), por varios autores,
y algunas lecturas aledañas a este tema para preparar el examen a
oposición de archivero el cual pasé en su primera fase, aunque no superé
el segundo examen (el práctico). Ese temario no está incluido en el
número de libros que leí este año que os presento.
Por otro lado, una gran cantidad de libros este año giraron en torno a la Historia del cómic y la censura, dado que estuve preparando esa temática para una investigación que espero poder publicar.
Los dos libros que destaco:
Nueva antología rota, por León Felipe. Fue un libro póstumo del poeta español exiliado León Felipe. Cuando yo estudié literatura en el bachillerato no se leía la obra de esa persona, se mencionaba su nombre, pero no se le leía. Conocí a León Felipe de manera tardía. Mi contacto más interesante con él fue hace unos años en un recital de poesía en La Tetería Guaïma del Callejón de la Santa Compaña, por donde la Calle Mayor. Lo recitó un viejo amigo con el que me encontré ese día. Luego volví a escucharle en El Laboratorio. En 2016 busqué explícitamente poemas de él y los leí. Me gustó mucho lo que encontré. Tenía un estilo propio totalmente rompedor con el que el resto de poetas españoles nos tienen acostumbrados. Su temática se asemejaba a las temáticas que a mí mismo me interesan explorar en mis propias obras. Encontré en su voz una voz nueva y joven. me compré este libro, de los años 1970, en una edición más o menos nueva, unos años antes y era ahora cuando me sentía totalmente preparado y deseoso de leerlo. Me influyó en varios poemas que escribí a comienzos de año. He incluso le recomendé su compra y lectura (en una edición primigenia) a una adolescente en la librería Domiduca. Me alegra mucho haber descubierto a León Felipe más allá de la mera cita de su nombre en un sistema educativo que, en mi época, aún temía demasiado hablar, porque, ¿cuántos de mi generación llegaron a recibir determinadas lecciones de Historia y de Literatura? Pero resultaba que la Literatura de León Felipe no ahondaba en lo político, aunque algo haya, sino en una contracultura, en una ruptura con lo formal establecido. Se adelantó a muchos de los literatos rompedores de los años 1960 y 1970. Decía de un modo más trasgresor lo que en España muchos autores aún decían de ese otro modo más formal. Era quizá una voz más cosmopolita y menos temerosa de construir su mundo al margen de normas de estilo o de grupos literarios.
La libertad de prensa en España, 1938-1971, por Manuel Fernández Areal. Lo leí dentro de un conjunto de libros sobre cómics y sobre censura para una investigación que estaba ultimando, tal como dije antes. Este libro lo compré de segunda mano, ya que está descatalogado. Fue escrito por el periodista católico Manuel Fernández Areal en 1968, pero no pudo ser publicado hasta 1971, y tras pasar censura en aquella España de Franco. Fue todo un descubrimiento para mí. Rastreé al autor por Internet, pues me interesó bastante lo que contaba en 1971, vi que sigue vivo y que probablemente escribió en ABC en algún momento. La Ley de Prensa de Fraga se había aprobado en 1966 y este periodista, que había sido sancionado por un artículo que publicó en un periódico provincial, creo que en el Diario de León, escribió una comparativa entre las leyes de censura de 1938 y el resultado de aquella de 1966, pero su libro fue retenido y tuvo que revisarlo, ampliarlo y pasar su censura para publicarlo en 1971. Lo publicó con la editora de la prestigiosa Cuadernos para el diálogo, que ha pasado a la Historia como un espacio en el que aparecieron los intelectuales que más promovieron la publicación de todo tipo de asuntos que ayudaran a la reflexión de cara a un cambio político hacia una democracia. El libro se atrevía a decir y tocar muchas cuestiones que probablemente fueron sumamente molestas a la dictadura. Así por ejemplo, denuncia que la ley de 1966 era más dura que la de 1938 y cuyos efectos estaban siendo devastadores, a pesar de que ahora había más facilidad para llegar a publicar algunas cosas que con la censura previa no se hubiera podido, sin embargo, las sanciones y las medidas del gobierno, que se creía poseedor de la verdad (según la propia ley), contra periodistas y medios que publicaban material con el que no estaban de acuerdo se habían multiplicado y endurecido. El ser un libro que está escrito en la misma época rescata muchos detalles y nombres que hoy día han quedado un tanto olvidados, del mismo modo que aporta un punto de vista que vive de un debate muy vivo. Completa bien mi biblioteca de Historia, la que atañe a la dictadura y a la actualidad. De hecho, varios de los análisis que formula el libro pueden ser compatibles con un debate actual abierto este mismo año pasado 2018 por nuestro gobierno y jueces, así como los de otros países de Occidente, al comenzar a hablar de mentiras publicadas, posibles leyes que controlen "la verdad" en los noticiarios, los "márgenes" del periodismo, etcétera. Aunque parezca y sea una lectura sobre un tema histórico del fin de la dictadura, es una lectura que también tiene su vertiente actual, tristemente pero también necesariamente, pues de otro modo el adormecerse ayuda a quienes desean tener el control de la información que recibes.
La novela gráfica que destaco:
Batman, la broma asesina, por Alan Moore y Brian Bolland. Este año leí varios cómics de Batman. Este me lo compré este mismo año. Tenía muchas ganas de tenerlo y leerlo. No lo había leído nunca antes. Además era parte de mi investigación. Alan Moore se demuestra aquí como el genio que es haciendo cómics, y Bolland es una combinación perfecta. El Jocker se muestra más macabro y retorcido. Esta obra fue creada en los años 1980 finales o primeros años 1990 y desde luego fue una reinvención muy adulta de lo que eran estos personajes. Historias como esta me enamoran una y otra vez del personaje, aunque no todo lo publicado de Batman tiene esta calidad. No podría hablar del final de esta historia, aunque sin duda es algo tan inesperado que te hace pensar. La intuición de cómo se usa el color o el blanco y negro es perfecta. Muy recomendable.
Y ahora:
2019 (2 de enero): 39 años camino de los 40.
Estoy leyendo 1 libro.
Estoy leyendo 1 libro.
El liderazgo político de Ángel Pestaña. De la ortodoxia anarquista al posibilismo libertario, por Jesús Díaz Herrera. Este libro fue publicado en 2015, pero fue presentado tardíamente en Alcalá de Henares o a finales de 2016 o a principios de 2017 en la librería Diógenes. El 9 de mayo de 2017 vino un amigo antiguo desde Francia, donde vive hoy día, para resolver un asunto de papeleo burocrático. Pasamos la tarde juntos y me compró el libro. Un día después, el 10 de mayo por la mañana, mi madre murió. No volví a coger el libro si no fue para colocarlo en mi casa. Hace un par de semanas, finales de 2018, lo volví a coger para leerlo. Ángel Pestaña fue uno de los líderes anarcosindicalistas de la CNT que en los años 1930 firmó el manifiesto de Los Treinta, lo que le alejaba un poco de la línea que deseaba impulsar la FAI dentro de la CNT. En 1932 Pestaña inició su propio camino creando un partido político, el Partido Sindicalista, queriendo introducir así una corriente del anarquismo en el Parlamento. Fue minoritario y, aparte, abrió una brecha pequeña entre una forma de entender el anarquismo. Su vía posibilista no dejaba de ser anarcosindicalista, pero entendía que se necesitaba una colaboración estratégica con las instituciones del Estado para lograr avances en las vidas de los trabajadores que los alejase de la vía fascista. Fue rechazado por la gran mayoría de los anarquistas del momento, pero tanto él como otros treintistas que no estuvieron con él, regresaron a la CNT poco antes de que estallara la guerra civil española, periodo en el que morirá Pestaña. No obstante, la propia CNT colaboró con las instituciones del Estado llegando a tener hasta ministros, como algo estratégico para combatir el fascismo durante la guerra. Se trata de un libro que aprovecha muchas de sus hojas para hablar en líneas generales del anarcosindicalismo de comienzos del siglo XX y luego para hacer una comparativa entre los pensamientos de Pestaña y los de otros personajes del anarquismo. Tiene un lenguaje casi de ejercicio universitario, seccionado. Además, probablemente ha sido escrito desde una perspectiva donde justificar a Pestaña sea justificar la actual estrategia de la CGT frente a la de la CNT, o bien, que no terminara de ver con malos ojos en 2015 la entrada en los ayuntamientos y parlamentos de parte de los asamblearios del Movimiento 15M, ya sea en agrupaciones o dentro de Podemos. Sea como sea, esta biografía se preocupa más por el análisis y explicación de las ideas que por detenerse a hablar de los sucesos biográficos.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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