George Bartoli, fotografía publicada en Le Monde, 21 septiembre 2017, mosso de escuadra frente a policía nacional.
El problema de Cataluña no es diferente del problema de Madrid, es el
capitalismo. La reflexión exacta de Salvador Seguí, "el noi del
sucre", secretario anarcosindicalista de la Confederación Nacional del
Trabajo (CNT) a finales de los años 1910 y principios de los años 1920, era esa, aunque cuando hablé en la Noticia 1738ª de una Transición diferente documentada por Joaquim Jordà, con la que rocé el tema catalán, pero no entré de fondo aunque si de base, por duda en el recuerdo cambié una parte fundamental de su reflexión.
Pienso que si la gente se hubiera echado a las calles contra las reformas laborales
de 2010 y 2012, y hubiera participado todo el mundo con el mismo tesón del 15M de 2011, del mismo modo como lo
que estamos viendo ahora mismo en 2017 con gente muy entregada y activa para pedir el poder votar en un
referéndum que aspira a crear un Estado-nación, quizá no estaríamos
ahora mismo en la situación social degenerada en absolutamente todos los aspectos de esta España
que se vienen viendo desde la crisis de 2008. A principios de este mes de septiembre se cumplieron diez años del aviso de crisis económica mundial, que se mitigó hacia finales de 2007 para reventar de verdad en septiembre de 2008 en lo que algunos historiadores quieren llamar ya la Gran Recesión. Tal como está planteado el actual asunto del referéndum por la independencia de Cataluña del 1 de octubre, ilegal para el Estado español y legal para las autoridades catalanas, gane el "sí" o gane el "no", gana el mismo sistema económico y social que no crea avances para las condiciones económicas, sociales y de vida de los trabajadores. La lucha obrera no se encuentra en la lucha nacionalista. Si partimos de la idea de la fraternidad universal propia de la izquierda y de la lucha de los trabajadores, esta se entorpece creando nuevas fronteras que ponen trabas a unos trabajadores hermanos por el mero hecho de serlo. El nacionalismo se fija en los derechos del nacido en un lugar o del arraigado en ese lugar un par de generaciones, y de los que no, no, sólo porque no han nacido en el trozo de tierra donde alguien crea que por nacer ahí se tiene más derecho en esa tierra.
No se puede ignorar al millón de personas, según el diario británico The Guardian, que marcharon por las calles de Barcelona el pasado día 11 de septiembre, con motivo de la Diada, reclamando una independencia respecto a España. No se puede imponer ni un "sí" ni un "no", y quizá lo más inteligente hubiera sido dejar votar a las dos opciones y que cada parte potencie su opción con todos los medios de los que sea capaz de movilizar, una de las dos partes quedaría sin argumentos y se zanjaría la cuestión. Pero desde el mundo obrero lo que hay que dejar claro es algo de lo que no se ha hablado estos años: el problema social en Cataluña parte de un problema en el mundo del trabajo, en el mundo de la justicia social, en el mundo de los derechos ciudadanos, en el mundo de los servicios públicos, en el mundo donde se sienta una auténtica libertad. Uno de los grandes errores del gobierno popular de Rajoy desde diciembre de 2011 es haber creído que la mayoría absoluta que le duró de 2011 a 2015 le daba derecho a hacer cualquier cosa y después creer que tras 2015 la sigue teniendo aunque su gobierno actual sea en precario y con apoyos parlamentarios que podrían caerse con un soplido en el lugar adecuado. La táctica del PSOE de Zapatero contra el 15M en 2011, seguida y potenciada por el PP de Rajoy en años posteriores, esa táctica de ignorar a la calle, hacer las cosas porque sí, por el bien del pueblo pero sin el pueblo, como la reforma del artículo constitucional 135, o la innumerable tanda de recortes y reformas contrarias a lo que la calle decía, las familias decían, los profesionales decían, los trabajadores no profesionales decían, los estudiantes decían, etcétera, no dejaba más recorrido que el recorrido que vemos ahora. Cuando hay grupos sociales, entidades sociales, regiones enteras, que se sienten excluidos del sistema porque sus reivindicaciones no son atendidas (y recordemos que el PP ganó las elecciones de 2011 realizando innumerables promesas que después jamás cumplió e incluso hizo lo contrario, lo que le daba poder legal por ganar las elecciones, pero ilegítimo por no cumplir lo que prometió para ganar), cuando ocurre esa sensación de no tener rutas para obtener soluciones y mejoras en las propias vidas, la Historia está llena de que entonces se arrincona a los individuos, a las masas, hacia el camino de obtener esas mejoras por aquellos lugares que no se hubiera querido ir. Las represiones contra las manifestaciones y huelgas habidas entre 2011 y 2013 y la criminalización que hizo el gobierno de los que estuvimos ahí, fue brutal, hubo quien creyó que el surgimiento de Podemos en 2014 era la respuesta de esa búsqueda de otros caminos, los institucionales, ante las puertas cerradas, pero no, aquí vemos como una parte de España, Cataluña, encuentra esa ruta por la vía de la independencia se use o no las vías institucionales.
Si se hace memoria, buena memoria, y se recurre a libros de Historia y a hemeroteca, lo más actual del independentismo catalán surge cuando el gobierno popular de Aznar manipuló con su control todos los medios de comunicación que pudo y forzó una campaña para apoyar que en las escuelas catalanas se arrinconara el aprendizaje del catalán. Si vamos a los resultados de las elecciones municipales de 2003 encontraremos que fue entonces cuando ascendió de manera espectacular el número de gobiernos en manos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y no con Zapatero como han querido desvirtuar políticos, periodistas y algún mal historiador. Fue el momento en que casi toda Girona tenía municipios gobernados por ERC por primera vez y cuando en diciembre se formó el gobierno tripartito entre Partido Socialista de Cataluña (PSC), Ciutadans pel Canvi y ERC, y que duraría hasta 2006, y que se renovó sólo con PSC y ERC hasta 2010 como Gobierno del Entendimiento. Tenemos ahí que ese gobierno con socialdemócratas y republicanos nacionalistas coincidió con el gobierno central del PSOE en España, y que en esa época se inició un proyecto de aumentar la autonomía de Cataluña con la idea de una mayor colaboración económica de los catalanes para sostener solidariamente a las regiones más pobres de España, tal como marcan las leyes, las regiones más ricas aportan más para ayudar solidariamente a las más pobres para que todos disfrutemos de servicios sociales públicos. Viene de ahí que una parte de España desmemoriada achaque el origen de un nacionalismo catalán muy activo y despierto hoy día en el PSOE de Zapatero, olvidando que el foco estaba en las políticas poco favorables a los intereses educativos catalanes del último gobierno Aznar, pues fue con él con quien ascendió el nacionalismo y no con Zapatero. Zapatero heredó ese ascenso y lo tuvo que gestionar ofreciendo más autonomía. La crisis económica de 2008 y la decisión de un tribunal superior ante la denuncia del PP de esa autonomía nueva frenaron ese proyecto político que buscaba reequilibrarlo todo. Al subir al poder el PP de nuevo, ahora con Rajoy, a finales de 2011, ese proyecto de más autonomía quedó suspendido del todo y luego, al gestionar la crisis económica, se reunió a las comunidades autónomas para pedir a Madrid y a Cataluña más dinero para poder ayudar a autonomías muy empobrecidas, como Extremadura o Andalucía. Fue ahí cuando Cataluña pidió más transferencias de impuestos a Cataluña para poder hacer frente a su propia sociedad y necesidades, pues también tenían problemas con sus sistemas públicos. La negación del gobierno comenzó la campaña que se basó en "España nos roba" y de ahí a nuevas elecciones y nuevos resultados donde ahora el nacionalismo clásico de CiU se rompió y surgió este gobierno muy nacionalista de Junts pel Sí (antigua Convergencia reconvertida sin Unió), ERC y la Candidatura d'Unitat Popular (CUP). La negación permanente de cuestiones económicas y su gestión se unieron así a un sentimiento nacionalista que desde 2014 se ha ido renovando cada vez con más fuerza hasta este punto actual en el que el gobierno catalán pretende celebrar un referéndum para la independencia unilateral el 1 de octubre, sin permiso del gobierno de España ni sus tribunales. Y de fondo: los innumerables casos de corrupción de unos y otros políticos, partidos y empresarios, bancos incluidos, de uno y otro bando: nacionalista catalán y españolista. Una corrupción que se ha llevado tantos millones de euros que, si no hubieran sido robados ni malversados, hubieran podido cubrir buena parte de esas políticas sociales y sectores públicos como para que no existiera un malestar general en Cataluña tan amplio, ni en el resto de España tampoco. Se debiera clamar en las calles, sí, contra todos los ladrones, que han robado a la sociedad entera y han puesto en peligro a todos en estas horas donde nadie sabe exactamente qué ocurrirá el 1 de octubre, pues no hay nada descartado. Son ellos, los corruptos, los ladrones que robaron al pueblo, son ellos los sediciosos, los alborotadores, los que han atentado contra España, y es contra ellos contra los que se deberían dirigir todas las unidades policiales del orden que ahora mismo se dirigen contra Cataluña, y digo "contra", pues vistas algunas imágenes uno querría decir "a", pero sólo le sale decir "contra", pues eso aparenta según lo que se ve por ahí. Y así poca hermandad hay. No se hacen hermanos obligando a ser hermanos.
Sé que muchos independentistas creen que la independencia es un modo más de combatir las políticas realizadas como las reformas laborales y los recortes de derechos, como la ley mordaza, y los recortes en los servicios públicos, pero creo que se equivocan. PDCat (actual antigua Convergencia) y ERC son partidos burgueses, uno democristiano y otro de izquierda, pero no socialdemócrata. Y lo que han dejado caer, de lo poco que han dejado caer, en sus intenciones de nuevo Estado es querer mantenerse en la Unión Europea (UE), mantener sus empresas, políticas económicas, etcétera.... Las políticas sociales sólo las lleva la CUP íntegras y estos no son mayoría. Me temo que aunque muchos entienden la independencia como herramienta de lucha por la justicia social, creo que no han analizado que el nuevo Estado en todo caso se construiría sobre las mismas bases económicas que ya tienen. El sólo hecho de querer estar en la UE les obligaría de hecho a mantener políticas muy restrictivas con lo social.
Es
un debate constructivo el que deseo proponer, nunca lo contrario. Personalmente creo que el gobierno central está haciendo
pasos muy propios de una dictadura, como
por ejemplo que la policía quisiera registrar la sede de la CUP
sin orden judicial, por lo que tardaron seis horas en entrar, que se intervenga la correspondencia privada, que se entre en imprentas existiendo la libertad de imprenta por Constitución, que se haga por hechos consumados un estado de excepción que no se declara como tal por las vías legales en Cataluña interviniendo su economía, deteniendo cargos políticos e introduciendo una sobredimensionada cantidad de policías y guardias civiles que dejan al resto de España desatendida debidamente para que actúen a modo parecido a lo que haría el ejército en un estado de excepción legalmente declarado. Creo desde
el principio que se debería haber permitido el referéndum y que los que
sean partidarios del "No" que hubieran hecho campaña como los que lo hacen por el "Sí". Ahora mismo, tal como están las cosas, siguiendo ejemplos de la
Historia, España ya está sentenciada a vivir unos años de resquemores y
enrarecimientos que tarde o temprano desembocarán en algún
enfrentamiento muy serio. De todos modos, creo que ahora mismo lo que
habrá en breve serán muchas detenciones y una posible amnistía en 2018, si bien
esto no fuese a otra cosa peor el 1 de octubre. Los hechos de la noche donde la gente tomó las ciudades y rodearon cuarteles y sedes de gobierno impidiendo que salieran los guardias civiles son
importantes, y creo que significativos, la gente ya ha perdido el
respeto a la autoridad, como por ejemplo rompiendo sus coches y robando sus armas de dentro. La guardia civil ha dilapidado la imagen de servicio al ciudadano apolítico que les costó años volver a ganar, sobre todo desde 23F de 1981, la han dilapidado esta semana volviéndose a meter en
asuntos políticos por orden del gobierno, pero también es cierto que hubieran podido entrar
o salir de cualquier sitio cuando hubieran querido si hubieran aplicado la fuerza, y la tienen más
que suficiente, tienen armas, si no lo han hecho es porque el gobierno
central no quiere mártires que levanten a toda Cataluña y parte del
resto de España. Un asunto delicado de aquí al 1 de octubre y al 2 de
octubre.
En todo caso de lo que yo hablaba es de que hubiera preferido un levantamiento igual de fuerte reivindicando derechos laborales y sociales en toda España antes que asistir a lo de crear o no un Estado-nación, pero esto como todo es parte de lo que cada uno siente y opina. Yo me siento más cerca de una lucha obrera... pero hasta el comunicado al respecto del sindicato anarcosindicalista CNT dice que su postura ahora es defender el referéndum no por construir un Estado sino porque sienten que hay que defender un derecho y unas libertades de decidir que se han pisoteado. Y lo cierto es que tras las detenciones de cargos políticos catalanes la semana anterior han aumentado las personas que desean participar de un referéndum. Para decir "Sí" o "No" es otra cosa, pero ahora se trata ya de un derecho a decidir. Se ha pasado a lo visceral de un sentimiento, que el gobierno de España haya dejado que eso ocurriera nos hace ver lo corto de miras que ha sido el gobierno del PP en todo este proceso y que sigue siéndolo. El recurso a la fuerza y la prohibición ha sido un error gravísimo. Ya no se puede volver atrás, pero aún se podría tratar de hablar, de dialogar y de pactar un referéndum con garantías jurídicas en una fecha donde eso sea realmente posible, hoy por hoy no lo es. En ese sentido estoy totalmente de acuerdo con, y recomiendo leer a, Mauricio Basterra en su artículo "Y lo triste es que es histórico", publicado por el periódico mensual El Salto. Lo malo es que estamos a cinco días del 1 de octubre y todo diálogo de última hora se dibuja imposible por el mero hecho de que el gobierno de España se ha enclaustrado en un "No a todo", que hizo famoso la URSS cuando no quería aceptar ni un sólo punto de diálogo con sus oponentes, mientras la otra parte, el gobierno de Cataluña, parece decir que su referéndum es democrático y aceptarán el resultado, mientras a la vez tienen infinidad de frases y gestos que nos hacen pensar que el resultado independentista ya está decidido, y digo "decidido" y no "votado".
En todo caso de lo que yo hablaba es de que hubiera preferido un levantamiento igual de fuerte reivindicando derechos laborales y sociales en toda España antes que asistir a lo de crear o no un Estado-nación, pero esto como todo es parte de lo que cada uno siente y opina. Yo me siento más cerca de una lucha obrera... pero hasta el comunicado al respecto del sindicato anarcosindicalista CNT dice que su postura ahora es defender el referéndum no por construir un Estado sino porque sienten que hay que defender un derecho y unas libertades de decidir que se han pisoteado. Y lo cierto es que tras las detenciones de cargos políticos catalanes la semana anterior han aumentado las personas que desean participar de un referéndum. Para decir "Sí" o "No" es otra cosa, pero ahora se trata ya de un derecho a decidir. Se ha pasado a lo visceral de un sentimiento, que el gobierno de España haya dejado que eso ocurriera nos hace ver lo corto de miras que ha sido el gobierno del PP en todo este proceso y que sigue siéndolo. El recurso a la fuerza y la prohibición ha sido un error gravísimo. Ya no se puede volver atrás, pero aún se podría tratar de hablar, de dialogar y de pactar un referéndum con garantías jurídicas en una fecha donde eso sea realmente posible, hoy por hoy no lo es. En ese sentido estoy totalmente de acuerdo con, y recomiendo leer a, Mauricio Basterra en su artículo "Y lo triste es que es histórico", publicado por el periódico mensual El Salto. Lo malo es que estamos a cinco días del 1 de octubre y todo diálogo de última hora se dibuja imposible por el mero hecho de que el gobierno de España se ha enclaustrado en un "No a todo", que hizo famoso la URSS cuando no quería aceptar ni un sólo punto de diálogo con sus oponentes, mientras la otra parte, el gobierno de Cataluña, parece decir que su referéndum es democrático y aceptarán el resultado, mientras a la vez tienen infinidad de frases y gestos que nos hacen pensar que el resultado independentista ya está decidido, y digo "decidido" y no "votado".
No se puede hacer una política donde se pretende encarcelar a novecientos alcaldes y todos aquellos políticos y funcionarios que tengan algo que ver, por lejano que sea, con este referéndum, no se puede encarcelar a todos los que lo apoyen desde Internet o desde la prensa, no se puede encarcelar a todos los directores de centros escolares que se vean en la tesitura de entregar o no sus llaves, a los mossos de escuadra que duden en sus órdenes, a los ciudadanos que se acerquen a votar (que serán millones), a todos los estudiantes universitarios que se declaran en huelga y se sientan en sus rectorados, a los carteros, a los mensajeros, a los empresarios por los que pase por sus manos papeletas, urnas, carteles o lo que sea, más en el caso de los empresarios donde su negocio es el hacer dinero con su empresa y no Cataluña con su empresa, ¿o es que no amparaba Rajoy el libre mercado y el dejar hacer hasta hace media hora? Y no, con esto último no avalo las tesis del capitalismo, lo que indico es una contradicción de un sistema que sólo parece que se basa en los intereses de unos más que en las leyes de todos. En definitiva, no se puede meter en la cárcel a millones de personas, ni es recomendable formar novecientas intervenciones municipales a modo de gestoras para su gobierno mientras sus ediles estén en la cárcel. No se puede decir que no haya antecedentes, lo hubo, tras la represión del gobierno republicano de derechas contra los huelguistas de octubre de 1934. Intervinieron ayuntamientos, sindicatos, partidos de izquierdas, ateneos... todos a la cárcel. Media España en la cárcel. Las consecuencias antidemocráticas de eso a lo largo de 1935 es lo que llevó a España a lo que ya conocemos desde 1936. También acumular fuerzas del orden público en los puertos de Barcelona tiene antecedentes, los tuvo en mayo de 1937, también en otros momentos, y sus consecuencias represoras dieron por fruto el fracaso de la sociedad y su derrumbamientos a corto y medio plazo. Más le vale al gobierno ser dialogante, tener mano abierta, comprender lo desatado en Cataluña, permitir un referéndum con garantías, sea cual sea la postura de cada cual en esto... yo ya digo que preferiría hablar de derechos laborales y sociales más que nacionales, pero es cierto que aquí se han dado una serie de factores que nos llevan al engañoso punto donde hay que defender el referéndum como defensa de la libertad democrática, pese a que de fondo esto lleva a una nueva nación que nada tiene que ver con la libertad, pues esta empieza porque los trabajadores no dependan de la amenaza económica de empresarios, bancos y políticos. Y esa se da en España y en Cataluña. En España y en Madrid. En España y en Murcia. En España y donde se quiera decir.
Queda también reflexionar sobre un 2 de octubre en una hipotética independencia, más o menos dolorosa, con o sin capítulos conflictivos. Si pensamos un poco en los mapas presentados por los independentistas en sus carteles del Proceso, la Cataluña que piensan independiente incluye territores de Aragón limítrofes con Cataluña, los territorios completos de la Comunidad Autónoma de Valencia, las islas Baleares y los territorios franceses de Rosellón y Cerdeña que si bien estos territorios franceses durante una parte de la Edad Media y de la Edad Moderna fueron parte de Cataluña, hace siglos que no lo son. El resto fueron parte del Reino de Aragón, aunque faltaría la inclusión completa de Aragón. En realidad lo que reclaman son los territorios que ellos consideran de herencia catalana y que lucharon por una causa común a favor del candidato Austria por la corona española en detrimento del candidato Borbón, que ganó esa corona, en la Guerra de Sucesión de 1700-1715, que por otra parte es uno de los mitos fundacionales para el nacionalismo catalán, que celebran merced a ello la Diada cada 11 de septiembre. Por cierto que ese 11 de septiembre más la festividad de La Merced el 24 de septiembre son fiestas catalanas que han ayudado a mostrar concentraciones de gente que le ha venido bien a la causa nacionalista. Como sea, la inclusión de todos esos territorios como parte de una Cataluña independiente nos hace pensar que de lograrse esa independencia tendríamos un problema siempre pendiente con Cataluña a costa de un interés expansionista por territorios que considera suyos en España y Francia, sin interesarle mucho, parece ser, lo que la gente de estos lugares tengan qué decir al respecto, como ocurre con el Valle de Arán, que desde hace muchas décadas quieren ser un territorio considerado al margen de Cataluña y no lo logran.
No es alagüeño tampoco que personas de apariencia de ultraderecha, aunque parece ser que según la prensa al menos una era del PP, se reunan ante las puertas de un encuentro de Unidos Podemos en Zaragoza para cercarles y parece que para lincharles, pues al menos a una de las miembros del gobierno de Aragón la agredieron con una botella en la cabeza. Más vergonzoso es que la prensa como El País diga que estas personas eran personas que ondeaban banderas de España, pasando por alto que era más que eso. Los agresores ondeaban una ideología muy clara de España donde todos los que no piensan como ellos, en este caso esta parte de la izquierda, no son españoles, pues no los respetan. Recordemos que en 1936 hubo españoles de bandera ondeada que serían capaces de pegarle un tiro en la cabeza a su oponente ideológico y dirían que "es que no era español". Hay que reconocer una realidad, no sólo la guardia civil ha dilapidado su imagen democrática de servicio público al margen de la política al obedecer al gobierno interviniendo en Cataluña de una forma bastante política, la bandera de España, tan unida en muchas mentes a una determinada ideología, unos porque así la veneran y otros por cuarenta años de dictadura de Franco, también ha dilapidado parte de su paulatina aceptación más o menos por todos sobre todo gracias al deporte como algo que unía en ella. Este grupo agresor contra la izquierda que defiende un referéndum con garantías y a la vez defiende que Cataluña se quede en España, con más autonomía, con federalismo o con confederación, con la fórmula mejor para todos, pues esos agresores contra estos usaron la bandera y cánticos con ritmo de grada de fútbol proclamando su españolidad. Lanzaron una botella, y golpearon con ella, a un miembro del gobierno de España en Aragón, de Unidos Podemos, pero miembro del gobierno. La pasividad del gobierno central ante este hecho, gobierno en manos de los conservadores del PP, hace sospechar lo peor. Hoy partieron nuevos efectivos de policías y guardias civiles a Cataluña, a Barcelona. Salieron de toda España. En Córdoba esta policía recibió una arenga y una despedida con más banderas de España que podrían hacer sospechar que van contra Cataluña y contra la izquierda, no para mantener la paz y el orden si hubiera disturbios, y en otros puntos han ocurrido hechos similares. Hay guardias civiles que han partido rodeados de banderas de España, y ellos mismos las llevaban a la vista en sus coches en los parabrisas, mientras la gente gritaba: "a por ellos". No es de extrañar que el Ministerio del Interior se haya querido desligar de esto y pida que se evite, pero esa respuesta es tan tibia que hace pensar en pasividad y en que no existe garantías de seguridad ni para catalanes ni para los que somos de izquierdas. Se puede leer, por ejemplo en El Diario. Ahora bien, corear "soy español" y "a por ellos", animar con ello a policía y guardia civil y a la vez atacar a partidos de izquierdas (y yo que me he manifestado bastantes veces y sé que la policía, sean dos o sean diez, podría haber reaccionado antes de que se lanzara esa botella si hubieran querido y no lo hicieron, lo que vuelve a hacer parecer que hay pasividad), pues decía que corear esas consignas y a la vez en esos contextos, sólo hace pensar que hay una parte de la sociedad que con este asunto catalán piensa que existe un "nosotros" y un "ellos", y que "nosotros" debemos atacar a los "ellos", lo que en definitiva da la razón a los postulados independentistas de sometimiento y de fascismo rancio que huele a naftalina, mano en alto al estilo disimulado del siglo XXI.
El referéndum del 1 de octubre no tiene garantías jurídicas, y ya no porque lo permita o no lo permita el gobierno central o por lo que diga o no tal tribunal. Como decía algún abogado catalán, la legitimidad la da el pueblo, y la legitimidad internacional comenzará cuando haya países que lo reconozcan, y siempre hay novios y novias, véase por ejemplo el hipotético caso de Rusia. Geopolítica contra la UE, que se llama. Actos ilegales fueron por ejemplo las manifestaciones de Comisiones Obreras durante el franquismo, y nadie diría hoy día que no fueran justas sus reivindicaciones. La ley no tiene porqué ser justa ni acorde con el poder de la soberanía popular, reconocida en tantas constituciones del mundo. El referéndum no tiene garantías jurídicas ya no tampoco por no saberse nada de las urnas o de las papeletas aún. No las tiene porque no hay censo, y sin censo no se puede saber cuántos votantes hay, quienes pueden votar, dónde pueden votar, no se sabe si alguien vota o no vota, y si vota: cuántas veces vota, si votan los muertos o si votan personas inexistentes, o si votan quienes no vivan en Cataluña, o si votan personas sin uso de razón por enfermedad, accidente o edad, o si alguien vota en varios colegios o en varios municipios. Sin censo no hay garantías democráticas, también en las dictaduras se vota, votar no garantiza la democracia. La democracia se construye con el voto, pero el voto no es algo que se pueda hacer sin garantías, y esto en cualquier sistema que se vote democráticamente, sea parlamentario, asambleario o lo que sea. Tampoco tiene garantías jurídicas porque los designados para formar la Junta Electoral no admitieron el cargo, así que no hay Junta Electoral, y sin esta no se puede garantizar ni la fiabilidad de un censo, que ya hemos dicho que no existe, ni su uso, aunque no existe, ni que los resultados que se comuniquen desde los colegios electorales sean los reales y verdaderos, ni que controle que no haya pucherazos o irregularidades, etcétera. Sin Junta Electoral tampoco hay garantías democráticas del resultado. Tampoco parece democrático que se afirme que aunque voten dos personas en toda Cataluña, si estos votan "Sí", se procede a la independencia de esa toda Cataluña compuesta por millones de personas. No existe pues un concepto de mínimos proporcionales de participación exigibles.
Pero es cierto que los actos del gobierno central han transformado todo el asunto en una defensa de votar en el referéndum como defensa de las libertades sociales en Cataluña, y no tanto en la defensa del nacionalismo para crear un Estado-nación. Insisto, se debiera permitir el referéndum, pero uno nuevo, acordado, pactado, con garantías jurídicas y dejando la puerta abierta a uniones federales o confederales si ganara el "sí", o incluso de más autonomía si ganara el "no". Un referéndum donde ambas partes hagan campaña. Pero claro, la propia Constitución española contiene el artículo que habla de la indivisibilidad del Estado, por lo que todo es más complejo de lo que se piensa en lo jurídico. En los acontecimientos sociales y políticos es otra cosa. Siguiendo el camino que seguimos me hace pensar que vamos a la confrontación enquistada que ya estallará a corto o a medio plazo, y lo peor es que viendo determinadas actitudes de una parte de la sociedad, puede que de rebote hay quienes diciendo "España", estén diciendo en realidad: "España de derechas, nosotros, y antiespañoles todos los demás, los de izquierdas y los nacionalistas, ellos". Y me temo que en esa "España" no sé si quedarán cunetas libres del pasado para caber todos los "ellos" a mirar pasar el paso de aquellos.
Bueno, de todos modos, compañeros, lo
nuestro (lo vuestro y lo mío) sabéis que es una historia de amor con cerveza
y libertad de decirnos nuestras opiniones con franqueza a sabiendas de que no
hay conflicto entre nos.
A mí lo que me preocupa más ahora mismo no es este asunto, aunque este asunto sea importante. En mi día a día existe el desempleo sin ingresos.