Hemos llegado al octavo día de la 40ª edición del festival Alcine y prácticamente todos los cortometrajes y largometrajes que se presentaban a concurso están ya juzgados o terminándose de juzgar. Sólo queda ya esta noche, la de mañana y la de pasado mañana para completar estos cuarenta años de Festival de Cine de Alcalá de Henares. Yo ayer ya terminé de ejercer como jurado del público por décima vez tras acabar el largometraje "Cara Cremada". Hoy aún van a proyectar otro largometraje en la sección Pantalla Abierta, se trata de la película polaca "Galerianki", de Katarzyna Roslaniec (2009), pero esta ya está fuera de concurso. No voy a acudir a ver esta proyección a las 19:45 h., aunque no descarto asistir a la sesión de cortometrajes "Las Noches Golfas" que se proyecta a las 00:00 h., ya que otros años ha sido la mejor sección de todas las que suelen programar de cortometrajes. Mañana desde las 12:00 h. a las 19:45 h. quedarán aún tres bloques de cortometrajes fuera de concurso por proyectar, pertenecientes a las secciones: "Cosas de Niños" y "La Medida de los Tiempos". A partir de las 19:45 h., paralelamente al comienzo del último de esos bloques, dará lugar el comienzo de la ceremonia de clausura en el Teatro Salón Cervantes, y posteriormente, en los cines Cisneros, la proyección del largometraje ganador del premio del público de "Pantalla Abierta", mientras a lo largo del día se habrán sucedido talleres de niños. Las actividades paralelas están ahí, incluso hoy, incluyendo mesas redondas y hasta un concierto del ya clásico "Alsonic". El domingo la clausura se completará inevitablemente con el concierto de música sinfónica de bandas sonoras, al que asistiré como cada año, y la proyección en tres pases repetidos de todos los cortometrajes ganadores del festival, y se acabó. Pero del domingo y el palmarés hablaremos el domingo.
La verdad es que no está mal esa repetición en tres ocasiones de los cortometrajes ganadores, aunque tampoco lo estaría que hicieran lo mismo por una segunda vez con el largometraje de Pantalla Abierta, para los despistados o los que se quedaron a las puertas. Un amigo, Pepito Ognimalf, uno de los dueños del Flamingo Rock Bar, me comentaba anoche que incluso estaría bien que los cortometrajes nacionales se repitieran por las mañanas de los días laborales para aquellas personas que no pudieron acudir, ya sea por ser jurado del público de los cortos europeos o por otros motivos. No es mala idea, aunque eso sólo solucionaría que los vieran aquellas personas que no tuvieran trabajo y quisieran ir a verlos. Pero incluso los que no acudieron por trabajar de noche podrían participar de ese modo del festival. Sea como sea, comenzaré a informar de las películas dentro de concurso de la sección Pantalla Abierta que he juzgado como público, ya que de los cortometrajes europeos ya le hablé al Alto Mando del Servicio de Espionaje de Bares en la Noticia anterior.
Cabe recordar que en esa Noticia 582ª ya hablé del primer largometraje que se proyectó, "María y yo", de Félix Fernández de Castro, hacia los últimos párrafos de ese post. Posiblemente una película documental con posibilidades de llevarse algún premio, sin embargo tengo mis dudas que uno de ellos sea el del público tras ver otras películas que compitieron por él mismo. Las ventajas a su favor ya las comenté, las desventajas estuvieron en una proyección hecha en lunes como primera película a juzgar (lo que a la hora de valorarla suele hacer que se tienda a la baja por las espectativas de lo que puedas ver posteriormente), y en un día de lluvia y bastante frío, lo que no atrajo al cine a tanta gente como otras proyecciones, aunque estaba el teatro bastante lleno.
La siguiente película, al otro día, fue "80 Egunean", de Jon Garaño. Posiblemente la película ganadora del jurado del público, pero aún, hasta el recuento definitivo de todos los votos ya emitidos, no lo sabemos. Así que ese "posiblemente" es un juicio de valor mío tras ver el resultado de todas las proyecciones este año. Es un largometraje vasco con financiación de su Comunidad Autónoma, por tanto rodada íntegramente en vasco y subtitulada en castellano, es mera cuestión de subvenciones económicas culturales, nada más. Trata de dos mujeres de unos sesenta años que eran amigas en la adolescencia y se reencuentran tras varias décadas en una habitación de hospital para gente en estado de coma. Una de ellas es declaradamente lesbiana, mientras la otra ha vivido una vida heterosexual tras un pasado adolescente donde albergó dudas no declaradas de su sexualidad, cosa que revive en este reencuentro. El argumento así expuesto podría inducir a caer en el morbo, en lo morboso, pero no es así. El guión ahonda en otro aspecto, el de la amistad. La película no trata tanto de lesbianismo como de otros valores como son la amistad, la duda o la fidelidad y la felicidad, y cómo se entienden estas. Una película muy recomendable. Lo mejor que tiene son las interpretaciones de sus actrices y actores. Son tremendas; y no sólo son tremendas por creíbles y naturales, sino porque como explicaba su director en la presentación todos estos actores apenas habían trabajado previamente como tales en cine, lo que hace que él como director y realizador sea tan nóvel como sus intérpretes. Tremenda. Aquí, yo creo, que el año que viene también habrá premio Goya 2010. Ya veremos mañana si estoy en lo cierto al menos en lo que a Alcine concierne.
"Agallas", de Samuel Martín Mateos y Andrés Luque, fue la siguiente ese martes. Una historia de mafia que ya había pasado por las salas comerciales. Tengo la impresión de que su principal gancho trató de ser sus actores, Carmelo Gómez y Hugo Silva. Cuando una película se monta en torno al gancho del actor puede ser o un gran acierto (las menos de las veces ocurre esto), o un gran fiasco para el espectador, que se queda con ganas de algo más. Mi acompañante esa noche, el Chico Gris, dijo de ella que no se podían acumular más tópicos de mafia gallega en un sólo film. Y no estaba desacertado. Los comentarios que me llegaban a los oídos de otros espectadores, jurados o no, al acabar la proyección tampoco parecían muy contentos con el resultado. No voy a comentar mucho más de ella, porque si dijera aquí lo que no me pareció convincente de los personajes y de la historia quizá le destrozaría la misma a quien desee verla en el futuro. Pero vamos, había cuestiones de guión, personajes e historia a narrar que no me cuadran ni convencen. Quizá sólo anotar que no se puede pretender hacer una historia de mafia tremendamente dura, para eliminar toda esa dureza con el objetivo de crear chistes al más puro estilo argumento español simpático. Hay películas que no pueden ser una de cal y otra de arena, han de ser cal o arena.
El miércoles hubo otras dos películas. La primera fue "Siempre hay Tiempo", de Ana Rosa Diego. Otra película de origen vasco, pero rodada en castellano. Película que también coincide con "80 egunean" en que el principal protagonista es una persona mayor, este tal vez ya rondando los setenta años. Yo creo que esta película es muy útil a nivel pedagógico si se destina a que la vean los padres y madres adultos que deben mantener una relación tanto con hijos adolescentes como con sus padres septagenarios a la vez, ya sea viviendo con ellos o no. Un hombre mayor se queda sin casa y decide ir a la casa de su hijo unos días, donde se reencuentra con el mismo tras varios años de desencuentro, y donde conoce a su nieto, que ya es adolescente. De este modo se va descubriendo como los sacrificios de la vida de uno se entremezclan para que hagan posible la vida de los otros, aunque eso no sea comprendido y causa desencuentros y malentendidos que crean heridas en el alma profundas y por curar. Es una película amable, donde hay además otro tipo de personajes. A modo de broma a mí me recordó el argumento de "La Ciudad no es Para mí", de Pedro Lazaga (1966), con Paco Martínez Soria como el hombre mayor que se va del pueblo a la ciudad para vivir con su hijo y vivir ese mismo desencuentro del que hablo. La única diferencia es que esta película del festival no es de humor, aunque alguna escena busque la sonrisa, que no la risa. Quizá tenga algún premio también, aunque en su contra juega algunas interpretaciones de algunos de los actores que sonaban a lectura de texto más que a frases naturales del personaje.
La película que siguió a esta fue "Hierro", de Gabe Ibáñez. Otra película que lleva estrenada en las salas comerciales varios meses, si acaso un año. Una supuesta película de terror psicológico que, digámoslo, no daba terror. Además tenía una serie de guiños a películas de terror norteamericanas que, al finalizar la película, uno se da cuenta que no tenían sentido de aparecer, al igual que algunos personajes. Pero es una película que ha tenido detrás de sí a una productora potente de Hollywood como es Paramount Pictures. Su principal apuesta para crear terror es confiar en una banda sonora que tense y destense al espectador... pero para eso te vas a un concierto. El año pasado se presentó otra película de terror, "Aparecidos", de Francisco Cabezas, que sí logró dar terror. Quizá a Ibáñez más le hubiera valido revisar ese tipo de metrajes en lugar de otros.
"El Idioma Imposible", de Rodrigo Rodero, abrió la tarde-noche de ayer. Apenas casí no entro en la sala. Un pequeño incidente me retuvo en casa más de lo que esperaba y decidí ir en autobús, sin saber que había atasco. Entré en la sala por poco y con el director a medio discurso de su presentación. Esta es una película donde lo que más cuenta son los silencios, lo que no se dice, y sobre todo lo que no se ve. Pero esos silencios y esa falta de cosas que deberíamos ver, sólo dicen muchas cosas porque lo que sí se dice y lo que sí se ve es muy significativo para dar sentido y mensaje a aquello que el director decidió dejar ausente de modo físico en el guión. Creo que en general al público presente le creó buena impresión, por lo que puede ser una gran competidora de aquella por la que he apostado al principio de este artículo, "80 Egunean". Trata de una historia ambientada en los primeros años 1980', los años de mayor consumo de heroína en España, donde un traficante de anfetaminas de poca monta tiene por novia a una joven prometedora que es drogadicta de heroína. La película no va de drogas ni de violencias, aún con todo, si no de amor y de desamor. Del encuentro y del desencuentro de dos amantes a lo largo de cuatro años. La pega que yo le pongo son determinados razonamientos y vocablos que en la vida real difícilmente tendría determinado tipo de personajes, y lo dice alguien que vive en el Lianchi, que suele tener muchos de los tipos de personaje que salen en esta película. Pero por lo demás hay que reconocer que es una competidora fuerte en el festival.
La última película a concurso fue "Caracremada", de Lluís Galter. Es una película que ya tiene varios premios acumulados en Europa, pero cuyo planteamiento conocido a través de la prensa hizo que mucha gente no acudiera a la sala a verla, excesivo número de gente. Yo mismo era reticente, pero he de reconocer que tras verla es injusto el prejuicio para no verla. Es una película que se plantea como 98 minutos sin diálogos. Después de ver el total desencuentro que nosotros, el público, tuvimos con "La Soledad", de Jaime Rosales, y con cortometrajes planteados de igual manera, pues normal que la gente de entrada no quiera ir a ver tal película. Es una apuesta arriesgada después de que tan recientemente poco hayamos pasado por esas experiencias. Pero esta película es diferente. Realmente es una película donde se dicen muchas cosas, pero sin voz humana. Se habla mucho con la imagen, y eso es algo que quizá parte de los pocos que estuvimos no comprendió, porque se fueron antes de acabar la proyección. El director ya dijo que no se manejaba bien con los diálogos y por eso los omitió. Se le notaba. Yo mismo hablé con él a la salida de la sala, al acabar la película, y era una conversación difícil, porque es difícil hablar con quien reflexiona para sí mismo más palabras de las que pronuncia de esa reflexión. Y sin embargo: interesante. Se trata de una película histórica muy bien documentada, yo creo que la mejor documentada de las películas históricas de cualquier época que se han rodado en España. De hecho Galter me confesó que consultó el archivo de la CNT en Holanda, aunque no el Archivo Anselmo Lorenzo en Madrid, para escribir el guión. Se trata de la historia de Ramón Vila Capdevila, alias "Cara Cremada" o "Caracremada", el último guerrillero maqui que combatió a la dictadura de Franco. Era un anarcosindicalista de la Confederación Nacional del Trabajo que vivía en Cataluña. Cuando en 1951 la CNT en el exilio acordó cambiar la estrategia contra la dictadura acabando la etapa de la guerrilla para adoptar otras del tipo huelga y otras vías, varios militantes clandestinos en España decidieron hacer caso omiso, aunque en general se siguió el acuerdo alcanzado por CNT del exilio. Uno de estos fue Caracremada, quien decidió ejercer la guerrilla de tal modo que se transformó en el último guerrillero que quedaba contra la dictadura, como se ha dicho. Se dedicaba a cortar los cables del tendido eléctrico para sabotear al régimen. La guardia civil estuvo detrás de él varios años sin lograr detenerle hasta que en 1963 al fin lo abatió a tiros en un bosque, matándole con 55 años de edad. El cantautor catalán Raimon cantó en 1968, y después en 1976, la canción "Yo vengo de un silencio muy largo", la cual era una crítica contra el silencio que por miedo había impuesto la dictadura a todos sus disidentes bajo amenaza de represalias que podrían llegar hasta la muerte. Y es un silencio muy largo lo que representa esta película, no uno gratuito, si no un silencio necesario en el metraje para mostrar ese silencio muy largo que cantaba Raimon. La fotografía de esta peícula es tremenda, todo amante de la fotografía debería verla y analizarla. Nada sobra, todo está pensado, calculado, todo habla, desde unas botas, a una cara y de esa cara a unas patatas, y de ahí de unos cigarros a un campo y a los sonidos de las botas embarradas andando. Se nota además que Galter ha hecho un trabajo exahustivo examinando las fotografías que posiblemente ha visto en Amsterdam, en el archivo de la CNT, sobre la guerrilla. Pero es verdad que el silencio ha podido ser pesado para buena parte del público, quizá es excesivo que exista cuando aparecen personajes como la guardia civil. Pero en el fondo es una película que muestra una cacería humana, o un duelo americano, es un silencio también necesario en esa actividad. Sea comos sea, junto a "80 egunean" le di mi máxima votación aunque era reticente antes de verla. Se la merecía.
Y expuesto todo esto, me despido por hoy. El domingo hablamos de los ganadores, poquito, porque ya se han dicho muchas cosas por aquí, pero habrá que hablar algo. Que la cerveza os acompañe.
La verdad es que no está mal esa repetición en tres ocasiones de los cortometrajes ganadores, aunque tampoco lo estaría que hicieran lo mismo por una segunda vez con el largometraje de Pantalla Abierta, para los despistados o los que se quedaron a las puertas. Un amigo, Pepito Ognimalf, uno de los dueños del Flamingo Rock Bar, me comentaba anoche que incluso estaría bien que los cortometrajes nacionales se repitieran por las mañanas de los días laborales para aquellas personas que no pudieron acudir, ya sea por ser jurado del público de los cortos europeos o por otros motivos. No es mala idea, aunque eso sólo solucionaría que los vieran aquellas personas que no tuvieran trabajo y quisieran ir a verlos. Pero incluso los que no acudieron por trabajar de noche podrían participar de ese modo del festival. Sea como sea, comenzaré a informar de las películas dentro de concurso de la sección Pantalla Abierta que he juzgado como público, ya que de los cortometrajes europeos ya le hablé al Alto Mando del Servicio de Espionaje de Bares en la Noticia anterior.
Cabe recordar que en esa Noticia 582ª ya hablé del primer largometraje que se proyectó, "María y yo", de Félix Fernández de Castro, hacia los últimos párrafos de ese post. Posiblemente una película documental con posibilidades de llevarse algún premio, sin embargo tengo mis dudas que uno de ellos sea el del público tras ver otras películas que compitieron por él mismo. Las ventajas a su favor ya las comenté, las desventajas estuvieron en una proyección hecha en lunes como primera película a juzgar (lo que a la hora de valorarla suele hacer que se tienda a la baja por las espectativas de lo que puedas ver posteriormente), y en un día de lluvia y bastante frío, lo que no atrajo al cine a tanta gente como otras proyecciones, aunque estaba el teatro bastante lleno.
La siguiente película, al otro día, fue "80 Egunean", de Jon Garaño. Posiblemente la película ganadora del jurado del público, pero aún, hasta el recuento definitivo de todos los votos ya emitidos, no lo sabemos. Así que ese "posiblemente" es un juicio de valor mío tras ver el resultado de todas las proyecciones este año. Es un largometraje vasco con financiación de su Comunidad Autónoma, por tanto rodada íntegramente en vasco y subtitulada en castellano, es mera cuestión de subvenciones económicas culturales, nada más. Trata de dos mujeres de unos sesenta años que eran amigas en la adolescencia y se reencuentran tras varias décadas en una habitación de hospital para gente en estado de coma. Una de ellas es declaradamente lesbiana, mientras la otra ha vivido una vida heterosexual tras un pasado adolescente donde albergó dudas no declaradas de su sexualidad, cosa que revive en este reencuentro. El argumento así expuesto podría inducir a caer en el morbo, en lo morboso, pero no es así. El guión ahonda en otro aspecto, el de la amistad. La película no trata tanto de lesbianismo como de otros valores como son la amistad, la duda o la fidelidad y la felicidad, y cómo se entienden estas. Una película muy recomendable. Lo mejor que tiene son las interpretaciones de sus actrices y actores. Son tremendas; y no sólo son tremendas por creíbles y naturales, sino porque como explicaba su director en la presentación todos estos actores apenas habían trabajado previamente como tales en cine, lo que hace que él como director y realizador sea tan nóvel como sus intérpretes. Tremenda. Aquí, yo creo, que el año que viene también habrá premio Goya 2010. Ya veremos mañana si estoy en lo cierto al menos en lo que a Alcine concierne.
"Agallas", de Samuel Martín Mateos y Andrés Luque, fue la siguiente ese martes. Una historia de mafia que ya había pasado por las salas comerciales. Tengo la impresión de que su principal gancho trató de ser sus actores, Carmelo Gómez y Hugo Silva. Cuando una película se monta en torno al gancho del actor puede ser o un gran acierto (las menos de las veces ocurre esto), o un gran fiasco para el espectador, que se queda con ganas de algo más. Mi acompañante esa noche, el Chico Gris, dijo de ella que no se podían acumular más tópicos de mafia gallega en un sólo film. Y no estaba desacertado. Los comentarios que me llegaban a los oídos de otros espectadores, jurados o no, al acabar la proyección tampoco parecían muy contentos con el resultado. No voy a comentar mucho más de ella, porque si dijera aquí lo que no me pareció convincente de los personajes y de la historia quizá le destrozaría la misma a quien desee verla en el futuro. Pero vamos, había cuestiones de guión, personajes e historia a narrar que no me cuadran ni convencen. Quizá sólo anotar que no se puede pretender hacer una historia de mafia tremendamente dura, para eliminar toda esa dureza con el objetivo de crear chistes al más puro estilo argumento español simpático. Hay películas que no pueden ser una de cal y otra de arena, han de ser cal o arena.
El miércoles hubo otras dos películas. La primera fue "Siempre hay Tiempo", de Ana Rosa Diego. Otra película de origen vasco, pero rodada en castellano. Película que también coincide con "80 egunean" en que el principal protagonista es una persona mayor, este tal vez ya rondando los setenta años. Yo creo que esta película es muy útil a nivel pedagógico si se destina a que la vean los padres y madres adultos que deben mantener una relación tanto con hijos adolescentes como con sus padres septagenarios a la vez, ya sea viviendo con ellos o no. Un hombre mayor se queda sin casa y decide ir a la casa de su hijo unos días, donde se reencuentra con el mismo tras varios años de desencuentro, y donde conoce a su nieto, que ya es adolescente. De este modo se va descubriendo como los sacrificios de la vida de uno se entremezclan para que hagan posible la vida de los otros, aunque eso no sea comprendido y causa desencuentros y malentendidos que crean heridas en el alma profundas y por curar. Es una película amable, donde hay además otro tipo de personajes. A modo de broma a mí me recordó el argumento de "La Ciudad no es Para mí", de Pedro Lazaga (1966), con Paco Martínez Soria como el hombre mayor que se va del pueblo a la ciudad para vivir con su hijo y vivir ese mismo desencuentro del que hablo. La única diferencia es que esta película del festival no es de humor, aunque alguna escena busque la sonrisa, que no la risa. Quizá tenga algún premio también, aunque en su contra juega algunas interpretaciones de algunos de los actores que sonaban a lectura de texto más que a frases naturales del personaje.
La película que siguió a esta fue "Hierro", de Gabe Ibáñez. Otra película que lleva estrenada en las salas comerciales varios meses, si acaso un año. Una supuesta película de terror psicológico que, digámoslo, no daba terror. Además tenía una serie de guiños a películas de terror norteamericanas que, al finalizar la película, uno se da cuenta que no tenían sentido de aparecer, al igual que algunos personajes. Pero es una película que ha tenido detrás de sí a una productora potente de Hollywood como es Paramount Pictures. Su principal apuesta para crear terror es confiar en una banda sonora que tense y destense al espectador... pero para eso te vas a un concierto. El año pasado se presentó otra película de terror, "Aparecidos", de Francisco Cabezas, que sí logró dar terror. Quizá a Ibáñez más le hubiera valido revisar ese tipo de metrajes en lugar de otros.
"El Idioma Imposible", de Rodrigo Rodero, abrió la tarde-noche de ayer. Apenas casí no entro en la sala. Un pequeño incidente me retuvo en casa más de lo que esperaba y decidí ir en autobús, sin saber que había atasco. Entré en la sala por poco y con el director a medio discurso de su presentación. Esta es una película donde lo que más cuenta son los silencios, lo que no se dice, y sobre todo lo que no se ve. Pero esos silencios y esa falta de cosas que deberíamos ver, sólo dicen muchas cosas porque lo que sí se dice y lo que sí se ve es muy significativo para dar sentido y mensaje a aquello que el director decidió dejar ausente de modo físico en el guión. Creo que en general al público presente le creó buena impresión, por lo que puede ser una gran competidora de aquella por la que he apostado al principio de este artículo, "80 Egunean". Trata de una historia ambientada en los primeros años 1980', los años de mayor consumo de heroína en España, donde un traficante de anfetaminas de poca monta tiene por novia a una joven prometedora que es drogadicta de heroína. La película no va de drogas ni de violencias, aún con todo, si no de amor y de desamor. Del encuentro y del desencuentro de dos amantes a lo largo de cuatro años. La pega que yo le pongo son determinados razonamientos y vocablos que en la vida real difícilmente tendría determinado tipo de personajes, y lo dice alguien que vive en el Lianchi, que suele tener muchos de los tipos de personaje que salen en esta película. Pero por lo demás hay que reconocer que es una competidora fuerte en el festival.
La última película a concurso fue "Caracremada", de Lluís Galter. Es una película que ya tiene varios premios acumulados en Europa, pero cuyo planteamiento conocido a través de la prensa hizo que mucha gente no acudiera a la sala a verla, excesivo número de gente. Yo mismo era reticente, pero he de reconocer que tras verla es injusto el prejuicio para no verla. Es una película que se plantea como 98 minutos sin diálogos. Después de ver el total desencuentro que nosotros, el público, tuvimos con "La Soledad", de Jaime Rosales, y con cortometrajes planteados de igual manera, pues normal que la gente de entrada no quiera ir a ver tal película. Es una apuesta arriesgada después de que tan recientemente poco hayamos pasado por esas experiencias. Pero esta película es diferente. Realmente es una película donde se dicen muchas cosas, pero sin voz humana. Se habla mucho con la imagen, y eso es algo que quizá parte de los pocos que estuvimos no comprendió, porque se fueron antes de acabar la proyección. El director ya dijo que no se manejaba bien con los diálogos y por eso los omitió. Se le notaba. Yo mismo hablé con él a la salida de la sala, al acabar la película, y era una conversación difícil, porque es difícil hablar con quien reflexiona para sí mismo más palabras de las que pronuncia de esa reflexión. Y sin embargo: interesante. Se trata de una película histórica muy bien documentada, yo creo que la mejor documentada de las películas históricas de cualquier época que se han rodado en España. De hecho Galter me confesó que consultó el archivo de la CNT en Holanda, aunque no el Archivo Anselmo Lorenzo en Madrid, para escribir el guión. Se trata de la historia de Ramón Vila Capdevila, alias "Cara Cremada" o "Caracremada", el último guerrillero maqui que combatió a la dictadura de Franco. Era un anarcosindicalista de la Confederación Nacional del Trabajo que vivía en Cataluña. Cuando en 1951 la CNT en el exilio acordó cambiar la estrategia contra la dictadura acabando la etapa de la guerrilla para adoptar otras del tipo huelga y otras vías, varios militantes clandestinos en España decidieron hacer caso omiso, aunque en general se siguió el acuerdo alcanzado por CNT del exilio. Uno de estos fue Caracremada, quien decidió ejercer la guerrilla de tal modo que se transformó en el último guerrillero que quedaba contra la dictadura, como se ha dicho. Se dedicaba a cortar los cables del tendido eléctrico para sabotear al régimen. La guardia civil estuvo detrás de él varios años sin lograr detenerle hasta que en 1963 al fin lo abatió a tiros en un bosque, matándole con 55 años de edad. El cantautor catalán Raimon cantó en 1968, y después en 1976, la canción "Yo vengo de un silencio muy largo", la cual era una crítica contra el silencio que por miedo había impuesto la dictadura a todos sus disidentes bajo amenaza de represalias que podrían llegar hasta la muerte. Y es un silencio muy largo lo que representa esta película, no uno gratuito, si no un silencio necesario en el metraje para mostrar ese silencio muy largo que cantaba Raimon. La fotografía de esta peícula es tremenda, todo amante de la fotografía debería verla y analizarla. Nada sobra, todo está pensado, calculado, todo habla, desde unas botas, a una cara y de esa cara a unas patatas, y de ahí de unos cigarros a un campo y a los sonidos de las botas embarradas andando. Se nota además que Galter ha hecho un trabajo exahustivo examinando las fotografías que posiblemente ha visto en Amsterdam, en el archivo de la CNT, sobre la guerrilla. Pero es verdad que el silencio ha podido ser pesado para buena parte del público, quizá es excesivo que exista cuando aparecen personajes como la guardia civil. Pero en el fondo es una película que muestra una cacería humana, o un duelo americano, es un silencio también necesario en esa actividad. Sea comos sea, junto a "80 egunean" le di mi máxima votación aunque era reticente antes de verla. Se la merecía.
Y expuesto todo esto, me despido por hoy. El domingo hablamos de los ganadores, poquito, porque ya se han dicho muchas cosas por aquí, pero habrá que hablar algo. Que la cerveza os acompañe.
Hoy se nos ha muerto el director de cine Luis García Berlanga, hombre que fue pura Historia del Cine Español. Que la tierra le sea leve. Adiós, Berlanga, siempre te tendremos en el cine. "La Vaquilla" es para mí uno de los mejores recuerdos que me dejas, pero también "El Verdugo" o "Plácido" y "Bienvenido Mr. Marsall".
ResponderEliminarPoco apoco en los últimos tiempso se nos han ido Fernando Fernán Gómez, Manuel Alexandre y ahora Berlanga. Es ley de vida, la ancianidad se les acaba y mueren, pero viven en su legado. Una generación mítica de nuestro cine se va y da paso como veteranos a otra generación que es la de aquellos que comenzaron en los 1970' y 1980'.
Bueno, no soy ningún experto cinéfilo y no sería capaz de hacer una crítica decente de una película, pero si no te importa me voy a atrever a dar mi opinión de dos de las películas que comentas (las dos que se estrenaron comercialmente, por supuesto).
ResponderEliminarAgallas no me gustó. Ni los personajes ni las situaciones me resultaron creíbles. Estoy de acuerdo con lo que dices de juntar una historia dura con ese humor simplón. Es una mezcla imposible.
En Hierro a mí me fallaba la historia. Parecía una de esas hechas en serie por los guionistas de Hollywood, con las pistas falsas de rigor y los giros argumentales esperados. Pero sí me gustó la atmósfera que consiguieron crear. Es verdad que como película de terror no funciona, porque no da miedo, pero consigue mantener la tensión. En resumen, una película bien hecha pero con una historia poco trabajada. Aunque creo que en eso soy demasiado exigente. Como dije antes es la opinión que tengo de la mayoría de las películas de Hollywood, y suelen funcionar muy bien.
No me había enterado de la muerte de Berlanga. Se ha ido un genio. Yo me quedo con Plácido.
Un saludo.
No hace falta ser crítico profesional para saber lo que ni le gusta a uno de cine, yo mismo no lo soy. Coincidimos en crítica y gusto, veo. Saludos.
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