jueves, febrero 16, 2023

NOTICIA 2201ª DESDE EL BAR: ULTIMATE

Entre 2021 y 2022 la editorial Salvat reeditó la colección completa de mundo de cómics de Marvel conocido como Ultimate. Para los que se hayan perdido en las líneas argumentales de los cómics hace tiempo, mucho tiempo, ese mundo era como una dimensión alternativa, por decirlo así, donde la editorial reinventaba a todos sus personajes principales volviendo a crearlos y explicarlos desde el principio, pero modernizándolos y con varios cambios argumentales respecto al mundo Marvel más clásico. Esto comenzó a ocurrir entre los años 2000 a 2005, aunque siguieron algo más en el tiempo. Se trataba de atraer a las nuevas generaciones y no quedarse tan solo con las generaciones que anteriormente habían crecido con estos personajes. No era la primera vez que ocurría, también hacia finales de la década de 1970 habían renovado varios personajes, como por ejemplo la Patrulla X (X-Men), e incluso en la década de 1990 hubo un intento fallido, según se explica en las notas introductorias del primer tomo que reeditó Salvat en 2021, perteneciente al personaje de Spiderman. Resumiendo mucho, el mundo Ultimate chocaría frontalmente con el mundo de Marvel Universe, que es el mundo clásico de los que leyeron a los personajes entre las décadas de 1960 a la de 1990. Los superhéroes incluso se enfrentarían a sí mismos, habría muertes y hasta zombis. Como sea, el sello editorial de Ultimate dejó de editarse por una cuestión de derechos que chocaron con Marvel Action, otro sello de Marvel. No pretendo enredarme demasiado en todas estas historias, sobre todo porque yo no incursioné demasiado en Ultimate, aunque varias de sus líneas argumentales saltaron adaptadas a las películas actuales. A través del cine conocemos muchos bastante de ese mundillo, por ejemplo en el cruce y choque de universos dimensionales diferentes, cosa que, por otra parte, en los cómic era una idea original de la editorial competidora DC, aunque Marvel supo desarrollar mejor esa idea, quizá la idea más sugerente, pero mal desarrollada, fue cuando en la década de 1990 DC y Marvel hicieron una tregua y sacaron una mini saga donde los superhéroes de uno y otro universo se encuentran y luchan entre sí. Sea como sea, sin perderme en estas cosas, pues ya digo que yo llego tarde a los cómic de Marvel Ultimate, quien quiera saber más sin pasa por la lectura de toda la colección, Wikipedia os lo resume y hasta ordena cronológicamente cada suceso de cada personaje de ese universo. 

En 2022 compré los dos primeros tomos de la reedición porque los lanzaron a precio muy barato y accesible. Pertenecían a Spiderman y a X-Men, que a la vez fueron los primeros personajes con los que Marvel inició el universo Ultimate. Tenía curiosidad por cómo habían reinventado a estos personajes para los jóvenes del siglo XXI. Aunque en el año 2000 yo tenía 21 años, yo me había criado con los personajes editados entre los años 1980 y 1990, y muchos de aquellos cómic eran reediciones de historias de los años 1970. Así que yo estaba más a gusto y cómodo con su visión clásica y original. 

Para ubicar mejor a quien lea esto, en el año 2000 aún no se habían creado todos los grandes éxitos de Marvel en el cine. Hasta esa fecha había varias películas antiguas sin demasiado éxito de la década de 1970 a la de 1990 con Spiderman, Capitán América, Hulk, Motorista Fantasma o El Castigador. El mayor éxito que habían creado de manera moderna y que fue la antesala de lo que estaba por venir era la versión de 1994 de Los Cuatro Fantásticos, de Oley Sassone, una serie televisiva sobre Nick Furia y la película dedicada a Blade en 1998 por Stephen Norrington. A lo largo del año 2000 fueron creándose para los cómic Ultimate las historias de Spiderman y X-Men, dándose el caso que a la vez ese año se terminó de rodar y se estrenó con gran éxito la película X-Men, de Brian Singer. El cómic aún no había salido a la venta y sus creadores, el guionista Mark Millar y los ilustradores Adam y Andy Kubert, se vieron obligados a la vez que tentados de cambiar el guion e incluso el estilismo de ropas y algunas caras para acercarlos más a la película, aunque el cómic no era exactamente la película. Fue iniciativa de ellos, según decía Millar, si bien es probable que Marvel se lo exigiera o pidiera, tal como hicieron en los años 1970 con los creadores de los cómic de Star Wars. No obstante, la película sobre la Patrulla X fue un éxito arrasador en los cines y cambió el modo de tratar las películas de superhéroes, así como abrió todo un periodo dorado para el género, tanto de Marvel, como de DC y hasta de cómic europeos y japoneses. Tras ellos vendrían películas sobre Daredevil, Los Vengadores, Thor, Guardianes de la Galaxia, Iron Man, La Avispa, Transformers, Hombre Hormiga, Black Panther, Doctor Extraño, de nuevo Los Cuatro Fantásticos, Capitán América, Hulk y muchos más, incluido otro de los exitosos personajes tanto en cómic como en cine: Spiderman. La película de Spiderman tuvo su primera versión en el cine del siglo XXI en el año 2002, de la mano de Sam Raimi, por tanto también cuando en la saga de origen de Spiderman en Ultimate ya finalizaba, por lo que en este caso los creadores, Brian Michael Bendis como guionista y Mark Bagley como ilustrador, no se vieron influenciados ni acotados. En lugar de eso, el propio cartel propagandista del largometraje hacía alusión directa a una de las portadas ilustradas de esa saga, e incluso el argumento recogía algunas de las ideas de Bendis en el cómic. En este caso, el cómic había tenido un éxito de ventas enorme que antecedía a la película y no al revés.

Reconozco que las versiones Ultimate de Spiderman y de X-Men me han gustado. Sirva esto de entrada. Me gusta más el estilo y los guiones de su etapa clásica, los creo mejores por acordes a cómo se idearon esos personajes, pero hay que reconocer que este remozado que les hicieron les sienta bien. Lo que me parece más bien algo equivocado, pero que sin duda es lo que ha triunfado y lo que se viene haciendo en el último cuarto de siglo, es confundir modernización con actitudes de antihéroe, extrema violencia, ropas casi del mundo sadomaso o de motorista salvaje, actitudes de adolescente puro y duro, conversaciones como si no tuvieran un gran mundo interior, ni grandes conocimientos ni curiosidades, pero luego sean eminencias científicas y un más que descarado guiño constante a publicidad encubierta, posiblemente por acuerdos empresariales de Marvel. Vale que estos superhéroes actualizados gusten de comer hamburguesas, es sospechoso cuando el logotipo de McDonald's aparece bastantes veces y que hasta una invitación de pareja para cenar sea en uno de sus locales. Coca-Cola y otras marcas también son recurrentes aunque sea en detalles de la viñeta. Algunas cosas son más perdonables que otras, pero es cierto que aparece también esa doble moral típica del siglo XXI donde a la vez que se reivindica alguna cuestión de igualdad social, como pueda ser la igualdad entre hombres y mujeres, y esto queda muy patente en X-Men, hay perspectivas de las viñetas y actitudes de los personajes femeninos que evidencian una intencionalidad sexual a la hora de dibujar. No tiene nada malo, también en los años 1970-1980 existía esto, pero lo que me hace gracia es que se quiera lanzar una idea en los guiones y otra en las ilustraciones, pero supongo que esto es parte de la gracia, de la posible lectura entre líneas de lo que los creadores como artistas viven a la vez que aparte de artistas son paradójicamente trabajadores de una empresa que en principio debe tratar de no tener problemas con lectores y padres de los lectores, así como con anunciantes, para poder seguir vendiendo. 

Por lo demás, el asunto de las actitudes violentas o de la violencia más cruenta, quizá herencia del cine desde que Tarantino hizo su acto de presencia, lo que hace es devolver al cómic actual lo que ya estaba en el cómic de la edad dorada de los años previos a la década de 1950, cuando entró en vigor en USA leyes para la censura del cómic y apuntaron a anular escenas violentas y sexuales. Ahora, simplemente se vuelve a algo que había sido solo rozado o hecho ver entre líneas. 

El diseño de personajes tiende al tremendismo y la exageración. Los creadores citados de estos cómic son ahora mismo parte viva de las leyendas del Noveno Arte, no obstante, tanto Millar como Bendis son guionistas que han revolucionado el mundo de los superhéroes y han mostrado las dualidades y contradicciones de estos, así como sus reversos. Los hermanos Kubert y Bagley como ilustradores dieron una potencia que se había ido perdiendo a lo largo de los 1990. Devolvieron el atractivo a estas historias, atractivo reforzado por los éxitos cinematográficos. No es baladí que en Spiderman haya guiños con personajes con caras como las de Samuel L. Jackson (que aparece como Nick Furia, y que es uno de los matones de Tarantino), los detectives de Expediente X o incluso una especie de Indiana Jones, incluso Lobezno en estos cómic se parece a Hugh Jackman, actor del personaje en cine. Tampoco es algo novedoso, antes también se hacía tanto en Marvel como en DC.

Llama más la atención el dominio del diseño de página. En X-Men nos recuerda la disposición de las viñetas a las viñetas que se suceden rápidas en los inicios de las películas de Marvel, pero además se disponen de una manera versátil y sin seguir el clasicismo usando el tamaño y la forma de la viñeta para añadir un tercer mensaje lector aparte de la combinación del texto con la ilustración y el entintado. Eso es algo que me parece sugerente y muy acertado. Aparte de esos guiños artísticos como Magneto volando en el cielo mientras controla a los Vigilantes alrededor de él y en la tierra le observan los mutantes como humanos que observan mortales desde la tierra al cielo, recuerda a algunos de los cuadros religiosos de El Greco.

Entre tanto en Spiderman vemos un respeto al clasicismo de esa serie, incluso con páginas de ocho viñetas, que es algo que ha quedado anclado en las etapas más de mediado el siglo XX, pero lo dota de una modernidad sorprendente, rompe incluso los cuadros para crear espectáculo, como la aparición de Spiderman saltando sobre la gente por primera vez para combatir con su primer enemigo por primera vez, contra el Duende Verde. Claro que Bendis incluso innova más al hacer cosas como darle un ritmo lento al nacimiento de Spiderman, cosa que exasperó a la editorial pero luego le idolatraron al ver que fue un acierto. Durante las tres primeras revistas mensuales Spiderman no tiene su traje y en la última revista que narraba este inicio del superhéroe no solo no aparecía con el traje, sino que tampoco aparecía ni Spiderman ni ninguna hazaña. Simplemente era una conversación entre Mary Jane y Peter Parker en el dormitorio de este donde se sucede una serie interminable de retratos de primerísimo plano de la cara de uno y otro hablando... donde para colmo Parker le dice que es Spiderman a Mary Jane. Una osadía argumental que parece ser cabreó a los lectores más antiguos en su día, pero que fue copiado en el cine y enamoró a los nuevos seguidores. Claro que el nuevo Spiderman es un chico falible. Sus propios errores le meten en problemas. Quizá de este Spiderman una de las cosas más chocantes sea la deformación de muchos cuerpos de muchos personajes, pero puede ser una cuestión expresiva visualmente.

Sea como sea, no están nada mal, y siempre se puede recordar que se trata de una dimensión alternativa, que los actualiza, que sí, pero es un mundo Marvel como cualquier otro de los que hay.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

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