El 21 de Marzo, día del comienzo de la Primavera, fue nombrado por la UNESCO en el año 2000 Día Internacional de la Poesía. Hoy, 23 de Abril es el día de San Jorge, que se la ha hecho coincidir con el Día del Libro. De hecho este año, como tal día, he visto partir al helicóptero del Rey tras entregar al Premio Cervantes de Literatura de este año. Lo he visto desde las ventanas de mi trabajo en el Archivo General de la Administración. Luego, al rato, alguien contaba la anécdota graciosa de que al anciano poeta mexicano galardonado se le cayeron los pantalones cuando daba su discurso, a lo que dijo él: "esto nos recuerda que debemos ser humildes". Y con humildad escribí el 21 de Marzo dos poemas en mi viaje a Mérida que realicé en esas fechas. Ahora con humildad los compartiré este 23 de Abril, mientras se van abriendo las ferias del libro nuevo por diversas ciudades. Antes anoto lo curioso que es el panorama poético de habla castellana actual. Nadie ha sabido clasificarla con exactitud. De hecho los críticos suelen decir que hay numerosas tendencias a la vez, lo que hace a esta época como una época literaria inclaasificable, por lo que hay, dicen, que hablar de autores más que de estilos predominantes. Sin embargo, varios de estos críticos lleva ya algún tiempo atreviéndose a decir que de la Transición en los 1970' a estos años se podrían crear dos bloques de tendencia literaria en la poesía de hablas españolas. Uno es el llamado Poesía de la Experiencia, otro Poesía de la Nueva Sentimentalidad. Si nos ciñéramos sólo a esos dos bloques, que entiendo yo que acogen ampliamente a diferentes estilos de diferentes autores, no sabría decir donde me cuadrarían a mí, tal vez un poco en los dos, más que nada porque cuando escribo no me detengo en pensar a qué estilo perteneceré, si no que pienso en escribir lo que quiero expresar desde mí, desde mi mundo interior. Os dejo con uno de los poemas que escribí en Mérida.
CAMINO DE EXTREMADURA
Pastaban las vacas a un lado,
al otro lado pastaban las ovejas,
pasaba la carretera polvorienta
marcando a mi viaje los pasos.
El autobús pasa estas tierras,
me riega los ojos de otros ritmos,
me sosiega el viaje tranquilo
de la cerveza ciudadana de los bares
al mesón rural con su vino.
Dos mujeres extremeñas hablan,
distorsionan el viaje,
balan las ovejas,
mujen las vacas,
me balanceo,
como en una cuerda,
tendida sin buen anclaje,
entre el sopor del: "me duermo",
y el cavilar siempre despierto.
Atrás dejo el escenario de mis pensares.
Allá alcanzo a los campos primaverales.
Acá avanzan conmigo los personajes
de mis pensamientos y sensaciones,
los de mis ciudades expedientes de pasiones,
que hoy me hacen viajar
agradeciendo el sosiego,
de los verdes de los campos,
de las aguas de los ríos,
de las cigüeñas de Cáceres,
que me recuerdan a las mías,
las de Alcalá de Henares,
y me pienso y me descanso,
por un instante.
Daniel L.-Serrano, autobús Madrid-Cáceres, 19 de marzo de 2010.
Joder, hacía un montón que no leía un poema tuyo, este lo he enconrado algo distinto, aunque no sabría decir en que.
ResponderEliminarse me caylo una lagrima xD....
ResponderEliminarDOCTOR SPAWLDING: Te has perdido unos cuantos libros desde la última vez que escribí un poema.
ResponderEliminarAKIRA HOKUSAI: Gracias.