Día 4 de Agosto: 1.- Haciendo senderismo sin conocer el sendero: ir a Sintra y a Praia Grande fue subir una montaña y bajarla teniendo que rodear toda su falda para poder reencontrar Sintra y su estación de tren. Aventura pura y dura por conocer el Castelo dos Mouros. 2.- Forro, Superbock... curiosamente entre su cerveza nacional "Sagres" y la holandesa "Superbock" casi ningún portugués quería "Sagres", había quien incluso me habló muy mal de ella, creo que los portugueses son de los pocos que no aprecian demasiado su marca nacional de cerveza. Dos conciertos en una noche, más gente nueva portuguesa y una rusa.
Día 5 de Agosto: 1.- Cruzando el río Tajo en barco hacia Cacilhas y Almada; y comiendo un pescado que, me daba la impresión, había sido pescado en el Tajo con dudosa existencia de control de calidad, en cierto barrio vi a unos africanos que habían pescado peces que vendían a gente que se acercaba a ellos y estos estaban llenos de moscas en un cubo no muy limpio. Pero no estaba mal. 2.- Tras conocer improvisadamente Alfama (Canichu camina... a punto de reventar), descubro los bares de hard rock de Lisboa... que lamentablemente atestan ingleses, alemanes y franceses empeñados en hacer cola dentro del bar para pedir cerveza que llevarse a la calle. Los bares estaban bien, pero lo agobiante de la situación en sitios para disfrutar de la música (no son tiendas de bebida, son bares de música, creo que esto se les escapaba a esta gente) hace que cambie rápido de lugar para descubrir que montones de extranjeros del norte de Europa colapsan las calles de Barrio Alto siendo imposible, literalmente, moverse o avanzar hacia alguna dirección. ¿Qué es lo que hacen allí? Emborracharse hasta las trancas mientras algunos gitanos portugueses se deslizan entre ellos ofreciéndoles droga. ¿Qué le vamos a hacer, esa fue la realidad? Y aún con todo hubo buenos momentos esa noche (tercera vez en la que asisto a un concierto al bar brasileño donde hice amigos, y relacionándome con unas dueñas de bar portuguesas que ponían música de los 1980' en su local).
Día 6 de Agosto: 1.- Me dedico a caminar por la Lisboa fuera del centro histórico. Por los barrios más pobres, destartaladas sus casas, llego a descubrir portugueses que crían gallinas en callejuelas que en Madrid no sería recomendable meterse, un tanto ocultas, estrechas, oscuras. Por los barrios medios descubro varios jardines y parques mientras subo y bajo varias de las colinas lisboetas. Me dedico a comer en
pastelarias tras haber comido bacalao, arroces, sopas e hindúes (hay comunidades hindúes de lo que supongo fue la gente que vivía en Macao o Bombay) días atrás. Una
pastelaria es una pastelería, pero a la vez no lo es. Salvando las distancias es una mezcla de pastelería de dulces y salados, panadería y cafetería y bar de tapas a la vez. Hay montones y en los barrios no túrísticos comprobé que los lisboetas las usan como cafeterías y bares de tapas indistintamente. Me pongo al día con el portugués gastronómico. El portugués se deriva del castellano gallego de la Edad Media, por lo que se podría decir que es un derivado más del gallego que del castellano, a diferencia de lo que mucha gente afirma erróneamente. La falta de entendimiento es recíproca, aunque con matices, así por ejemplo los brasileños entienden mejor a los castellano hablantes que los propios portugueses, del mismo modo que un castellano hablante entiende mejor a un brasileño que a un portugués. Aún con todo hay que intentar conocer el idioma, por conocer la cultura y a la gente, lamentable es ver como otro español jovencito de Madrid pedía en un bar al lado mío que le dieran un tercio... si hay lugares de España que no entienden que un tercio en una botella de cerveza de 33 cl. ¿cómo espera que le entienda un lisboeta? Le expliqué que debía pedir una garrafa de cerveja (pronunciado más a o menos sería: gajafa de cerveja (leyendo la "j" de forma parecida a la "y"). 2.- Lisboa celebra el Encuentro de los Continentes y 100 años de la I República con un gran concierto y pirotecnia de 45 minutos de duración en la Plaça do Comercio, que es un puerto de entrada ostentoso donde se encuentran varios Ministerios del gobierno. Fue remodelada tras el terremoto de 1755 con grandes aires de poder y grandeza. Fue un espectaculo tremendo, mezcló todo tipo de música y fuegos desde el fado a la más duras versiones del heavy metal.
Día 7 de Agosto: 1.-Veo en una pastelaria el primer partido de fútbol de la temporada 2010-2011 de Portugal. Coincidió con un enrabietado derby entre el Oporto y el Benfica de Lisboa. Perdió el Benfica. Ayudó a conocer mejor a los portugueses del día a día, porque puestos a ver el partido por curiosidad y conocer gente yo soy del Benfica, vamos, del Benfica de toda la vida aunque nunca haya seguido la liga de fútbol portuguesa... Un hombre de 40 años compartió conmigo sus enfados ante faltas injustas. Un dato curioso: los policias se metieron a tomar café y ver el partido estando de guardia, no era la primera vez que les veía hacer cosas así, meterse en el bar y hablar amistosamente con todo el mundo. Es como si la policía del lugar fuera más distendida con los ciudadanos que en España. No ponen barreras de relación de autoridad con las personas. 2.- Conozco a una Yoko Ono.
Día 8 de Agosto: 1.- Lisboa llora. Cuando desperté en mi cuarto pensé: "me faltaría ver Lisboa con lluvia, pero hoy me voy", unos segundos más tarde me di cuenta que estaba lloviendo realmente. Eso también fue bonito. Cuando paró un poco fui a dar una vuelta con una Lisboa entre la humedad y un esporádico goteo de llovizna. Un coche de los 1930' vendía fados y había tenderos con libros antiguos por las calles. Me fui a la Plaça do Comercio para ir a ver volar a las gaviotas. Me gusta este ave, sobre todo tras leer Corto Maltés. Tienen un vuelo bonito. Pero una italiana las espantó porque quería hacerse una fotografía tocando el agua del Tajo. Me di media vuelta para irme (había estado allí un rato) pensando: "por mí te ibas a mojar en el Tajo más de lo que querías", y mientras ella miraba a la cámara de su amiga con una expresión de "sí, he sido yo quien ha echado a las gaviotas, jijiji", me doy cuenta que detrás de mí había un montón de turistas con las cámaras de fotos en las manos mirando a la italiana con cara de "la damos de ostias o no la damos de ostias". La estupidez turística provoca estas situacíones, gente irrespetuosa con el resto de gente que es también turista, y gente que no saborea el momento, pensando sólo en la foto, en la imagen, en algo muerto, no vivo. A mí me gusta la fotografía también, y comprendo a los que querían la foto de las gaviotas, porque muchos estaban allí, como yo, hacía rato, viéndolas volar y estar dando vueltas andando por la piedra del puerto de la plaza, ver como una italiana que llega espanta las gaviotas toca el agua y se larga sin hacer nada más que un "jijiji", me reafirma en lo dicho, la estupidez humana turista no tiene precio. 2.- Atravieso más de media ciudad andando, hacia Chelas, un barrio residencial obrero. Reviento más que camino. Hay un mercadillo de barrio lleno de negros, brasileños e hindúes. En algunas paredes hay pintadas de "pretos fora" ("negros fuera") y "morte aos brancos" ("muerte a los blancos"). Curioso, porque en toda mi estancia en Portugal lo que yo percibí era una integración, una mezcla y una armonía entre las diversas culturas, razas y etnias que allí viven. Estas pintadas en un barrio obrero me hace pensar que en Portugal también existen pequeños grupos de gente joven que se quiere reafirmar con esta clase de ideas (las de reafirmar la estupidez humana, digo). 3.- Una de las diferencias entre visitar los restos de la Exposición Universal de Sevilla 1992 y los de Lisboa 1998 es de talante, de actitud. Cuando en 2009 visité Sevilla sabía dónde estaban los edificios de la Expo' pero por conocer la opinión de los sevillanos y conocer gente pregunté a varios, siendo la respuesta general: "la Expo' ya se acabó en 1992, ahí ya no hay nada que ver", "¿y para qué quieres ver eso, si tienes aquí la Giralda y la Torre del Oro", o bien "quedan los edificios, pero lo bonito de Sevilla está en su centro". En Lisboa he podido ver como han construido en torno a los edificios que han conservado un bonito paseo de ribera con un enorme jardín con especies vegetales de todos los lugares que fueron parte del Imperio Portugués (África, Asia, América), reutilizan los pabellones con un oceanográfico (el mayor de Europa), una sala de conciertos, otro para exposiciones... hay puentes enormes para pasar al otro lado o para pasear por la ribera sobre el agua. Han creado allí el intercambiador de medios de transporte, una zona financiera, un paseo comercial, han proliferado bloques de pisos de clase alta y de negocios... y sobre todo: los lisboetas hablan de sus restos de la Expo' de 1998 con cierto orgullo, invitándote a que vayas a verlos.
Día 9 de Agosto: Regreso a Alcalá de Henares. Sólo un apunte ¿cómo es posible que autocares ALSA en Lisboa no tenga bien señalizado en la Estación de Oriente de allí dónde se deben dirigir los viajeros para chequear los billetes o encontrar su autobús? ¿Cómo es posible que la trabajadora de la taquilla para viajes a España no sepa hablar español y se formen grandes esperas e incomprensiones que resuelven los viajeros entre ellos? ¿Cómo es posible que tanto a la ida como a la vuelta ALSA (Continental Auto) se permitan retrasos importantes de salida y de llegada sin dar disculpas siquiera y con conductores que no saben uno de los dos idiomas de la península en viajes que deben ocurrir precisamente entre España y Portugal? ¿Cómo es posible que se permita a los pasajeros soportar el mal humor de alguno de sus conductores? ¿Cómo es posible que en un viaje de más de siete horas no sean capaces de poner una mera película, ni música, ni nada? ¿Cómo es posible que de las dos paradas que deben hacer en lugar de respetar la media hora reglamentaria sólo se haga de quince minutos y encima los condutores paren en mitad de la nada, en los hangares de "autocares Muñoz", para tomarse quince minutos más para ellos de hablar con otros conductores, beber agua y fumar sin permitir a los viajeros bajar de sus asientos? ¿Cómo es posible que uno de los autocares de esta compañía, el de vuelta, no tuviese cinturones de seguridad para pasajeros con el peligro de muerte que eso supone? ¿Cómo es posible que al llegar a la estación de Madrid de Méndez Álvaro varios pasajeros portugueses que tienen que hacer cambio de autobús en Avenida de América para ir a Barcelona, sean bajados por los conductores que vienen de Lisboa diciendo que deben cambiar allí de autobús, para luego retrasar la llegada otra media hora más porque deben buscarles por la estación para enmendar el error? Casi todos mis viajes han sido en autobús, el viaje con ALSA (Continental Auto) a Lisboa fue una tortura en toda regla, y mira que en otros destinos (como Bilbao, por ejemplo) dan buenos servicios, pero el destino a Portugal tiene un servicio peor que pésimo. Estuve a nada de pedir el libro de reclamaciones, si no hubiera sido porque ya estaba "reventado" de cansancio. Un saludo y que la cerveza os acompañe.
Lindisima entrada sobre Lisboa!
ResponderEliminarpd. esa ultima foto es de una ciclovia que llega hasta Cascais y de ahi se puede seguir hasta EL Guincho, una de las playas mas hermosas de Lisboa.
un saludo,
Flavio
Gracias por la información, porque no supe lo que era exactamente. Un saludo.
ResponderEliminar¡Qué grande la foto de la bici!
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