domingo, febrero 07, 2016

NOTICIA 1563ª DESDE EL BAR: EL HOMBRE INVISIBLE


Ayer os hablaba de uno de mis viajes usando la máquina del tiempo (Noticia 1562ª). Hoy os digo que para este Carnaval estuve experimentando con algunos químicos y di con la fórmula de la invisibilidad. La misma fórmula de la que nos habló H. G. Wells en su novela publicada por entregas en 1897, El hombre invisible, que James Whale llevó al cine por primera vez en 1933. Yo no aproveché mi invisibilidad para robar, si no más bien para beber del grifo de los bares, como no me veían los dueños eso es algo que no saben. Como llevaba unas vendas la gente se ahorró la visión de ver como el líquido caía por mi garganta directo a ser digerido, aunque creo que una vez que ingieres en realidad no se ve nada de lo que entra en ti. Fue una noche fría y llena de todo tipo de personajes salidos de todos los lugares. Hasta me crucé con Popeye y Olivia, e incluso con la mismísima Sota de Copas salida de su naipe. Un par de esqueletos servían la bebida en el Flamingo, dignos camareros al servicio de Don Carnal, antes de la Cuaresma. 



Toda la noche invisible de un lado a otro. Hubo quien viéndome vendado con el abrigo grueso y el gorro me llamó el hombre sin sombra, pero yo si recuerdo tener sombra. De acuerdo que en el año 2000 Paul Verhoeven hiciera una nueva versión cinematográfica llamada así, El hombre sin sombra, pero era una adaptación inefable y digna del olvido donde además el hombre invisible era degradado de ladrón perturbado a vil violador y asesino. Aquella película, que despreciaba la historia original ideada por H. G. Wells, sólo ofrecía el uso de los efectos especiales por ordenador como único gancho al espectador. Poca o nada cosa. La historia es fuerte en sí misma, y es la historia donde reside el atractivo del personaje, como supo ver James Whale. El hombre invisible es uno de los personajes del cine de terror y de la ciencia ficción que de niño me atraía. Personalmente no me daba gran miedo de entre todos los personajes clásicos del terror salidos en los años 1910 a 1930 entre Hollywood, la Hammer o las producciones alemanas.  Sin embargo, curiosamente una gran cantidad de gente decía que el disfraz les producía malestar o había chicas que al verme de golpe en la calle chillaban. Para mí era algo incomprensible, de entre la momia, Drácula, Frankenstein, el hombre lobo, la cosa del pantano, Orlac, el hombre de la visión de rayos X y demás, el hombre invisible era un mero ladrón venido a asesino vía el alma atormentada de aquella persona por los efectos secundarios de la fórmula química de la invisibilidad. El hombre invisible hacía el mal sólo cuando sabía que no le veían, lo que hace que Wells dote a su relato de todo un mensaje. Más aún, una vez más en su obra muestra como los posibles avances de la Ciencia pudieran tener consecuencias no deseadas si se aplican al margen de los valores humanos más nobles. Al margen de eso, lo más entrañable de anoche fue un hombre mayor en la Calle Mayor que me pidió hacerse una foto conmigo, en un acceso de un portal en sombras que parecía en ruinas.
 
 


 


Y por cuarto año consecutivo de Carnaval, no podía ser menos que mi compinche de disfraz fuese esta pirata. Este año, cada uno su personaje por separado. He tenido otras fiestas de disfraces antes de estos cuatro años consecutivos, pero siempre es divertido tener una, uno, unas o unos, compañeros de disfraces. Para esto son estas fiestas, para poder compartirlas. Y entre la compinche y las viejas amistades del Flamingo Rock Bar, Carnaval siempre es una cita en el calendarío que me da cierta alegría. No obstante aquí la pirata, hace cuatro años, en una fiesta temática de disfraces de superhéroes, ella se disfrazó de Sue Storm, la mujer invisible del grupo de superhéroes Los Cuatro Fantásticos. Cuatro años más tarde soy yo el hombre invisible, y si bien este no hacía el bien como Sue Storm, fue divertido.



















Mujeres pirata hubo varias, en especial entre los siglos XVII y XVIII. Ella se basó en algunas de las que existieron de verdad a través de imágenes de grabados de la época, más una combinación de fotografías de películas del tipo La isla de las cabezas cortadas (Renny Harlin, 1995) y Piratas del Caribe (Gore Verbinski, 2003). Ambas, por cierto, yo las vi en el cine cuando las estrenaron. Y pirata, lo que es pirata, nos lo pasamos pirata junto a la Sota de Copas, el californiano, un par de esqueletos, y unos cuantos más mientras nos rodeaban cruzados, Bola de Dragón y una legión enorme de otros piratas mujer. 

Pero la fórmula de la invisibilidad en mi caso, aún no tiene efectos permanentes como le pasaba al personaje de Wells, y al amanecer yo ya no necesitaba las vendas. Saludos y que la cerveza os acompañe.
 
Otros disfraces:
Noticia 544ª: Halloween. Noticia 584ª: En un mundo paralelo. Noticia 906ª: De disfraz en disfraz. Noticia 1051ª: La noche de los superhéroes. Noticia 1187ª: De entre el fuego. Noticia 1327ª: Fuimos quienes fuimos. Noticia 1460ª: Actor de La Barraca. Noticia 1535ª: No estaba muerto, estaba de parranda. Noticia 1562ª: Viajero del tiempo.






Fotografía del hombre invisible bebiendo una cerveza por Jimmy Díaz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario