sábado, junio 24, 2023

NOTICIA 2239ª DESDE EL BAR: INSTRUCCIONES PARA COMPRAR UN LIBRO

Pues ya está, el quinto libro, que estaba disponible desde mayo, ya está presentado en el restaurante rock Backstage de Alcalá de Henares este 24 de junio. En la Noticia 2220ª, el pasado 21 de abril, hablé de aspectos personales que no había contado de cada uno de mis libros. Hoy quiero completar un poco más.

He de decir que a menudo me preguntan dónde se pueden comprar mis libros. En las librerías. Mis libros, como otros libros, se pueden comprar en las librerías, si físicamente no están en sus estantes, se pueden encargar, como se ha hecho toda la vida, o más moderno: a través de las páginas web de las librerías de toda la vida, como las alcalaínas Diógenes o Domiduca, pero también de cualquier otro lugar, tecleando en el buscador google se encuentran por los títulos. Algunos también se pueden comprar en las grandes superficies. Desde luego también a través de plataformas de Internet como Todos tus libros, Amazon, Iberlibro, Casa del Libro, Agapea, Librotea o directamente desde las páginas web de su respectiva editorial. 

Por supuesto, siempre hay alguien que prefiere comprármelo a mí directamente. La cosa es que, salvo el que autopubliqué, no tengo ejemplares de mis libros. Del que autopubliqué aún podéis pedirme, porque me quedan veinte disponibles en casa. En general de mis libros sólo tengo los que me quedé para mí mismo, con notas mías manuscritas, de hecho. Hay que pensar además que pedir los libros en una librería o editorial, ya sea física o cibernética, hace ver al librero y al editor que el autor o la autora son gente solicitada, con público, eso ayuda a que el librero quiera tener disponibles más libros suyos, a veces en sus estantes, y a que el editor vea que el autor es buscado e interesa, por lo que merece la pena publicitarle más o distribuirle más o, tal vez, publicarle más. Ayuda en general a dar a conocer. Cuando alguna vez una amistad música escribe en redes sociales que la mejor forma de apoyar a un músico es yendo a sus conciertos o comprar sus discos, hay que reflexionar que para apoyar a quien escribe lo mejor es leerle, claro está, y eso puede ser gratuitamente en bibliotecas, o incluso pedir a las bibliotecas que adquieran libros suyos concretos (que eso es gratis y es una ayuda al autor), o bien adquirir uno mismo sus libros, si son ejemplares regalados estupendo, pero sí no hay que comprar, y para comprar lo mejor es pedirlos a librerías o editoriales. También es cierto que ir a recitales o mesas redondas si te interesa mucho, si te gusta mucho, pues es un plus.  

Y supongo que esas son las instrucciones para comprar un libro. Además también porque, aunque mucha gente no lo sepa, lo habitual es que una editorial le dé al autor más o menos unos cinco libros de cortesía, algunas le da alguno más, y lo normal es que el autor, encantado con su obra, de inmediato se los regale a las personas que le son más estrechamente cercanas en su vida más privada. Por lo que ocurre, al menos en los autores menos difundidos, como es el caso, que cada vez que alguien insiste en que le regale un libro, el autor, como es el caso, haya terminado comprándolo él y regalado después, o bien si insiste esa otra persona en pagarlo, en que el autor se lo rebaje de precio perdiendo todo posible beneficio, por lo que el autor pierde dinero. Perdemos dinero, ganamos otra cosa, eso sí, ser leído, claro, pero también la satisfacción de satisfacer a una persona amiga o conocida, porque no sólo de dinero vivimos. Lo humano afecta a lo emocional y refuerza lazos que vienen a decir: te aprecio mucho y por eso hago lo que me pides, toma el libro, que no sabrás que lo he comprado yo por ti, que es un gesto que dice te aprecio mucho aunque tú no lo sepas. 

Ahora os pongo un poco más de mis libros publicados. En título tenéis dónde encontrarlo, en reseña, pues reseña. Y os hablo a través de una pregunta que le pedí a amistades que hicieran eligiendo libro para hacerla, así doy datos nuevos y respondo curiosidades.

Relatos de la Gran Guerra (2016, ed. Atlantis y por aquí la reseña): Pregunta el poeta Samuel Santos: Teniendo en cuenta las experiencias, algunas de ellas traumáticas, y vicisitudes a las cuales se enfrentan los protagonistas, víctimas todos ellos del sinsentido que es la guerra, cada uno desde sus circunstancias particulares. Si hubo algo que te produjera más dolor, sobre todo, a la hora de documentarte, como historiador, ¿qué sería? Y asimismo, ¿qué moraleja o idea dirías que puedan llevar implícitos los propios textos que inviten a la esperanza, en este preciso momento, y atendiendo al contexto actual? 

Lo cierto es que ese libro partió de la base del artículo que escribí en 2014 para Diagonal y como trataba de la literatura surgida a partir de escritores que vivieron en primera persona la Primera Guerra Mundial me leí muchos de aquellos libros. La mayoría eran autobiografías noveladas y novelas con una gran dosis de vivencias personales en las líneas de frente. Los más impactantes de entre todos eran Sin novedad en el frente, de Remarque, y Tempestades de acero, de Jünger. El primero tiene ahora una película muy realista que ha ganado un premio Oscar. Aunque leí libros de literatos que fueron combatientes por diversos países, como Reino Unido, Polonia, Estados Unidos y otros, estos dos eran alemanes. El primero tenía una alineación con la izquierda socialista, entendida ampliamente, y era antibelicita, el segundo comenzó su carrera militar allí y la continuó en la Segunda Guerra Mundial en la ocupación de París, pero él no era nazi, era simplemente militar de carrera. Ambos en ese momento eran muy jóvenes y ambos coinciden en que el problema de que la gran mayoría de los alemanes fueran en masa a la guerra en 1914 había nacido de unas ideas nacionalistas muy cerradas, muy restrictivas, que creían en los derechos de los alemanes como algo diferenciado del resto de la sociedad y que repartía carnets de quién era buen alemán y quien no, pero el ser buen alemán solía ser aquel que cumplía con los requisitos más conservadores de la sociedad, que en el fondo beneficiaba a los que más dinero tenían. En 1914 aún no existía la ideología nazi, pero sí una fuerte sensación de identidad nacional ultracoservadora desde la unidad alemana de Bismarck entre 1864 y 1871, que en buena parte se hizo mediante la guerra y la identificación de los valores democráticos franceses como enemigos. Una especie de la construcción de Europa desde dos puntos de vista diferentes, uno más autocrático e imperial (Alemania y Austriahungria) y otro más democrático (Francia y Reino Unido), o Este y Oeste si se prefiere. Lo que ocurre es que ambos escritores, muy jóvenes, llegaron a filas desde sus centros de enseñanzas, como alumnos. Los profesores, señores mayores, les inculcaban día sí y día también la idea de la patria y la bandera sobre todo, así como en las calles la gente mayor, hombres y mujeres, que no iban a ir al frente, les animaban y les increpaban a ser buenos alemanes yendo a luchar. Por ello, muchos jóvenes se alistaron voluntarios, cosa que ambos escritores dicen que se arrepintieron todos a la primera de cambio cuando la primera bomba esparcía las tripas del compañero a tu lado y te llenabas de sus vísceras de arriba a abajo. Quizá han sido los autores más explícitos en escribir libros bélicos que en realidad son antibélicos al retratar con total exactitud ya no tanto ideales románticos o movimientos y estrategias, sino lo que al ser humano como individuo le supone la guerra, y las imágenes más claramente definidas de lo que supone un balazo o un bombazo en el cuerpo de la persona. Libros muy recomendables para alimentar el antibelicismo, pero que por incómodos no son muy digeribles para las personas más sensibles ni para los más reaccionarios. La educación, ponen la nota ellos, se había vuelto hipócrita animando a los más jóvenes a realizar aquello que los que educaban en ello no estaban dispuestos a hacer por sí solos. Ni los ricos iban a las trincheras, ni los gobernantes, ni la gente con edad tampoco. La guerra como engaño para que defiendas los intereses de otros que te han convencido de que son tus intereses y la guerra como carnicería. Hay un guiño a uno de los pasajes de esos libros en mi libro. Creo que esto ya puede establecer reflexión sobre los acontecimientos actuales en Europa.  

Balada triste de una dama (2017, ed. Verbum y por aquí la reseña): Pregunta uno de los redactores del grupo que escribimos la revista El Recreo en la década de 1990 y autor de la fotografía que me retrató en el Backstage que acompaña esta entrada, Pedro Maza: ¿Creaste los personajes para las personas o amoldaste a las personas a personajes que ya tenías en el tintero? 

Los personajes no existían. Se fueron creando al momento. Pero no fueron creados para las personas que dijeron que querían aparecer ni se amoldaron a ellas. Al menos no en la totalidad. Inicié una trama de un secuestro pirata y entre los amigos de siempre y los que iban al bar Flamingo Rock Bar aparecieron los personajes. Primero pedí y pregunté quién quería que su nombre apareciera en una novela de piratas. En principio había en el primer capítulo una idea de personajes que además se mezclaba con homenajes a amigos que quería que su nombre estuvieran y tuvieran así una segunda vida. Seguía la idea del relato largo Los '30, escrito algo antes y que actualmente va a dejar de ser un relato para ser una novela que estoy a punto de acabar y si hay suerte para Navidad o para el año que viene estará lista. La cosa es que la gente no sólo me dio su nombre real o su pseudónimo, dependiendo de cada cual, sino que algunos, no todos, me dijeron que querían ser tal o cual cosa, mientras otros, como Luis Abad, me dieron carta blanca, con lo que le gasté una broma. Todos querían ser los buenos, salvo dos personas, una de ellas ya fallecida, pero evidentemente alguien debía ejercer de malo. Esto daba motivo para pequeños "piques" siempre en broma cuando íbamos al Flamingo. Por ejemplo se dio el caso de que David Rodrigues, portugués, creyó que había usado del tópico en el cual los portugueses creen que los españoles les hemos tenido por enemigos siempre, esto no es real, pero una parte del imaginario portugués está ahí, por lo que con sentido del humor me preguntó porqué le había tocado ser el más malo. La respuesta es que yo le apreció mucho y le quise dar un papel central, porque otros amigos ya lo habían tenido en el anterior relato citado... y alguien tenía que ser el malo. Se dijeron muchas cosas y mucha gente especuló. Un personaje femenino preguntó sobre su promiscuidad, una pareja que no era pareja quiso saber si yo había visto algo en ellos como pareja, otro se quejaba de que él no tenía los valores éticos de su personaje, etcétera. No eran ellos, no construí una novela con personas reales, sino con personajes irreales que tenían sus nombres, nombres que ellos dijeron que querían dar para ese relato. Quien me pidió ser tal o cual tipo de personaje se lo concedí... pero como los dioses griegos, que concedían a los mortales sus peticiones, pero como regalos envenenados que no daban el resultado que el mortal deseaba. Lo hacía como broma, porque en realidad me gustaba la libertad total para crear, no estar condicionado, sobre todo porque para satisfacer a veces tenía que retorcer la historia. Pero he de reconocer que estoy muy agradecido, a alguno de los personajes le di el guiño a algo suyo de la vida real, captable por esa persona o quien la conoció en esa época, pero no a todos. Pero estoy muy agradecido porque los que me dijeron que querían tal o cual cosa me hacían pensar cómo encajar el puzzle y creo que eso enriqueció la novela. La novela no puede ser de otro modo. Si alguien quisiera llevarla a otro formato le pediría que respetara el relato tal como es, porque es producto de un momento pletórico de amistades de bares de rock. De todos modos, la petición que más se repetía a modo de media broma y media verdad era la de que cuando apareciera su personaje no lo matara de inmediato. Y es que como dijo años más tarde Pablo Cristóbal, me había adelantado a George R.R. Martin, pero yo era desconocido. Esto no es así. La primera novela de la saga Juego de tronos es de 1996, pero es cierto que en España, aunque era conocida por los amantes de la épica, no fue popularizada hasta la serie de televisión homónima estrenada en 2011. Yo mismo no la conocía, y mi libro es anterior a 2011, fue publicado por capítulos en esta bitácora en 2010, pese a que se publicó en libro de papel en 2017. Si los editores españoles tuvieran más valentía a la hora de apostar, o los productores audiovisuales españoles, yo ahora mismo puede que no estuvieses donde estoy, aunque es evidente que George R.R. Martin es George R.R. Martin, no me puedo comparar ni me comparo... aunque yo sí terminé mi novela. 

En la nueva novela vuelvo a hacer homenajes, pero esta vez no le he preguntado a nadie para que no me digan que quieren esto o aquello, sólo les he informado de que estarían y me dijeron que les parece bien y esperan poder leerla pronto.

El frío que nos acoge mientras los robots caminan entre los humanos y otros relatos (2019, ed. Amarante y por aquí la reseña): Hace la pregunta la locutora, diseñadora, ilustradora y cuentacuentos, que ha maquetado este libro, Zia Mei: Algunos relatos, como el primero que es una novela y el de la huelga marciana, son muy duros. ¿Sientes que la sociedad es así? ¿A veces preferirías ser un androide?

Es un reflejo desde la ciencia ficción. De hecho en los relatos de este libro tuve muy en cuenta los procesos repetitivos de la Historia. Es conocido que soy licenciado en Historia y que he ejercido investigando y sigo en ello, así como cuando trabajo de archivero trabajo también con ello. En la Historia tratada como lo que es, con método científico, humanístico, pero científico a pesar de que algunos de ciencias puras no entiendan esto (nuestro método es el suyo, pero tiene variantes humanas que hace que no sean matemáticas, pero se le acerca mucho a las matemáticas porque en miles de años no creas que hemos cambiado en procesos mentales demasiado), pues en la Historia puedes ver que la psicología de masas suele funcionar más o menos siempre igual en términos generales en cualquier periodo, del mismo modo que los grupos identitarios o en comportamientos individuales ante situaciones relevantes y ante situaciones comunes a todos los humanos, otra cosa son los pormenores de cada cual y su época. Es algo complejo, porque es como una telaraña que se va enredando en montones de apartados o de posibilidades, pero todos están enredados entre sí. La Historia necesita por ello de psicología, sociología, economía, biología, medicina, ecología y todas las demás ciencias como auxiliares de ella. Suena raro, lo sé, pero es así. No es que la Historia sea el epicentro, esto es lo maravilloso, ella afecta a las otras, pero las otras componen a esta, ninguna es el centro y todas son centrales. ¿Por qué cuento esto? Porque cuando compuse este libro, que en parte ocurrió y se compuso igual que el de la anterior pregunta pero con gente que leía mis redes sociales, muchas amistades, tenía en mente que quería seguir las líneas básicas de los procesos. En el primer relato quise partir de la base de una utopía que coquetease con su transformación en distopía, ese momento intermedio, pero además el libro infiltra numerosas ideas libertarias y filosóficas de otras corrientes. Incluso hay guiños al 15M de 2011. Tiene la revolución atacada por la contrarrevolución sin que se den cuenta, los hilos oscuros que suelen llegar desde el poder. Pero en medio de todo eso, nada importa, porque una pandemia puede acabar con todo ello, y, ojo, que esto lo escribí años antes de la pandemia de Covid-19 de finales de 2019 que aquí llegó en 2020, lo escribí y publiqué en esta bitácora por entregas en 2014 y lo publiqué en libro en la primavera de 2019.  Son procesos habituales a lo largo del tiempo, nos sentimos únicos ahora mismo porque los vivimos ahora, pero con otros elementos lo vivieron otros... ¡y los vivirán en el siglo XXIV! Quién sabe si con lo de los robots... 

En el de la huelga mucha gente creyó que me fijé en la huelga de controladores aéreos, que estaba en boga en ese momento, pero la verdad es que no. Me fije en el proceso de momentos innumerables en lo que a los anarquistas les han  hecho eso a lo largo de toda su Historia, tergiversando la Historia quienes logran vencerles, manipulando, censurando la verdad... Desde 2020 se hizo muy popular lo de hablar de "noticias falsas", pero lo cierto es que eso es muy viejo, tenemos conocimientos de ellas en lo más profundo del inicio de las civilizaciones humanas. Que tú estés en el bando afortunado o el desafortunado es otra historia. La verdad y lo verosímil se entremezclan continuamente en el devenir humano y se confunden. Quien es profesional de la Historia te dirá siempre que no hay verdad absoluta, porque siempre nos faltarán datos, pero hay aproximaciones más o menos acertadas, según la profesionalidad y el saber hacer del investigador, sin embargo el mal historiador o el manipulador o el interesado te hablará de verdades absolutas en la Historia, cuando en realidad lo que hacen es construir relatos verosímiles. Todo este libro de ciencia ficción gira en torno a ello fijándome, sobre todo, en los varapalos que se ha llevado el anarquismo en toda su existencia y que hace que incluso hoy día mucha gente lo asocie a caos y violencia, no siendo así el ideario. Sí, la sociedad funciona más o menos así, pero creo que el primer relato tiene un final que no puede ser otro, no puedo desvelarlo, pero es el que debe tener. 

En cuanto a lo de querer ser un robot, no. Tal como son ahora estos no tienen emociones, sentimientos, valores éticos o morales, son programables de manera que no salen de su programación... tal vez en el futuro se aproximen a nuestro ser, no lo sé. Quisiera vivir para siempre, pero somos humanos. Y mira que siempre he imaginado mucho cómo sería tener un androide como amigo o amiga. Hoy en el diario The Guardian hay un artículo sobre que una conocida red social anglosajona, que no se maneja mucho en España, tiene ahora mismo una protesta en marcha de los usuarios que se dedican a controlar que no haya material no permitido entre las cosas que cuelga la gente. Para ello ponen pornografía para que todo se vete, lo que hace que nadie pueda ver nada y la empresa esté perdiendo dinero de los publicistas. El motivo de la protesta fue el anuncio de la compañía de entrar en tratos con una empresa de inteligencia emocional para que esta aprenda y se entrene a través de los signos de reacción que hacen los usuarios a las publicaciones. Lo cierto es que yo dije hace años a unos amigos esto mismo después de leerlo en prensa económica sobre Facebook, otra red social, y me tomaron a cachondeo, claro está, yo no sé de ingeniería tecnológica. Pero resulta que ahora, este año ocurre esto, que es algo real, que está ocurriendo, ocurría y ahora sigue ocurriendo. Tiene su peligro, porque puede que ese entrenamiento cibernético aprenda a rajatabla una emocionalidad falsa, pues a nadie se nos escapa que a menudo damos emoticonos de "me gusta", "me divierto", "un abrazo", "me enfada", etcétera o bien en broma a todo lo contrario, o bien puedes decir que te gusta que se diga algo que en realidad te repele, pero te gusta que se diga para que se sepa. Es un mundo confuso, pero que los humanos, conociéndonos, sabemos interpretar, los robots pueden tomarlo como matemáticas con interpretaciones únicas, puede ser peligroso si no se afina en esto. Lo que vengo a decir es que puede que los robots un día se nos asemejen, pero hoy por hoy son lo que son y nosotros somos humanos y nuestros valores son humanísticos.

La depuración de maestras y maestros en Alcalá de Henares (1939-1941) (2021, autopublicación y por aquí la reseña): Hace la pregunta el doctor en Historia y experto en movimiento obrero Julián Vadillo: De todos los casos analizados en en libro, relativos a la depuración del magisterio complutense tras la Guerra de España, ¿cuál es el que resultó más llamativo o refleja mejor la política del régimen franquista con maestros y maestras republicanos?

El caso más representativo es el de Ángel García. Es el eje vertebrador de toda la depuración de la enseñanza de magisterio en Alcalá de Henares. De hecho leyendo el libro, siendo de Historia, es la historia de este hombre la que hace que en cierto momento pueda funcionar de novela, casi de invitación a hacer una serie de televisión o un cómic de él para difundir esta parte de la Historia de España, pero Ángel García está indivisiblemente ligado a la historia de Enriqueta de la Hoz, a la que acusaron de ser su amante entre otras acusaciones de carácter político. Todas las maestras y maestros depurados en Alcalá giran sus vidas en torno a estas dos personas y sus expedientes de depuración. Ellos ocuparon cargos sindicales en la enseñanza, en la FETE, de la UGT, pero también destacaron por su papel activo en la ciudad durante la guerra, pues sin abandonar la enseñanza también se dedicaban a actuar con organizaciones antifascistas y con el ayuntamiento. La historia de ellos dos refleja bien la política depuradora, pues en todos los depurados siempre hay preguntas sobre ellos en la búsqueda de reunir testimonios que justificasen su represión de una manera legal, con la legalidad franquista en esos momentos ya vigente. Se trataba también de dejar en evidencia que los postulados del Movimiento sobre quién había sido responsable de la guerra eran los correctos, para eso los tribunales tenían que encontrar o señalar a esos culpables. Según el Movimiento habían sido los republicanos de izquierda y los socialistas en todas sus versiones los culpables, los responsables, habiendo sido en realidad al revés, pues los alzados en 1936 eran personas de derechas. Ángel García y Enriqueta de la Hoz llevaban  años representando los derechos laborales de sus compañeros y estallada la guerra siguieron en ello a la vez que lo combinaron con las necesidades y las circunstancias de la guerra. La pertenencia a la izquierda socialista, la militancia, el creer en una educación laica, el creer en el amor libre en el caso de que fuera real la relación entre ambos a pesar de que Ángel estuviera casado, por tanto atentando contra la moral católica e incluso quizá apuntando al divorcio, el que la mujer pudiera tener relaciones sin necesidad de estar casada, también ese preciso asunto de lo religioso ya que a Ángel le acusaron de quemar Santa María la Mayor, cosa que hoy día sabemos que no era cierta, la obsesión con la represión republicana contra la gente de derechas como algo comunista en chekas, pues le acusan de participar de un fusilamiento y de torturas en una de ellas, a pesar de que él no es del PCE sino del PSOE y que también se demostró irreal cuando un sacerdote escribió en la década de 1960 que las sacerdotes que se suponen ejecutados estaban vivos en esos días, cosa que hemos sabido en la década de 2010 gracias al investigador local Sanluciano, etcétera, reúne en ambos expedientes todo el conjunto de obsesiones del primer franquismo a la hora de acabar con la izquierda, incluido el fusilamiento de este maestro sin  dar tiempo a amnistía alguna, a la que tenía derecho a pedir y que según su expediente se pidió. Se les podría haber reparado con algún tipo de monumento que corrigiera su memoria, pero nunca se ha hecho ni tiene pinta de que esto vaya a suceder en breve ni en cuatro años.

Superman, Batman y Franco. La censura en tiempos de Franco (2023, editorial Domiduca Libreros y por aquí unas palabras que el dediqué en mayo a falta y a la espera de que le escriban una reseña que enlazar): La pregunta la hace uno de los ilustradores que tuvimos en La Botella Vacía, Paulino Merino: ¿Cómo te imaginarias un crossover [cruce de historias de protagonistas diferentes] de Batman-Superman en la que tuvieran que viajar a la España de Franco a luchar por la libertad contra un supervillano creado por un científico nazi huido a España al servicio de tito Paco? ¿Cómo tratarían el tema los dibujantes y guionistas?, en 1968 por ejemplo. ¿Con cuidado de no ofender al régimen o todo lo contrario? A saco. ¿Dibujarían a Franco como un megalómano villanesco hiper peligroso... un Hitler super malo? ¿Deseoso de usar su Capitan Hispania para dominar el mundo? ¿O ese Capitán Hispania sería un Cráneo Rojo de la vida, que ve a Franco un mierda y quiere tomar el control? ¿Batman y Superman ayudarían al régimen? 

En la fecha propuesta, 1968, la respuesta es muy sencilla no se hubiera publicado nada, quizá hacia finales de año pudiera publicarse alguna parte, la más inocua, pero una trama como esta no hubiera pasado censura con toda seguridad, ni siquiera con cambios y eliminaciones parciales. Tal número no hubiera visto la luz. Pero imaginemos que lo intentan pasar en 1972, donde existe censura pero los personajes están permitidos, otra cosa son las tramas. La trama seguiría siendo algo imposible de publicar. Lo sería porque evidentemente al trasladarse a España a ninguno de los dos censores encargados para las publicaciones infantiles y juveniles se les iba a escapar que implícitamente se podría estar aludiendo a Franco. Que el villano fuera un huido del régimen nazi daría más o menos igual. La total consonancia del franquismo con los nazis se da en la primera mitad de la década de 1940, en ese momento, sí, se prohíbe, de hecho no se publicaron los ejemplares de la época de Superman contra Hitler. Pero cuando los aliados desembarcaron en Italia y luego en Normandía se produjo un distanciamiento estético que en los años sucesivos se reforzó. No quiere decir que no hubiera fascistas, evidentemente, pero por ejemplo las películas de Hollywood sobre al Segunda Guerra Mundial de las décadas de 1950 y 1960, por todos conocidas, se estrenaron en España, como mucho en la cartelería, y esto lo trabajé en el archivo gráfico de la Filmoteca Española, se borraba la esvástica si aparecía y se dibujaba otro símbolo cualquiera, pero evidentemente los malos de las películas más míticas eran los nazis, como Los cañones de Navarone, Doce del patíbulo, La gran evasión, El día más largo, etcétera. En ese momento al régimen le convenía cargar las tintas contra Hitler como demente o contra los nazis como fanáticos, lo que no quiere decir que no hubiera personas que en la "intimidad" simpatizaran aún. Otra cosa era sobre los fascistas italianos, a los que se sentían afines la gente de Falange, pero los nuevos aliados eran Estados Unidos y la OTAN, aunque España no estaba en la OTAN. Si había cosas que el régimen o el censor pensara que era inadmisible, se quitaba, o bien se transformada como si fuera una guerra de caballeros basada en el deber y el honor. Y si había referencias a España, se suavizaba o se eliminaba. Sobre Franco no podía salir absolutamente nada, esto era tajante.  

De lo de Capitán Hispania en cuanto a dominar el mundo se podría interpretar una referencia al Imperio Español, que era algo en el imaginario del Movimiento, por lo que o bien se hubiera cambiado por un Capitán Francia o un Capitán Rusia. De hecho si estuviera Cráneo Rojo este no hubiera sido nazi, sino comunista. El Capitán Hispania sería factible en aquella época si era contra la URSS. Pero sobre Cráneo Rojo, que no era un personaje de DC, sino de Marvel, era imposible, durante todo el franquismo Marvel estuvo totalmente vetada. DC podía sacar alguna cosa.    

Sobre Batman y Superman ayudando al régimen sería cosa imposible. Primero porque durante la Segunda Guerra Mundial ambos cuentan con cómics donde luchan contra el fascismo y el nazismo. Pero también porque para el régimen ambos representaban un sistema democrático similar al de la Segunda República española, aparte de que ambos se tomaban la justicia por su mano y eso a los censores no les gustaba, con el reglamento de censura en la mano. Además Batman, en concreto, era una bestia parda para ellos, no le hubieran admitido la ayuda. Ahora bien, si ambos superhéroes lucharan dejando que el mando lo llevara el ejército español, que este fuera el que realizara las principales acciones y que además los superhéroes demostraran estar en total sintonía ideológica con Falange, entonces sí. De hecho hubo una versión de Batman y Robin a la española muy conocida de la que ya se dio cuenta Terenci Moix en la década de 1970, aunque no es evidente ni obvia, el Caballero del Antifaz. 

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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