"Al Comité Socialista Español, París.
Camarada Secretario:
He recibido una carta del camarada Gassier, secretario adjunto del Primer Distrito de París, en la que me hace saber que te ha dado personalmente una carta por mí escrita a ese comité. En dicha carta os hacía conocer las dificultades en las que me encontraba y continúo en ellas debido a mi desmovilización del ejército inglés, en el que estoy sirviendo de cuatro años con el grado de sargento. Ahora ya ha llegado el momento decisivo, porque estoy de cuatro días en un campo de pasaje inglés, esperando una decisión para mi desmovilización, que no sé todavía dónde me fijarán. El comandante del campo me ha dicho que estaré en el campo hasta que llegara el próximo barco, que va al África y al Medio Oriente...
Yo no comprendo, ¿qué es lo que van a hacer conmigo en África o en Palestina? Porque yo he terminado ya de tiempo mi servicio militar. Pero debido a que soy español y no habiendo sido aceptado por los gobiernos francés e italiano mi solicitud de permanencia en uno de los dos territorios, el ejército inglés debe desmovilizarme y lo hace donde le es para él más simple: África o Palestina. Pero yo no creo haber luchado en vano tantos años para verme, cuando todo está pasado, en un campo de concentración, y como al principio o peor. Porque ahora tengo a quien pensar a más de mí sólo: mi esposa y dos hijas aquí en Italia que no puedo dejarlas solas de frente a la vida.
(...) Si por ejemplo por medio de tu comité me hicieras una presentación al Partido Socialista Italiano como perseguido político podrían ayudarme a quedar aquí hasta que pudiera ir a París y estar en contacto con vosotros para con mis servicios contribuir a la victoria de nuestra causa en España. (...)"
(Carta de José [Molina?] al Comité Socialista Español de la Agrupación Socialista Española de exiliados en París, Aldine, 7 de septiembre de 1947. En Archivo Histórico de la Fundación Pablo Iglesias, fondo "PSOE. Agrupación Socialista de París (Francia) (1944-1990)".)
La carta de esta persona anónima para la Historia general, pero claramente identificado por sí mismo como individuo que contribuyó a cambiar el rumbo de la Historia, se conserva en el Archivo Obrero, que se encuentra en Alcalá de Henares, en el nº 7 de la calle Colegios. Su nombre era José y su apellido no nos ha llegado muy claro dada su particular firma, que bien parece poner Molina, como pudiera ser Molnid o Molnia o incluso Molvia. Era militante del Partido Socialista Obrero Español, como su padre, según contó en la misma carta. Durante la guerra civil española estuvo en Barcelona como carabinero. Llegó a participar de la defensa de la Telefónica y del Hotel Colón en los sucesos de Mayo de 1937, por lo que hemos de suponer que se posicionó muy claramente del lado de la Confederación Nacional del Trabajo y del Partido Obrero de Unificación Marxista frente a los comunistas en aquella pequeña guerra civil que hubo dentro de la guera civil. Al terminar la guerra civil española salió como refugiado a Francia, donde le esperó un campo de concentración, y acabó alistándose en el ejército inglés al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939. Combatió durante cuatro años, con el grado de sargento, y por lo que dice en la carta hemos de suponer que lo hizo en Italia, donde llegaría a tener una esposa y dos hijas, pero también hemos de suponer que algo debió hacer en Francia, pues la carta la dirigió al Grupo Socialista Español de París. La guerra mundial había terminado en 1945, pero él no había recibido su licenciamiento a la altura del verano de 1947, y cuando le llegó, como se puede leer, los ingleses deseaban mandarle a algún campo de refugiados en Oriente Próximo o en África. Francia e Italia no le aceptaban, y él pedía a aquel comité socialista de exiliados españoles en París que le ayudasen, que dieran referencias de él como opositor a Franco para que le pudieran dar cobijo como refugiado político en Italia. Era más bien algo difícil, porque en 1947 la Guerra Fría estaba bastante caliente y la Europa Occidental empezaba a distanciarse y a perseguir al comunismo, máxime si este venía de los exiliados expañoles que durante su guerra civil llegaron a hacer la revolución. Obviamente el PSOE no era comunista, aunque por entonces tenía ideales muy revolucionarios, es por ello que este José Molina destacaba su participación en los sucesos de mayo de 1937. Con tan sólo esta carta no sabemos si logró no separarse de su familia y si logró trasladarse a París, pero esta carta no era un caso único.
La Agrupación Socialista de París española se había fundado en 1909 de manera informal, y de manera totalmente formal en 1910 como Grupo Socialista Español de París. Y allí funcionó incluso durante la Primera Guerra Mundial. Participaban de los congresos del PSOE de modo habitual. En principio coordinaban a los españoles emigrantes en Francia en torno a París. Tenían incluso periódico propio. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939 fueron disueltos de manera oficial, y muchos miembros fueron capturados por los alemanes, otros tantos pasaron a los ejércitos aliados, si bien la realidad es que una buena parte de ellos mantuvieron el contacto y la existencia de manera clandestina para realizar actos de resistencia y de ayuda fraternal a quienes creían en la democracia. París fue liberado entre el 19 y el 25 de agosto de 1944. Afortunadamente, sobre todo desde este año, mucha gente sabe ya que fue una columna de españoles exiliados reclutados en el ejército francés a las órdenes de Leclerc quienes entraron los primeros en la capital francesa en aquella liberación, pero muy pocos saben que ya existían estos otros españoles exiliados en París. Se veían tan fuertes a sí mismos ante el avance aliado que ellos solos se habían vuelto a formalizar de forma provisional el 1 de agosto, cuando aún los alemanes pisaban las calles parísinas, como Boreau Provisional del PSOE de la Zona Norte de Francia. En esos momentos sus actividades como resistencia eran evidentes para preparar y facilitar la llegada de las tropas aliadas, cuando esta se produjo les fue muy fácil apenas tres o cuatro días despúes el poder reorganizar de nuevo el Comité Ejecutivo de la Agrupación Socialista de París, formalizado a partir del 15 de septiembre. Sus actividades comenzaron entonces a centrarse en ayudar a todos los refugiados españoles que pudieron y especialmente trataron de reagrupar a todos los socialistas españoles de los que sabían que habían supervivido desde el lejano 1939 a aquel 1944. En este contexto, con escaso dinero y una máquina de escribir, ocupando los locales modestos que pudieron, realizaron una labor tremenda preguntando por toda Francia por españoles que sabían que habían estado en los campos de refugiados franceses del final de la guerra civil española, también de los que sabían que habían sido presos de los fascistas, de los que sabían que estaban combatiendo, e innumerables casuísticas más. Muy a menudo recibían peticiones de ayuda de otros españoles. Mujeres que buscaban a sus maridos, que en ocasiones al cabo de meses sabían que habían muerto el primero, el segundo o el tercer año de guerra; otras veces les escribían soldados españoles que se habían enrolado en los ejércitos aliados y que acabada la guerra corrían el peligro de ser devueltos a España, con lo que eso significaba, o llevados a territorios donde la vida era muy a menudo imposible, o volvían a nuevos campos de refugiados; los franceses, por ejemplo, con De Gaulle, hicieron leyes por las cuales sólo podían permanecer en Francia si tenían contratos de trabajo, por lo que tras luchar por y para ellos se corría el riesgo de una deportación miserable a España, este grupo trataba de contactar a unos españoles con franceses que habían sido de la resistencia y que ahora tenían pequeños negocios donde en gratitud a los españoles se prestaban a contratarles para que no fueran deportados; es conmovedor también los casos donde se dirigen a los campos de concentración nazis en busca de españoles, y las recomendaciones alimenticias a los que han sacado por ejemplo de Mathausen; había muchos casos de muchas cosas y vidas. Con los años esta agrupación tuvo dos publicaciones, contactos con otras organizaciones exiliadas, innumerables actividades de ayuda a los exiliados, de educación, de organización, participaron muy activamente de la evolución política del PSOE y de UGT exiliados, y llegaron incluso a chocar frontalmente con el Comité ejecutivo del PSOE en Toulouse. Los de París optaban por un posicionamiento más izquierdista a la altura de los decisivos años de 1970 donde el PSOE de Llopís iba a pasar a manos de un joven y no exiliado Felipe González. Pasó diversos apuros según las décadas, donde no les faltó ayuda del Partido Socialista Francés, por ejemplo en los años 1950 e incluso en los 1980. Aunque aportaron algunos nombres muy importantes para aquel PSOE ilusionante de las elecciones de 1982, sobre todo desde el mundo de la militancia femenina, la más destacada fue Carmen García Bloise. En el año 2003 Concepción Jaroslawsky, secretaria de organización de este grupo, mandó a Madrid la documentación de los archivos históricos para que se conservaran en el archivo histórico de la Fundación Pablo Iglesias. Y es ahí donde yo cobré una modesta importancia anónima.
En 2011 fui "contratado" como becario de colaboración en el archivo de la Fundación Pablo Iglesias. En realidad ejercí como un archivero más, incluso se podría decir que como alguien con cargo directivo sobre un fondo, pero no es para tanto, pues yo estaba al cargo de una directora, pero nos entendíamos bien y me dejaba trabajar libremente y respetaba mucho mis propuestas, hasta el punto que actualmente el fondo de archivo sobre el Grupo Socialista de París está organizado serialmente, descrito, foliado, signaturado e instalado por mí. Hay que tener en cuenta que cuando yo entré se me dijo: "ahí tienes unas cajas, está todo revuelto, tienes que organizarlo, ya tienes experiencia porque ya hemos visto que has trabajado en el AGA", y efectivamente así era y así fue. A mí me apasionó, hice todas las tareas de archivo a la vez, desde las más simples a las más complejas. Tenía un montón de cajas con los papeles de los expedientes simples y complejos mezclados y sin describir, sin saber qué era qué, y uno a uno hice todo un fondo de archivo yo solo. Estuve, en concreto, a cargo de la
organización, identificación, descripción, clasificación, expurgo y archivado
del fondo de archivo del Grupo Socialista Español de París (1944-1991), de la Tesorería
del Comité Ejecutivo del PSOE en Toulouse (1972-1976), de la Federación Francia
Norte-PSOE, de UGT-París exilio, y de Solidaridad Democrática Española.
Además los Introduje en la base de datos PARES al menos los documentos del Grupo Socialista de París siempre usando la normativa ISAD-G y la Normativa de los
Puntos de Acceso a la Información del Ministerio de Cultura de ese momento. Bien es cierto que ello no me valió para ser renovado ni contratado. La crisis económica recortó los fondos de Cultura en las fundaciones y eso provocó que de lo primero que se prescindiera en ella fuera de los becarios. Un año después, en 2012, supe, porque sigo investigando en ese archivo, entre otros, y porque desde entonces guardo amistad con la gente de alli, que esos recortes aún fueron peores y más cruentos, cosa que no para de sorprenderme a nível particular, pues no obstante este archivo es de una fundación de un partido que ha consagrado los últimos años a la preservación de la memoria histórica, es por ello que me llama la atención, aunque no con sorpresa real, que no hagan esa consagrada dedicación empezando precisamente por dotar de fondos, medios y personal a su propio archivo histórico, que no está mal dotado pero tampoco del todo bien, desde luego no es lo que era ni tiene los medios deseables que, en otros archivos donde he trabajado, sí he observado que tienen incluso con recortes económicos igualmente. La persona que realmente está dedicando toda su vida de verdad por conservar el archivo es Aurelio Martín Nájera, que lo ha dirigido desde los años 1970 y cuya labor es innumerable e imprescindible por las muchas cosas que ha hecho, quizá la más llamativa la creación del Diccionario Biográfico. Mi pasión vocacional es la Historia y los archivos, y al ser este de esta temática y al haber dado aquel uso a mi trabajo y conocimientos, y toda aquella confianza, yo he aprendido mucho allí con el hacer diario de todo tipo de actividades, me gustaría trabajar en los archivos, que para eso me he formado y he tenido una trayectoria en ellos, y a este le tengo un especial cariño, y es por ello que si a mí me dejaran, habiendo pasado por seis archivos en tres años (en cinco, pues trabaje dos veces en uno de ellos) y habiendo conocido tantas realidades de archivo, podría ahora hacer una serie de cambios tremendos respetando lo que formalmente ya tienen que creo que podrían mejorar la conservación de esa memoria. Pero la realidad es que a fecha de hoy, siendo mi último archivo de trabajo el de la Filmoteca Española al cargo del archivo de Luis Buñuel, voy ya por un año y diez meses de paro, de desempleo, y todas estas ideas que creo que podrían ser muy útiles sólo son eso, ideas. Imaginar es gratis.
La cuestión es que el archivo de la Fundación Pablo Iglesias es, junto al archivo de la Fundación Largo Caballero y el de la Fundación Indalecio Prieto, el Archivo Obrero, en el ya citado nº 7 de la calle Colegios de Alcalá de Henares. Y desde este martes 14 de octubre y hasta el 19 de diciembre tendremos por las mañanas de días laborales una exposición gratuita sobre el exilio español, llamada precisamente: "Hacia el exilio". Como yo contribuí a hacer buena parte de esos fondos, me ilusiona, aunque obviamente mi trabajo es anónimo y no figurará mi nombre en ningún lugar. Pero os lo recomiendo, es muy interesante y ayuda a conocer un poco de esta parte de la Historia. Yo por ejemplo podría citar con cariño, porque me costó, un expediente sobre el entierro y el homenaje de un año después que la Agrupación Socialista de París le hizo a Largo Caballero entre 1946 y 1947, evento del que participaron casi todos los partidos y sindicatos exiliados. Por mis manos pasaron fotos, sobre todo de los años 1960, documentos económicos de la época, actas de asambleas, comités y reuniones, asuntos varios de su prensa, y otras muchas cosas, pero una de las series más abundante y más bonita, una de las más humanas, es la de todas esas cartas de personas que les escribían para pedirles ayuda o para, simplemente, contarles lo que les había pasado en los años de ausencia durante la guerra mundial. La Historia del exilio es mucho más compleja y con muchos más factores, pero es interesante conocer este aspecto del exilio de los socialdemócratas ya que nos montan esta exposición. No obstante la Segunda República no terminó hasta que en 1977 su último presidente la finiquitaba incluso en la ONU, que reconocía a este gobierno exiliado.
Y si no conoces este archivo, siempre hay una primera vez.
Una de las piezas más bonitas de la exposición es una mandolina con temas regionales tradicionales de Suiza que le fabricó artesanalmente un español encerrado en el campo de refugiados francés de Gurs a una enfermera suiza de la Cruz Roja que trabajaba allí. Durante la Segunda Guerra Mundial esta mujer se fue a Suiza. Tras muchas décadas un familiar de esta mujer, que ya murió, la donó al archivo de la Fundación Pablo Iglesias para su conservación como parte de la Historia.
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