Hube de saltar hoy por la ventana del patio interior de la casa de mis vecinos. Iba a entrar por la terraza, pero al final tuve que hacerlo por el patio. Tenía la puerta atrancada, teóricamente, y debía desatrancarla desde dentro a petición de la mujer. La familia de los vecinos son como familia propia. Tanto es así que mi padrino es de esa familia. Sus hijas (y ahora sus nietas) se han criado en mi casa, del mismo modo que yo y mi hermano nos hemos criado en la suya. Hemos compartido muchos momentos juntos cual familia de verdad las dos familias juntas, la suya y la mía. Así que se puede decir que son como unos segundos padres, con teóricas hermanas y con teóricas sobrinas mías. Entré por la ventana y lo que descubrí no era una puerta atrancada, sino un montón de sangre y unas llaves atascando la cerradura interior de la puerta. Había sangre por todos los sitios. El mayor de los charcos cubría más de mediá habitación de uno de los dormitorios. El esposo, una especie de segundo padre o de pseudo-tío, se había cortado las venas. Seguía vivo, aunque en parte ya había sangre cuajada. Había sangre por todos los sitios. Hablaba lento, casi dormido ya. Debió cortárselas hacía rato. Llamé rápido a la policía y a los servicios médicos de urgencias. Luego abrí la puerta a la esposa, una segunda madre o pseudo-tía mía. La policía me tomó los datos y me interrogó dos veces. Ahora él está en la Unidad de Vigilancia Intensiva de los servicios médicos. Esperamos noticias suyas, porque mi madre y yo nos quedamos limpiando la sangre de toda la casa y atendiendo las llamadas de su familia.
Ya había visto al Ángel de la Muerte. Lo vi en 2003, cuando protagonicé la muerte de mi padre. Ahora le he visto de nuevo con mi pseudo-tío, "segundo padre". Y esta vez créo que se lo quité al Ángel de la Muerte antes de que acabara su trabajo.
Te sonrío Ángel de la Muerte, nos vemos en Noviembre, en nuestra cita para tomar té recordando a mi padre.
Que el Angel de la Muerte se vaya con las manos vacías esta vez. Aunque no olvideis que cuando uno quiere irse con él, se puede retrasar pero no anular.
ResponderEliminarAdmiro vuestra capacidad de reacción, canichu.
Espero que os recupereis todos lo antes posible de esta terrible experiencia. Cuesta y no se olvida nunca, pero por lo menos el tiempo suaviza el dolor.
ResponderEliminarUn abrazo Canichu.
Desde el lejano oeste, Canichu, una abrazo solidario.
ResponderEliminarJoder, me han dado escalofríos...
ResponderEliminarJO-DER
ResponderEliminarNo hay palabras. Creo que una familia te va a estar eternamente agradecida.
Mierda.
ResponderEliminarQue tu segundo-padre/pseudo-tío y todos ustedes salgan bien de todo esto. Un abrazo desde la otra orilla.
Te leí ayer... No pude comentarte. Es que siempre me he preguntado si intentar suicidarse (más allá de si se logra o no) es un acto de cobardía o de valentía.
ResponderEliminarMe he quedado mal, sobre todo imaginando la escena. Y me alivio, pensado en tu sorpresa, en tu entereza para ponerle fin a esa decisión tan drástica.
Hoy me respondo que el ángel eres tú, porque has sido quien le puesto otra oportunidad a ese cuasi padre en la vida. Espero que él sepa aprovecharla.
impresionante la foto, te juro.
ResponderEliminarANDRES: oye después de tanto tiempo leyendo por aqui y yo en tu blog (aunque a veces no deje mensaje) te abro link desde mi blog, que ya era hora. Un saludo.
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