En la biografía publicada a Nacarino se puede leer la descripción de una colina a los pies del río Henares por la zona de El Val, donde actualmente hubo merenderos y al otro lado de una pequeña "muralla" de piedras contra las crecidas pasadas del río protege a casas de lujo actuales. Allí hubo más fusilamientos de republicanos por las autoridades de la dictadura franquista. En algún lugar hay una fosa común sin marcar y aún sin abrir con los huesos y los cráneos agujereados de aquellos que defendieron la democracia y la Transición prefirió olvidar. Este lugar es el que más concuerda con la descripción a mi juicio, aunque los árboles apenas dejan ver la colina. Otros testigos vivos de la época narran que las familias querían saber qué era de sus hijos, maridos y padres presos, por lo que pagaban unos céntimos a los niños del lugar para que fueran a escondidas a ver a quienes llevaban los militares a este lugar. Así las familias complutenses supieron si habían matado a sus seres queridos o no. Les daban una peseta si eran capaces de identificar quien daba el tiro de gracia. Para la historia ha quedado que los niños identificaron en todas las ocasiones a la misma persona, que fue intocable: uno de los sacerdotes de la ciudad llamado Cervantillos, quien tras ser fusilados los presos políticos se acercaba a ellos para comprobar si habían muerto y con una pistola de pequeño tamaño apuntar y disparar contra las cabezas. Esos niños hoy día es gente que vive, y la gente a la que informaron es gente que dejó su testimonio.
Este es el tercer lugar identificado con claridad. Según mi lectura de lo que dejó registrado Nacarino, aquí no sólo se fusiló a la mayor parte de los presos políticos ejecutados, sino que también se les enterró en una fosa común cercana con cal viva por encima. Fosa aún sin abrir y sin identificar. Se trata de la parte trasera de la Ermita del Val (actualmente se trata de una ermita del siglo XIX-comienzo del XX, pero se construyó sobre otra medieval en la zona donde el mito dice que un cruzado vio a la Virgen en un árbol, lo que reimpulsó la guerra de reconquista de Alcalá de Henares durante el siglo XI-XII, la cual había nacido de una cruzada que predicó el Papa del momento para recuperar la ciudad de los Santos Niños Justo y Pastor, la propia Alcalá). En la época de la guerra civil esta parte del valle aún tenía algo de su pasado de bosque. Era al menos una zona muy arbolada que más tarde la dictadura intentó mantenerla como tal, y la monarquía parlamentaria, con Felipe González en el gobierno en los 1980', también. Ha sido esta década 2000' la que la ha transformado en el parque sin árboles y sin uso que se ve en las fotografías.
Y con esto rindo mi homenaje este año a la Segunda República, esta vez ciñéndome al homenaje a quien defendió la democracia y la libertad en este Estado y murió por ello sin ser reconocidos ni hoy día.
Este post fue publicado primero en Diversidad Diacrítica por mí mismo. Saludos y que la cerveza os acompañe.
muy instructivo como siempre
ResponderEliminarsaludos
Pasé a saludarte. Estoy atrasadísima con tus posts (y con otros también), pero como hago siempre, encontraré un momento para leerte. Este tema de la República no quiero perdérmelo. De todas maneras, para estar presente en una fecha tan significativa, te dejé en tu post, un comentario en Diversidad, para ti y los amigos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya tema el de los jardines yermos donde antes había naturaleza, no lo entiendo.
ResponderEliminarTristeza pensar en las represalias, los muertos, asesinatos, fusilamientos.