miércoles, junio 28, 2017

NOTICIA 1718ª DESDE EL BAR: DEPURACIÓN DE MAESTROS EN ALCALÁ DE HENARES 1939-1941 (2 de 3)

Por aquí la segunda parte de esta investigación que venía de lejos y que la dejé tal como la estoy presentando aquí para el XV encuentro de historiadores del Valle del Henares.

DEPURACIÓN DE MAESTROS EN ALCALÁ DE HENARES 1939-1941 (parte 2 de 3)


De los maestros depurados que sí estuvieron en Alcalá de Henares sin irse durante la guerra están los depurados que eran simpatizantes o partidarios del bando franquista. Muchos de estos señalaron a Ángel García, del que ya hemos dicho que acabaría fusilado, y a Enriqueta de la Hoz, como culpables de varias acusaciones de responsabilidad de la guerra. Fueron seis: Flora Olmo García (amiga de Enriqueta) [22], Julio López Carreño [23], Anunciación Ruíz Guilarte [24], Teresa Carmen Sánchez García (caso ambiguo, amiga de la madre de Franco, llegó a aportar una carta de ella que la avalaba, pero, aunque rehabilitada, se le prohibió ejercer cargos directivos) [25], Moisés Calabuig Nieto y Mariana Pelegrina Restroy, su esposa. Destacaré el caso del matrimonio Calabuig. Ambos maestros tenían una edad mediada los cincuenta años al comienzo de la guerra y la sesentena en el final. Eran muy religiosos, pertenecían a varias cofradías y hermandades católicas. Ambos tenían muchos años de docencia (Moisés llevaba 27 años dando clases en Alcalá de Henares). Habían incluido siempre la enseñanza religiosa en sus clases y habían introducido métodos nuevos de enseñanza, como el uso del uniforme escolar por parte de las alumnas de Mariana. Les valió diversos premios y remuneraciones extras a lo largo de sus carreras. En Julio de 1936 el matrimonio se disponía a ir a San Sebastián para visitar a sus hijos, al estallar la guerra se cortó el servicio ferroviario, por lo que no pudieron hacer uso de sus billetes. Se refugiaron en la casa del político local José Félix Huerta por miedo a que el estallido violento de la guerra les alcanzase en forma de represalia por sus creencias religiosas. En los siguientes meses de la guerra se dijo que existían ciertos recelos entre este matrimonio y Ángel García, a la postre compañeros de trabajo. El ayuntamiento republicano investigó al matrimonio al recibir acusaciones de quintacolumnistas y espionaje. En parte acusaciones de Ángel García según los expedientes de depuración de Moisés y Mariana. Habían dado clases gratuitas de religión a hijos de reconocidas personas de ideas de derechas e incluso alegaron ellos mismos en su expediente de depuración que secretamente dieron estas mismas clases a militantes anarquistas y de otras formaciones de izquierdas. Se les acusaba desde el ayuntamiento republicano durante la guerra de haber animado a las tropas a matar obreros en Asturias durante la huelga revolucionaria de 1934 y ser suscriptores de la guardia civil. La acusación más grave fue la de espionaje, se consideraba que habían mantenido algún tipo de contacto con sus hijos, los cuales eran un sargento del cuerpo pericial de aduanas franquista (Moisés Calabuig hijo) y un sargento franquista (Mariano Calabuig). El matrimonio alegó que sólo iban a visitarles poco antes de estallar la guerra, pero que no pudieron hacerlo precisamente por el estallido de la misma. Sin embargo, Flora Olmo, profesora que había generado algunas dudas a sus depuradores, había declarado en aquella investigación del ayuntamiento republicano que Mariana le confesó cierta vez que ella sabía que sus hijos estaban bien en San Sebastián, fue lo que levantaba las suspicacias acerca de que fueran realmente quintacolumnistas y espías. Mariana se afilió a CNT en Mayo de 1937 por miedo a recibir represalias a costa de estas acusaciones, e incluso postuló para los hospitales de sangre. Su marido hizo lo mismo, llegando a donar su propia sangre y a dar clases a milicianos de CNT, según él: obligado. Se lo aconsejaron diversos amigos suyos, tal vez para contrarrestar las acusaciones de Ángel García que pertenecía a la FETE, de la UGT. Mariana fue prejubilada como profesora en 1938, Moisés igualmente fue prejubilado. Dio entonces clases gratuitas a hijos de derechas, meses más tarde le requirió CNT para dar las clases susodichas. Cuando el capitán auditor del cuerpo del ejército de Urgel, Miláns del Bosch y del Pino, franquista, entró en Alcalá de Henares en Abril de 1939, ellos se precipitaron a sacar banderas españolas no republicanas y a dar vivas a Franco. El ejército franquista los encontró en una escuela junto a Julio López Carreño, Teresa Carmen Sánchez, y Flora Olmo, según el expediente de Moisés. Mariana acusó a Enriqueta de la Hoz y a Ángel García de las acusaciones que se les hizo de ser miembros del PSOE y de la FETE. Moisés Calabuig sólo acusó a Ángel García de las mismas implicaciones y de aquellas acusaciones que les hizo, pero declaró posteriormente que las “barbaridades rojas” en la ciudad sólo las conocía por rumores, y no como testigo, por lo que no le acusaba de nada de lo que las autoridades franquistas le acusaron para su fusilamiento. Fueron confirmados por los sacerdotes Utrera y Cervantes, incluso recomendados por Miláns del Bosch y su delegado. Ambos se afiliaron a FET y de las JONS casi desde el final de la guerra. Fueron confirmados como maestros en 1940, pese a que el ayuntamiento franquista debatió en varias sesiones su pasada pertenencia a CNT, al final se dio por zanjado que aquello no era motivo de debate dada su probada religiosidad, aval suficiente de su adscripción al Movimiento. El poeta de filiación comunista Marcos Ana citó en los años 2000 a Moisés Calabuig como uno de sus profesores en Alcalá de Henares. Habló positivamente de él [26]. Quizá el anciano matrimonio era convencidamente católico, pero no políticamente partidario de modo activo de los bandos, pese a que tendrían su preferencia; de ahí su trayectoria y su recuerdo positivo que en general se conserva hoy.

Entre los profesores claramente de izquierdas, por tanto sancionados hubo cuatro casos: Ramona Gómez Reino [27], Tomás Martínez Bayona [28], Enriqueta de la Hoz Martínez y Ángel García Gómez. Por la importancia de los dos últimos, destacaré estos. Enriqueta de la Hoz Martínez era hija de un teniente coronel de infantería de las Guerras Carlistas y de la Guerra de Cuba de 1898, lo que no sirvió para ser tratada con mejor consideración. De 1921 a 1926, entre sus 25 y sus 30 años de edad, había trabajado en la Fundación Tipográfica Lencina. Luego opositó a profesora sin aprobar. En 1928 se fue a Argentina con su madre y sus hermanas, pero regresó a España en 1929, donde trabajó en Recoletos (Madrid) en Artículos Inoxidables hasta 1933. Ella afirmó que había sido novicia en el colegio religioso felipense San Antonio, de Madrid, en 1931, es dudoso. Lo que sí está confirmado es que tras 1933 trabajó en oficinas y realizó un cursillo de magisterio en Navalcarnero durante un mes, eso le permitió ser maestra en la escuela número 2 de Alcalá de Henares a partir de esa fecha. Como maestra su sueldo fue aumentando progresivamente durante todo el periodo que ejerció. Al comienzo de la guerra ella estaba de vacaciones en Manzanares el Real (Madrid). Ella declaró que se limitaba a enseñar a leer y a escribir, no a dar doctrinas políticas. En septiembre de 1936, con 40 años, estaba afiliada en la FETE y en noviembre de ese año al PSOE. Declaró que no tenía cargo alguno, pero sí que lo ostentó. Lo explicó diciendo que en febrero de 1938 recibió una llamada de teléfono del Sindicato Provincial de Trabajadores de la Enseñanza para comunicarle que había sido propuesta vocal para presidirlo intentando frenar así el control de los comunistas de la organización. La asamblea se celebró en la Casa del Pueblo, su candidatura no ganó, ella trató de justificar así que ni conocía el lugar ni conocía a nadie, lo que no explicaba que la hubiesen llamado por teléfono y la hubiesen propuesto vocal, algo no cuadraba en su declaración. Tiempo después la FETE destituyó al comité comunista, nombrando otro donde figuraba ella. No se presentó, ocupó el cargo una de sus amigas. A todo esto se sumaron sus subscripciones al periódico “El Socialista”, al PSOE, al ayuntamiento de Alcalá de Henares en 1936 y a dar abonos de ayuda a niños de la guerra y excombatientes. En octubre ella había presidido el Grupo Antifascista de Trabajadores de la Enseñanza (GATE). Quiso deslindarse diciendo que allí estaban todos los maestros de Alcalá, dijo que fue elegida presidenta por delegación. Su función era reunir prendas para los excombatientes hasta noviembre de aquel año. Decía no haber pertenecido ni a las milicias, ni al ejército, ni haber contactado con extranjeros. Su aval fueron los maestros Teresa Sánchez García y Julio López Carrero, lo que hacía dudosas algunas de las declaraciones de estos en sus propios expedientes. Enriqueta sostenía que mantuvo su cargo de profesora por no perderlo, pero que en septiembre de 1938 dejó de ser maestra de Alcalá porque la nombraron maestra en el colegio Pablo Iglesias de Madrid (posterior San Fernando durante la dictadura). Se trasladó a Valdelatas-Fuencarral, donde estaba el colegio. Se la acusó concretamente, a lo largo de diferentes periodos de tiempo, de: abandono de sus alumnos por actos políticos, vestir uniforme comunista, educar en el comunismo y la masonería, pertenecer a la FETE con posterioridad al 18 de Julio de 1936, ser delegada de la misma FETE y secretaria del Consejo Local de Primera Enseñanza, así como despreciar a los católicos, ir con frecuencia a la Casa del Pueblo y tener muchas relaciones allí, sobre todo con Ángel García, el cual fue diputado provincial del PSOE. Según las acusaciones él fue quien la nombró directora del GATE.  Se les acusó de ser los dos amantes y tener peleas públicas con la esposa de este a la salida del colegio y a vista de los niños. El 7 de Junio de 1939 se dice de ella también que tenía un comportamiento “exageradamente izquierdista”. Repiten las acusaciones ya dichas y añaden que fue afiliada de Izquierda Republicana antes de serlo del PSOE, que fue propagandista por los pueblos con Ángel García, que tenía ideas masónicas y mala conducta, que se fue a Madrid en 1938 por recomendación de Ángel García, que era antimilitarista, que ayudó al PCE, y que atacaba a la Iglesia. El 22 de Julio de 1939 se le dictaminó un año de prisión menor por incitación a la rebeldía. Hay fotografía de ella. El 24 de Mayo de 1940 ella declaró que en Alcalá de Henares su escuela de niños tenía 115 alumnos de 6 a 7 años durante la guerra. Antes eran más o menos 60. Dijo que daba buenas clases y las madres la solicitaban a ella como maestra. Ello como muestra de que no abandonó nunca a sus alumnas. Dijo que no fue del PCE, ni masona, ni fue a la Casa del Pueblo. Sí afirmó que en septiembre de 1936 perteneció al sindicato UGT con carné número 7.977 y añadió que eso fue porque la obligaron a afiliarse a partido o sindicato. Ella consideró que UGT era un sindicato no político. En realidad la UGT de la época tenía claros objetivos políticos. Dijo que ejercía el magisterio desde 1933, en Alcalá de Henares desde 1935. De su periodo en Madrid desde 1938 prefería llamar ahora al colegio Pablo Iglesias hospicio. Dijo ser “incierto y canallesco” que fuera amante “de un tal Ángel García”, y que denunciaría por infamia judicialmente e iría a los médicos para demostrar su virginidad (con 43 años), cosa que no tuvo lugar. Dijo que fue Delegada de la Organización de Trabajadores, pero que eso no era política. Que ella era católica y que nunca dijo nada contra el catolicismo ni contra el Movimiento Nacional. Ante esto alegó que fue condenada a un año de cárcel y liberada a los cinco meses por “su amor a la Causa Nacional y su laboriosidad”. No quiso ser de Mujeres Antifascistas (del PCE), ni del Socorro Rojo, así como dijo dar comida y ropa a los presos de derechas. Que como miembro de la FETE y su cargo de directora lo ejerció pretendiendo ayudar a los maestros al margen de los políticos. Dijo que fue novicia de San Antonio en 1931. Acudía a las comuniones de alumnas de un colegio de la orden religiosa filipense (adjuntó una fotografía con ellas en  esas fechas de la República). Declaró que era mentira todo lo que dijeron contra ella. A todo esto, llegó a confirmar a Ángel García como propagandista del PSOE, aunque de ninguna otra acusación que se hizo contra él. El cura párroco de Alcalá de Henares, Utrera, declaró contra ella como “funestísima” por irreligiosa. Se adjunta el Boletín Provincial del 17 de Abril de 1940, el cual la reclamó como no entregada por su pie a las autoridades. El 29 de Mayo de 1940 declaran falsa la foto de ella con las niñas del colegio filipense, se dice que era una fotografía reciente por los rasgos faciales. La condenaron a no profesar como maestra nunca más en Octubre de 1940.


NOTAS
 
[22]  Flora Olmo García se casó en 1939 con 32 años al final de la guerra. Su expediente de depuración es de 1940. Se declara ferviente religiosa y “derechista intachable”, sin embargo está reconocida como una de las mejores amigas de Enriqueta de la Hoz. Sus primeros depuradores en 1939 anotaron respecto a ello que quizá ese motivo hizo que no la molestasen “los rojos” durante la guerra. Añaden a esa nota que postuló para los hospitales de sangre republicanos. Estas anotaciones son del 7 de Junio de 1939. Flora debía ponerse a salvo, en abril de 1940 ella vuelve a declarar su religiosidad y añade una delación a Enriqueta de la Hoz, su amiga, y a Ángel García como miembros de asociaciones sindicales. Sin embargo, la misma Flora declaró a favor de Enriqueta en el proceso de depuración de esta. De Flora se reconoció que cumplió con sus obligaciones de maestra. Su marido, novio durante la guerra, era funcionario de prisiones, se alegó que él durante la guerra favoreció a presos de derechas de modo moral y llevándoles cosas. Confirmada por Utrera, Cervantes, Del Campo y un obispo, fue restituida como maestra. 
[23] Julio López Carreño  fue definido como derechista extremo, no llegó a tener ni un solo amigo de izquierdas según se dijo de él y según él mismo había afirmado, aunque es dudoso en algún momento. Era religioso y adicto a Franco desde el mismo día del alzamiento, pese a permanecer en Alcalá. Se deduce de sus declaraciones y de otras adjuntas no propiamente suyas, que para no sufrir represalia se afilió a la FETE y que hizo amistad con Ángel García y Enriqueta de la Hoz, si estas amistades eran sinceras o no cabe dudar, aunque no parece que quepa mucha duda. Lo cierto es que llegó a delatarles en su declaración de 1939, sin embargo no añadió cargo alguno contra ellos de los que ya había. Sólo confirmó, casi se podría afirmar que asintió, las acusaciones que otros maestros ya habían hecho contra ellos. Declaró a favor de Enriqueta de la Hoz en el expediente de esta. Declaró además que él favoreció en secreto a los derechistas que pudo dentro de la República, incluidos varios familiares de muertos alzados en el Cuartel de la Montaña en 1936, los cuales le sirven de testigos. No obstante, al estallar la guerra él se encontraba en Madrid, en la clínica del doctor Luque, donde su esposa Carmen Sánchez iba a dar a luz. Allí coincidió con la esposa del doctor Piga, uno de los resistentes alzados del Alcázar de Toledo, que le confirma como afecto al Movimiento Nacional. Julio López Carreño además era hermano del sacerdote Luis Carreño, el cual fue ejecutado por partidarios de la República. Fue confirmado como maestro en noviembre de 1940. 
[24] Anunciación Ruíz Guilarte no tenía ideologías políticas. Era creyente religiosa. En septiembre de 1937 ella y su marido habían intentado irse a la zona franquista por medio de la embajada británica, allí tenían dos amigos con los que ir a resguardo. No prosperó la iniciativa y lo intentaron más tarde intentando pasar con cierto riesgo por la zona de Totanes (Toledo), tampoco lo lograron. Por ello llegaron a Alcalá de Henares, donde nadie les conocía. Con 33 años fue llamada por el comandante republicano de Alcalá de Henares en septiembre de 1938 para movilizarla como maestra que diera clases. Ejerció hasta abril de 1939, fue suspendida por las tropas franquistas al entrar en la ciudad. No obstante las escuelas y los propios maestros de la ciudad tenían aspectos que desear propios de las dificultades de la guerra, aunque funcionaban correctamente. Una monja, un comandante de caballería (José María Calvo), el sacerdote Utrera y el maestro Julio López la confirmaron. Delató a Ángel García y Enriqueta de la Hoz afirmando las acusaciones contra ellos. En septiembre de 1940 era confirmada en su cargo de maestra. 
[25] Teresa Carmen Sánchez García tenía 40 años en 1936. Pasó un proceso de depuración diferenciado en dos fases. La primera contó con la animadversión de su depurador, el cual veía todo tipo de sospechas en su vida. Se la acusó de ser amiga de Ángel García y Enriqueta de la Hoz, y de ser directora del Grupo Escolar gracias a eso. Se dijo de ella que pertenecía a la FETE y de no ser religiosa, aunque dos personas acusadas de ser de izquierdas que eran amistades suyas, Francisco Sardeña y Teresa Sánchez habían declarado sobre ella en un informe de la guardia civil que era religiosa. El 22 de mayo de 1939 ella misma declaraba que ni era de la FETE ni le agradaba el PSOE en cosa de ideas, así como que había sido profesora en una Escuela Nocturna Obrera del Ferrol junto a la madre de Francisco Franco. Unos informes avalan que desde 1918 había sido profesora allí y que en ese mismo lugar fue profesora de una escuela religiosa de 1927 a 1934. Se trasladó a una escuela laica de Alcalá de Henares ese año de 1934. Se la volvió a acusar de amistad con Ángel García y Enriqueta de la Hoz. Ella alegó en contra que fue colaboradora de prensa con la madre de Franco en el pasado. Solicitó el testimonio a la misma, la cual escribe una carta que se adjunta en el expediente para avalarla. Teresa defendió que ella fue profesora interina de Alcalá sin ayuda de nadie y directora del grupo escolar número 1 por antigüedad, no por ser protegida de Ángel García. En 1940 alegó que ayudó a la República por ser el gobierno constituido en la zona que se encontraba, definitivamente en esta fecha acusó a Ángel García y Enriqueta de la Hoz de pertenecer a FETE y al PSOE. Detestaba la violencia, dijo, y alegó que fue operada durante la guerra, por lo que en parte estuvo convaleciente. Añadió que su familia estaba en zona nacional (zona franquista) y que ella ayudó moralmente a familiares de fusilados de derechas. Los sacerdotes locales la avalaron, así como varias cartas mandadas por diversas entidades y personas desde el Ferrol, entre ellas la de la madre de Franco. Se completa todo con una autobiografía. Se la habilitó como maestra en 1940, pero en octubre de 1941 se la deshabilitó como directora de centro escolar o cualquier otro cargo directivo. 
[26] Marcos ANA, Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y de la vida, ed. Umbriel, Barcelona, 2007. 
[27]  Ramona Gómez Reino fue depurada en 1941 con 50 años de edad. Desde septiembre de 1938 pertenecía a la Unión de Empleados de Oficinas, de la UGT, pero también ejercía de profesora. No delató hecho alguno ni a persona alguna. Sin embargo se la juzgaba persona de buena conducta. Tanto es así que la avaló Utrera y el mismísimo alcalde de Falange en Alcalá de Henares aquel año de 1940. Quizá por ello ni siquiera fue interrogada.  Se la rehabilitó en el cargo en enero de 1941. 
[28] Tomás Martínez Bayona tenía 50 años de edad en 1936. Su expediente fue tratado entre 1939 y 1940, se reabrió en 1947 y en 1948. La principal acusación contra él es la de sus “arriesgadas creencias religiosas”. Cuando se entregaron los informes recibidos de amigos suyos y testigos acreditados por él, su sanción aumentó. No fue reintegrado al servicio de maestro en 1941. Pidió la revisión de su expediente varias veces, pero en enero de 1948 le denegaron totalmente cualquier tipo de revisión más. Sin embargo, unos días más tarde le rehabilitaron como profesor de primera enseñanza general, pudiendo ejercer sólo fuera de la provincia de Madrid, no podría pedir puestos vacantes en 5 años, ni tener cargos directivos ni de confianza en instituciones culturales o de enseñanza. No obstante en esa fecha de 1948 era propietario de la escuela de niños de Montalvo (Cuenca). Tomás había estado ejerciendo desde 1907 como maestro en diferentes lugares de España, en pueblos de Guadalajara, Teruel, Murcia, Cartagena y Madrid. Por ello los avales de personas que pidió en 1947 eran antiguos amigos de aquellos trabajos o de su infancia. Profesores, alcaldes, extenientes de la guardia civil, sacerdotes, incluso un agente de cambio y bolsa. Todos intentando avalar su buena conducta y su ser cristiano. Quizá por eso en 1939 aún pudo ejercer de profesor en Casas de Benítez (Cuenca) con ascenso incluido hasta 1943, ya que no podía hacerlo en Madrid. En 1947 volvía a ser maestro en Montalvo (Cuenca), dándose en 1948 la sentencia definitiva de su sanción antes mencionada. Tomás había sido maestro en Alcalá de Henares desde 1933, en una escuela propia de segunda enseñanza de la que fue trasladado en 1935 mediante un ascenso. Su plaza estuvo allí hasta 1939, pero en la práctica sólo ejerció hasta octubre de 1937. En esa fecha desapareció de la ciudad, se cree que se había marchado a refugiarse a Valencia, pero en realidad antes de llegar se fue a Murcia una temporada. En esos lugares trabajó para la FETE y para la CNT como maestro desde diciembre de 1937 a julio de 1938, según su versión exculpatoria de su declaración de 1940: para fingir. Había enseñado himnos y materias ateas, dicho en su declaración con un lenguaje adaptado a las formas fascistas, desde el punto de vista del que escribe esto. Aunque su historial parece confirmar su afinidad a la izquierda. Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1929) defendió a los obreros hasta enemistarse con todas las personas de derechas que conocía, del mismo modo que ya entonces se ofreció a dar clases “a los hijos de los obreros”. Durante la II República su trayectoria sigue este sendero. Fue partidario y propagandista del Frente Popular en las elecciones de Febrero de 1936. Su hijo fue voluntario en la aviación militar republicana durante la guerra. De Tomás se decía que había delatado a jóvenes de derechas que estuvieron veinte meses en la cárcel durante el periodo bélico. Se añadían a las acusaciones la de ser espía rojo sin partido político, abandonar a sus alumnos al irse a Valencia, mala conducta al defender a obreros y parados y estar afiliado a la FETE de Levante. A todo esto en Mayo de 1940 la declaración del párroco de Parla, Félix Herrero, añadió que sospechaba que denunció a gente de derechas por medio de su hijo en Murcia, además de creer que podía ser masón o protestante y que tenía amigos “rojos”. Peor aún fue confirmar que había retrasado su entrega a los vencedores hasta mayo de 1939, lo hizo en Murcia, y que no se sumó de inmediato a la FET y de las JONS, como era la norma impuesta. Por ello, aunque tenía el cargo a medio suspender desde 1939, en 1941 se le suspendió de empleo y sueldo, se le cambió de localidad de residencia y se le mantuvo vigilado hasta 1948. Tomás sólo alegó que todo eran mentiras contra él y su hijo. Nunca delató a nadie del resto de profesores de Alcalá de Henares.

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