Hace una o dos semanas, en un bar de mi barrio, escuché la frase más lúcida entre dos personas de
derechas discutiendo de verdad sobre lo que en este presente era inmediato que ocurriera sobre
el pasado que está tan presente aún: "¿Tú qué quieres estar, cara a Dios o
cara al sol?". Ahí está un debate que realmente debe plantearse, visto lo
visto este verano, una parte de la derecha española.
Hace unas horas el Congreso de los Diputados ha votado sobre la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco para que sea enterrado en otro lugar que no sea un mausoleo público que le ensalce. 172 síes, 2 noes y 164 abstenciones, lo que nos pone en que han estado presentes 338 diputados de los 350 que componen esta cámara. Han faltado a su escaño 12 diputados, entre ellos ha faltado el mismísimo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que es quien principalmente había trabajado para lograr esta votación. De los que votaron sí están PSOE, Unidos Podemos, Compromís, PNV, EH-Bildu, ERC, PDeCAT, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Las abstenciones han venido de PP y Ciudadanos. Mientras que los dos "No" a la exhumación y salida de los cuerpos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera del Valle de los Caídos han sido por parte de los diputados del PP Jesús Posada y José Ignacio Llorens, a posteriori han dicho haberse equivocado, aunque en realidad no tenían que elegir entre un botón u otro con el que equivocarse, simplemente entre pulsar y no pulsar, su partido había sido claro: abstención (no pulsar botón alguno).
A finales de agosto unos periodistas de la televisión rumana paseaban por el centro de la ciudad buscando a alguien que quisiera responder a un par de preguntas sobre esto. Yo estaba cerrando unas cuestiones con la Librería Domiduca cuando me peguntaron si quería atenderles. Tras una breve charla entre nosotros, al final accedí. Asíque en algún momento de este verano salí en la televisión rumana hablando sobre este asunto. Lo cierto es que la exhumación de los restos de Franco y de Primo de Rivera ha levantado tantas ampollas que lo único que se ha comprobado es que las heridas no están cerradas, ni la guerra civil es algo superado. Si fuera algo ya superado no se hubieran montado los debates y las tensiones que siguen ocurriendo. Una prueba de ello son las mismísimas abstenciones del PP y Ciudadanos. Ellos, que se autodefinen demócratas, son incapaces de votar a favor del final de un mausoleo a un dictador que se construyó además con un gran número de presos políticos, y en cuya construcción murió mucha gente. No han dicho que no se haga, lo que puede usarse como argumento para decir que no apoyan la dictadura, pero al no haber dicho que sí se haga tampoco se puede decir que no la apoyen. La abstención es un limbo para no retratarse claramente defendiendo la dictadura, pero también para retratarse claramente como quienes no dicen que la dictadura fuera mala. ¿Y por qué esa indifinición? Quizá porque algunos miembros del PP en el fondo sí crean en las bondades de la dictadura, pero sepan que eso empañaría su imagen, pero más probablemente porque saben que tienen una base social de simpatizantes que aún hoy zanjan conversaciones en sus casas y bares con un: "¡esto con Franco no pasaba!", o con un: "si levantara la cabeza...". Flaco favor le hacen a los auténticos valores democráticos al no definirse claramente en contra de los argumentarios y simbolos de una dictadura, en este caso la franquista.
La derecha española tiene un debate pendiente consigo misma. Y la izquierda española debe pensar que exhumar al dictador y al ideólogo falangista no basta para reparar heridas, pues aún quedan muchos españoles enterrados y perdidos anónimamente en gran cantidad de cunetas y cementerios por ser contrarios a Franco. ¿No se merecen ellos ser sacados, identificados y tener un entierro digno? También por decreto se podría hacer, como se ha hecho con Franco.
Pero quizá el mayor deber que tiene pendiente este país para poder cerrar lo que todavía levanta ampollas es lograr que las generaciones de españoles comprendan y asuman lo que es en realidad la democracia, y aprendan y asuman igualmente que no se puede medir a los participantes de aquella guerra por el mismo rasero. No se trata de revancha, ni de venganza, ni de nada de lo que se ha dicho de ese talante, si no de comprender que la Historia del siglo XX en España tuvo una anomalía de la que ha nacido una sociedad actual que no termina de aceptar el "mea culpa", no por castigo, sino por superación.
En otros términos podemos remitirnos a los de expiación
y redención. Juntos son términos religiosos, aunque redención realmente refiere
a manumisión, que en origen no es religioso sino referente a la esclavitud, en concreto a la liberación del esclavo. Sin
sentimientos de arrepentimiento y de reparación de los males
ocasionados para alcanzar el perdón no se puede dar ninguno de los dos. En otras palabras, sin espíritu
de enmienda no hay expiación ni redención. Y ese perdón no puede venir de uno mismo, no puede ser autoconcedido.
Ahora
bien: redención se refiere a liberación, a finalización de algo que oprime o
ata. JesuCristo se dejó crucificar para redimir a la Humanidad del pecado
universal (la expulsión del Paraíso por desobedecer a Dios, o sea por ir contra
el Padre). Pero JesuCristo como hijo de Dios y como Dios uno y trino a la vez
no tenía pecado original, por lo que él redimió a la humanidad con su
sacrificio. Puedes por tanto redimir una situación sin que tú seas culpable de
ella, sacrificándote por ella, pero sin ser su culpable. Hay sacrificio para
salvar a los demás. De ahí que el Nuevo
Testamento sustituya al Antiguo. Pero los humanos no son Dios. En términos
de comportamiento social, puedes ser alguien que necesite redimirse y eso se
entiende en sentido de liberarte de algo que te oprime. Algo te oprime el
corazón o el espíritu y necesitas redimirte, liberarte, por lo que haces algo
que crees que compensará aquello que te oprime porque te sientas culpable, O
sea: espíritu de enmienda y necesidad de compensar a aquellos a los que has
hecho mal haciéndoles un bien.
Expiación
sin embargo es recibir un sacrificio o un castigo por tus propios pecados, por
tus propias culpas. JesuCristo redimió a la humanidad, pero no expió sus
propios pecados, porque Jesucristo no tenía pecados, sin embargo San Pedro y el
resto de apóstoles expiaron sus culpas, como por ejemplo negarle, cuando fueron
ejecutados por los romanos. Alguien que se confiesa arrepentido de sus pecados
y recibe el perdón, este sólo llega sólo tras recibir y cumplir con una
penitencia, pero la penitencia por sí sola no vale, tiene que haber espíritu de
enmienda, arrepentimiento y deseo de no volver a incurrir en el motivo de
culpa. Se expía los pecados (las culpas) así.
Redención
nunca puede ser contraria a la expiación, porque no son contrarios, sino
complementarios. La cosa es que debe haber reconocimiento de la propia culpa,
espíritu de enmienda y reparación de los daños ocasionados mediante la obra. Por
otro lado, también tendríamos que tú mismo puedes expiar y redimir tus culpas,
sin embargo, mientras puedes tratar de redimir las culpas de otro (perdón o
reparación del mal creado por el otro) nunca podrías expiarlas por él, ya que
expiar necesita de un sentimiento íntimo y personal del culpable y de sus actos para reparar y
enmendar la culpa propia.
Enfoquemos todo esto de otro modo más. Hace unas tres semanas supimos que se quiere reformar la Ley de Memoria Histórica para acoger la propuesta de los
partidos catalanes de la anulación de los juicios franquistas por responsabilidades
políticas.
1.- Pongamos por caso el de un sindicalista que sufrió arresto domiciliario tras la guerra y el de un soldado republicano que pasó por un
campo de concentración en Aranda de Duero, que luego pasó un juicio sumarísimo aplicado
en bloque a un grupo de soldados que combatieron y que recibió alguna sanción por pertenecer a alguno de los partidos políticos del Frente Popular. Tengamos estos dos ejemplos para tomarlos de un modo nuevo respecto a los casos que normalmente se exponen de fusilados
y exiliados. Igualmente podríamos hablar de los que perdieron propiedades familiares por defender la República, o el empleo, o fueron trasterrados. Baste con los ejemplos posibles dados.
2.- La Ley de Responsabilidades Políticas creada por la dictadura en 1939 les
juzgó culpables de la guerra civil, a pesar de que los golpistas y alzados eran
los que crearon aquella ley. Se sentenció culpables a los que se habían ubicado
en la defensa de la legalidad vigente y el gobierno elegido en las urnas.
3.- El arresto domicialiario, y por otro lado el paso por el campo de concentración y la posterior sanción, daba por
saldado el pago por esa "responsabilidad política", si bien se les
había juzgado culpables.
4.- En 1977 la Transición creó la Ley de Amnistía Política, que anulaba la Ley
de Responsabilidades Políticas en cuanto que nadie que quedase por juzgar podía
ser ya juzgado por lo que hizo. No se consideraba que fueran inocentes, sólo
que ya no se les juzgaría.
5.- La Ley de Memoria Histórica de 2007 declaró ilegítimas las sentencias dadas
por la Ley de Responsabilidades Políticas, pero no anulaba las sentencias. Por
lo que técnicamente se consideraba que los juicios eran injustos pero que eran
válidos, por lo que los juzgados culpables seguían siendo culpables aunque lo
fueran de manera injusta.
6.- La nueva reforma que se planea ahora, anular los juicios franquistas por la
Ley de Responsabilidades Políticas, si bien es difícil de aplicar porque podría
implicar indemnizaciones del Estado a fusilados, encarcelados, torturados,
exiliados, desposeídos de sus bienes y puestos de trabajo, etcétera, es
éticamente necesaria. Y aunque se escribiera esa ley sólo con carácter moral y
no materialmente reparador, que probablemente es lo que es más fácil que
ocurra, pondría las cosas en su sitio: los condenados por la Ley de
Responsabilidades Políticas eran todos inocentes por ser la ley que se aplicó,
una ley ilegitima por ser creada por aquellos que sí eran culpables de
rebelión, insurreción y golpe de Estado.
La ley, si se reforma, traerá polémica. Seguro. Pero, en mi opinión, que en 2018 al
fin se pueda considerar legalmente inocentes de la acusación de crear una
guerra a aquellos que simplemente defendieron el gobierno salido de las urnas
es algo necesario. Para mí lo polémico es que se quiera seguir considerando
culpables a los que lo único que hicieron fue defender la forma de gobierno
elegida en las urnas y el gobierno salido de las mismas. Mientras haya quien no entienda esto, todo paso simbólico que se dé, sólo queda en eso: en simbolismo. La reconciliación real vendrá cuando las heridas queden cerradas, y eso sólo se podrá medir cuando al tocarse un tema de la República, la guerra o la dictadura no salten numerosas personas defendiendo la dictadura y atacando a los que defendieron la democracia. O mejor dicho: sólo se podrá medir cuando estos temas no sigan provocando enfados, discusiones, puntos de vista irreconciliables, malestar... y se reconozcan las propias culpas, olvidando de una vez la óptica de vencedores y vencidos, la razón y la sinrazón, el "porque tú..., porque yo...". Cuando realmente pueda haber diálogo sin ira. Diálogo no quiere decir necesariamente un único punto de vista aceptada por las partes, ni que estén de acuerdo las partes, sino la capacidad de hablar. De vivir y de dejar vivir. De diálogo sin ira.
Saludos y que la cerveza os acompañe.