viernes, junio 23, 2017

NOTICIA 1715ª DESDE EL BAR: VILLAFELIZ O EL PARAÍSO PERDIDO, UN PRELUDIO DE DISTOPÍA EN 1910 (3 de 3, final)

 Llegamos a la tercera y última entrega sobre el preludio de distopía que escribió Francisco García Cuevas en Alcalá de Henares, en 1910, antes de que el género quedar definitivamente inventado y fijado por Zamiatin en 1920. García Cuevas tiene mucho del regenaracionismo de su época, reminiscencias de los artículos de costumbres de Mariano José de Larra, de insulto político y de extremismo católico mezclado con extremismo de ideologías de derechas monárquicas. En todo caso, como se ha dicho y se dirá, al escribir un mundo caótico por haber triunfado en un pueblo las ideas republicanas, socialistas y feministas de la época, contiene en su sátira e insulto un cierto aire de distopía que no llega a serlo, pues no parte de un mundo ideal degenerado, si no de una crítica feroz contra las ideas del adversario político. En todo caso, antes de poneros el deselance, os anoto las referencias bibliográficas donde podréis encontrarlo o citarlo:

Para la investigación sobre los corregidores alcalaínos en el siglo XVIII que reproduje en la Noticia 1712ª, su referencia bibliográfica es: Varios autores, Libro de Actas del XV Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, 2016, ed. Institución de Estudios Complutenses, Alcalá de Henares-Guadalajara, 2016. Y en concreto mi investigación es: Daniel López-Serrano Páez, "Los corregidores de Alcalá de Henares en el siglo XVIII", pp. 153-160. 

Igualmente, para la investigación que nos ocupa sobre un preludio de distopía en Alcalá de Henares, que se puede leer en esta bitácora en la Noticia 1713ª, en Noticia 1714ª y en el desenlace en esta Noticia 1715ª, su referencia bibliográfica es también: Varios autores, Libro de Actas del XV Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, 2016, ed. Institución de Estudios Complutenses, Alcalá de Henares-Guadalajara, 2016. Y en concreto mi investigación es: Daniel López-Serrano Páez, "Villafeliz o el paraíso perdido, un preludio de distopía en 1910", pp. 269-283.

Sin más, os dejo con el final de esta investigación.

VILLAFELIZ O EL PARAÍSO PERDIDO, UN PRELUDIO DE DISTOPÍA EN 1910 (parte 3 de 3, final)
Daniel López-Serrano Páez
Licenciado en Historia
17 de febrero de 2016



FRANCISCO GARCÍA CUEVAS, “EL AMIGO DEL PUEBLO”.

La imprenta de El Amigo del Pueblo donde se imprimió Villafeliz o el paraíso perdido, mencionada en el comienzo de este ensayo, era la imprenta del periódico complutense de mismo nombre. El lugar donde se ubicaba era el mismo número 37 de la Plaza de Cervantes de Alcalá de Henares donde se indicaba que se vendía la novela, esto es el comercio La Bola de Oro. Su inicio fue en junio de 1905, publicó semanalmente un ejemplar hasta editar doscientos cincuenta y finalizar su existencia en 1909 [22], justo el año en el que García Cuevas inicia la escritura de su libro, al menos en una primera etapa, pues el periódico perduró hasta casi la guerra civil [23]. Este periódico seguía la vía abierta por el canónigo doctoral de la Iglesia Magistral Victor Marín, nombrado en 1902, quien junto al felipense Francisco María Arabio Urrutia, habían hablado de la necesidad de contrarrestar el avance de las ideas republicanas y socialistas entre los alcalaínos. El director del periódico fue el propio Francisco García Cuevas, y al morir él en 1913 le sucedió Félix Yuste. El periódico se creó explícitamente para la defensa de la moral y el ideal católico, enseñar a los patronos y obreros con el catecismo sus deberes y derechos recíprocos siguiendo sólo los preceptos cristianos y dando preferencia a las noticias locales de Alcalá [24]. El periódico pertenecía a la Asociación de la Buena Prensa, surgida en Sevilla en 1899 precisamente con las mismas finalidades católicas para contrarrestar a las ideas que el liberalismo y el socialismo abrían en las mentes de los trabajadores. Con este objeto la suscripción trimestral era de una peseta, aunque para los trabajadores asalariados era de veinte céntimos al mes, lo que facilitaba la adquisición por parte de las personas más humildes de la sociedad.

El periódico a la vez fue usado como respuesta contra otros periódicos como El Liberal, republicano y anticlerical, o El Motín, anticlerical, ambos mencionados en la novela como periódicos que leían los habitantes de Villafeliz.

En 1906 había informado profusamente sobre el atentado de la Calle Mayor de Madrid, aquel en el que el anarquista Mateo Morral lanzó una bomba contra el rey Alfonso XIII y su esposa, errando su objetivo pero matando igualmente a varias personas. El Amigo del Pueblo hizo una campaña extensa sobre el anarquismo como secta criminal y dando veracidad a algunas informaciones policiales que no eran exactamente ciertas. Aunque periódicos como El Motín, cercano a los librepensadores y libertarios, condenaron el atentado, El Amigo del Pueblo midió a todos por la misma medida de asesinos. Más aún, se apuntó a la teoría conservadora que incriminaba la enseñanza laica de Ferrer Guardia, anarquista también, pese a que este era inocente. Fue fusilado a pesar de que internacionalmente se denunció su utilización política en el caso. Es precisamente este tipo de acciones los que García Cuevas generaliza en su novela como forma normal de actuar de aquellos que tienen ideas socialistas, no faltando un episodio donde se produce un atentado con bomba contra el ayuntamiento de Villafeliz durante una huelga a la que la prensa que el autor critica, escribe él con sorna, la llaman pacífica.

También la manifestación pública y la resistencia a leyes injustas le producen rechazo al periódico, se escribió en 1909 muy profusamente contra los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, sin dar nunca ninguna razón explicativa de porqué la sociedad catalana estaba en la calles, o sea: por negarse a participar de la Guerra del Rif, principalmente. Igualmente denunció todo acto violento o anticlerical de los barceloneses, a pesar de que algunos de esos actos eran de resistencia y defensa, pero aplaudió y calló la dura represión del ejército contra ciudadanos muy inferiormente armados o directamente desarmados. Del mismo modo que no criticó las duras represalias posteriores a los sucesos. Como sea, estos episodios sin duda debieron servirle de referente también para su novela de Villafeliz y los disturbios que describe en ella, ya que además la escribió en el mismo año de aquellos hechos.

En este sentido, incluso los mítines liberales y republicanos le resulta denunciable, de hecho en 1907 llega a escribir contra un mitin que considera anticlerical y donde habían participado varias personalidades del republicanismo. También los mítines especialmente anticlericales serán duramente criticados con sarcasmo en la novela. Dibuja a los personajes como personas sin ideas claras del significado de la Iglesia y la religión, sin querer reflexionar autocráticamente nunca con el papel de la Iglesia como poder terrenal en la vida de las personas, especialmente en la de los trabajadores, ni tampoco sin tratar de comprender ni de refutar las ideas de aquellos que no tenían creencias religiosas. 

Si bien la educación ya se ha mencionado que fue duramente criticada con motivo del atentado de la Calle Mayor en 1906, en 1908, con un artículo titulado “Una escuela sin Dios”, comenzó una campaña contra la escuela El Porvenir de la Infancia, situada en la calle Escritorios. Se trataba de una escuela privada de carácter laico que ofrecía la posibilidad optativa de estudiar la asignatura de religión a petición de los padres, e incluso de estudiar religiones diferentes a la católica, si bien no exactamente del todo desde el catecismo, sino la religión en sí. Todo ello estaba cercano a las ideas de la Institución Libre de Enseñanza. Cumplía con las leyes educativas aprobadas por Alfonso XIII. El dueño de la escuela, Francisco Pardinas, llegó a contestar por carta al periódico, la cual fue publicada, pero eso no evitó que le acusarán permanentemente de sectario peligroso que manipulaba a los niños, ateo, seguidor de ideas filosóficas peligrosas y demás calificativos [25]. Estas acusaciones persiguieron a dicho director de la escuela muchas décadas, incluso después de muerto García Cuevas en 1913, pues Francisco Pardinas fue perseguido y represaliado, impidiéndole desempeñar su oficio de maestro y prácticamente muerto en la pobreza extrema tras la guerra civil y la entrada de las tropas de Franco en Alcalá en 1939. Evitó cosas peores contra su persona al contar con un hijo de Falange [26]. No es de extrañar que uno de los personajes de Villafeliz señalado como el más pernicioso de todos los que leían la prensa liberal y socialista fuese el maestro del pueblo. No obstante, en el imaginario general de la sociedad conservadora de la primera mitad del siglo XX español esto debió ser un tópico creído a pies juntillas, pues en las leyes de depuración de la enseñanza que el franquismo comenzó a elaborar en la guerra civil se señalaba a los maestros como principales culpables de la guerra por enseñar ideas ateas, disolventes, extranjeras, socialistas, etcétera, un etcétera tan laxo que hasta enseñar la teoría científica de la evolución de las especies vivas se consideraba un atropello contra la idea religiosa de la creación de Dios.

Como se ve, en la novela todo personaje que aparece y todo suceso que se narra no son gratuitos. Francisco García Cuevas estaba en contacto con todas las noticias al respecto que se daban en España y en Alcalá de Henares, donde además había un nutrido haber de asociaciones republicanas y obreras, ateneos obreros y tendría hasta una Casa del Pueblo que sería inaugurada por el PSOE local en 1911, con un discurso inaugural de un joven Manuel Azaña que por entonces hacía sus inicios como periodista liberal y republicano de la localidad. No es de extrañar que cuando llevó las cuartillas a la imprenta y los impresores las leyeran levantara rumores contra él incluso antes de publicar, como indicaba el epílogo que le dio en 1909 García Cuevas.

CONCLUSIONES

El género distópico fue asentado como tal como un género literario donde los mundos ideales utópicos se transformaban en contrarios a lo ideal si se trataban de llevar a cabo por métodos y medios que coartaban y limitaban las libertades de los individuos. Ese asentamiento se produce en 1920-1921 por un escritor ruso llamado Yevgueni Zamiatin. La ciencia ficción europea y las utopías europeas llevaban presentando ocasionalmente algunos rasgos que lo preludiaban desde las últimas décadas del siglo XIX, como puede ser en varias de las historias del británico H. G. Wells desde justo el final de aquel siglo. A pesar de que en España la ciencia ficción no era un género apreciado por las altas elites intelectuales, aquí hubo algunos acercamientos desde la década de 1880 en unos pocos relatos de Nilo María Fabra.  Esos relatos guardan algunas relaciones con la obra Villafeliz o el paraíso perdido, novela de corta difusión escrita en Alcalá de Henares por Francisco García Cuevas entre 1909 y 1910. Sólo tuvo una edición. Esa novela, sin llegar a ser exactamente una distopía, es uno de los preludios de la que será la primera distopía propiamente dicha, Nosotros.

Villafeliz o el paraíso perdido presenta como caos un pueblecito ficticio que aplica las políticas y formas sociales que defendían los partidarios del liberalismo, el republicanismo y el socialismo, así como del feminismo. Está inserta en la corriente sarcástica de crítica política y social que ya se lee en Mariano José de Larra en las primeras décadas del siglo XIX, pero sobre todo está inserta en el regeneracionismo político que despertó en España a raíz de los desastres bélicos de 1898. El autor le infunda sus ideas de catolicismo social, conservadurismo y monarquismo.

En la novela se puede rastrear una serie de críticas que podrían ocultar personajes y sucesos de la vida alcalaína y nacional. Francisco García Cuevas era un periodista que dirigía un semanario local llamado El Amigo del Pueblo. Desde sus páginas atacaba a toda la prensa e ideologías anticlericales, liberales, republicanas y socialistas, especialmente contrario al anarquismo. A través de sus artículos se pueden rastrear varios asuntos que son objeto de crítica en la novela a través de los sucesos ficticios de sus personajes. Estos asuntos son tales como el uso de la violencia en atentados como el de la Calle Mayor de Madrid en 1906, por Mateo Morral, la crítica feroz contra la enseñanza de las escuelas no acogidas al catecismo, ya fuese contra Ferrer Guardia en Barcelona o contra Francisco Pardinas en Alcalá de Henares, las huelgas de trabajadores, o los movimientos revolucionarios como los sucesos de la Semana Trágica en Barcelona en 1909.

El panorama político y social de Alcalá de Henares pudieron influenciar también en la inspiración del autor. El ascenso de los socialistas en la ciudad con un mayor número de asociaciones, publicaciones propias, centros de reunión, huelgas y hasta con un concejal en el ayuntamiento, hicieron que los católicos reaccionaran con la fundación del periódico mencionado, donde persiguen desde sus letras a todos los que les son contrarios, y con la fundación del Centro de Acción Social, posterior Mutual Obrera Complutense, posterior Mutual Complutense. En esas acciones del catolicismo social alcalaíno estaba activo Francisco García Cuevas, quien moriría en 1913.

Su obra, como preludio de novela distópica es muy cercana a la distopía. Sin duda, aunque la calidad literaria no alcance grandes dotes debido al obstinado lenguaje sarcástico e insultante hasta el punto de parecer un libro de apología del conservadurismo más que una novela, se podría considerar la primera aproximación seria a este género en España que contaría en el futuro del siglo XX no sólo a escritores como Yevgueni Zamiatin, sino también a nombres como Aldous Huxley, Karel Çapek, George Orwell, Ayn Rand, Ray Bradbury, William Golding, Phillip K. Dick o William Gibson, entre otros muchos.

[22] Julián VADILLO MUÑOZ, “Prensa y política. El caso de El Amigo del Pueblo de Alcalá de Henares”, en Libro de actas del IX encuentro de historiadores del Valle del Henares, Institución de Estudios Complutenses, Guadalajara, 2004, pp. 325-344.
[23] Op. cit. en nota 16, p. 171.
[24] Ídem.
[25] Para todas las referencias de noticias publicadas en El Amigo del Pueblo: op, cit. en nota 22; también en op. cit. nota 16.
[26] Daniel LÓPEZ-SERRANO PÁEZ, “La documentación y la Historia reciente: la depuración de maestros de Alcalá de Henares entre 1939 y 1941, un ejemplo práctico de la importancia del Archivo General de la Administración (AGA) para la memoria”, en La educación en España, educación y archivos. XI jornadas de Castilla-La Mancha sobre la investigación en archivos, Actas 2013, ed. Asociación de Amigos del Archivo Histórico-Provincial de Guadalajara, Guadalajara, 2015, pp. 495-520. Electrónicamente en: http://www.s354988462.mialojamiento.es/archivo-guadalajara/actas-XI-jornadas/?utm_source=hootsuite#495/z

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