"Trayendo el Cine al pueblo y el pueblo al Cine", este es el lema de uno de los festivales europeos de cine independiente que desde hace unos pocos años se viene celebrando todos los veranos en Amantea, allá en Italia. Se trata de La Guarimba (The Guarimba International Film Festival), cuyo subnombre subraya: "About the resistence", o sea: "Acerca de la resistencia". ¿A qué resistencia se refieren? Obviamente a la del Cine, pero no en torno a esas polémicas actuales en España acerca del porcentaje que ha de tener el impuesto del valor añadido (IVA) de la Unión Europea en las entradas de las salas comerciales, si no, atándolo con su lema que proclama traer el cine al pueblo y al pueblo al cine, se trata de la resistencia de estos cineastas por intentar conservar la esencia originaria del cinematógrafo allá a caballo entre el final del siglo XIX y comienzos del XX. En otras palabras: la resistencia de que sus creadores siguen un espíritu entre lo que es espectáculo y lo que es Arte, pero siempre ligado a no estar atados a unos criterios preestablecidos de qué se ha de hacer cinematográficamente según las grandes empresas comerciales que se dedican a hacer o distribuir cine. En ese mismo sentido, sacan el cine a la calle y lo exhiben allí, en el pueblecito de Amantea, el mes de agosto, tras un año entero de trabajo seleccionando las películas y cortometrajes que se van a exhibir. Lo que era en los comienzos y hasta no hace mucho lo normal en este mundillo del Séptimo Arte, otra cosa es cuando las grandes empresas distribuidoras de cine pusieron muchos reparos legales a que eso continuara, sobre todo a partir de los años 1990, aunque, por ejemplo en Alcalá de Henares, se pudo disfrutar de cine de verano gratuito en la Plaza de Cervantes durante el periodo de gobierno PSOE-IU de 1999-2003.
Sería cosa hablar ahora de cómo era ese cine inicial que se extendió a lo largo de casi todo el siglo XX, mientras los grandes empresarios de grandes salas trataron (victoriosamente) de imponer sus criterios, o bien podríamos hablar de esa vieja polémica que existe desde el comienzo del Cine sobre si ha de ser Arte o Espectáculo o ambas. Podríamos meternos en vericuetos muy variados de todo tipo de debates que han habido, hay y habrá sobre el tema, en un mundo donde las pantallas portátiles fueron sustituídas por grandes teatros, estos por salas profesionalizadas, estos por multisalas de pantallas de menor dimensión, estos por multisalas de enormes dimensiones y estos... o vuelven al cine de gran salón o compiten con Internet u, otra ruta excéntrica, presionan para que se hagan películas de grandes efectos especiales porque, según ellos, es lo que la gente quiere ver. Hay que meter una objección. La gente paga por las películas espectáculo y reserva el resto de películas para verlas en su casa por el mero hecho del elevado precio de las entradas y lo que cada uno considera que merecerá más la pena pagando precios que ya se aproximan a los 10 euros. Una entrada de cine es ahora de unos 8 euros o de 9 euros, son lo que antes eran unas 1.500 pesetas o 1.600, cuando antes del euro, yo aún conservo esas entradas, el cine era apenas de 500 a 600 pesetas, menos de seis euros, y el día del espectador unas 300 pesetas, lo que viene ser un euro y pico. "Pero es que la vida ha subido", dicen los empresarios, sí pero no, digo yo. Han subido los precios, pero los sueldos, en España, no han subido. He ahí el problema. Los experimentos que se han venido realizando los dos últimos años acerca de aplicar un día en el que el IVA apenas afecta a las entradas, las salas se han colapsado de gente, como en otras épocas, daba igual si la película era o no de efectos especiales. El problema no es la temática, es el precio de la entrada. Hay poco dinero, las entradas son caras, la gente selecciona por esa razón. Bajen las entradas y verán si se llenan o no las salas. Popularicen el cine. Hoy por hoy eso sólo están dispuesto a hacerlo festivales de cine como La Guarimba de Amantea o el propio Alcine de Alcalá de Henares.
La Guarimba pudo haberse celebrado en España, pero se eligió Italia. Parte de sus componentes son precisamente dos alcalaínos que conforman el equipo de El Tornillo de Klaus, Alicia Victoria Palacios Thomas y Pablo Cristóbal, creo que a veces algún otro, todos viejos conocidos de esta bitácora y de quien os escribe ahora mismo. En su camino no están solos, puesto que son un equipo amplio de personas, donde destacan Giulio Vita y Sara Fratini, principales activos de esta iniciativa. Se puede consultar quien es quien en la propia página del festival, donde además, si se tiene pase de prensa, se podrán ver los cortometrajes que se presentan este año, al menos hasta el mes de agosto, que se exhibirán en la pantalla grande del festival. Se puede consultar todo por aquí con ese pase de prensa. Pero también se puede ver la selección de cortometrajes, pero no los cortometrajes, en este otro lugar, parte de ellos estarán disponibles en Filmin, por un euro, para poder mantener en pie el proyecto.
No hace mucho, quizá hará un mes, el director de cine José Luis Garci declaró en una entrevista que el Cine estaba en crisis, pero no por todo esto del IVA, si no que lo llevaba al mismo plano que lo llevan los de La Guarimba, está en crisis, decía, por un cambio de cultura social donde, por ejemplo, incluso en las Universidades, ni siquiera se dice ya Cine, si no que se refieren a él como Medios Audiovisuales, lo que es un término muy diferente, pues una cosa es el propio medio Cine y lo que implica en su formato y proyección y forma de disfrute, y otra cosa es un Medio Audiovisual, que puede ser desde un cine, a una televisión, a un ordenador o a un teléfono móvil con capacidad de mostrar imágenes en movimiento y sonido. Todo eso implica modos diferentes de entender y de vivir el Cine. Se abren aquí innumerables debates sobre lo que es y lo que no es cine, sobre lo apto y lo no apto, y demás. Yo, como Garci, me declaro de la vieja escuela, a pesar de que todos, ya por dinero o por otro motivo, recurramos a pantallas que no son las que reciben imágenes de un proyector... Pero, incluso en nuestras casas, ¿acaso no están aumentando las ventas de proyectores de imágenes para uso casero? Sí lo está haciendo, eso es significativo. No es mi intención hoy hacer un análisis social, ni económico, ni histórico de todos estos temas que, sin duda, abren numerosas puertas a numerosos debates y reflexiones que llevados a su extremo tocan todos y cada uno de los aspectos que componen la vida occidental moderna. Un mundo que cambia rápido. Tengo la impresión de que Garci, un hombre que declaró en Alcalá haber votado siempre a las películas candidatas a los Oscar hasta que el voto comenzó a ser por teléfono y mediante una voz de una máquina, se sentiría cómodo al menos en la idea del festival La Guarimba.
“La Guarimba quiere recuperar el cine como espacio
colectivo, como actividad social y popular. Por ello, reabrimos salas que han
cerrado o montamos un cine donde ya no lo hay. Allá donde vamos promovemos el
acceso gratuito a la cultura fílmica, ofreciendo cortometrajes y documentales
extraordinarios; obras con espíritu crítico y miradas sobre el mundo alejadas
del conformismo."
Antes de que yo escribiera este artículo, otro de los grandes amantes del Cine que escriben por Alcalá y Madrid, Miguel Martín Maestro, escribía la semana pasada en su bitácora Nos Hacemos un Cine sobre el carácter social y popular de La Guarimba. Allí se nos explica como incluso esta asociación ha llegado a reparar novecientas treinta y ocho localidades de una sala de cine de Calabria, la intención es ir restaurando otros cines, al menos hay una restaurada con seguridad, según me comentó personalmente Pablo Cristóbal. Sacan el cine a la calle y llevan la calle al cine. Combinan con Internet, extienden el ideal de la cooperativa cultural y la solidaridad. El artículo merece la pena. Claro que el propio equipo de El Tornillo de Klaus también ha explicado el proyecto La Guarimba desde el punto de vista de quienes crean y participan de tal festival, en un documental llamado "About the Resistence (work in progress)". Interesante de ver. Esas dos referencias nos bastan para conocer mejor de qué trata el festival. Luego, podemos ir a la referencia anterior que os di y, con pase, ver los cortometrajes que se proyectarían este mes de agosto, al otro lado del Mediterráneo Occidental.
El cine ha solido ser un fenómeno de masas que nos socializaba extrañamente realizando el acto íntimo de asumir en nuestra cabeza una historia audiovisual que se nos muestra. Desde un acto individual nos socializábamos asistiendo a hacer esa asunción normalmente con otras personas. Los cines sacados a las calles eran aún algo más que eso, formando conciencia colectiva de sociedad, aquí y ahora. La Guarimba recuerda, añora y hace el ejercicio de resistencia de permanecer en transmitir ese modo social de la Cultura.
Las mascotas del festival son tres monos, tres monos realmente muy trabajadores. Invitados quedáis todos a conocer el festival, sea "On Line", de un modo u otro de los posibles, o bien sea, quien tenga dinero, yendo a Amantea, pero sobre todo quedáis invitados a recoger el guante de la propuesta fundamental: quedad despiertos, el cine requiere de toda vuestra percepción, pues también el cine requiere de saber percibiros, y de ese modo, comienza un diálogo íntimo entre espectador y pantalla que puede producir efectos muy saludables para uno mismo y quien lo comparta.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
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