miércoles, agosto 01, 2018

NOTICIA 1807ª DESDE EL BAR: EL LARGO EN EL JARDÍN PROHIBIDO

Venía yo de una entrevista de trabajo en Madrid de resultado aún incierto, cuando, siendo ya la hora de comer y yendo a mi casa, decidí entrar a tomar algo fresquito a la altura de la calle Cardenal Cisneros de mi ciudad, Alcalá de Henares. Allí hay desde hace un par de meses un bar nuevo con patio interior en el que se está tranquilo y a gusto, aunque yo prefiero el interior al patio. Los dueños y camareros son gente sociable y eso siempre se agradece. Además, son gente que algunos son caras conocidas de otros bares que hubo en la ciudad, como La Chata. No hace mucho hablé de este bar porque participaban del encuentro de cantautores que hubo en Alcalá el pasado mes de junio, pero por entonces confundí su nombre con el de El Jardín Secreto (Noticia 1799ª). Su nombre real es El Jardín Prohibido, nombre con reminiscencias bíblicas, pues el Jardín Prohibido es aquel que estando al este de Edén era el Paraíso terrenal de donde fueron expulsados Adán y Eva por comer una manzana del Árbol de la Ciencia. No obstante el logo del bar es una manzana mordida, por lo que nos indica el estado de tentación existente a disfrutar de lo terrenal en un lugar donde uno se siente cómodo y bien.

Descubrí que se habían animado a hacer un segundo evento cultural tras aquel recital de cantautores. Llevan como una semana exponiendo su primera exposición de cuadros. Son de un artista local, Ricardo Zarza "El Largo", de quien ya hablé y mostré una parte de su obra de la exposición que hizo en 2014 en el bar La Chata (Noticia 1417ª). En aquella ocasión eran cuadros dentro de las corrientes del cinetismo y el conceptismo espacial. En esta ocasión sus cuadros no están dentro de esas corrientes. Son cuadros figurativos que caen dentro de una especie de surrealismo y conceptualismo usando caras y figuras femeninas que en ocasiones parecen pasadas a formas geometrizadas, o bien inertes, que forman la figura o la cara dentro de unos colores que crean sectores en los rasgos, reafirmando así un concepto de lo que al personaje pudiera estar ocurriéndole, si bien por lo general se tiende a las imágenes estáticas y meditantes.

Así pues, parece que el nuevo bar no sólo aspira a dar bebidas y comida de tapas (como las que siempre se hacían en Alcalá antes del estallido de la promoción turística en distrito centro), sino que aspira a recoger el guante cultural con modestia y sin bombo que muchos bares han ofrecido a esta ciudad fuera de los circuitos turísticos y oficiales y de los que los años 2016-2017 fueron una siega haciendo desaparecer a casi todos, y salvándose excesivamente pocos, estaría por decir que dos o tres de los que no eran los más obvios en el momento de los desaparecidos. Bienvenido sea El Jardín Prohibido y que el futuro le depare futuro, aunque para eso, ya lo sabemos todos, hay que ir a disfrutarlo y a consumir, puesto que un bar es un bar y también necesita comer. Hay que morder de su manzana.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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