Ya hablé de ello en noviembre del año pasado. Ahora vamos concretando el asunto. La última vez que leí poemas en público fue dentro de un cabaret-fiesta ofrecido por el fotógrafo Ricardo Heart en el bar La Vaca Flaca en junio de 2007, y como espectáculo propio lo hice junto a Alberto Cordero en el Flamingo Rock Bar en diciembre de 2006. Antes hubo otros recitales en otros lugares: bares, facultades, bibliotecas... sea como parte de festivales, jornadas o (lo más habitual) iniciativas propias, pero desde aquel junio de 2007 no había vuelto a leer personalmente en público.
La primera vez que recité fue en 2002 ó 2003, creo recordar (debería mirarlo en mis diarios para asegurarlo pero estoy perezoso para levantarme a buscar la fecha exacta). Fue en el Festival de la Palabra de la facultad de Filosofía y Letras. En 2002, previamente, había recitado unos poemas ganadores en un concurso más o menos importante. Había numerosos actos culturales, uno de ellos estaba organizado por el catedrático y escritor Emilio Sola. Varios alumnos y profesores leíamos composiciones propias de manera voluntaria desde el balcón de la escalera central, unos dos o tres poemas cada uno, por turnos. Emilio repartió sombreros de papel hechos con periódicos y de fondo se colocó una pantalla de cine con películas pornográficas de los años 1920', mudas Yo salí a leer con una cerveza en la mano y todos en general teníamos humo de marihuana en el cuerpo de unos amigos cubanos de aquel catedrático que tocaban música percusiva en una sala donde había una especie de juego entre lo metafísico y lo literario. Era un ambiente muy de cultura contracultural. La segunda vez fue en el mismo ambiente al año siguiente, 2003 ó 2004, pero en esas fechas o iba a estallar la guerra contra Irak o estaba ya en marcha, así que la lectura que realicé fueron poemas contra la guerra, cosa que no se esperaba por parte de la Universidad. Hay fotos mías en sus álbumes de Historia de la facultad.
La tercera vez, en 2005 fue en una biblioteca municipal de Madrid capital (la Mingote) con Alberto Cordero, tercera parte contratante de La Botella Vacía. Introdujimos cerveza de manera oculta y leímos mientras bebíamos, aunque ya estábamos borrachos. Acabaron echándonos y continuamos la lectura en un bar con el público, le gustaba tanto el espectáculo que pidieron ellos acabarlo en algún sitio, en este caso un bar. La cuarta vez fue con el mismo acompañante en La Vaca Flaca, subidos a la mesa de billar que había, con un gorro de gendarme francés y un casco militar de la Segunda Guerra Mundial, NAZI, en la cabeza y el pecho descubierto, sólo con chaquetas de Telepizza que nos lanzaron desde el público, en 2006. La quinta vez fue ese año en el Flamingo, repetimos los dos y añadimos a Luís Abad acompañándonos con improvisaciones a la guitarra española. Creo recordar que uso bases de rock clásico tocadas en acústico con variaciones, fundamentalmente. Fue un caos. La sexta y última vez fue en La Vaca Flaca en 2007, regresé a la lectura en solitario dentro de un espectáculo de vodevil de un fotógrafo complutense galardonado que exponía su obra, había también magos y músicos turnándonos nuestros respectivos espectáculos mientras se exhibian las fotos de Ricardo Heart.
Ahora, como veis, tras el ofrecimiento de Pepito Ognimalf, uno de los dueños del Flamingo Rock Bar, de volver a leer poemas míos en su bar, regreso. Aquel ofrecimiento se produjo en noviembre de 2010 como parte de su idea de revitalizar la clientela de su negocio a base de pequeños espectáculos. En ese sentido ya se han dado unos pocos conciertos acústicos muy agradables y movidos, llenos de buen humor, e incluso hubo una fiesta de venta de productos eróticos. Mientras todo esto iba ocurriendo yo iba tratando de organizar mi regreso. En un principio pensamos que podría hacerlo conjuntamente con una monologuista local llamada Olga, que hace las veces de camarera del mismo sitio. Sin embargo Olga deseaba hacerlo en colaboración con otras amigas suyas. Es por ello que ella y sus amigas harán sus monólogos el domingo 13 de marzo, el mismo fin de semana que ese viernes o sábado dj Lola hará en el mismo bar una sesión de música rock femenina. Será el Fin de Semana Flamingo de la Mujer. La idea no está mal, pero mi regreso no podía contar pues con Olga. En ese sentido traté de ponerme en contacto con varias poetisas, poetas y un relatista con quienes escribía LA BOTELLA VACÍA, para que se subieran a leer composiciones suyas, aunque fuesen antiguas, haciendo así un regreso de "revival". Pero entre el miedo escénico y otras cuestiones no podré contar con ellos más allá que como público, salvo El Chico Gris, con quien codirigí la revista, quien aún está indeciso de si subirá o no a leer un relato suyo. Y así pasó diciembre de 2010, sin tener nada en firme salvo el ofrecimiento de Pepito Ognimalf para que volviera a leer, y llegó enero de 2011. En este año se me ocurrió leer de nuevo con acompañamiento musical detrás. Se lo ofrecí individualmente y sucesivamente a los tres miembros de Walpurguis Trio, sin embargo todos andaban comprometidos con viajes personales o bien varios proyectos. Se pasó enero y parte de febrero, cuando también estaba entre medias la oferta de tocar a un bluesman local que ofrece gran cantidad de conciertos en grupos, sobre todo de jam sessions en "La Casita" de Los Santos de la Humosa, Borja Montero. Este excelente músico estaba dispuesto a intentarlo, sin embargo la fecha disponible que nos dio Pepito para recitar le era totalmente imposible, pues también tenía un viaje pendiente. Ya creía yo que no tendría músico por detrás y comenzaba a escuchar varios discos de jazz que tenía por casa para ponerlo de fondo, cuando me puse en contacto con otro músico local, más introvertido que los demás en cuanto a que no ha ofrecido tantos conciertos públicos como aquellos, más bien es músico de actuar como solista o en duetos, llamado Sergio Corbacho. Este hombre ha aceptado. Con arpegios digitales de música blues se le podrá disfrutar, como yo le he disfrutado cuando le he visto en concierto en el Gotham Bar, acompañando mis poemas. Queda por preparar alguna cosa más, pero el primer aviso formal lo tenéis aquí, a comienzos de marzo os digo que a finales de este mes volveré a leer en público.
La primera vez que recité fue en 2002 ó 2003, creo recordar (debería mirarlo en mis diarios para asegurarlo pero estoy perezoso para levantarme a buscar la fecha exacta). Fue en el Festival de la Palabra de la facultad de Filosofía y Letras. En 2002, previamente, había recitado unos poemas ganadores en un concurso más o menos importante. Había numerosos actos culturales, uno de ellos estaba organizado por el catedrático y escritor Emilio Sola. Varios alumnos y profesores leíamos composiciones propias de manera voluntaria desde el balcón de la escalera central, unos dos o tres poemas cada uno, por turnos. Emilio repartió sombreros de papel hechos con periódicos y de fondo se colocó una pantalla de cine con películas pornográficas de los años 1920', mudas Yo salí a leer con una cerveza en la mano y todos en general teníamos humo de marihuana en el cuerpo de unos amigos cubanos de aquel catedrático que tocaban música percusiva en una sala donde había una especie de juego entre lo metafísico y lo literario. Era un ambiente muy de cultura contracultural. La segunda vez fue en el mismo ambiente al año siguiente, 2003 ó 2004, pero en esas fechas o iba a estallar la guerra contra Irak o estaba ya en marcha, así que la lectura que realicé fueron poemas contra la guerra, cosa que no se esperaba por parte de la Universidad. Hay fotos mías en sus álbumes de Historia de la facultad.
La tercera vez, en 2005 fue en una biblioteca municipal de Madrid capital (la Mingote) con Alberto Cordero, tercera parte contratante de La Botella Vacía. Introdujimos cerveza de manera oculta y leímos mientras bebíamos, aunque ya estábamos borrachos. Acabaron echándonos y continuamos la lectura en un bar con el público, le gustaba tanto el espectáculo que pidieron ellos acabarlo en algún sitio, en este caso un bar. La cuarta vez fue con el mismo acompañante en La Vaca Flaca, subidos a la mesa de billar que había, con un gorro de gendarme francés y un casco militar de la Segunda Guerra Mundial, NAZI, en la cabeza y el pecho descubierto, sólo con chaquetas de Telepizza que nos lanzaron desde el público, en 2006. La quinta vez fue ese año en el Flamingo, repetimos los dos y añadimos a Luís Abad acompañándonos con improvisaciones a la guitarra española. Creo recordar que uso bases de rock clásico tocadas en acústico con variaciones, fundamentalmente. Fue un caos. La sexta y última vez fue en La Vaca Flaca en 2007, regresé a la lectura en solitario dentro de un espectáculo de vodevil de un fotógrafo complutense galardonado que exponía su obra, había también magos y músicos turnándonos nuestros respectivos espectáculos mientras se exhibian las fotos de Ricardo Heart.
Ahora, como veis, tras el ofrecimiento de Pepito Ognimalf, uno de los dueños del Flamingo Rock Bar, de volver a leer poemas míos en su bar, regreso. Aquel ofrecimiento se produjo en noviembre de 2010 como parte de su idea de revitalizar la clientela de su negocio a base de pequeños espectáculos. En ese sentido ya se han dado unos pocos conciertos acústicos muy agradables y movidos, llenos de buen humor, e incluso hubo una fiesta de venta de productos eróticos. Mientras todo esto iba ocurriendo yo iba tratando de organizar mi regreso. En un principio pensamos que podría hacerlo conjuntamente con una monologuista local llamada Olga, que hace las veces de camarera del mismo sitio. Sin embargo Olga deseaba hacerlo en colaboración con otras amigas suyas. Es por ello que ella y sus amigas harán sus monólogos el domingo 13 de marzo, el mismo fin de semana que ese viernes o sábado dj Lola hará en el mismo bar una sesión de música rock femenina. Será el Fin de Semana Flamingo de la Mujer. La idea no está mal, pero mi regreso no podía contar pues con Olga. En ese sentido traté de ponerme en contacto con varias poetisas, poetas y un relatista con quienes escribía LA BOTELLA VACÍA, para que se subieran a leer composiciones suyas, aunque fuesen antiguas, haciendo así un regreso de "revival". Pero entre el miedo escénico y otras cuestiones no podré contar con ellos más allá que como público, salvo El Chico Gris, con quien codirigí la revista, quien aún está indeciso de si subirá o no a leer un relato suyo. Y así pasó diciembre de 2010, sin tener nada en firme salvo el ofrecimiento de Pepito Ognimalf para que volviera a leer, y llegó enero de 2011. En este año se me ocurrió leer de nuevo con acompañamiento musical detrás. Se lo ofrecí individualmente y sucesivamente a los tres miembros de Walpurguis Trio, sin embargo todos andaban comprometidos con viajes personales o bien varios proyectos. Se pasó enero y parte de febrero, cuando también estaba entre medias la oferta de tocar a un bluesman local que ofrece gran cantidad de conciertos en grupos, sobre todo de jam sessions en "La Casita" de Los Santos de la Humosa, Borja Montero. Este excelente músico estaba dispuesto a intentarlo, sin embargo la fecha disponible que nos dio Pepito para recitar le era totalmente imposible, pues también tenía un viaje pendiente. Ya creía yo que no tendría músico por detrás y comenzaba a escuchar varios discos de jazz que tenía por casa para ponerlo de fondo, cuando me puse en contacto con otro músico local, más introvertido que los demás en cuanto a que no ha ofrecido tantos conciertos públicos como aquellos, más bien es músico de actuar como solista o en duetos, llamado Sergio Corbacho. Este hombre ha aceptado. Con arpegios digitales de música blues se le podrá disfrutar, como yo le he disfrutado cuando le he visto en concierto en el Gotham Bar, acompañando mis poemas. Queda por preparar alguna cosa más, pero el primer aviso formal lo tenéis aquí, a comienzos de marzo os digo que a finales de este mes volveré a leer en público.
Pues na, allí estaremos.
ResponderEliminarY sigo ofreciendote que leas.
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