Amanecí en mi casa con un nuevo álbum de fotos que me habían traído de la tienda de revelados. No era una ilusión visual de este espía. Yo estaba desnudo en mi cama (sí, duermo desnudo y era gratuíto decirlo) y me desperté con toda la ropa por el suelo y en la cabecera de mi cama el álbum nuevo para fotos... lo que me pone en la vergonzosa situación de que mi madre fue a la parte de la casa donde estoy y abrió mi habitación impunemente... Es mi madre, pero ya tengo una edad (27 añitos) para tener mi intimidad, ¿no? En fin, el álbum estaba en rebajas porque estaban liquidando sus artículos de fotos convencionales para adaptarse tan sólo a la fotografía digital. Carajo, estamos siendo relegados al desván todos aquellos que nos gusta lo analógico, lo material fuera del mundo de la informática. Me fuí desperezando poco a poco y reconstruyendo mi noche... la pasé entre la cervecería Amstelería (con amigos habituales), el Escudo (comiendo algo), el bar La Vaca Flaca (saludando al Vaquero, que había regresado y me contaba su viaje por Italia y los cambios del bar este Otoño) y el Flamingo (con los dueños, son amigos, riendo con una película japonesa de los años 1960'), acabé con un paseo de madrugada por una avenida jardinada. Qué vacío fue, aunque tuvo sus momentos divertidos (pienso al escribrilo ahora haciendo memoria). He entrado en el ciber de Internet de los colombianos y no hay nadie... ni el dueño, está su esposa. Pero también está una chica rumana que esperaba la llamada de una amiga suya para iniciar una conversación por messenger. La ayudé hace días para que supiera cómo son las videoconferencias... ahora me habla cada vez que coincidimos. En fin, su amiga tardó diez minutos en llamarla y se me ha quedado al lado viendo lo que yo veía y hablando... hasta me ha pedido poder ver la página de Khalo... (¿morbo, gusto por lo erótico y artístico, u otros gustos personales de la chica?)
Y a todo esto... ¡Vivo aún en el mundo analógico y no me siento mal por ello! Este post sólo es para reafirmarme en ello, puesto que en realidad, como veis no me ha ocurrido entre anoche y hoy nada que contar, o quizá sí... ¿yo qué sé? Me he levantado con resaca juguetona.
Y a todo esto... ¡Vivo aún en el mundo analógico y no me siento mal por ello! Este post sólo es para reafirmarme en ello, puesto que en realidad, como veis no me ha ocurrido entre anoche y hoy nada que contar, o quizá sí... ¿yo qué sé? Me he levantado con resaca juguetona.
Ventajas de los álbumes tradicionales: no necesitas electricidad, ni Pc, ni chorradas de ésas.
ResponderEliminarA mí me gusta el papel. Soy casi incapaz de leer en la pantalla, por ejemplo. De hecho tengo impresos tus informes históricos, porque en papel los leo mucho mejor.
¡Viva lo analógico! Una foto en papel te acompaña donde vayas, hasta donde no hay pc.
ResponderEliminares la ventaja del papel fotosensible. Hasta las cámaras analógicas me gustan más. Me estoy transformando en pieza de museo, creo.
ResponderEliminarNo. Demasiado joven, XD
ResponderEliminarpero es que hoy día con la alta tecnología hasta los jóvenes nos volvemos viejos... por cierto, últimamente en algunos trabajos me dicen que no me cogen porque les resulto viejo (normalmente de los de cara al público)... CON 27 AÑOS!!!! ¿Adónde estamos yendo?
ResponderEliminar¿Entonces qué soy yo? ¿Una bisabuela?
ResponderEliminarEs lo que tiene el vintage, que todo lo que tenga más de 10 años ya es objeto de coleccionista, y los que lo utilizan o lo prefieran, unos geeks infectos. Estoy de acuerdo contigo, el papel es mucho más glamouroso, dónde va a parar...
ResponderEliminarTambién estoy de acuerdo con lo de que los que pasamos de 25 tacos, somos demasiado viejos para el mercado laboral... cosas del capitalismo y sus animalías
Salud
Si no supiera que de verdad ocurre esto, pensaría que estoy leyendo invenciones. Es una auténtica barbaridad.
ResponderEliminarPues sí, la modernidad nos hace viejos a edades jóvenes.
ResponderEliminaryo también te agregué en mi blog, muchas gracias
ResponderEliminarSalud