Son los pedos que te tiras, que lo sepas. El año pasado, 2021, las autoridades sanitarias estimaron que se habían producido 1447 muertes por exceso de calor. Todos los años alguien muere por las altas temperaturas, pero parece ser que el calentamiento global por el cambio climático está haciendo aumentar las cifras de muertos por calor en nuestro país. Europa ha sufrido el mayor calor y las mayores sequías desde los últimos quinientos años, han dicho, y España ha tenido su año más cálido, seco y de número de incendios, bastantes de ellos a manos de incendiarios y pirómanos, pero con la gigante ola de calor que hemos tenido, ahora que ya quedan unos días para que de fin el verano, las autoridades sanitarias han estimado el pasado 7 de septiembre que se han producido este 2022 este verano 4700 muertes compatibles por el exceso de calor. Lo dijeron en Televisión Española.
Los científicos de todo el mundo llevan años advirtiéndonos de que hay una emergencia climática mundial, que hay que frenar el cambio climático. Sin embargo, con la guerra en Ucrania todo el camino mal andado se desanda para volver a formas de energía nada ecológicas. Eso por una parte, por otra parte, la Unión Europea en 2021 acordaba tomar medidas para que sus ciudadanos redujeran el consumo de carne porque ponían la carne en el asador (nunca mejor dicho) en que la culpa era de los pedos que se tiran los ganados, especialmente los de vacas. Eso es consecuencia de un estudio que va retumbando en muchos argumentos y que se realizó años antes con los ganados de Nueva Zelanda, gente sin conocimientos y con ellos repiten este argumento como un mantra.
El 19 de marzo de 2019, en la Noticia 1860ª, ya escribí en profundidad de estos temas. Por entonces defendía la idea de que aún siendo verdad que el ganado suelta metano al tener flatulencias, lo cierto es que hay más fábricas y coches en el mundo que vacas, y que estos coches y estas fábricas, y ahora también incluyo centrales de producción energética, producen más contaminación que todo el ganado del mundo junto. Llamaba la atención sobre el asunto de los intereses creados que fomentan y promueven las noticias y las dan alas para salir intactos. Parece que interesa más reducir vacas que reducir coches, fábricas, dejar de consumir tanto, abrazar de verdad la reducción, la reutilización y el reciclaje. Más aún, como hace una semana leí a un catedrático en redes: el siglo XXI debe cambiar sus formas sociales, no solo productivas, se debe ir abandonando la idea de bienes de uso exclusivo individual y familiar, concienciarse más en transportes públicos, piscinas públicas, trabajos que no impliquen trasladarte de ciudad cada día, etcétera.
Este verano, en junio o julio, en la cadena de radio Cadena SER alguien comentó de nuevo lo de las vacas. Me dio por mirar cuántas vacas hay en el mundo. El dato que encontré es que se ha calculado que hay 999.600.000 de vacas (novecientos millones seiscientas mil vacas), aunque en otros lugares que miré dicen que son 1.500.000.000 (mil quinientos millones de vacas). El estudio de las vacas decía que sus flatulencias suponen 200 gramos de metano al día, lo que al año son 5 kilos de CO2 a la atmósfera por vaca, esto era: 100.000 kilos al año por el total de vacas estimado (cien toneladas). Esas eran las cifras del estudio. Yo por mi parte multiplicando los cinco kilos por la primera cifra me sale 4.998.000.000 (cuatro mil novecientos noventa y ocho millones de kilolitros de gases emitidos), pero ellos son científicos, yo no, por lo que puede que haya otros factores que transformen las cifras en la suya y no en la mía.
Me dio entonces por mirar cuantos humanos había en el mundo, encontré la cifra de 7.753.000.000 (siete mil setecientos cincuenta y tres millones de personas y creciendo). Pensé que seguro que alguien en el mundo habría hecho un estudio de cuantos gases de metano y otras sustancias suelta las flatulencias de un humano. Efectivamente, alguien había hecho el estudio. Es más, casualidades de la vida, a los pocos días el programa Zapeando, de La Sexta, dio esa misma noticia dadas todas sus posibilidades para el sentido del humor. Resulta que un ser humano lanza al día en flatulencias desde 1 a 2 kilolitros de gases al día. Dependiendo de la región del mundo en la que vivas, por tanto de la alimentación del humano, sueltas más o menos gases al día. En Europa estamos en torno a 1'5 kilos de gases al día por humano. Hice un cálculo personal y me sale que entre todos los humanos emitimos 11.629.500.000 (once millones seiscientos veintinueve mil quinientos kilolitros de gases al año). Dada la diferencia anterior de las cifras de los científicos respecto a mi mero multiplicar con las vacas, es de suponer que también aquí podría haber factores que aligerasen la cifra. Sea como sea, las cifras humanas son mucho más altas que las del ganado en cuestiones de pedos.
Que hay superpoblación no es ningún secreto. Ya Malthus nos advertía de ella y de sus consecuencias en el siglo XVIII y estamos en el XXI. Ya sea por los pedos, por lo que consumimos, por los alimentos, por las necesidades de ropa o de espacio para vivir, o por nuestro ocio y desplazamientos, ya sea por nuestro trabajo, la superpoblación es también parte del problema. Pero aunque mañana mismo todas las religiones y culturas del mundo dijeran: "es verdad, se puede tener sexo sin procrear", y se redujeran los núcleos familiares y se educara a todo el mundo en medidas anticonceptivas, a la vez que todo el mundo se concienciara de tener descendencia de una manera responsable también con el planeta, esto es: con todos los seres vivos que estamos en él, aunque mañana ocurriera eso, no habría solución temprana. Los humanos que somos, ya lo somos. No va a desaparecer un numero de nosotros por arte de magia. Vivimos las décadas que vivimos y hacemos en nuestra vida lo que tengamos que hacer, como tirarnos pedos. Incluso una concienciación de lo dicho de ocurrir ocurriría de manera paulatina y esto podría ocupar dos o tres siglos, porque hay religiones y culturas y creencias muy arraigadas. Algún carnicero, burro, hijo de Belcebú, diría que si una guerra o algo peor, barbaros aparte, de surgir alguien así, ese es al primero que hay que apear. Lo que hay es lo que hay, somos los que somos, y tenemos que intentar mejorar nuestro mundo contando con todos, a ser posible, con todos.
¿Difícil? ¿Imposible? Puede, es posible, es mi respuesta a ambas preguntas, pero esta es nuestra realidad. Así que nos queda: Reducir, Reutilizar, Reciclar y ser Responsables.
Aún no me ha dado por mirar cuantas toneladas de contaminantes lanzan automóviles y fábricas, pero intuyo, y creo que intuís también vosotros, que sobrepasarán en mucho a todos los pedos de vacas y humanos juntos y unidos en la vida. Pensadlo... y haceos preguntas.
Saludos y que la cerveza os acompañe.
Toda la razón! Las 4 R! Reducir, reutilizar, reciclar y ser responsable!
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