Tras una pasada por Retiendas, viendo buitres, corzos y un convento gótico abandonado y en estado de ruina total, y unas tediosas noches en los bares alcalaínos del fin de semana de esta Semana Santa, sólo salvados en parte por la buena conversación con algunas amistades, me paro ante esta bitácora mía pensando qué poderos contar. Quizá sobre algunas cosas sobre mis escritos que se mueven estos días, o quizá sobre otros libros que he comprado. Pero los cierto es que no, que no voy a hablar sobre ello. La Semana Santa de este año ha pasado llena de citas y actividades que hacer, y sin embargo me ha resultado tediosa y anodina en sus noches finales. Ha sido extrañamente productiva y divertida a la par que aburrida. Así de ambiguo y contradictorio. Quizá la imagen de unos corzos corriendo cerca del grupo de amigos donde me encontraba, o los buitres sobrevolándome a mí y al Chico Gris, tras subir una montañita, él con una cámara de fotos profesional y yo con unos prismáticos de capitán de barco, sean de las más entrañables. Pero bien es cierto también otra escena, en el bar La Ruina, donde un lector de este blog que apenas conozco de unas noches atrás en las que él se presentó, me habló de que trataba de encontrar alguna reflexión filosófica o sociológica sobre la gente de los bares en Noticias de un Espía en el Bar. Las hay, aunque hay que rebuscar en las entradas del pasado, pero más bien historias de personajes reales, en bares y en otros sitios. Quizá sobre ello reflexiono hoy acerca de quién nos lee y no lo sabemos. Quién nos conoce y nosotros no a ese quién. Todos nosotros, mismamente, cuando leemos varios libros de un escritor o escritora que nos gusta, varias películas de un ídolo, o canciones de cantantes, conocemos a través de ello, en parte, mucho de esas personas, o nos hacemos varias ideas sobre ellas. Sin embargo esas personas ni siquiera saben de nuestra existencia, aunque saben que estamos ahí como grupo, como gente, no como individuo de nombre tal y pasado tal con gustos tales. Al igual que este chico se acercó a mí a hablarme sobre mi blog y que lo lee, a compartir lo que le gusta de lo que ha leido, a preguntar, a comentar, a hablar, yo mismo lo he hecho alguna vez también con otras personas que yo mismo también he seguido y sigo. Allí estábamos en La Ruina, con la música rock de fondo, un par de amistades de cada uno en lugares diferentes, nosotros en medio hablando, algunas chicas vestidas cuidadosamente de noche del fin de semana de unas fiestas, algunos chicos de noche de fin de semana de unas fiestas mirando a esas chicas a pocos pasos de estas, en general, en realidad, sin demasiada gente en el bar a costa precisamene de estas fiestas aprovechadas por muchos para abandonar una ciudad sobresaturada en exceso de pasos de procesión religiosa este año.
Y en otro bar, tras aquella conversación, volvió a rondar la historia de los buitres comentada entre Chico Gris y yo. Tras varias fotografías y observaciones de sus vuelos, siete buitres volaban en círculo alrededor nuestra, cada vez más bajos, así hasta que con conversación sarcástica entre los dos decidimos irnos de allí antes de ser atacados. Chico Gris cogió una piedra y nos alejamos. En aquel otro bar le pregunté con humor: "Con siete buitres ¿qué hubieras hecho con una piedra?", a lo que ágilmente contestó: "a ver si te crees que la piedra era para los buitres".
Un día antes esos buitres, decía el Chico Gris en esa conversación tras haber leído unas noticias en su casa, habían atacado a ganado vivo para comer porque les faltaba carroña. No, nunca se sabe con quien te encuentras. Pero es emocionante encontrarse y descubrirlo, ¿no? Me gustan las vivencias e imágenes variadas que me he llevado esta Semana Santa. Cosas de todo tipo. Entre ellas compuse un poema tras la conversación con otro amigo en La Vaca Flaca sobre alguien del pasado que regresó al presente sin entrar del todo por la puerta, también estos días.
SIN NOMBRE
El borrón de tinta de tu nombre
aún impregna muchas páginas,
emborrona en mucho mi nombre,
y no se lee entre esas páginas.
El borrón de tu nombre me nombra,
ignorando que yo lo nombré,
y entre su luz yo estoy en sombra
y él es mujer y yo sólo hombre.
El borrón de tinta de tu nombre,
vale tanto
como para hacerme migajas.
Daniel L.-Serrano (Alcalá de Henares, 1 de Abril de 2010).
Que la cerveza os acompañe.
De tu reflexión puedo sacar la siguiente conclusión. Ya se con quien no perderme en una montaña acechada por buitres... ;)
ResponderEliminarMe encantaría poder decirte eso de: Nos vemos por los bares, pero me temo que va a seguir siendo: Nos seguimos leyendo por estos lares :)
He de reconocer que tambien por mi mente ronda algunas veces coger una piedra y adornar las frias baldosas de tu humeante materia gris... Suerte que de momento la imaginacion me sacia, algun dia leereis de mi en los periodicos, espero que con una foto con una gran sonrisa en portada bajo el titular, "El hombre que exploto hacia dentro"... Mientras te dejo, seguire poniendole banda sonora a uno de mis ultimos proyectos: un corto !!!
ResponderEliminarRenovarse o morir, que la cerveza nos acompañe...
Yo aún no he hablado de sierras mecánicas... A ver si escribo algo de lo que pedistéis sobre parodias.
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