Diecisiete son las medallas que ha ganado España en los juegos olímpicos de 2016, en Río de Janeiro, la misma cantidad que en las anteriores de Londres 2012 y similar a aquella dieciocho de Pekín 2008. En cuanto a diplomas hemos ganado 38, que es más o menos la media de los que ganamos habitualmente, un poco por arriba, un poco de más. Eso nos pone a España como uno de los países con los mejores deportistas del mundo, a pesar del escaso interés que suscitan la gran mayoría de esos deportes en inversión y en seguimiento, como puedan ser la vela, el hockey, la halterofilia, la gimnasia, el tiro, etcétera. Si queréis los detalles de cada deportista y de cada deporte donde se ganó un diploma lo podéis leer por aquí. De cara a las próximas olimpiadas de Tokio 2020 estos resultados nos ubican entre una de las potencias deportivas con más posibilidades y más espectativas. Pero la cosa es que las olimpiadas no se miden tanto por el número de medallas y diplomas, que también, si no por la calidad de estos. Así, sí en Pekín 2008 estuvimos en el puesto 14º del medallero y en las anteriores de Londres 2012 con la misma cantidad de medallas que este año acabamos los 21º, en esta olimpiada hemos acabado en el puesto 14º, de nuevo. Es cierto que la Federación Rusa fue sacado de montones de deportes por el escándalo de las drogas que mejoraban sus marcas desde Atlanta 1996, pero los deportes en los que hemos ganado medalla, la gran mayoría, no eran deportes donde los rusos suelan estar en el podio. El medallero este año ha visto unos juegos olímpicos con Estados Unidos de América inalcanzable, a lo suyo, y como mucho cierta emoción competitiva entre La República Popular China, que ha acabado en el pueto 3º, y Reino Unido, que luchaban por el segundo puesto, que se quedaron los británicos de una forma muy reñida. También hubo emoción por el cuarto y quinto puesto, disputados entre Rusia y Alemania. Nosotros, España, pudimos haber acabado los 13º, compitiendo con unos oscilantes Kenia y Jamaica, pero aunque les adelantamos se nos coló un Brasil anfitrión justo en el último momento.
Los juegos olímpicos de Río de Janeiro 2016 han tenido toda clase de problemas, como ya comenté en la Noticia 1629ª, y se han sumado otros. Quizá el más lamentable haya sido el comportamiento del público brasileño. Los periodistas que cubrieron los eventos no paraban de recordar que el modo como se comportaban era el modo habitual como se vivía en Brasil la competitividad deportiva, pero ese modo implicaba abuchear hasta el exceso a todos los contrincantes. Ocurrió tantas y tan desmesuradas veces que hemos podido ver a numerosos árbitros parando las competiciones para pedirle al público numerosas veces saber estar, comportamiento y respeto deportivo. No lograron que el público atendiera a razones. Era su forma de ser. Una forma de ser que hizo llorar a numerosos atletas. Una de ellas, la primera, fue una nadadora rusa, pero lloraron otros tantos, como uno de los atletas franceses, que fue abucheado durante su competición e incluso cuando fue a recibir su medalla, que ganó compitiendo con un brasileño. Su llanto ante la presión psicológica de un abucheo continuo es algo que debiera hacer refrexionar a los organizadores de que quizá no todo valga ni siquiera entre el público. Claro que una de nuestras medallistas, la joven Carolina Marín, también hizo llorar a su penúltima contrincante, una japonesa, intimidada por sus gritos y miradas que, según la propia deportista dijo, eran para eso: para intimidar sin respeto, palabras suyas, no mías. Nos lo tenemos que hacer mirar, o se lo tiene que hacer mirar, la verdad. Otro momento lamentable fue el de los deportistas norteamericanos que decidieron montar unos destrozos en una noche de juerga y luego mentir alegando falsamente que les habían robado. Y ya roza la telenovela los dos deportistas brasileños que optaron por ilustrarnos con un escándalo sexual en modo orgía en unos juegos que dicen que han batido los récords en venta de preservativos y presencia de prostitución.
Pero estos juegos olímpicos han sido mucho más. Atlee o el corredor Jesse Owens eran los atletas referencias para mis abuelos. Con mis padres la referencia cambió a gente como el nadador Mark Spitz o la gimnasta Nadia Comanecci. Cuando yo era niño eran nombres memorables corredores como Carl Lewis o Ben Johnson, aunque este se demostró que se drogaba. En los últimos tiempos, en Sidney 2000, descubrimos al nadador australiano Ian Thorpe, pero en Atenas 2004 descubrimos con una muy agradable sorpresa al estadounidense Michael Phelps batiendo sus récords. Pues resulta que este Río de Janeiro 2016 nos ha dado un gran abanico de héroes deportivos que pasarán a la posteridad. Phelps mismo batió un récord invatido desde las décadas de 160 y 150 antes de Cristo, hace unos dos mil ciento cincuenta años. Se trata del número de victorias y trofeos obtenidos por un atleta. El máximo lo tenía Leónidas de Rodas, en la antigua Grecia, ahora lo tiene Phelps, que dice que se retira del deporte, con 28 medallas, dos triunfos más que Leónidas de Rodas. Eso ha transformado a Phelps en el mejor atleta de todos los tiempos... ¡y he tenido la suerte, yo y vosotros, de disfrutarle y verle todos estos años! Otro de los atletas que dicen que se retiran y que han hecho Historia es el corredor jamaicano Usain Bolt, con unas ocho medallas obtenidas en el total de los juegos olímpicos de sus competiciones, el máximo medallista entre los corredores, y batiendo marcas innumerables veces. A Leónidas de Rodas le dedicaron una estatua en Rodas donde incluso hoy día leemos: "corría como los dioses", a Bolt poco más o menos podríamos dedicarle otra.
No son los únicos deportistas que han dado momentos memorables en unos juegos históricos ya sólo por la presencia y logros de ambos, hay otros que también han aportado logros impresionantes y probablemente igual de históricos, han sido unos juegos muy buenos en lo deportivo, a pesar de que la realización televisiva brasileña no fue la mejor ni la más idónea para ver bien determinadas competiciones en muchas ocasiones. Por ejemplo es muy recomendable seguir y ver los ejercicios gimnásticos del japonés Uchimura, o seguir la futura carrera (y la pasada) del equipo olímpico norteamericano de gimnasia, especialmente de Simone Biles, cuyos logros probablemente no sólo igualen si no que sobrepasen los de Comanecci. verla en sus saltos mortales, sus diagonales, y sus clavados son un espectáculo para los ojos. Claro que en gimnasia, para consumo interno de España, es también de destacar el equipo femenino español, que llegó a sobrepasar a las rusas, a pesar de que ganamos la plata y no el oro en el último momento.
Ha habido también momentos dramáticos, me quedo con la imagen del atleta que cayó mal y se rompió una pierna en dos partes, dándonos una imagen muy grimosa y dolorosa, o la ciclista holandesa que en una curva cerrada de una bajada se salió de la carretera y se cayó dando una vuelta sobre sí y golpeándose la cabeza, lo que la hizo perder el conocimiento y nos hizo temer por su vida. Pero también hubo momentos graciosos como la atleta que a la hora de saltar el potro calculó mal y simplemente pasó por encima sin hacer nada, como si fuera una escolar, o los nadadores filipino que saltaron como si estuvieran en una piscina de barrio en plena competición de salto de clavadores.
En España hay que destacar la actuación de Fátima Gálvez en tiro desde foso, que quedó cuarta, el tesón de Rafael Nadal que jugó hasta lo imposible innumerables e interminables partidos de tenis, la inusual pérdida de medalla en vela, aunque ganamos diploma, y un fabuloso y muy saludable estado de salud del deporte femenino, que ha demostrado estar en mucho mejor forma que nuestro deporte masculino, metafóricamente hablando, a pesar de que en España no se le preste informativamente demasiado espacio a ese mundo deportivo femenino. Estas son las medallas españolas:
Río de Janeiro 2016 (17 medallas, 38 diplomas, puesto 14º en el medallero)
Oro: 7 medallas
Natación, 200 metros mariposa (Mireia Belmonte), Piragüismo en eslalon, kayak 1 (Maialen Chourraut), Tenis dobles masculino (Marc López y Rafael Nadal), Piragüismo en eslalon, kayak 1, 1.000 metros (Marcus Cooper Waltz), Piragüismo, kayak 2, 200 metros (Saúl Craviotto y Cristian Toro), Badmington (Carolina Marín) y Atletismo, salto de altura (Ruth Beitia).
Plata: 4 medallas
Atletismo, 110 vallas (Orlando Ortega), Taekwondo, -57 kg. (Eva Calvo), Gimnasia rítmica femenina (equipo) y Baloncesto femenino (equipo).
Bronce: 6 medallas
Natación, 400 metros estilo (Mireia Belmonte), Halterofilia, 75 kg. (Lidia Valentín), Taekwondo, -68 kg. (Joel González), Piragüismo, kayak 1, 200 metros (Saúl Craviotto), Baloncesto masculino (equipo) y Ciclismo de montaña, campo a través (Carlos Colomá).
NOTA DIA 24 DE AGOSTO: sumamos una medalla de oro más en las Olimpiadas de Londres 2012 por dopaje de la campeona, se la lleva Lidia Valentin en halterofilia. Y la misma atleta recibe también la de plata en las de Río de Janeiro por la misma razón.
NOTA DIA 24 DE AGOSTO: sumamos una medalla de oro más en las Olimpiadas de Londres 2012 por dopaje de la campeona, se la lleva Lidia Valentin en halterofilia. Y la misma atleta recibe también la de plata en las de Río de Janeiro por la misma razón.
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