sábado, noviembre 04, 2023

NOTICIA 2266ª DESDE EL BAR: ALCINE 52, UN DESAFORTUNADO INICIO

Pues ya ha empezado el festival de cine Alcine, en su edición 52, en realidad 53, pero de eso ya hemos hablado otros años desde 2020. Como vengo haciendo desde el año 2000 soy jurado del público. Así que me toca una de cal y una de arena lamentablemente en esta edición, porque creo que ha sido el más desafortunado de los inicios del festival en sus cincuenta y tres años de existencia. Un error garrafal en el primer día.

Empecemos con lo bueno. Desde hace un mes, o algo más, la organización viene anunciando en la radio y la prensa local, así como en una proyección inaugural fuera del festival, en voz de Pedro Toro y otros organizadores, una serie de cambios. Cambios que se han autoadjudicado como ideas propias, a pesar de que hace años que algunas personas, entre ellas un servidor, han escrito o sugerido por diferentes vías como posibilidades a mejorar, incluso apuntando soluciones como algunas de las adoptadas. Da igual, es un asunto menor, probablemente hay organizadores nuevos que probablemente han llegado a las conclusiones por sí solos, de igual modo que estoy seguro que hay organizadores más veteranos que son conscientes de que hace años que algunas de las ideas que presentan como nuevas vienen rondando en lo que ellos este año han bautizado como "alcinéfilos", expresión acuñada por el actor Javier Cámara en reconocimiento a un espíritu de alta fidelidad de muchos de sus espectadores y jurados del público.

Estaba claro que el problema de elegir "con papá o con mamá" a la hora de elegir de qué se quiere ser jurado era un problema para mucha gente, así como los horarios, que te hacen imposible estar a una y a otra, te obligan a una o a otra. Lo de los horarios sigue sin resolverse del todo, porque bien es cierto que hay tanto material que es difícil de cuadrar, aunque todos los años cualquier persona coge esos horarios y todos hacemos encajes que dan más posibilidades que las que se ofrecen. Y esto es real. Las típicas conversaciones entre sesiones de todos los años. Pero es cierto que es algo complejo. No para de llamarme la atención en este asunto de los horarios que hayan elegido, por ejemplo, las proyecciones más largas de Pantalla Abierta en la segunda sesión, cuando la mayor parte de los que van no son estudiantes, son gente adulta con trabajos a los que acudir sí o sí o si no también al día siguiente. Creo que no se agradece lo suficiente la paciencia anual de los alcinéfilos... y que se cree en exceso en una programación que mira más al estudiante que a la media real de edad que se ve en las salas en general. 

Sea como sea, es positivo que hayan elegido como solución al "con papá o con mamá" algo que era evidente desde hace años para todo el público con derecho a voto: elección libre, libre entrada para cualquiera de las secciones a votar. Claro que también es que se imponen los hechos. La página que diseñaron desde 2020 para eliminar el voto en urna (un error, insisto, porque eso hace obligatorio dispositivos con internet, lo que hace que el potencial jurado no pueda ser de cualquier extracción económica o de conocimientos, a pesar de que hoy día la mayoría tengamos dispositivos con Internet), pues esa página te permitía y te permite votar todas las secciones, aunque no estuvieras inscrito en ellas y no hubieras visto nada, por ejemplo del cortometraje español si estabas en el europeo. Con la solución de este año se abre al reconocimiento tanto del interés del jurado de ver varias secciones, como de votarlas, pero sigue abierto el problema de que se puede votar cosas que no has visto, para bien o para mal, cosa que con el voto con papeleta y urna en el recibidor de las salas no ocurría, porque te obligaba realmente a estar allí y ver lo que votabas. Era una especie de control que otorgaba calidad en el sentido de que aseguraba que el jurado al menos había visto la proyección. El cómo ya es otra cosa. Ahora mismo eso no está asegurado, Lleva sin estar asegurado desde 2020. El voto en urna era y es útil.

Ahora viene lo que me parece un grave error. Y lamento mucho tener que apuntar esto, por el cariño que le tengo al festival y por conocer y ser amigo de algunas de las personas que están en la organización, pero hay que pensar que se escribe no para criticar en negativo, sino para aportar cosas que se pueden mejorar, y eso es algo positivo. Este año, es inexcusable el error inicial... y merecería una petición de "lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir", sobre todo porque las que han pagado el pato han sido las meras trabajadoras de las taquillas de los teatros, no la organización, que es la responsable.

Tradicionalmente se han repartido carnets acreditativos de jurado en cartulina. A partir de la pandemia de 2020 esto se cambió a que anotaban tu nombre en una lista y luego las taquilleras recibían la lista, te buscaban y te tachaban cuando retirabas tus entradas. Este año esas listas no estaban en manos de las taquilleras, y si había alguna faltaban numerosos nombres de personas que reaccionaban entre la incredulidad y el enfado. Algunas de ellas optaban por pagar el pase de la primera proyección de Pantalla Abierta, otras simplemente pedían revisar una y otra vez las bases de datos o se enfadaban por no estar. Evidentemente algo ha fallado de manera garrafal. Si optas por no dar carnets desde 2020 y usar una lista, esa lista debe estar útil y presente desde el primer día de cada festival. Yo mismo no estaba en lista, me mandaron a las oficinas de la organización. Así pues me fui a las oficinas de organización, que lo normal todos los años es que están abiertas aunque sean horas de anochecer, precisamente porque no es un día cualquiera, es un día de inicio. Resultó que las oficinas de organización estaban cerradas. Miré mi aplicación y vi que estaba activo para votar, podía votar pero no tenía mi pase de jurado. Un absurdo. Le expliqué a la taquillera de vuelta al teatro que en ese sentido cómo podía ser que pudiera votar lo que me diera la gana sin que tenga pase alguno para ver las proyecciones. Como se estaba abrumando por otras quejas que llegaban me dio una entrada y me dijo que solucionara el problema al día siguiente, hoy. 

Una vez dentro, antes de la película, Pedro Toro nos preguntaba con buen humor que si todos teníamos nuestra pulsera de pase de jurado... ¿Pulsera? ¿Qué pulsera? Alguno se había enterado de algún modo, porque hubo quien dijo que sí, pero había mucha más gente que no. Algunos comentaban que ni siquiera habían recibido un correo electrónico informando de nada, yo tampoco. Evidentemente otros comentaban que las oficinas estaban cerradas, tal como yo mismo acababa de vivir antes de entrar al teatro. Y así todo. ¿Cuándo cambiaron el sistema por una pulsera? ¿Dónde las dan? ¿Cuándo y cómo informaron si es que informaron, que me estoy imaginando que dirán que lo dijeron en Cadena SER Henares, ya que hay gente de Acine suele colaborar con ellos, pero que no tiene porqué ser escuchada en ese preciso momento por todos los que somos?

En fin, un caos lamentable. A mí ni Pedro Almodóvar ni Pedro Almodóvor para darse bombo en el inicio de este Alcine. Con todo mi respeto a Almodóvar, cuyas películas me parecen genialidades y cuya vida inicial antes de la fama conozco mejor ya que soy uno de los archiveros que han trabajado para su conocimiento los fondos fotográficos y videográficos de Pablo Pérez-Mínguez. Lo que vengo a decir es que no hay que darse tanto bombo trayendo a alguien tan reconocido, sino que trayendo a esa misma persona lo que hay que hacer es que bombo y platillo suenen bien acordes, o sea: crear una buena organización que dé o ningún problema (cosa que siempre es imposible en cualquier gran evento) o en su caso los problemas más mínimos y anecdóticos. 

En fin, a ver si a lo largo de hoy soluciono los de mis pases y, como cada año desde 2000, sigo mi tarea de jurado de público... y si no tengo los pases, seguiré igualmente, pagando la entrada de cada proyección. Alcinéfilo, que dijo Javier Cámara.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

PD: Dos horas después de publicar fui a la organización y me dijeron, pidiendo disculpas, que efectivamente le ha pasado a mucha gente. El problema es que este año había que rellenar un segundo formulario que enviaron en el email de confirmación del primer formulario. Una novedad. Por inercia la mayoría dimos por bueno el email de todos los años sin terminar de leer. Así que son culpas compartidas. Pero está claro que este año la comunicación ha sido un desastre por parte de todos. 

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