viernes, marzo 06, 2020

NOTICIA 1944ª DESDE EL BAR: LAS VACACIONES CHINAS

Llevamos ya un par de meses con el asunto este del COVID-19, tan popularizado como coronavirus, un virus que actúa como una gripe muy potente contra la que el ser humano teóricamente aún no había bregado. La versión oficial es que saltó en China de la carne de un animal salvaje que fue vendida y comida en un mercado chino en la provincia de Wuhan. Lo cierto es que no voy a hacer un repaso de las innumerables líneas de análisis y reflexión sobre el hecho. Hay como para escribir libros. Desde la versión oficial, a las sospechas de un posible virus de laboratorio o bien escapado accidentalmente, ya que en Wuhan hay un laboratorio de armas bioquímicas, según dicen algunos, a los rumores de una guerra comercial encubierta entre Estados Unidos y la República Popular China que ha derivado en la liberación de este virus. La versión oficial y aceptada es la del animal ingerido sin precauciones sanitarias debidas. Luego tenemos las líneas que nos llevan a explorar el lado de cómo ha llevado el tema una dictadura, la República Popular China, o incluso un régimen autárquico y autoritario como Irán (de la República de Corea del Norte no sabemos nada, aunque Corea del Sur tiene innumerables infectados). En China tenemos desde el secretismo, a la construcción de hospitales en diez días (con todos los preparativos y logísticas que esto implica), a la gente que prefería enfrentarse a la policía a ser llevados por ellos, o bien ciudades aisladas, gente vigilada con drones (robots voladores), confinamientos en casa, castigos de cárcel, trabajos desde casa, un cubrimiento en España de todo ello como si fuera algo "peculiar" de los chinos, pero luego total seriedad y alarmismo cuando el caso llega a Europa... Luego tenemos a una Italia golpeada por el virus en plenos carnavales y parando un motor económico europeo aunque nadie sabe cómo llegó allí el coronavirus, mientras que en Estados Unidos, que es medio continente americano y un impero mundial, ahí están, nada, no les pasa nada. Curioso, cuando menos. Y por supuesto tenemos España, que todo es exotismo y "eso no nos pasa a nosotros, y si nos pasa es por los de fuera", y cuando nos pasa y nos pasa por los de dentro dan la noticia como el caos y la muerte directa, a pesar de que las víctimas son personas octogenarias unas, y una señora de 99 años o un señor de setenta y pico con múltiples afecciones a la vez, o en otras palabras, hasta un resfriado podría haber matado a esta gente.

Hay que tomarse en serio el coronavirus, COVID-19, porque es novedoso y no hay que bajar la guardia o podría pasar como la llamada gripe española de 1918-1919, que hoy día controlamos. Claro, pero el alarmismo es extremo y en muchos casos me temo que se ha hecho para que las empresas de comunicación vendan más noticias en papel, en internet, en televisión, en radio... Cuanto más se consumen, más ingresos. Estamos ante un amarillismo como en tiempos de 1898, cuando la prensa española y la norteamericana calentaron al personal hasta que fueron a la guerra, y luego en España a calentar al personal sobre las culpas sin asumir las culpas propias esa misma prensa, muy español. Luego a esto le podemos sumar el interés de otros empresarios para, por ejemplo, vender más mascarillas, o de ciertos partidos políticos para fomentar la xenofobia a río revuelto.

Luego tendríamos líneas del tipo de los beneficios para la ecología ya que se ha parado la producción fabril y los transportes en automóvil en China, o que hay quien recomienda no usar dinero, o que no te des besos (lo piden en Francia), ni la mano, ni que te acerques a menos de dos metros a otras personas... A ver si los conspiranóicos de hace diez años atrás no iban a ir tan desencaminados. Me refiero a los que decían que varios gurús de la tecnología y varios gobiernos y organismos internacionales desean que los humanos (se referían a las clases no poderosas o con menos poder, obviamente) cada vez interrelacionen menos físicamente, porque eso refuerza sus posiciones de poder y dominio.

De todas las líneas de análisis la verdad es que las que más me llaman la atención es las que podríamos hacer sobre que probablemente aquí nace una parte del siglo XXI. Me explico, es en las grandes crisis humanas cuando nacen cambios sociales trascendentales, y tecnológicos. Durante la Primera Guerra Mundial, ante la falta de hombres en las fábricas, se comprobó que efectivamente las mujeres eran perfectamente válidas para trabajar en puestos que hasta entonces se prefería que ocuparan hombres, por ejemplo. Los mosquitos y sus enfermedades en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial dio paso a la invención y uso de insecticidas, esa misma guerra necesitaba de la lectura de cifrados y del trámite rápido de datos, lo que dio paso a las computadoras. Tras la guerra una epidemia de peste asoló Egipto y otros lugares de África, lo que provocó una solidaridad internacional que creó la Organización Mundial de la Salud (OMS), la misma que está tratando el tema del coronavirus. Ahora mismo vemos como China ha creado esos hospitales en diez días, usado de la vigilancia con drones, recurrido con éxito al trabajo desde casa, investigado con éxito en tiempo récord sobre una vacuna y parece que no van desencaminados, aunque es en España donde tomamos la delantera al comprobar que un afectado grave se curó en diez días al aplicarle los mismos medicamentos y tratamientos que se le dan a un afectado del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), otra enfermedad que oficialmente es por el consumo de carne de simio en África en los años 1980, o bien relaciones sexuales de bestialismo, y que está bajo la sospecha de ser otro virus de laboratorio en las investigaciones militares de la Guerra Fría. Como sea, formas de comportarse al estornudar, el contacto físico en los saludos, lo del trabajo y otras cuestiones, pueden ser cosas pasajeras, o puede que terminen haciéndose hueco y quedándose, dando un nuevo paso en el comportamiento histórico de los humanos. Ya se verá, pero no creo que ande descaminado. Algunas de las prácticas que se están experimentando en el mundo estos días puede que se queden, especialmente las que los gobiernos crean que les son más útiles en lo que ellos consideren el orden social.

Lo cierto es que no quiero hoy entrar en esos análisis en esta bitácora, porque lo que me lleva a escribir es algo más local, tan local que es algo de mi vida cotidiana, porque si os digo la verdad que la noticia de esta semana sobre que los bosques tropicales ya cada vez menos pueden aguantar el CO2 de la atmósfera que provocamos creo que es mucho más grave e importante que el coronavirus, pero ni se os alarma ni se toman medidas radicales. Yo lo leí ayer en El País, en "Los bosques tropicales ya no pueden con tanto CO2", de Miguel Ángel Criado. Eso sí que puede terminar matándonos a todos. Ya nos lo dijeron en su último capítulo la serie de humor con protagonistas dinosaurios de la década de 1990, nos puso por Facebook ese fragmento tan profético Spanish Revolution (y simplemente entendiendo e interpretando el pasado del planeta).

Lo cierto es que lo cotidiano que me lleva a escribir esta entrada creo que tiene que ver con el coronavirus, aunque nadie ha declarado que sea por eso, no sé si podría afirmar, aunque parece evidente que esa es la causa. El Valle del Henares (por el río Henares), Corredor del Henares (por la carretera Madrid-Barcelona), es uno de los puntos en España con más casos de coronavirus. La cosa empezó en esta zona en Torrejón de Ardoz, luego salieron casos en Guadalajara y otros puntos, y ayer informaron ya de un caso en Alcalá de Henares, en un colegio. Lo cierto es que la vida sigue normal, a no ser porque los informativos parece que no tuvieran otra cosa de la que informar, creando alarmismo y ayudando a desinformar en nombre de la información. Vas a las cafeterías y oyes conversaciones dignas del esperpento humorístico y humor negro con el que Valle-Inclán dibujó a la sociedad española a comienzos del siglo XX, por cierto no muy lejano a la percepción seria que captó Ramón J. Sénder en su primera novela, Mr. Witt en el Cantón (1935).

La cuestión es que en mi vida cotidiana tengo entre mi vida el cuidado de mi gata, Reina, y por ello mismo necesito comprar arena de gato para que haga lo que nadie más puede hacer por ella. Cada pocos días se la cambio y para ello le compro la arena a mi vecina, que es china y tiene junto a su familia la panadería que desde que se hizo mi barrio siempre existió, aunque al comienzo la regentaban españoles. No cito su nombre, porque sé que la gente es como es, y aunque es algo inocente y sin importancia y saben que les tengo afecto, creo que no procede por lo que se va a contar. La panadería estaba cerraba ayer. Pusieron un cartel de cerrado por veinte días. No pasa nada, tengo otra familia china vecina, estos en mi mismo portal, que regentan unos frutos secos donde también venden arena, también debajo de mi casa, dan calle con calle una tienda con otra. Estos cerraron la tienda sin cartel. Ambas familias están en sus casas, pues se ve luz, se huele comida, se ve actividad. Dejé la compra para hoy, pues hay otra tienda china al otro extremo de una avenida de mi barrio que no voy a citar en esta entrada, porque la gente es como es y aunque no hay mal alguno hay gente que se inventa el mal alguno. La cosa es que esa tienda me la he encontrado cerrada con un cartel diciendo que se ha ido de vacaciones veinte días. Y la otra tienda china al lado de esta, igualmente cerrada con idéntico cartel y un día de variación en las fechas escogidas. Al final fui a comprar la arena a un lugar más apartado.

La cuestión es que de las cuatro familias chinas del barrio con tiendas de lo que son panaderías y frutos secos que funcionan en la práctica como ultramarinos, las cuatro han cerrado por vacaciones veinte días. Sólo una de estas familias cerró por vacaciones el verano pasado, e incluso en verano cierran a la hora de la siesta, se están haciendo a las costumbres españolas, pues también abren y cierran a unos horarios más propios de los españoles que de los chinos, pero este cierre tan casual es... excesivamente casual. El Año Nuevo Chino fue el mes pasado, e incluso en esa fecha sólo cierran, si cierran, un día, normalmente. Inevitablemente uno piensa en que la República Popular China aplicó cuarentenas de veinte días a sus ciudadanos y que los ciudadanos chinos que pasaron su Año Nuevo en China y regresaron a España decidieron voluntariamente autoaplicarse la cuarenta de veinte días para tranquilizar a los españoles y además actuar con lo que ellos consideran responsabilidad. No olvidemos que los chinos han sufrido ataques racistas en diversos grados a costa del coronavirus, esa medida era para apaciguar. Las cuarentenas en realidad son llamadas así porque son de cuarenta días, palabrita de quien tuvo meningitis B de niño y pasó cuarentena en un hospital, pero en fin, llamaron cuarentena a veinte días y parece que veinte días es lo que recomiendan gobiernos, organizaciones y autoridades médicas para el coronavirus. 

A lo que vamos, en este barrio hay cuatro familias chinas que han cerrado sus tiendas veinte días a la vez, teóricamente por tomarse vacaciones, aunque creo que es evidente que probablemente es por el coronavirus. ¿Infectados? No lo creo. Lo que creo es que habiéndose dado el caso en un colegio alcalaíno de un infante afectado, infante español, no chino, ellos han optado por cerrar, quizá como medida voluntaria para tranquilizar y a la vez precavida, aunque si no están infectados y luego salen y hay infectados, ellos quedarían infectados... Lo de la cuarentena voluntaria estando sanos es algo que no se entiende bien, es más bien un gesto diplomático con los vecinos más que sanitario. A fin de cuentas, ellos, que por otra parte abastecen de pan y otros alimentos al barrio, necesitan tener una imagen respetable y sana para no perder su clientela. Además puede que sirva para mitigar las suspicacias racistas por ser China el origen del primer foco. Otra posibilidad es que hayan tenido contacto con alguien común que sí haya tenido contacto con un infectado, no sé, tal vez un proveedor de ellos, o un administrador, o vete a saber. La versión oficial, según sus carteles, es que las cuatro familias han decidido a la vez tomarse veinte días de vacaciones. Ignoro a fecha de hoy si en otros barrios de Alcalá otros chinos han decidido tomarse esas vacaciones chinas, porque no he andado mucho estos dos días por el resto de Alcalá todavía, aunque ayer anduve por el centro. Pero también me hace preguntarme si ellos hablan entre sí, o si tienen algún tipo de asociación o de organización o de guía budista o vete a saber que les haya recomendado o hecho acordar esos cierres. Pero me llama más la atención que dado el panorama de alarmismo exagerado y en algunos casos manipulador en la prensa española, la propia prensa local no se haya hecho eco de estos hechos, todo sea que sólo haya ocurrido en mi barrio y no lo hayan percibido. Me llama la atención pero tampoco me sorprende en nuestra prensa local, pues no sería la primera vez que algunos asuntos pasados no los trataron con indagación ni curiosidad periodística propias de la profesión y muchas noticias parecieron en su día publirreportajes de grupos políticos, del ayuntamiento o de las organizaciones que noticiaron.

No creo que realmente pase nada en mi barrio, salvo que ahora hay que andar más para comprar pan o arena de gato. Creo más bien que las vacaciones chinas han sido tomadas por precaución y estrategia contra el perjuicio a su negocio y las posibles suspicacias racistas. No creo que haya nada más allá. Pero fíjate aquí que en España ha muerto lo que va de año más gente de gripe común que de coronavirus, y sin embargo el alarmismo social generado por la monopolización informativa que hacen los medios de comunicación provocan situaciones como esta, afectando al normal desarrollo de la vida cotidiana.

Es buen momento para recomendaros leer a Albert Camus, al anarquista Albert Camus, al novelista Albert Camus, en su libro La peste (1947), una lectura bastante imprescindible en cualquier momento, pero que estas semanas ha disparado sus ventas a niveles insospechados. Ya sabéis que el argumento se sitúa en Orán después de terminar la Segunda Guerra Mundial. Un brote de peste hace que aíslen la ciudad y que las autoridades tomen medidas no muy lejanas a las tomadas en China, Irán o en Italia misma y que en España se ha llegado a barajar para Torrejón de Ardoz. Dentro de eso, se va desarrollando la enfermedad y a la vez la vigilancia extrema a la población, o que la sociedad que vive en la ciudad se va transformando sacando de dentro de sí lo mejor y lo peor. Es una novela coral, con múltiples protagonistas. Muy recomendable, y supongo que estos días quien la lea por primera vez le sacará un gusto especial. Quizá es lo mejor de todo esto del coronavirus, que Albert Camus será conocido por mucha más gente. Bueno, si os toca cuarentena, ese libro es mejor que una serie de televisión. Aunque todo esto del coronavirus me parece que será flor de un día, hasta que los noticiaros dejen de vender por esto y tengan que sobreinformar alarmistamente de otra cosa.

Saludos y que la cerveza os acompañe.

2 comentarios:

  1. El diario digital "Alcalá Hoy" publicó en la tarde de ayer la noticia de que varias familias chinas habían sacado a sus hijos del colegio privado religioso Alborada, donde se do el caso de coronaviirus, para llevarlos a China hasta que se solucione el asunto en Alcalá. Se lee en:

    https://www.alcalahoy.es/2020/03/06/alumnos-del-colegio-la-alborada-vuelven-a-china-por-miedo-al-coronavirus/

    Por otro lado, el mismo noticiario anunciaba que se había dado otro caso en el colegio concertado entre público y privado Lope de Vega, mientras las autoridades cierran los centros de mayoes públicos por la enfermedad.

    ¿Puede que el cierre de las tiendas chinas en cuarentena tenga que ver con los casos en estos colegios? ¿Puede que sus hijos estuvieran en estos colegios y ellos al no querer contagios y por precaución pasaran a la cuarentena, sobre todo para evitar suspicacias contrra ellos por ser chinos?

    Por otro lado, por Facebook un lector y amigo me dice que en su barrio también cerró la tienda de la china que lo regenta.

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  2. Al tercer día del primer cierre, hoy sábado, salí a comprar el pan y la leche al chino que quedaba más lejos en mi barrio, ayer aún abierto. Hoy ya está cerrado con el cartel de vacaciones de 20 días. Y el sexto chino del barrio, más lejos aún, lo mismo. Con esto todo el barrio está ya sin panaderías ni ultramarinos en funcionamiento. Todos los comercios regentados por chinos están cerrados. Me dicen que en barrio Venecia y que en el centro de la ciudad comienzan a verse cierres iguales de comercios chinos, bazares incluidos. Puede que esté ocuriendo en otros lugares de Alcalá. Lo que me lleva a sospechar ya de una manera casi certeza que la comunidad china alcalaína mantiene entre sí algún tipo de relación, algún tipo de organización que les dice lo que deben hacer y que los españoles no conocemos, pues no es normal que todos más o menos a la vez tomen los 20 días de vacaciones, siendo lo del coronavirus algo que venía ocurriendo un mes y medio o dos meses atrás. Y quien dice estas medidas sanitarias podría pensarse en otro tipo de asuntos.

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