Pues esta vez no he podido renovar esta bitácora desde hace una semana porque inicié un trabajo de dos meses no renovables, el cual me ocupa las mañanas, y por las tardes me dedico a digitalizar todo el archivo fotográfico que acumularon entre mi padre y mi madre para que, pase lo que pase con las copias de papel y su reparto o no, poder tener todas las fotografías ambos hermanos. Mi trabajo nuevo es de lo mío. Es de archivos. En este caso trabajo a través de una empresa contratada para la Comunidad de Madrid, para la Consejería de Educación de la autonomía. Así que estoy con un proyecto de archivo del Archivo Central de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid.
El trabajo dura dos meses, lo justo para alcanzar el fin de año con algún ingreso de dinero tras diez meses de desempleo sin esos ingresos. Suele ser común desde hace años, especialmente desde el inicio de la crisis económica de 2008, que todos los archivos, tanto estatales como autonómicos, provinciales y municipales, inicien proyectos de archivo en los meses finales de año con empresas privadas y con carácter no renovable. Se trata de agotar todo el dinero que tienen asignado antes del 1 de enero, pues a partir de esa fecha no podrían usarlo por cuestiones de asignación de presupuesto anual. Si usaran una cifra inferior de la asignada, lo común es que el gobierno del que dependan les asigne menos dinero en el siguiente año, por ello se tiende a agotar todo lo que se les da anualmente, de paso, dado el gran número de recortes y pérdida de funcionarios estos años, tratan de desatascar así varios fondos de archivo que no tienen personal para poder ir tratándolo y poniéndolos útiles para su consulta y uso público. La práctica se ha vuelto tan común en los archivos públicos que ha caído en un cierto abuso de su uso, el cual ha traído una rebaja de sueldos y un trabajo de condiciones precarias, por cuanto los archiveros en paro nos hemos transformado en una especie de nuevos temporeros del siglo XXI, con más meses de desempleo que de empleo. Entre otras muchas razones, esta es una de las que han llevado a la masiva oferta de trabajo público en archivos que ha surgido a lo largo de este año. Sigo haciendo exámenes de oposición y esperando resultados.
Mi centro de trabajo se encuentra en un polígono empresarial de Vallecas, donde además está un enorme centro de Correos del que no paran de salir camiones de gran tamaño para el reparto a grandes distancias. El polígono está perfectamente comunicado con transporte público que además enlaza con los trenes regionales. Hay una gran cantidad de empresas de todas clases y se encuentra a un cruce de acera con los barrios normales de viviendas que dan pie al barrio madrileño de Vallecas, antes: pueblo. Se puede ir y volver a y de trabajar con un paseo. Algo similar vi y viví hace un par de años cuando trabajé como archivero para Normadat y debía ir a San Sebastián de los Reyes. Se me hace incomprensible y un error tremendo que los ayuntamientos de Alcalá de Henares no hayan procurado algo similar para nuestra ciudad, que tanta industria y empresas de gran envergadura ha perdido.
Los polígonos empresariales de Alcalá están mal comunicados y son lejanos a la ciudad habitada. Son de difícil o imposible acceso para mucha gente. Además, en ellos es común que se acumulen pequeños talleres con poca mano de obra. Las empresas que se empeñan en atraer nuestros ayuntamientos, tanto el habido del PP como el actual del tripartito PSOE-Somos Alcalá-concejala del grupo mixto que fue de IU, son de logística y centros comerciales que, de tantos que son ya, se comen los clientes los unos a los otros sin haber tanta demanda de ellos entre los ciudadanos. Las empresas de logística son un error, son necesarias, pero un error como solución para el desempleo de la ciudad. necesitan pocos empleados, y estos serán menos en el futuro, pues cada vez es más evidente que estos centros cuentan con un futuro laboral donde las tareas las van a realizar máquinas del tipo robot, como ya se nos muestra en varios reportajes de otros países como Estados Unidos de América y Japón. Serán centros de trabajo, estos de logística, donde habrá pocos trabajadores, los justos para programar y controlar las tareas de los robots. No es lo ideal para una ciudad con tantos habitantes, por muy bien ubicada que esté en el camino de Madrid a Barcelona y, por esa vía, a la entrada al norte y resto de Europa.
Ha sido siempre un error mantener uno de los suelos industriales más caros de la Comunidad de Madrid, dejar perderse empresas emblemáticas que se fueron, recalificar suelo industrial para que sea de vivienda y centrarse tanto en turismo monotemático en las cinco a diez mismas calles del centro de la ciudad, que la mayor oferta de empleo de una ciudad de 210.000 habitantes sea estacional solicitando de uno a dos camareros en varios bares de esas calles, si acaso algún cocinero.
Hubo un tiempo que en el distrito III, en el actual y novedoso barrio de La Garena se planeó crear un parque empresarial de grandes torres, de las que se llegó a construir una, nuestro rascacielos emblemático en esa zona. Incluso la construcción de un centro comercial del Corte Inglés, nuevos trazados de carretera y una nueva estación de tren hizo pensar que esa sería la dirección. Se puede hacer memoria, si se ha vivido esa época a principios y mediados de los años 2000, o bien si se lanza uno a consultar la hemeroteca del momento, en Diario de Alcalá y en Puerta de Madrid por ejemplo. La construcción de un centro de salud ya hizo pensar a algunos que algo no se iba a cumplir, pues se construía donde se decía que irían nuevos rascacielos con empresas, pero los más optimistas pensaron que era necesario para los nuevos vecinos de las viviendas que se estaban construyendo en la zona. Todo llevaba a que se iba a crear una zona empresarial como las mencionadas de Vallecas o de San Sebastián de los Reyes. Con el estallido de la crisis de 2008 resultó que esas empresas nunca se construyeron, en su lugar se levantaron tres edificios que albergan tres empresas de comida rápida para servir a aquellos que vienen por carretera, y posteriormente se anunció que el solar que estaba preparado para aquellos rascacielos serian definitivamente para la construcción de viviendas unifamiliares. La decepción fue grande, y también se puede rastrear en hemeroteca, y usando del recuerdo, en mi barrio, en distrito II, muy afectado por la deslocalización empresarial y el paro de la crisis, esto fue un jarro de agua fría. Aquellas casas nunca se construyeron, el solar está vacío, con cuadros eléctricos y un ajardinamiento trazado, allí están solitarios y relativo éxito los tres edificios con su comida rápida al estilo norteamericano.
En las elecciones municipales de 2015, de donde salió el actual gobierno local, este tema de la necesidad de atraer empresas a Alcalá, estuvo sobre la mesa y muy activo. Hubo muchos votantes que votaron el cambio político con la esperanza de que se cumpliera. Se habló de atraer inversión de ayudas europeas. Con la celebración de Cervantes Infinito entre 2015 y 2016 hubo políticos locales que incluso mencionaron la posibilidad de atraer a esta ciudad empresas editoriales para crear como marca de identidad la Cultura también desde lo laboral y nuestra producción, máxime cuando desde el siglo XVI las imprentas alcalaínas tuvieron cierta relevancia, por su Universidad. Pero aquello se quedó en meras entrevistas y declaraciones. Todo ello se puede rastrear en hemeroteca de papel y en hemeroteca digital. La verdad es que era algo engañoso, pues en las redes sociales personales de algunas personas que pertenecían y pertenecen a Somos Alcalá se sostenía la idea de que las industrias nunca volverían a Alcalá ni era deseable que lo hicieran, pues era mejor crear empleo turístico (traducido: hostelería, pues en eso se ha quedado ese empleo) y empleo ecológico (aunque se han contratado muchos jardineros, no hay un especial empleo ecológico, ni siquiera en cuanto a empresas de reciclaje). Más aún, se fomentó la idea de una moneda social, que no ha llevado a alguna parte útil a los desempleados, y la idea de crear huertos en los que podrían trabajar desempleados y hacer lo que quisieran con su producción, idea que en parte reutilizaba la de estos mismos huertos puestos en marcha por la Universidad. Tal idea suscitó polémica, creo que evidente por sus implicaciones, pero se llevó a práctica. Realmente era poco o nada realista como solución a los problemas del desempleo. En todo caso, estas opiniones eran de carácter personal en las cuentas públicas de las redes sociales de determinadas personas que se identificaban a sí mismas de tal o cual partido del gobierno local mediante sus fotos de perfil o mediante muchos de sus estados y otras cuestiones que compartían.
Conociendo la realidad empresarial de, y cómo está organizada en, Vallecas y San Sebastián de los Reyes me pregunto y me lamento de que en Alcalá de Henares se haya dejado perder organizar la concentración empresarial de este modo, más moderno, más actual, necesario en las grandes poblaciones. La concentración empresarial que teníamos desde los años 1960-1970 se había quedado anticuada, es cierto, pero la crisis de 2008 y la pérdida de varias de estas empresas en la ciudad brindaba la oportunidad de replantear y modernizar el modelo. Reorganizarlo al estilo de los lugares citados, quizá. Atraer, si eso es lo que realmente se desea, a un determinado tipo de empresas. Hubo un tiempo que se habló de empresas de telecomunicaciones, pero estas se fueron a otros municipios cercanos. Perdemos oportunidades. El suelo es caro, los centros de trabajo están lejos de la urbe y mal comunicados. Algo se hace mal, obviamente. Yo estoy de acuerdo en que no es deseable atraer empresas altamente contaminantes, y mucho menos que sean éticamente cuestionables, pero hay muchos tipos de empresas que se podrían atraer, pero los empresarios necesitan una modernización de lo que ofrecemos. Lo que ofrecemos es pobre y mal planificado. Para una empresa es fundamental los trabajadores, y para eso se necesita que las infraestructuras faciliten la vida y los medios a esos trabajadores.
Mirando a Vallecas y a San Sebastián de los Reyes añoro y deseo tantas posibles mejoras de Alcalá en este sentido. ¿Cómo es posible que una de las ciudades más grandes del Valle del Henares, si no la más grande, sea a la vez un foco de problemas laborales? Sé que las cosas no se logran de la noche a la mañana y con facilidad total, pero tampoco creo que se hayan puesto a trabajar de un modo serio y con un plan claro desde aquel 2008 ninguno de los consistorios existidos. Ojalá algún día...
Se puede incluso pensar en una ciudad de empleo administrativo fuerte. Tenemos varios elementos para atraer ese tipo de empleo: varios archivos, cabeza de partido judicial, la cárcel, la universidad, una importante actividad investigadora universitaria (la propia NASA y la Agencia Europea, o diversos proyectos médicos cuentan con alcalaínos), tenemos un importante valor cultural y turístico que podría interesar al mundo editorial si se creara una marca Alcalá que significara seriamente de verdad prestigio cultural, en fin, campos tenemos para poder atraer más allá de una ruta de las tapas y un escaparate de ferias y celebraciones diversas. Si existen importantes centros de trabajo en Azuqueca de Henares, por ejemplo, ¿por qué no en Alcalá?
Reflexiono sobre Alcalá porque me gusta Alcalá, vivo en Alcalá y me gustaría hacer mi vida en Alcalá. No deja de ser chocante que muchos alcalaínos tengan que irse fuera de la ciudad todos los días para ir a su trabajo, cuando la ciudad podría ofrecer trabajo, o debería.
En fin, tengo trabajo hasta final de diciembre. Saludos y que la cerveza os acompañe.
Hacer las cosas boen es difícil, exige realismo, actitud crítica, imparcialidad y un intenso deseo de hacer las cosas bien. El problema de Alcalá se repite en otras tantas ciudadeds de la geografía española (no que no es consuelo) y además de los problemas laborales implica también problemas de sostenibilidad.
ResponderEliminarUn saludo y que el trabajo te acompañe.
Claro, ciertamente es así. El problema del Corredor del Henares es que durante muchos de los años de la crisis era y es un pinto negro del paro en Europa, y lideró la subida del paro por encima de la media nacional más de la mitad de los años de la crisis.
ResponderEliminarUn abrazo, Eriwen.