Conan "el Cimerio", "el Bárbaro", aparecía pintado en una página completa a blanco y negro como si fuera una fotografía muy antigua, con sus imperfecciones incluídas. Había entrado en lo que parecía la sala de una especie de templo donde una gran cantidad de cabezas recién cortadas adornaban individualmente montones de huecos bien dispuestos en las paredes. Durante mucho tiempo esa imagen acompañó mi imaginación de forma inquietante. Yo era un niño y aquella ilustración pertenecía a un relato breve que anunciaba "La Espada Salvaje de Conan", editado por Marvel para adultos, desde las páginas de un cómic para todos los públicos de "Conan el Bárbaro". Hubiera escaneado tal ilustración y os la hubiera mostrado, pero no está en mis manos ese ejemplar. Con el tiempo Conan me gustó como personaje de cómic, y revisé los dibujos más adultos sobre el personaje más de una vez, pero esa imagen fue impactante la primera vez que la vi. Ahora, tras hacer la carrera de Historia, supe que los celtas veneraban las cabezas. Conan no era celta pero coge muchas costumbres de montones de pueblos antiguos y protohistóricos en torno a griegos y romanos. De los celtas de la península Ibérica, no los celtíberos, sino los celtas del noroeste y norte peninsular, escriben los romanos que cortaban las cabezas de sus enemigos, las embalsamaban y las colgaban delante de las puertas de sus casas, esas redondas de piedra y techo de paja que hoy día podemos ver su planta y reconstrucción en múltiples castros, por ejemplo de Galicia. Tan tétrica costumbre horrorizaba a los romanos y, junto a otras costumbres, les horrorizaba y consideraban que eran pueblos sin civilizar, bestias humanas. No les gustaba tampoco su costumbre de satisfacer sus pasiones en cualquier momento, sin reservar ningún espacio concreto de día o espacio. Su desorden en la guerra y en las formas de educación, que distaban mucho de las romanas, sus costumbres amatorias o incluso que no se lavaban con agua, sino con la propia orina, la cual almacenaban para poder tener su higiene, para los romanos nada higiénica. Los celtas de la península consideraban que su propia orina fortalecía su cuerpo y le daba cualidades que el agua no les daba. Los celtas se mezclaron con diversos pueblos iberos y dieron lugar a los celtiberos en las dos mesetas peninsulares. Estos pueblos, tipo carpetanos, vacceos o lusitanos, estaban entre los iberos que se habían medio civilizado en el Levante y el sur de la península, a costa de sus contactos con fenicios, griegos, cartagineses y romanos, y los celtas más puros de la cornisa Cantábrica, Galicia, León y norte de Portugal. Pero su mayor influencia era de celtas, más que de iberos. Todos coincidían en sus valores guerreros, su lealtad a sus amigos y a sus aliados, sus valores de hermandad y hospitalidad con los desconocidos (que era un precepto religioso celta) y en su sinceridad y amistad hasta la muerte si los tenías por amigos. Por ello, cartagineses, griegos y romanos los temieron por enemigos, pero los apreciaron como aliados y mercenarios, lo que hizo de muchos de ellos gentes que combatieron en las batallas más remotas de la antigüedad... aparecen entre las tropas de Alejandro Magno, en las de Aníbal, en las de Sertorio, Pompeyo y César... Aunque lo cierto es que le dieron tanto trabajo a Roma que tardaron 200 años en tranquilizar Hispania... y jamás quitaron de este territorio a la legión X (asentada en León, cuidando la zona de las minas), pese a que en principio Roma sólo mantenía tropas en las regiones fronterizas del Imperio, Hispania no lo era, pero sus habitantes presentaban problemas cada X tiempo, pese a que fue la región más romanizada culturalmente después de la propia Italia.
Sea como sea, Conan aparecía rodeado de cabezas cortadas y la ilustración lo mostraba como algo terriblemente tétrico. Pero los celtas beneraban las cabezas. Consideraban que en la cabeza residía la vida, pues si cortabas piernas o brazos se podía vivir, pero si cortabas la cabeza, no. Por ello consideraban que la cabeza era algo sagrado. Sus templos se llenaron de cabezas, amigas o enemigas, a las que venerar. La cabeza era sagrada y mágica. Incluso varias de sus esculturas y obras de arte hacen referencia a cabezas sin cuerpo. Como hemos dicho, los celtas de Iberia embalsamaban y colgaban las cabezas de sus enemigos a la entrada de su propia casa. Lo que nos puede mostrar cierto respeto a su enemigo. Protegían su casa, aunque la verdad es que los no familiarizados sólo podrían llenarse de horror al verlo. Los celtas beneraban a los muertos en guerra, tanto vencedores como vencidos, incluídos a los enemigos. Quien no conocía su cultura fácilmente podía caer en ideas de barbarie, y no de respeto, beneración, religión y valores mágicos. Aún podríamos citar otro dibujo de Conan, donde unos barbaros siniestros beben del cráneo de sus enemigos sangre humana. Eso también se dió, en el Mar Negro, en Crimea. Nos lo refieren varios viajeros griegos de varios siglos antes de Cristo. Les parecía repulsivo, pero lo cierto es que también era una práctica guerrera religiosa de transferencia de sabiduría y poderes de persona.
¿Y toda esta parrafada a costa de qué? No lo sé... quizá a que mi cabeza está dónde no sé dónde está últimamente, y distraerme con estos ejercicios me ayuda a no sentirme como una cabeza cortada.
dejo anotado aquí que al sociedad celta era estrictamente matriarcal.
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